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6

Grusha entró en el campo con el arma en sus manos. Se puso en guardia cuando escuchó un ruido delante de él.

A su lado estaba Mariah también en guardia. Andrea, otro chico y Joseph estaban más adelantados, el último como ya había jugado antes ya sabía que hacer.

Entonces vió una cabeza salir de tras un tronco de un árbol. Mariah estaba mirando hacia otro lado.

—Mariah—susurró—creo que he visto algo ahí—señaló el árbol—, detrás.

La rubia asintió y se acercó con la pistola por delante. Detrás del árbol un chico salió corriendo al ver a Mariah y ella le disparó varias veces, dándole en la espalda. Este chasqueó la lengua y salió de la pista.

—Gracias por decirme, me anoto una kill—sonrió Mariah mostrando un pulgar arriba a Grusha.

Este le devolvió el gesto y siguió caminando.

Casi estaba llegando al lado contrario del campo y no había visto a nadie. Cuando una bala le pasó rozando el visor.
Grusha se asustó y salió corriendo hacia detrás de un árbol para esconderse.

Tomó un poco de aire y agarró bien su arma. Reunió un poco de valor y con arma en mano salió de tras el árbol y disparó repetidas veces al enemigo. Falló la mayoría de las balas pero una de ella impactó en el pecho de su enemigo.

—¡No quiero hacerlo!—escuchó Grusha tras él. Se giró y vió a Andrea apuntando a Félix con su arma desde una gran distancia.

—¡Amor, no tienes razón de hacerlo!—exclamó el de cabello negro.

—¡Lo siento, debo dispararte! ¡Por favor perdóname.—lloriqueó la castaña.

Ella disparó, fallando todas las balas.

—¿Has fallado a propósito?—preguntó el más alto.

—No puedo hacerlo...

Entonces llegó Joseph y disparó desde la espalda a Félix. Andrea gritó.

—¡NOOOO!

—AHG, ME DUELE, ME QUEMA, ME LASTIMA—chilló Félix tirándose al suelo.

—¡Cariño no!—gritó Andrea corriendo a arrodillarse al lado de su pareja—¿Estás bien?

—Creo que...ahg, creo que sobreviviré...

—Dejad de hacer el payaso pareja—dijo Joseph haciendo un gesto con su arma a Andrea.

Ella se levantó, Félix se fue del área y Grusha, Joseph y Andrea se juntaron e hicieron recuento.

—¿A cuantos habéis eliminado?—preguntó ella.

—Yo a uno—dijo Grusha.

—Yo a uno también—dijo el de piel oscura.

—Si Tom no ha eliminado a nadie aún quedan dos—comentó la castaña.

—Aún no han tocado la campana así que debe quedar gente—informó Joseph.

Entonces alguien disparó por la espalda a Andrea.

—¡¿Quien a sido?!—preguntó enfadada la chica al sentir la pintura impactar en su espalda.

Solo se escucharon unos pasos detrás de ellos.

—Voy a ver—dijo Joseph cargando su arma y corriendo hacia el lugar desde donde le habían disparado a su compañera.

Andrea enfadada por haber sido eliminada salió de la zona de juego.

Grusha caminó hacia la derecha pues le había parecido escuchar un ruido, como una ramita romperse.

Iba con su arma por delante con el dedo en el gatillo por si debía dispararle a alguien.
Vió llegar a alguien. Era Tom, uno de sus compañeros.

—¡Tom!—lo llamó en voz alta el de cabello azul—¿Has eliminado a alguien?

—No, pero me ha parecido ver a alguien allí—señaló un arbusto.

Grusha y Tom se acercaron al arbusto apuntando a este con las pistolas de pintura.
Apartaron unas ramas del arbusto y vieron a una chica hecha bolita.

—¡No disparen! ¡Soy yo!

—Ah Mariah. ¿Ha visto a alguien?

—No, me he escondido y no he salido de aquí.

Entonces llegó Joseph.

—He eliminado al que disparó a Andrea—informó—solo queda t/n.

—¿Alguien la ha visto?—preguntó Grusha.

Los demás negaron.

—Dispersaos—ordenó Joseph—asi cubriremos más terreno—miró a la chica. Mariah salió del arbusto y tomó con seguridad su arma.

—Está bien.

—Mariah, tu por allí—señaló a su derecha—, Tom, tu por allí—señaló a su izquierda—, Grusha, tu por ahí—señalo frente a él— y yo por aquí—señaló detrás de él. ¡Dispersaos!

Cada uno fue por donde Joseph había indicado.

Caminaron solos, escuchando cada sonido, ya sea un pájaro cantando o una ramita romperse.

Grusha estaba tenso. Estaban ganando, pero si t/n despertaba un talento oculto en el paintball y le daba la vuelta al asunto aún podían perder.

Una hoja cayó al suelo en su flanco y el chico se asustó, apuntando con su arma a esa inofensiva hoja.

—Solo es una hoja... Tranquilo Grusha...—se dijo a si mismo.

Entonces escuchó un ruido de pisadas leves.

Se detuvo y aguzó el oído. Juró que había oído pasos.

Se apoyó detrás de un árbol y esperó. Volvió a oír pasos. Miró con cuidado de no ser descubierto por el lado del árbol y vió a t/n, andando de puntillas. Ella se detuvo y Grusha pudo darse cuenta de que estaba aterrada o muy nerviosa pues temblaba.

Agarró su arma y apuntó desde atrás del árbol. Apretó el gatillo y el disparo le pasó rozando pero no llegó a darle.

Eso advirtió a t/n, que vió a Grusha y salió corriendo.

El chico tomó aire y apretó el paso para perseguirla.

—¡Chicos, he encontrado a t/n!—gritó para advertir a sus compañeros.

Le volvió a disparar repetidas veces pero como ella se movía en zigzag no le dió ninguna vez.
Mariah llegó por la izquierda corriendo y también comentó a disparar.

T/n se las arregló para evitar múltiples disparos.
Entonces se tropezó con una raíz y cayó al suelo.

—¡Piedad por favor!—exclamó ella.

Grusha y Mariah se miraron mientras apuntaban a la chica que estaba tirada en el suelo cubriéndose la cabeza con los brazos.

Los dos chicos no querían disparar a su amiga pero entonces llegó Tom y le disparó en la cabeza a t/n.

Entonces sonó la campana dando fin a la partida.

Todos se agruparon con el hombre he hicieron recuento.

—Bajas del equipo A, una. Bajas del equipo B, cinco—dijo el hombre— Por tanto el equipo A son los ganadores.

Tom y Joseph hicieron un gesto de victoria, Andrea abrazó a su novio, Tom hablaba con los chicos del equipo de t/n y Mariah y Grusha se sonrieron.

T/n suspiró. No había conseguido eliminar a nadie y se había pasado todo el tiempo escondiéndose de un lado a otro. Ni siquiera había disparado. No sabía cómo funcionaba la pistola.

Los chicos regresaron al edificio y devolvieron los trajes y armas.

—¿Qué tal te lo has pasado?—pregutnó Mariah a t/n pasando su brazo por sus hombros.

—Me he pasado todo el rato corriendo de un lado para otro. No he gastado nada de munición. Ni siquiera sabía como disparar—admitió.

—¡Descuida!—rió su amiga— Yo me he pasado la mayoría de tiempo metida en un arbusto.

T/n soltó una risita.

—Tan tu...

Los chicos hablaban frente a la puerta del edificio mientras esperaban a los taxis voladores.

Grusha se acercó a ellas dos.

—Buena partida t/n—dijo tendiéndole la mano.

T/n lo miró. Observó cómo le tendía la mano y finalmente ella también le tomó la mano.

—Buena partida. ¿Por qué no me eliminaste cuando me caí al suelo?—pregutnó curiosa.

—Dudé.

—Bueno, Tom ya hizo el trabajo—dijo Mariah.

Entonces llegaron los taxis y los chicos se subieron a ellos.

Hora de regresar a la academia.

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