29
Nochebuena.
El día antes de Navidad.
T/n estaba en casa, terminando de sacar del horno la cena. En el salón estaban sus padres y Grusha hablando animadamente.
El ya mencionado entró a la cocina viendo a su novia dejando la bandeja del horno en la mesa.
—¡Ay!—se quejó la chica sacudiendo una de sus manos con rostro de dolor.
—¡T/n! ¿Estas bien?—se preocupó él acercándose a su novia rápidamente.
Ella fue al grifo de la cocina y se echó agua fría en uno de sus dedos.
—Si... Me quemé por descuidada....
—Ten cuidado, las quemaduras duelen mucho—se subió las mangas del jersey y le mostró los brazos que tenían varias quemaduras producidas en la cocina del restaurante en el que trabajaba—, lo se por experiencia.
La chica se secó la mano con un trapo y sacó unos platos para comenzar a servir la cena.
Grusha la ayudó a servir la comida y entre los dos llevaron los platos al comedor.
Normalmente comían en la cocina pero para celebraciones comían en el salón.
Se sentaron a comer los cuatro entre animada charla. Houndour correteaba entre los pies de ellos.
—Y dime Grusha, ¿Cuándo pensáis iros a vivir juntos?—preguntó la madre.
—¡Mamá!—se quejó t/n.
—Tal vez más adelante, en un par de años o quizá como muy pronto en uno—dijo el de cabello azul recogido en una coleta lateral guiñándole un ojo a su novia.
—Ay...
—Cuando tu quieras podéis iros a vivir juntos, nosotros estamos encantados de que estéis saliendo—miró al padre de t/n—¿A que si cariño?
El padre se atragantó con un pedazo de carne y final, tras toser un poco y preocupar a todos se levantó hacia la cocina.
—Voy por una cerveza—dijo caminando lento.
—T/n, ve tú por los regalos-le pidió la madre con una sonrisa—están en el armario del pasillo.
Ella asintió y fue hacia el pasillo.
Cuándo estaba abriendo la puerta del armario escuchó un ruido.
Y luego un grito.
Rápidamente y dejando la puerta del armario abierta fue corriendo a ver que ocurría.
—¿Mamá?¿Que pasa, por qué ese grito?—al llegar al salón quedó pálida. Pudo ver en el pasillo que daba con la entrada y la cocina a su padre en el suelo y que le costaba respirar, houndour estaba lamiéndole la cara—¡Papá! ¡¿Estas bien?!
No hubo respuesta del padre, solo un ruido proveniente de su garganta.
—¡Llama a una ambulancia!—le gritó la madre angustiada y arrodillada al lado del padre.
T/n se quedó congelada, intentando procesar que estaba pasando. Metió la mano en su bolsillo pero no lo encontró, miró encima de la mesa y no estaba allí.
No recordaba donde lo había dejado.
—¡Lo hago yo!—exclamó Grusha ya marcando por teléfono.
Poco después llegó una ambulancia y se llevaron al padre.
—Quedaos aquí—le dijo la madre a su hija subiendo a la ambulancia—, te llamaré cuando sepa que pasa.
Grusha y t/n se quedaron en la casa solos y tremendamente preocupados.
El pokémon de la chica se había sentado frente a la puerta de entrada y se había quedado ahí en silencio, esperando a ver si la madre y el padre regresaban pronto.
T/n se sentó en una silla y se quedó mirando a la nada.
Grusha quedó estático a su lado, de pié.
—¿Crees que estará bien?—preguntó la chica.
Él se encogió de hombros.
—Espero que si. Ojalá que no sea nada grave.
La chica soltó un suspiro y cerró los ojos.
—Ultimamente él se encontraba mal, y cansado... Mamá y yo creímos que sería por el trabajo... No creí que pudiera pasarle algo grave.
El de cabello azul la rodeó con sus brazos desde atrás y apoyó su mentón en la cabeza de la chica.
—Seguro que se recupera pronto, no te preocupes mi amor.
Pasaron la noche en vela, dando vueltas nerviosos y angustiados. Hasta que a las tantas de la noche le llegó una llamada a t/n.
Ella buscó por el sonido su teléfono por todas partes hasta que lo encontró. La llamada era de su madre.
—¡Mamá! ¿Cómo está papá? ¿Está bien?—ella hablaba atropelladamente y tenía la respiración agitada.
—Si, ya está estable. Me quedaré aquí toda la noche para cuidar de tu padre. Siento mucho que tengas que pasar la Nochebuena así... Los médicos me han dicho que ha tenido un paro cardíaco.
T/n ahogó un grito.
—¿Y saben por qué?
—Aun no, tienen que hacerle más pruebas. Mañana te diré.
—Pero mamá...
—T/n lo siento por dejarte sola.
—Está bien, quedate con papá... Cuídalo.
La madre colgó la llamada y t/n se levantó de la silla y se abrazó a Grusha.
—¿Estás bien? ¿Que te dijo?—preguntó el chico abrazándola de vuelta con algo de fuerza pero sin hacer daño.
—Ha tenido un paro cardíaco, aún no saben porque.
Grusha abrió mucho los ojos.
—Vaya... No te preocupes t/n, me tienes a mi aquí contigo.
—Pero deberías volver a tu casa, ya es muy tarde. Tus padres estarán preocupados...
—No te preocupes, mis padres están con unos amigos. Les he dicho que tu padre estaba mal y puedo quedarme contigo ahora.
La chica escondió su cabeza en el cuello de su novio.
—¿Y si se muere?—preguntó al borde de las lágrimas.
—Pues lo lamentaremos mucho y luego seguiremos adelante—dijo acariciando el cabello de su novia con gentileza.
T/n dejó escapar una lágrima solitaria y un par de sollozos.
Se sentía una llorona, pero pensó que era normal, que cualquiera lloraría si su padre podría haber muerto.
Luego de que la chica se calmó un poco los dos se tumbaron en el sofá. T/n tenía su cabeza apoyada en el hombro de su novio, descansando.
—Te quiero t/n—susurró Grusha acariciando la mano de ella con su pulgar.
—Yo también a ti—respondió también susurrando.
Houndour llegó a donde estaban ellos y se tumbó encima de t/n. Ella comenzó a acariciarlo.
Al final los dos se quedaron allí dormidos a altas horas de la madrugada.
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