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Capítulo 21 - Invitaciones y favores

Nota importante al final <3

Canción en multimedia: Wish You'd Make Me Cry [UPSAHL]

Capítulo veintiuno: Invitaciones y favores

Jueves, 8 de noviembre

    Danielle:

    —¿Cómo puede estar alguien tan caliente? —pregunta Charlie con aire soñador. Ella se ha olvidado por completo de seguir comiendo nada más Chuck Neumann ha entrado al comedor. Charlie no suele prestarle demasiada atención normalmente, pero, cuando viene con la chaqueta azul y blanca del equipo de Hockey, se le salen los ojos de las órbitas—. Mírale, Danielle, está para comérselo.

    Divertida, sigo su mirada.

    No es que le conozca más allá de su nombre y de habladurías, tiene una reputación, aunque, con lo poco que me he interesado, es una que está algo distorsionada para mí. Juega al hockey, eso lo sé, también que se mueve por un círculo más "selecto" de alumnos y que las fiestas le pierden, las fiestas y el descontrol, por lo que cuentan y, como eso, que tiene novia.

    Charlie hace una mueca de asco cuando Chuck, a lo lejos, alcanza a una chica pelirroja y le planta un beso. Charlie aparta la mirada después de eso, indignada. ¿Cuántas veces se habrá quejado de que las muestras de cariño están prohibidas en el instituto? Claro que, si fueran ella y Chuck, sería otro cantar.

    —No sé qué ve en ella, no es tan bonita —se queja.

    No puedo evitar reír ante lo celosa que es Charlie con alguien con quien siquiera ha cruzado más de dos palabras. Además, es una exageración, su novia, a quien conozco más, es un encanto. Abigail Gibis está en el consejo estudiantil y es quien consiguió que cambiaran los menús por algo más decente, antes parecían alimentarnos con cosas pegajosas y llenas de grasa, ella hizo todo lo que estaba en su mano para mejorarlo. Es más, se pasaba por las clases preguntando qué mejorar y escuchaba con atención, desde aquel entonces, me ha caído bien.

    —Tampoco yo sé qué ves tú en Chuck —lo digo por hacerla rabiar, pero no quiero seguir el juego de "dejemos a otra por debajo para sentirme yo mejor".

    —¿Sus abdominales? ¿Su espalda? ¿Sus brazos? ¿Toda su cara? —señala—. Como sea, la excursión es pronto y pienso pasar un rato a solas con él.

    —Charlie, no.

    Ella hace un puchero y, aunque es más de hablar que de actuar, me preocupa que se le crucen los cables y haga algo porque, mientras que Rob puede estar bastante descontrolado, pero respeta siempre las relaciones de otros, Charlie tiene un radar para fijarse en chicos que ya tienen pareja e ir a por ellos. La mayoría de las veces eso se queda sólo en palabras tanto porque no se atreve a hacer algo o porque ha pasado a fijarse en otro, pero otras no ha habido tanta suerte.

    Como hace tres años, que apareció en una fiesta buscándome para sacarme a rastras y, cuando le pregunté por qué, apareció otra chica lanzándose a golpear a mi amiga.

    Esa fue la última vez que Charlie se lió con un chico con la novia de él en la misma fiesta, pero, por desgracia, no la última que se lió con un chico con novia. Lo ve como algo inofensivo y eso me frustra. A nadie le gusta que le engañen, y, en vez de "ayudarnos" entre nosotras, Charlie es más de "te ayudo demostrándote que tu novio es un capullo".

    Ella deja caer la barbilla sobre su mano, todavía con ese aire soñador.

    Después reacciona.

    —Oye, a todo esto, ¿dónde está Rob? —pregunta.

    Mientras como, uso el cuchillo para señalar otra mesa donde nuestro amigo está disfrutando de una intensa conversación. Digo intensa porque uno de sus amigos está de pie en su asiento, riéndo con el resto. Juro que no sé qué clase de amigos tiene Rob, ni por qué no les echan la bronca por actuar como lo hacen.

    —Vale, ¿sabes si va a la excursión?

    —No se lo perdería por nada.

    —¡Perfecto! Lo pasaremos genial, ¿crees que podremos cambiar las habitaciones para estar los tres juntos? Sería increíble.

    Mierda.

    Me aclaro la garganta, buscando cómo decirle que, esa excursión con la que llevamos años soñando, no podrá tener lugar para mí. No puedo desaparecer cuatro días y tres noches con todo lo que está pasando. ¿Y si me contactan y no estoy?

    Siento un pinchazo, no de culpa, sino de rabia. Quería ir, claro que quería hacerlo, la excursión de navidad de último curso es esa gran despedida en la que los profesores nos dan mucho espacio. Este curso iríamos, como los otros, a la nieve, pero a una cabaña grande con piscina climatizada y unas zonas con un manantial de agua caliente. Además, el lugar contaba con buffet para todas las comidas.

    Y llevamos hablando de esto desde que entramos en el instituto.

    —Sobre eso... —aparto la mirada, ¿qué digo? Me va a cuestionar todo, no sé qué decir así que me decanto por algo similar a la verdad porque mentir nunca ha sido lo mío—. No creo que vaya, no estoy de humor.

    —¿Perdona qué? —pregunta anonadada—. Repite eso porque creo haber escuchado que no vas a ir a la mejor excursión de todos los tiempos con tus mejores amigos y unos idiotas de los que nos reiremos por horas.

    Habla tan rápido que me pregunto si necesita respirar.

    —Charlie, las cosas no están bien en mi casa, ¿vale? Y no tengo ganas de irme y... —No es mentir, las cosas están realmente extrañas en mi casa. Mamá está mal. Ella ha perdido su energía, la veo con su camisón largo y bata de noche desde que llega a casa por la tarde, también he oído de mis hermanos que ella les ha gritado por algo que han hecho que, aunque sea de irresponsables, ella no acostumbra a castigar de esa manera. Ella está con la mirada en otra parte desde que pasó lo de Agatha, incluso está revisando folletos sobre pisos en otras zonas, a más distancia de la que nunca se hubiera planteado—. No tengo ganas de algo así.

    —Pero tienes que ir.

    —No creo que lo haga.

    —Pero te animaremos, lo prometo. Además, si estás mal lo peor que puedes hacer es quedarte en casa encerrada. Por favor, Danielle, ven —suplica y, por mucho sentido que tengan sus palabras, sé que sigo sin poder acceder.

    —Lo pensaré, ¿de acuerdo?

    Ella me sonríe al fin.

    —Genial, vienes entonces.

    —No he dicho que vaya, sólo que lo pensaré.

    —Es lo mismo —responde, encogiéndose de hombros.

    Todavía queda más de un mes, así que espero que ella deje estar el tema hasta entonces porque si me saca el tema a diario durante ese tiempo, perderé la cabeza. Esta vez, ella sigue comiendo felizmente, olvidando todo lo anterior. Hablamos de su programa favorito, el de las Kardashians, y de algún que otro nuevo cotilleo dentro del instituto. También aprovechamos para usar la ausencia de Rob para puntuar a algunos chicos del curso porque, cada vez que él está, se indigna si no le ponemos el primero de todas las listas. Es como un niño.

    Pasa poco tiempo hasta que las chicas que se sientan siempre al otro lado de la mesa, escuchan nuestra conversación y deciden unirse. Son majas, sólo que no nos llevamos del todo, aun así no tenemos problema en, de vez en cuando, hablar entre nosotras. Es extraño y, aun así, Charlie y yo seguimos prefiriendo estar algo más alejadas, algo que ya se sabe, muchas veces siento que somos nosotras y luego el resto, hagamos lo que hagamos, siempre suele ser juntas, ella se sabe toda mi vida y yo la suya. Sus padres me hacen llamarles "tíos" y ella llama así a los míos. Además, no hay nada mejor que salir con una persona que sabes que no te va a dar la espalda en ningún momento, sí, se siente como ser dos contra el mundo. Quizás sea malo el no tener un círculo más grande, el aislarse de ellos, no dejarles entrar, pero no nos afecta demasiado. Es más, para hacer nuevos amigos ya tenemos a Rob.

    Al terminar de comer, recuerdo la conversación con los gemelos de esta mañana, y me despido de Charlie diciendo que tengo cosas que hacer antes de mi clase de trigonometría. ¿Qué digo de esta mañana? Los gemelos llevan presionándome sobre el tema del parque de atracciones desde que se lo prometí a Tim.

    "¿Cuándo vamos a ir?", preguntan cada vez que me ven.

"¿Nos llevarás mañana?", presionan.

Y luego está el famoso: "¿Les has dicho ya a Lily y Jayden?" que recibo entre mis mensajes cada par de horas, como un reloj. O de uno o de otro, pero siempre tengo ese mensaje cada dos horas. Con suerte una vez consiga una fecha, me dejarán en paz, y, para ello, primero tengo que hablar con Jayden, algo más difícil de lo que esperaba.

Apenas le he visto en lo que va de semana. Sé que viene a clases porque alguna vez le he visto por el comedor, pero, además de eso, nada, supongo que nuestras clases no coinciden suficiente como para estar por los mismos pasillos a las mismas horas del día. Aprovecho cuando le veo irse del comedor para despedirme de Charlie e ir tras él.

Jayden va hablando con un par de amigos suyos, algo que me hace parar, no me siento demasiado cómoda interrumpiendo a la gente mientras habla, menos si es él porque, realmente, no estoy segura de que me guste cómo se vea eso. Ni cómo reaccionará él. Por todo lo que sé, él sigue siendo muy capaz de decirme: "No" y seguir con su camino, dejándome tirada en medio del pasillo sólo porque en el instituto no es que tengamos una relación ni siquiera como conocidos, aquí lo único que hemos demostrado y conocido ha sido frialdad hacia el otro lo que, la verdad, es que nos ha servido para grandes pullas contra el otro.

Maldigo entredientes y, manteniendo la distancia mientras les sigo, escondida entre más alumnos, le escribo un mensaje por instagram.

@Nielleee__: "¿Puedes hablar antes de la siguiente clase?"

Él mete la mano en el bolsillo, ha debido de escucharlo sonar. Mira la pantalla unos segundos antes de bloquearlo y volver a guardarlo. Con eso vuelve a la conversación con sus amigos y les pierdo en el siguiente pasillo.

Capullo.

Aun así, le sigo con la idea de encontrarle solo en algún momento dado. Aunque, como comparta clase con los dos amigos que van a su lado, eso va a quedarse en el olvido, pero no pierdo nada. El problema es que, al girar donde ellos lo han hecho, ya no les veo. Acelero el paso, tratando de distinguir algo entre los alumnos, asomándome en ambas direcciones del siguiente pasillo en busca de cualquiera de los tres. Con la hora que es, no consigo ver nada claro. Maldigo de nuevo, eligiendo una dirección al azar y siguiéndola. Avanzo entre compañeros de mala manera porque, cuanto más tiempo avanza, más gente se junta por los pasillos para llegar a sus clases. Dejo de saber por qué sigo intentando encontrar a Jayden y sus amigos después de haber elegido tres direcciones por las que no les he visto. Es imposible que haya acertado mágicamente, aun así, sigo andando.

Estoy frustrada cuando llego a una zona alejada, me apoyo contra la pared.

¿Por qué el muy capullo no puede al menos hacerles caso a mis mensajes?

Mucho decir que íbamos a ayudarnos y ese bonito discurso de hace un par de días y, a la hora de la verdad...

    —¿A quién estamos esperando?

    Decir que me sobresalto es decir poco. Estaba tan distraída pensando mal de Jayden que no le he visto acercarse y apoyarse en la pared justo a mi lado, menos todavía sabía que se había inclinado hacia mí para hablar así que, al sentir sus palabras contra mi piel y su presencia a mi lado he saltado lejos de la pared.

    El corazón me va a mil cuando le miro, con los nervios a flor de piel, tanto es lo que me ha asustado que busco un desahogo inmediato en pegarle. Agarro con fuerza mi carpeta y le doy con ella una vez.

    —No vuelvas a asustarme así. —Golpeo de nuevo.

    Jayden rompe a reír, con las manos en los bolsillos.

    Esa risa.

    Esa maldita risa.

    ¿Cómo puede gustarme tanto su risa?

    —¿Y bien? —pregunta.

    —¿Y bien qué?

    —¿A quién estamos esperando? —vuelve a preguntar.

    Tengo el corazón tan acelerado que apenas puedo pensar con claridad. Después entiendo la broma y le resto importancia con un gesto de la mano. Miro que no haya gente cerca, que la hay, pero no tanto como para escucharnos hablar, y les doy la espalda como si eso fuera a cortar mis palabras de lleno ante ellos. Muevo a Jayden para que quede frente a mí, algo que parece divertirle en exceso. No quiero preguntar por qué.

    —Tengo que pedirte un... —No quiero pedirle un favor, eso implicaría que le debo algo y ya le debo suficiente de la última vez como para añadir algo más. Ahora que ha aceptado "trabajar en grupo" no tengo tanta presión con aquello, pero, ¿pedirle esto? No, no puedo decir "favor"—. ¿Quieres ir a un parque de atracciones?

    Frunce el ceño, tratando de entender qué tramo.

    —Le prometí a mis hermanos que les llevaría porque les debo una, y quería que también viniera Lily, pero, como conozco a mis hermanos, bueno, era para ver si, ya sabes... —me estoy yendo por las ramas, maldita sea, no puedo poner las palabras que una frase.

    —¿Me estás invitando a ir?

    —No. —La costumbre me hace hablar antes de procesarlo.

    —¿Entonces...?

    —A ver, no te estoy invitando invitando, más bien es para ver si te apetecía ayudarme a hacer de niñera de mis hermanos y tu hermana.

    Sonríe divertido.

    —Esto se te da fatal —puntúa.

    —Oh, que te jodan.

    No puedo evitarlo, me siento tan incómoda tratando de tener esta conversación con él que las palabras salen solas. Me doy por vencida con eso, prefiero apañármelas con mis hermanos antes de seguir aquí. Me giro, dando un par de pasos lejos de Jayden cuando él vuelve a hablar.

    —Todavía no me has dicho qué día —dice.

    Me vuelvo hacia él.

    —¿Eso es que vendrás?

    —Me gustan los parques de atracciones.

    —¿También traerás a Lily, verdad?

    —¿Es que me lo hubieras pedido de no querer que ella viniera? —pregunta. Lo que no pasa por su cabeza es que con tal de tenerle a él para vigilar a Tim, haría lo que fuera, incluso si no viene Lily, aun así querría que él viniera porque Tim se calma a su alrededor y sería más fácil que saliera huyendo.

    —¿Qué tal te viene dentro de dos sábados? —propongo, ya me han advertido de que este fin de semana yo estaría ocupada, así que, con suerte, el siguiente estaré libre esos días. El sábado o el domingo, con uno de ellos libre ya podremos organizarlo.

    —Hecho.

    ¿Así, tan fácil? ¿No quiere nada a cambio ni decirme que le debo una? ¿Lo hago?

    —Por cierto —sigue—, ahora que estamos intercambiando favores, necesito uno.

    Lo sabía, le conozco demasiado bien, con él nada es desinteresado, siempre lo guarda, siempre devuelve, lo aprendí bien con nuestros tira y afloja del último curso. De los últimos cursos, más bien.

    —Tú dirás —le invito a hablar.

    —Lily. Nuestros padres están fuera hasta el sábado y me quedo a su cuidado, pero mañana tengo una entrega. No quiero dejarla al cuidado de un desconocido, me da igual que venga de una agencia.

    —Sabes que adoro a esa niña, que se quede conmigo no es ni un favor, Jayden. No hay problema —admito.

    Él se ve más relajado cuando lo digo, ¿es que pensaba que me negaría?

    Espera, viernes. Ya he quedado.

    —¿A qué hora sería? —pregunto.

    —Estoy fuera cinco y media, sería dejarla a las cinco y volvería para las seis o siete.

    Justo.

    No voy a negarme, pero definitivamente tendré que dar alguna que otra explicación cuando lleve a Lily conmigo a la pista de patines y recreativos en la que he quedado con Rob y Charlie para cenar. Quizás también lleve a mis hermanos para que se entretengan juntos un rato, además, Rob suele llevar a su hermano, no va a ser un problema.

    —Perfecto, lo único, ¿tiene alguna alergia?

    —Sólo al melocotón.

    —Vale, y no te importa que la lleve a cenar fuera y patinar, ¿no?

    Él duda.

    —Supongo que no.

    —Genial, déjala en mi casa mañana a las cinco entonces.

    Con eso, me voy, redactando un mensaje para los gemelos diciendo que tanto Lily como Jayden vendrán dentro de dos fines de semana al parque de atracciones y, después, diciéndoles que les invito a venir mañana conmigo, con mis amigos y Lily al recreativo al que siempre me negaba a llevarles. Una vez enviados los mensajes, voy a mi siguiente clase. Va bien. Esto va bien.

    Al menos en lo que dura la calma.

¡Hay un cambio en la fecha de las actualizaciones! Ya no serán sólo los sábados. Ahora tendréis una capítulos todos los miércoles y sábados. Mejor, ¿no?

Este es tranquilo, pero el siguiente va a gustaros *COFFF* JANIELLE *COOOFF* y el siguiente ya JEJEJEJE

JEJEJEJEJEJEJE

Tocará sufrir y disfrutar a partes iguales. ¡Nos vemos pronto!

Un beso y nos leemos el sábado ♥

—Lana 🐾

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