10 Días Antes de la Traición...

El sol salió por el este y de entre las montañas sus rayos apenas se vislumbraba entre la arquitectura de su colonia, mientras que ella ya iba a toda velocidad corriendo por los pasillos con una sonrisa de esquina a esquina buscando a su tío NamJoon.

—Buenos días princesa. —Saludó su nana.

—Buenos días HaNie. — Respondió con una sonrisa y la voz cortada por falta de aire. —¿Sabes donde está el segundo líder? —

La mujer de edad media negó, pero se detuvo a pensar y la volteó a ver para susurrarle.

—Tal vez esté en el campo de entrenamiento, hoy es Lunes. —

—¡Dios, es cierto! —Se llevó una de sus manos a la frente mientras renegaba. —Lo olvidé, que tonta soy. —

—Usted no es tonta, simplemente un poco despistada. —Sonrió mientras la veía con ternura. —Antes de que se vaya. ¿Qué le gustaría comer? —

—Lo que sea está bien mientras venga de tí. —Se regresó y algo apresurada le dió un beso en la frente. —En un rato vengo, tengo que ver a mi tío NamJoonie urgentemente. —

Dicho de otro modo salió corriendo mientras se despedía de su nana a la cual le lanzaba besitos por el aire.

—¡No se tarde mucho niña ___ , o su comida se enfriará! — Gritó la mujer de edad y al final exhaló mientras negaba con una sonrisa.

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Mientras tanto, ___ seguía por los pasillos viendo entre los pilares por si de casualidad se encontraba con algún guerrero o de preferencia, a NamJoon.

Pero no fue el caso, hasta que llegó al campo de entrenamiento fue que finalmente se topó  con el hombre al que con tanta existencia estaba buscando.

—¡Tío NamJoon!— Gritó con emoción la joven justo al momento de llegar a su lado.

El hombre grande y robusto en cuánto escuchó su voz se volteó a verla y sonrió sin poder evitarlo.

— Princesa, es una alegría para mí verte. — Correspondió el abrazo que está le dió. —Pero recuerdas que te dije que ... —

—Si, si. Ya lo sé. —Rodando los ojos lo interrumpió. — Muestras de afecto frente a los soldados están prohibidas. —

—¿Entonces?— Le cuestionó con una ceja alzada.

—Lo siento, pero usted ya sabe que no puedo evitarlo. —Se cruzó de brazos. —Usted es como mi tío, y le quiero mucho. —

—Y usted princesa, como mi sobrina. — Apoyó su mano sobre su hombro. —Pero existen reglas y las debe cumplir. —

—Lo sé. —Se alejó de él y poniéndose rígida cambió su expresión a una más seria. —Por eso estoy aquí. —

—¿Con que motivos? —Le preguntó sin lograr comprender.

A lo que la princesa con una sonrisa le recordó.

—Hace un mes terminé mi entrenamiento como guerrera y apenas hace una semana que volví victoriosa de mi primera misión. — Se lo dijo con un tono juguetón. — Por lo qué ya acredité y puedo solicitar firmemente un duelo contra usted, nuestro fiel y valiente paladin. —

—Pero su ceremonia de investidura todavía no se ha realizado señorita, por lo que todavía tiene prohibido siquiera solicitarme eso. —

—Pero tío Kim usted sabe que es hasta dentro de nueve días. — Respondió pesadamente y con una mueca. —Y yo estaba pensando que tal vez podríamos hacer una excepción. —

—Eso está en contra de las reglas pequeña. — Alzó un dedo mientras le advertía. —Recuerda que no debes olvidar tu código de honor. —

___ asintió miles de veces mientras le seguía el paso al guerrero.

—Por favor. — Insistió. —Si tan sólo usted fuera tan amable de ponerme a prueba,  sabría si mi destreza junto con mi fuerza es suficiente para este futuro encuentro. —

—No ___ , lo siento pero conoces las reglas. —Le dijo firmemente. Pero al ver la expresión decaída de la princesa, el paladín suspiró y le ofreció una sonrisa. —No coma ansias y deje de ser tan impaciente pequeña señorita, nueve días no son nada y mientras menos lo espere más pronto estará enfrentándose contra mi y tal vez salga vendedora. —

—¿Pero como puede estar tan seguro de ello querido Tío? —Le miró con el ceño fruncido.

—Por el simple hecho de ser la hija y única heredera del rey. —Dijo sin más.

—¿Eso quiere decir que tendré ventaja por mi título? —Le cuestionó molesta.

—No. Jamás. — Contestó con un tono arrepentido. —Lo que dije, lo hice haciendo alusión al poder que alberga dentro de usted y que milagrosamente corre por sus venas. —

—¿Qué significa eso?—Lo miró intrigada.

—No sé preocupe. Pronto lo sabrá. — Volvió a sonreír. —Lo importante es que usted debe ser paciente y el tiempo le dará lo que usted está buscando. —

—Bien. Júrame que así será. — Le pidió y él asintió.

— Así será, usted bella princesa es muy fuerte y a lo largo de estos años ha demostrado lo que ningún hombre ha hecho. — Bajó la mirada y algo serio apenas marcando el gesto, sonrió. — Pronto verá el final a todo ésto. Más pronto de lo usted se imagina. —

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Perdón, una disculpa por haberme tardado tanto en actualizar este capítulo. Pronto nos veremos en el siguiente. Cuídense mucho.

P. D: Publiqué una nueva historia con temática de zombies, por si es de su agrado.