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ESPECIAL YOONSEOK

-Él es Jung Hoseok y tiene mi edad. -presentó un Namjoon de trece años al sonriente chico de su lado.

Arqueé mi ceja derecha, hice una muy corta reverencia y desvié mi mirada, dando a conocer mi poco interés por la gente nueva.

Muchas veces me había pasado aquello que las personas se ofendían o se ponían triste ante mi indiferencia, pero este chico de dientes grandes me mostró su amplia sonrisa e hizo una leve reverencia.

-¡Espero que seamos buenos amigos! -chilló el escandaloso. 

Namjoon sonrió, sé que internamente se estaba burlando de mí. Siempre me ha costado mucho trabajo relacionarme con las personas, incluso me apena decir que en más de una ocasión espanté a los candidatos amigos de Nam sólo con mi presencia.

Pero aquella vez fue diferente. Hoseok no huyó de mí, su mirada delataba sus ansias por conocerme, y aunque me avergüence por esto: despertó en mí las mismas ansias. Me cautivó.

~ o ~

El mutismo en la habitación era incómodo, luego de que a Namjoon se le ocurrió enfermarse del estómago y marcharse a su casa, dejándome solo con Hoseok aún sabiendo que a pesar de conocernos por más de dos años no nos considerábamos amigos tan íntimos. 

Hoseok estudiaba para su examen de matemáticas y yo sólo me entretenía leyendo un libro que antes le perteneció a mi hermano. A veces nos mirábamos de reojo, quizás ambos estábamos planeando la excusa perfecta para abandonar el lugar. Yo no podía, ya que esa era mi casa. 

-¿Quieres comer algo? -rompí el silencio, y en realidad pregunté la primera tontería que se me vino a la mente. 

Asintió, quitando sólo por un momento su vista de sus cuadernos y obsequiarme una de sus enormes sonrisas. Bajé hasta el primer piso y me dirigí a la cocina, del refrigerador saqué un trocito de pastel que quedó del cumpleaños de mi madre, además de servir en un vaso Sprite, que según lo que he notado a Hoseok le encanta. 

Acomodé ambas cosas en una bandeja para facilitarme el trasladarlas hasta el segundo piso sin derramar nada, pero en el momento justo en el que iba a tomar la bandeja para llevarla hasta mi cuarto, escuché un golpe proveniente de las escaleras. 

Corrí inmediatamente a verificar qué había sucedido, encontrándome con un tonto quinceañero arrodillado en el piso y con sus ojos llenos de lágrimas. Bufé. 

-¿Qué rayos te pasó? -pregunté con el entrecejo fruncido.

-Quería ver si necesitabas ayuda -sollozó. 

Solté una tenue risa, solamente de imaginarme su caída me provocaron unas intensas ganas de burlarme, pero al parecer era un tipo bastante sensible porque comenzó a sollozar con más intensidad. 

Me acerqué con cuidado, pasé su brazo alrededor de mi cuello y le ayudé a levantarse, sus piernas sólo tenían una herida pequeña, pero por su expresión y sus llorosos ojos, parecía que él creía que había perdido media pierna. 

-Despacio... Duele mucho... -sollozó cuando lo impulsé a avanzar un paso. 

-Sólo es un rasguño, no seas escandaloso -afirmé, prácticamente obligándole a avanzar.

Al entrar nuevamente a la cocina lo ayudé a tomar asiento para buscar el botiquín y así poder sanar su "gran" herida. Tomé un par de vendas y un ungüento, al ver esto último desvió la mirada y mordió su labio inferior. 

-Gallina -murmuré, en el momento en el que lo iba a aplicar en su herida, tomó mi muñeca y la alejó-, esto no arde, quédate quieto o dejaré que te siga doliendo. 

Cuando acerqué mi mano por segunda vez, la volvió a alejar. Bufé molesto y me puse de pie, su mirada se tornó a una más asustada, me acerqué hasta la bandeja que antes había preparado y tomé el plato con el pastel, y volví a pararme frente a él.

-Come -le entregué el plato, me miró confundido, sin embargo no se atrevió a cuestionar mi acción. Recibió el platillo y comenzó a degustar ese dulce hostigoso. Doblé las mangas de mi abrigo para evitar ensuciarlo y le di la última mirada al chico que a penas calmaba su lloriqueo.

Aproveché que su atención dejó de estar sobre mí y apliqué la pomada sobre su herida con mucho cuidado, su entrecejo se frunció levemente, es obvio que sí sintió algo en su zona afectada, pero no sintió ese dolor desesperante que seguramente creyó.

Cuando acabé con el vendaje de su rodilla me dispuse a levantarme, pero volvió a tomar mi muñeca, evitándolo. 

-¿Y ahora qué? -solté molesto.

Sus ojos pasearon por mis antebrazos, su semblante se tornó a uno de total seriedad mientras contemplaba mi piel nívea... llena de cicatrices. Quité abruptamente mi muñeca y bajé las mangas de mi abrigo. 

-Hyung... 

-Calla -levanté mi dedo índice cerca de su rostro-, esto es algo que no te incumbe. 

Hoseok tomó un poco de pastel con la cucharita y muy despacio la acercó a mi boca, su mirada tocó lo más profundo de mí. 

En el momento no comprendí su acción y mucho menos la mía, quizás fue el nerviosismo por saber que él había descubierto las marcas en mis brazos, marcas que incluso Namjoon desconocía. Arqueé mi ceja derecha y entreabrí mi boca, dispuesto a recibir aquel trocito de pastel. 

A cambio, alejó la cuchara de mí y acercó su rostro, acoplando sus gruesos labios con los míos. Mis ojos se expandieron, no hubo una reacción inmediata por mi parte. En aquel momento sólo existía una confusión inmensa dentro de mí, y una nueva sensación nació. 

Una sensación que desconocía.

Aquella que comienza con un ardor en el pecho, y quema, y provoca picazón, más sin embargo se siente tan malditamente bien. Aquella en que mis pómulos se sienten tibios y sin poder verme a mí mismo sé que están tomando un tono rosa. 

Y por primera vez, después de tanto tiempo, el corazón brinca de emoción que pareciese que quiere salir del pecho y por sí mismo poder tocar al causante de todo esto. 

Se crea una confusión total en el cerebro, y ya no sé si es el entorno que desaparece o éramos nosotros que pasamos a formar parte del aire. 

Me atreví a corresponder aquel beso, siendo cómplice del detonante en mi persona, del momento exacto en que mis demonios internos sienten temor, porque saben que se acerca la hora en la que deben liberarme. 

Hoseok rompe con delicadeza el beso y me mira, sin alejar su rostro. 

-Por favor, permite que sea de mi incumbencia -susurra.

Mantuve mi seriedad, pero me di cuenta en ese instante que no podría negarme. No mientras tenga clavada esa mirada en mí. 

Mis manos tiemblan, porque siempre he tenido una caparazón sobre mí que se negaba a soltarme, que me protegía, que evitaba que las personas que me rodeaban notaran mi interior tan frágil como el cristal. 

Por Dios... fue una manera tan abrupta de conocer por primera vez el amor.

~ o ~

Hoseok soltó un amplio jadeo, su mano derecha paseó desde su barbilla hasta llegar a su cabello y lo peinó suavemente con sus dedos hacia atrás. 

Con mucho cuidado me acomodé a su lado y suspiré cansado, hubiese querido dormir profundamente pero la fina capa de sudor que me cubría podía causarme un resfriado. Me levanté despacio y justo en el momento en el que me disponía a ir al baño para ducharme, Hoseok me detuvo. 

-Hyung... 

Hice un sonido con mi garganta a manera de respuesta, mordió su labio inferior y se abrazó a sí mismo. 

-¿Puedo preguntarte algo? 

Asentí y moví mi torso para quedar de frente a él. 

-¿Hasta dónde llegará todo esto? -soltó, su mirada parecía perdida.

-¿De qué hablas? 

-Sabes de qué hablo... 

Mi corazón se aceleró, sentí un escalofrío y un temor invadiendo mi cuerpo. 

-Sabes hasta que punto las personas se consideran como una amistad, y que hay una barrera que no se debe cruzar -lo miré confundido, pero en el momento en el que iba a protestar, continuó-, pero cuando decidimos atravesarla, jamás pensamos en lo que sucedería en el futuro. Llegará un momento en el que se crucen por nuestros caminos las personas que realmente nos complementen, que llegarán para quedarse... Y no nos daremos cuenta que nos convertiremos en la piedra del camino. 

-Hoseok...

-Hyung... No soportaría perderte, y jamás me permitiría ser el obstáculo hacia tu felicidad. Por favor, permite que esto se convierta sólo en un recuerdo y podré cuidar de tu amistad, y tener la certeza de que seguiremos estando juntos... 

Desvié la mirada. Siempre había sido un hombre tan sutil, incluso en ese momento, en el que sólo afirmaba que a pesar de haber mantenido una relación de "amistad" con muchos beneficios, sus ojos jamás me vieron de la misma forma que los míos lo veían a él. Que él no experimentó lo mismo que yo. 

Me estaba pidiendo que siete años se convirtieran en un recuerdo. 

Pero honestamente, si lo nuestro se convertía en algo formal y llegase el momento de terminar, si el corazón de Hoseok latiera tan rápido al ver a otra persona, si sintiera el mismo ardor en el pecho que sentí yo la primera vez que nos besamos... Tampoco podría soportar perderle. 

Hoseok me llenaba de energía, tal como un cargador al celular. Y con tal de tenerlo a mi lado, guardaría aquel sentimiento que él mismo me obsequió y esperaría pacientemente hasta que llegase alguien para cuidarlo y corresponderle. 

Asentí con un nudo en la garganta y devolví mi mirada hacia él, entonces acerca su rostro y apega su frente a la mía, dejándome sentir por última vez aquella cercanía de la que me había vuelto adicto. 

Fue tan dulce, incluso cuando mi primer amor llegaba a su amargo final.

~ o ~

-¡Papito! -chilló Chenle, volviéndome a la realidad.

Me miraba con el entrecejo fruncido, se notaba realmente indignado por no recibir mi atención.

-Lo siento, hijo, ¿Qué me decías? 

Frunció los labios, se cruzó de brazos y se marchó en un claro berrinche. Solté una tenue risa y caminé en dirección a su habitación, estaba dándole la espalda a la puerta y fingió estar concentrado con un oso de peluche. 

-Bebé... -susurré.

-Tu bebé está en la barriga de papi -soltó. Chenle es tan sensible como Jimin.

-Tu también eres mi bebé.

Volteó levemente su cabeza, mirándome de reojo y con un pucherito bastante formado.

-¿De verdad? 

-Por supuesto que sí... 

Se levantó y caminó en mi dirección con sus brazos alzados, exigiendo que lo cargue. Puse mis manos bajos sus brazos y lo alcé, esbozó una enorme sonrisa y comenzó a hablar sin parar, desde una película que vio hasta el último juego que inventó con Baekwoo. 

Desde que se enteró que sería hermano mayor se volvió bastante exigente de atención, ya que temía ser dejado de lado. Temía dejar de sentir amor rodeándolo. Y lo entendía tanto, yo también tuve ese mismo miedo.

Besé su frente cuando terminó su eterna conversación y soltó la risa más hermosa que mis oídos hayan escuchado, aquella risita que adoraba. 

Entonces desde la habitación matrimonial se asomó mi ahora esposo, cargando a mi segundo bebé y trayendo consigo aquella preciosa sonrisa que le heredó a mi primogénito y, rogaba, que se la heredase también a mi Jihoonie.

Jimin se nos acerca y deposita un dulce beso en la frente de Chenle. 

-¡Papi! Papá dice que yo también soy su bebé -le dijo emocionado. 

-Por supuesto que sí, amor... Nosotros te amamos de la misma manera en la que amamos a Jihoon.

-¿Y también amas a papá? -preguntó Chenle abrazándome con fuerza.

"-Llegará un momento en el que se crucen por nuestros caminos las personas que realmente nos complementen, que llegarán para quedarse..."

-Con todo mi corazón, Chenle -respondió Jimin sin siquiera dudarlo. 

Ya nunca más sentiría aquel temor de dejar de ser amado. 

~ o ~

Me avergüenza incluso dejarles esta nota... 

Hace ya un tiempo escribí un mensaje y expliqué los motivos por los que me alejé de Wattpad, pero realmente quiero contarles que en este preciso momento me siento liberada de aquellos malos recuerdos. 

Dejé de lado la culpabilidad, sé que hice todo lo que estuvo a mi alcance para evitar que mis niños sufrieran malos tratos y las indiferencias de las "docentes". Utilicé todas mis energías en ellos.

Y es que en realidad lo que más me deprimió fue saber que una práctica, supuestamente el lugar donde debía adquirir experiencia, me estaba enfermando mentalmente. Ansiaba el último día a pesar de no querer abandonar a los pequeños que se robaron mi corazón.

¡PERO AQUÍ ESTOY! :'3 

No saben cuanto extrañé esto, la emoción de actualizar y de la nada darles pequeñas sorpresas y PUM! doble actualización 7u7 Me encanta.

Pero como estoy retomando, me toca releer mi propia historia para no enredar todo :'v

Y sé que esto quizás lo leen, o lo escuchan cada cinco segundos, pero espero de todo corazón que se cuiden en estos momentos, hoy vi un video de Ecuador que me partió el alma. Por favor cuiden sus preciosas vidas... 

Les amo un montón<3 

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