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005

El olor del ambiente del hospital puede resultar bastante desagradable para algunas personas y para las personas embarazadas era mucho peor, todo gracias a lo delicado que se volvía su sentido del olfato. Sunoo se preguntaba seriamente si fue buena idea insistir a Heeseung en acompañarle, pero una respuesta automática aparecía en su mente: jamás había visto una mirada tan destrozada. 

Ni siquiera cuando Jungwon rompió su noviazgo después de enterarse de la infidelidad de su antiguo novio, y vaya que eso le había dolido. Sunoo y Ni-ki tenían que ir a visitarle todos los días para encargarse que fuera a la universidad y que se llevara algo de comer a la boca. Si no lo hacían, el más bajito sólo se la pasaba en su cuarto mirando el techo y las paredes color crema, en las que yacían dibujos echos por él y su ex. Obviamente sus amigos nunca lo dejaron de lado y fueron precisamente ellos quienes se encargaron de remodelar el departamento completo, cambiaron el tapiz de las paredes e incluso quemaron todas -o por lo menos eso creían- las fotos del chico que osó a romperle el corazón al lindo Jungwonie.

Incluso cuando Ni-ki fue rechazado por sus padres luego de salir del clóset. Sí recuerda haber visto al menor llorar a mares y más cuando lo echaron a la calle. ¿Qué rayos les pasaba? Ni siquiera a un asesino le había dicho tantas barbaridades como los padres de Niki le he dicho a él. Sunoo pudo quedar tranquilo por sus pequeños amigos, ya que después de todo comenzó a compartir el departamento de Jungwon y así ambos se hacían compañía. Al tener la misma edad se llevaban prácticamente como hermanos y más aún ellos que se comportaban como mocosos. 

Sunoo vio el vació en la mirada de Heeseung y si pudo ayudar a dos chicos de diecinueve años, con mayor razón lo haría con uno de diecisiete. Las palabras prácticamente tuvo que sacárselas con espátula, ya que el adolescente parecía estar ahogándose y sí, es obvio que a un desconocido no puedes simplemente soltarle tus problemas, pero Sunoo y su carita de ángel podía todo.

Así fue como terminó en el hospital, acompañando a un Heeseung destrozado por la caída de su madre al hospital. Por lo que escuchó decir al médico, la mujer fue diagnosticada con un problema en su corazón y que su estado era muy delicado.  Sunoo sacó su celular de su bolsillo y miró la hora, faltaban veinte minutos para las tres de la tarde, casi era la hora del almuerzo y debía regresar para comer con Sunghoon. En verdad quería comer con él, pero no quería dejar solo al chico que lloraba con su rostro cubierto por sus manos. 

Buscó entre sus contactos el número de su esposo. El número se lo había dado el de tez blanca durante una de las cenas, ya que el castaño se encontró gran parte del tiempo en el departamento y en caso de emergencia, quería estar al tanto. 

Llamó al número y después de tres tonos contestó Sunghoon. 

-¿Sunoo?

-Sí -Se levantó del asiento en el que estaba y se alejó unos cuantos pasos de los más jóvenes. Dio una última mirada a Heeseungie quien era ligeramente consolado por Ni-ki y Jungwon- Hyung, sé que me dijiste que te llame en caso de emergencia y... esto no es una emergencia.

Sunoo pudo escuchar como el moreno soltaba una pequeña risita del otro lado de la línea. 

-No te preocupes, solo dime. 

-Ahora mismo estoy en el hospital y...

-¿Estás bien? ¿Te sucede algo? 

-SÍ, Hoon, estoy bien -Soltó una sonrisa involuntaria- no estoy aquí por mí, sólo estoy de apoyo. Es que ya que acostumbramos a comer juntos y hoy no pude preparar nada para ti, así que me preguntaba si podíamos comer en un restaurante que está por aquí... claro, sólo si puedes.

-Está bien, vamos. Hay algo de lo que quisiera hablar contigo y es muy importante. 

-¿Sobre qué? 

-En el almuerzo hablamos... nos vemos

Sunghoon cortó la llamada y Sunoo sabía a la perfección cual era el tema tan importante. El mayor le envió un mensaje con el nombre del restaurante en el que se encontrarían para comer.

El camino hasta el restaurante era bastante corto y sólo tardó quince minutos, el único inconveniente fue lo cansado que llegó. No usó pasos rápidos y el sol no estaba realmente golpeando tan fuerte, sin embargo se sintió como si hubo corrido en una maratón. Buscó una mesa cerca de la ventana para recibir un poco de aire fresco. 

El camarero le llevó la carta y volvió a atender otras mesas mientras el castaño decidía qué comer. Se sintió bastante indeciso, cada plato escrito en ese papel plastificado se le hacían bastante apetecibles. En el cuadernito que le entregó la doctora decía perfectamente que durante el embarazo debería evitar comer carnes crudas, por lo que tuvo que decirle adiós a unos cuantos platos. 

No salía nada sobre las cosas picantes, pero prefería evitar antes de lamentarse después. Adiós a otros platos más. 

-Mira nada más los sacrificios que hago por ti, bebé -Murmuró bastante bajito, ni siquiera las personas de las mesas de su lado pudieron oírlo.

Estaba tan concentrado en el menú que no se dio cuenta en el momento que llegó su esposo. El de tez blanca le sonrió y se sentó frente a él, Sunoo automáticamente comenzó a ser un manojo de nervios pero de todos modos le devolvió la sonrisa. 

-¿Ya ordenaste? 

Sunoo negó y le entregó el menú. 

-Te estaba esperando, pero ya sé que pediré. 

Sunghoon no era para nada indeciso y tardó menos de tres minutos en escoger un plato, le hizo señas al camarero para que se acercara a ellos, hicieron su bedido -el de Sunoo por cierto, eran tres platos- y el chico se fue, dejando a los esposos solos. 

-¿Qué es lo que me querías decir, Hyung?  -Habló Sunoo después del incómodo silencio que se había adueñado del ambiente.

-Escucha, sé que este tema te puede incomodar un poco y que quizás la hora del almuerzo no es la mejor para hablar de esto, pero ya llevo varias semanas con esto en la cabeza.  -El castaño permaneció en silencio, sin quitarle la vista de encima- ¿Has ido al médico? ó ¿Te has hecho alguna prueba de embarazo? 

Pese a que sospechaba lo que el de tez blanca quería hablar, Sunoo no estaba preparado para decírselo aún y se había puesto bastante nervioso, por lo que sólo optó por negar hacia las preguntas realizadas por su esposo. 

-No, aún no. 

-Entiendo. Sunoo es importante que vayas luego a un doctor para que te revise. Te he estado observando desde que comenzamos a vivir juntos y noto ciertos cambios en ti. Si no te he dicho nada es porque tenía entendido que después del mes y medio en un hombre se puede saber si está embarazado o no. -Lo último lo dijo con la voz baja y prosiguió- He visto cuando te encierras en el baño y escucho tus arcadas, también noto tu mirada cansada, como ahora.

-Hyung, prometo que la próxima semana iré al médico para que me revise... no te preocupes. 

El de tez blanca mostró sus hoyuelos y asintió. 

-¿Puedo hacerte una pregunta? 

-Pregúntame.

-Sé que lo que mas quieres es que cualquier prueba de embarazo que me realice salgan negativas y poder librarte de este matrimonio, pero, en caso de que sea lo contrario y salga positiva. ¿Qué harías, Hoon? 

La pregunta tomó por sorpresa a Sunghoon, abrió grandes ojos y bajó por un minuto su mirada, no quería decir algo que lastimara a Sun o que se pudiera malinterpretar. Se tomó unos segundos más para relajar por fin su rostro y volver a mirar a su esposo a los ojos. 

-No huiré de mis responsabilidades, Sunnie.  Puedes estar seguro de eso. Los errores se pagan.

Casi. Si tal vez se hubiera detenido un poquito antes, no hubiera ocurrido en el castaño una mirada de angustia con una sonrisa forzada. 

Sunoo sin embargo agradeció, por lo menos sabía que no debería que criar de su bebé él solo. Para el menor, el único error fue cometido la irresponsabilidad de emborracharse hasta quedar prácticamente inconsciente, pero concebir a su hijo no era un error, era algo natural.  Él se equivocó en el hecho de acostarse con alguien que no conocía, pero en ningún momento le pidió a su cuerpo que creara a ese ser inocente. Fue un regalo.  Quizás un consuelo. 

No continuaron con el tema después de eso, sólo se concentraron en comer y hablar de lo que les sucedía durante el día.  Cualquier persona que no supiera la historia detrás de ellos, al verlos se habiesen quedado fascinados después de verlos hablar y reír con tanto entusiasmo, parecían verdadera una pareja enamorada. 

Pero nada era así, no había ni una pizca de amor, ni de atracción. O por lo menos Sunghoon no sentia atracción.


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