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002

Otra vez la misma sensación había vuelto a invadir su cuerpo. Nuevamente su cuerpo hacía movimientos violentos y se retorcía contra el lavado, abrazado a esa cerámica blanca. Quería detenerse, le asustaba lo que las náuseas podrían significar y realmente sospechaba de lo que sucedía.

Sunoo no era tonto, no iba a andar haciéndose el que 'Quizá la comida me cayó mal al estómago', 'Sólo es un dolor estomacal'. Éso es de cobardes. Claro, él tampoco quería aceptar la realidad pero si era necesario, lo haría, quiera o no.

Las crueles lágrimas invadían sus lindos ojos, Sunoo sabía que de nada valía arrepentirse, pero él pensar que si hubiera sido un poco más responsable, no estaría en aquella situación. No estaría casado con un desconocido que lo ignoraba día y noche, y no estaría vomitando cada vez que se lleva algo a la boca.

No quería que sus sospechas fueran ciertas, no quería traer un bebé al mundo. En realidad no era el echo de convertirse en padre, sino las circunstancias.

Él no quería traer a este mundo tan cruel a una criatura inocente, no con una sociedad tan podrida. Aunque la homosexualidad cada día es un poquito más aceptada, el embarazo masculino aún era visto como algo aberrante y nada natural. ¿Cómo podría vivir tranquilo sabiendo que su bebé sería discriminado por sus padres? Le dolía de sólo pensarlo.

Todo eso, Sunoo lo había simplemente ignorado si el padre de su hijo fuera un hombre que lo defendiera ante todo. Le importaría un pepino lo que diga la sociedad y sabría que su bebé siempre sería protegido por su papá.

Lamentablemente las cosas, todas las cosas que Sunoo se había proyectado para su futuro se había ido a la basura. Probablemente Sunghoon querría golpearlo si Sunoo queda embarazado, lo que eso significaba, tendria que responsabilizarse sólo de una criaturita indefensa.

- Sunoo... - La gruesa voz de Sunghoon lo sacó de sus pensamientos, el de tez blnca repitió el nombre de su esposo y luego dio unos suaves golpes a la puerta del baño.

- Ya casi salgo, sólo dame un segundo - Enjuagó su boca y tomó su cepillo de dientes, junto a la pasta dental, untó un poco en los pelitos del cepillo y se dispuso a introducirlo a su boca. Al primer vaivén las náuseas fueron instantáneas y dejó salir ése asqueroso ácido que le provocaba un insoportable ardor en su garganta.

- ¡¿Sunoo?! ¿Estás bien? - Se oía el pomo de la puerta moviéndose rápidamente y unos cuántos golpes. Oh, si seguía así rompería la puerta.

- S-Sí, estoy bien. Salgo en un momento, lo siento...

En menos de un minuto Sunoo salió del cuarto de baño, lo primero que encontró afuera era la preocupada mirada del moreno. Pero en realidad él no quería que Sunghoon sospechara lo mismo que él, por lo que sólo le dijo que había comido algunas porquerías y estás le habían echo daño.

¿A quién creía que estaba engañando? Sunghoon es todo, menos un tonto y sabía perfectamente que Sunoo le estaba ocultando algo, pero ¿Qué más le daba? No era su problema.

Había llegado la hora, había pasado un mes y una semana desde que se había acostado con Sunghoon y decidió que era el momento perfecto para hacerse la prueba de embarazo.

Siguió las instrucciones paso por paso, con mucho cuidado de no equivocarse en nada. Sus manos le temblaban. Sudaba. Soltaba jadeos bajitos por los nervios. Sólo debía esperar unos cuantos minutos más para ver el resultado, así que dejó el test en una encimera del baño y se dirigió a la sala de estar.

Aprovechó ése momento que Hoon no se encontró en casa por su trabajo y se dedicó a preparar discursos en caso del negativo o positivo.

Si resultaba negativo sería muy fácil, simplemente debería decirle que no se preocupe y que sus vidas volverían a la normalidad en cuanto acabase el tiempo que había fijado el juez.

¿Pero si resultaba positivo? ¿Cómo se lo diría? ¿Cómo le explicaría que sus vidas seguirían unidas aún si no hay sentimientos de por medio?

El pegajoso ringtone de su celular lo despegó de sus pensamientos, observó el nombre en la pantalla y contestó enseguida.

Jungwon, ¿Cómo estás? -Preguntó con una tenue sonrisa

- Bien, supongo. Estoy muy preocupado, dijiste que hoy te harías la prueba de embarazo. ¿Ya la hiciste?

- Sí, pero debo esperar unos minutos para ver el resultado. Los nervios me están devorando vivo, Jungwonie.

- Puedo imaginármelo, Hyung. Te deseo suerte, me llamas en cuanto veas el resultado, ¿Bien?

- Lo haré, hasta luego...

Colgó la llamada e hizo una mueca agobiada, ya era hora de ir a revisar el resultado. Caminó con torpeza hasta el cuarto de baño y antes de tomar el pequeño causante de sus nervios, cerró los ojos y estiró la mano para tomarlo. Contó en su mente hasta diez y se obligó a sí mismo a darse fuerzas.

Abrió los ojos y la prueba respondió. Positivo. Abrió su boca y luego puso una mano en su plano vientre.

Él mismo creyó que su reacción ante el positivo sería escandalosa y que probablemente lloraría y gritaría sin detenerse, pero no fue así para nada. Una tímida sonrisa se posó en su boca, dejó el test nuevamente donde estaba y con sus dos manos acarició su estómago.

- Voy a tener un bebé - Murmuró para sí mismo y soltó una sonrisa entre dientes - Voy a tener un bebito.

Repitió lo mismo una o dos veces más. Por alguna razón la angustia se fue y sólo podía sentirse inmensamente maravillado.

No podía creer que en su vientre había una pequeña vida, un pedacito de él y de Sunghoon, un ser que con el paso del tiempo sería un bebé, luego un niñito y luego a éso, un adulto. En serio no podía creerlo. Los pensamientos más dulces llegaban a su mente en ese momento y en realidad no sabía si estaba bien o mal.

Aunque su bebé fuera de Sunghoon y sabía que posiblemente a éste la noticia lo enojaría mucho, estaba feliz y parte de esa felicidad se la agradecía a el de tez blanca.

Sólo podía pensar en lo maravilloso que era saber que dentro de él había una ser con toda una vida por delante. Podía pensar también en lo adorable que sería al momento de nacer, ése olor tan exquisito de bebé, dos mejillas regordetas y posiblemente una sonrisa que enamoraría a cualquiera, una sonrisa sin dientes. Oh, y sus ojos, sin duda para Sunoo serían los ojitos más lindos de éste mundo.

Sacó su celular y marcó torpemente a uno de sus mejores amigos, Jungwon, quien al segundo tono contestó, como si hubiera estado observando el celular esperando la llamada.

- ¡Hyung! ¿Cuánto tardaste? ¡Se me hizo horas!

- No, no tardé mucho... - Sin querer, Sunoo estaba sonriendo como un bobo - Jungwonie, salió positivo.

Por el otro lado de la línea sólo había silencio. Al chico más bajito se le había ido la voz por completo y era precisamente porque no sabía si Sunoo estaba bromeando -Porque si era una broma, era una de muy mal gusto-, ya que su voz no sonaba quebrada, ni triste. De hecho, se oía feliz.

- ¿Jungwon? ¿Me oyes?

-Sí, es sólo que no acabo de ingerir lo que acabas de decir.

- Por alguna razón no estoy triste, no me siento mal y nada por el estilo. Quizás sí estoy algo nervioso, pero sólo eso.

- ¿Estás feliz?

- Sí y mucho.

- Eso me tranquiliza, Hyung. en serio me alegra que lo hayas tomado bien y todo eso, pero, ¿Cómo se lo dirás a Sunghoon?

- No lo he pensado. A penas nos dirigimos la palabra, así que me será un poco difícil entablar una conversación.

Gracias a su felicidad de hace unos minutos no había pensado en cómo decírselo a Sunghoon. ¿Cómo le diría que tendrían un bebé? Sabía que las posibilidades de que el de tez Blanca reaccionara bien como lo hizo él, eran casi nulas. Sunoo sabía de sobras que el padre de su criatura lo que más quería en el mundo era que el tiempo volara y poder divorciarse.

Una sonrisa volvió a asomarse. En realidad, le daba igual si sólo él debería hacerse cargo de su criatura. Había tomado bastante bien la noticia, pero, ¿Cómo la tomaría Sunghoon?


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