41.El cazador tambien puede ser cazado
El entrenamiento había terminado y ya todos los jugadores se habían ido. Solo unos pocos aficionados quedaban ya en las gradas cuando bajo al campo con los dos pequeños.
Isco nos espera allí para ir a ver como está nuestro pequeño.
Ahora que se lo hemos contado a Noa, la peque está emocionada y se ha pasado todo el entrenamiento contándome como va a tratar a su hermanito.
Llegamos al médico y nos sentamos en la sala de espera.
Nunca había estado tan nerviosa y emocionada a la vez. Ni cuando le volví a ver en Galicia después de enterarme que jugarían allí.
La espera se me hace eterna. El resto de gente alrededor está como si nada fuese a suceder.
La enfermera sale al pasillo con la lista de pacientes en una mano y las gafas en la otra. Se pone las gafas y con mucha tranquilidad llama a su siguiente paciente. Una pareja bastante joven se levanta al lado de nosotros y se dirigen a la sala de donde ha salido la enfermera.
Media hora mas tarde, nos llaman a nosotros. Le pedimos a Isquito que se quede cuidando a Noa fuera.
La enfermera sale de la sala y entra una mujer ya mayor con bata y pinta de llevar trabajando muchos años.
La doctora nos va a enseñar los latidos.
-Señores, aquí vamos a poder apreciar los latidos del corazón del bebe en unos instantes.-Dice la doctora preparando todo.
Nada mas empiezan a sonar, mis ojos se humedecen y me pica la nariz. Isco está igual que yo y me da un beso.
-Vale... ¿Es la primera ecografía?
-Si.-Dice Isco.
-Vale. Como están escuchando, los latidos se oyen muy intensos.
-Doctora, ¿está bien el bebe?
-Tranquila. Son gemelos.
-Espera, que. ¿Nos está diciendo que vamos a tener dos bebes?
-Si. Ahora vamos a ver la imagen. Miren. Aquí se pueden apreciar los dos. Bueno no, las dos. Son dos niñas. Enhorabuena.
Isco está a cuadros. No se podría decir quien está mas emocionado.
La doctora nos da una foto de la ecografía y nos deja irnos.
Recogemos a los niños que se han puesto a jugar con la maquina de agua.
-Venga chicos. Vámonos a casa.
-Mama, ¿y el hermanito?-Pregunta Noa.
-Cariño, vas a tener dos hermanitas.
-Entonces...¿Van a ser dos mejores amigas?
-Si cariño.
-Bien. Así podré cuidarlas.
-Y yo te voy a cuidar a ti hasta que puedas hablar con ellas.-Dice Isquito dandole la mano a Noa.
-Vale.
Al llegar a casa, Isco se ocupa de los niños. Les ha puesto a lavar unas verduras para hacer la cena y mezclar algo.
-Sube y date una ducha.-Dice Isco.
Que remedio. Habrá que hacerle caso,¿no? Que pena. (notesé el sarcasmo)
Me doy un baño largo, sin prisas, relajandome al máximo. Esto de llevar dos niñas dentro no es nada fácil.
Me pongo a pensar en nombres aunque solo esté de 3 meses, hay que tener previstos todos los detalles.
Termino de bañarme y cojo el albornoz.
Me sientro sobre la cama tranquilamente y observo la habitación. Como se ha desarroyado mi vida. Venir a Madrid me cambió completamente. Ahora tengo una familia y un trabajo maravilloso al que espero poder volver en cuanto nazcan las niñas. Volver al colegio en el que trabajé y enseñar.
No se oye nada en la casa. Ni risas ni gritos como suele haber. Es extraño.
Termino de vestirme y de recoger la habitación.
En la cocina no hay nadie. Todo está preparado. Pero solo hay un plato, un vaso, una cuchara y un tenedor. La comida está caliente y servida pero solo hay una ración. Es raro.
Les busco por toda la casa. Llamo a Isco desde el fijo pero no responde y no suena en ninguna parte de la casa. Sus llaves no están y la maleta de debajo de la cama no está. Sus cosas del armario han desaparecido y las de los niños también. Encima de la mesa, un papelito con dos solas palabras escritas. "LO SIENTO".
Esto no me puede estar pasando. Es demasiado. Lo único que no se ha llevado es el osito de peluche de Noa.
Ha cometido un error del que le va a ser difícil de olvidar. No se han ido. Es una broma. Noa no se iría nunca sin su osito de peluche. No puede dormir sin él.
Ni siquiera se han ido de casa. Deben de estar en alguna parte. No oí la puerta cerrarse y el coche de Isco estaba aparcado en la esquina de la calle.
Recogo la mesa una vez he comido y salgo por la puerta dramatizando la escena. Gritando sus nombres y cerrando de un portazo. Cojo el coche hasta casa de Nacho y llamo a la puerta.
Me abre María con el pequeño Guille en brazos.
-Hola María. Oh. Pero que grande está ya.
-Si. Está muy grande. Cuanto tiempo. Deberías venir más por aquí.
-Si. Eso intentaré. ¿¿Está Nacho??
-Em, si, pasa. Está haciendo la comida. Pasa.
Tal y como había dicho Maria, Nacho esta haciendo una ensalada.
-Hola Nacho. ¿Puedo quedarme en vuestra casa unos días?-Le preguntó.
-¿Que ha pasado?
-Nada de lo que debais preocuparos.
-Si tu lo dices...
-¿Dónde están Isco y los peques?-Pregunta María.
-Supongo que en casa.
Les explico todo con calma. Al principio no me creen. Se que cuesta creerse lo pero les conozco. Se que Isco ya no es el que era antes y que no se iría. Y menos con Noa y con Isquito.
Después de instalarme en la habitación de invitados, miro los mensajes y las llamadas. Ya he recibido varias de mi novio. En concreto, 14. También me ha llamado desde el fijo de casa. 7. Me ha enviado mensajes.20. Y también se los ha enviado a Nacho. Diciéndole que si sabia donde estaba. Le hice responder que no lo sabía pero que si lo averiguaba se lo haría saber. Y solo han pasado 5 horas.
Solo miro sus mensajes. La mayoría son de que vuelva a casa y que ha sido una broma. Que me hecha de menos y que no pretendía que me lo tomara a mal.
Ahora me da pena pero tiene que saber que las bromas yo también las puedo devolver. El cazador también puede ser cazado.
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