33.Lista de objetivos
Isco y yo nos encaminamos hacia el hospital.
-Cariño, ¿Estas bien?-Dice.
Le oigo, claro que le oigo. Vamos dentro de un coche. Pero, no le respondo. Me limito a seguir mirando la carretera mientras él conduce.
Llegamos al hospital y sin decirle nada a Isco salgo corriendo hasta la planta que me ha dicho Emma. Entro en una de las habitaciones y allí están las dos.
-Gracias a dios que estáis bien las dos. ¿Que pasa?
-Gracias por venir.
Me hacerco a ella.
-¿Que te han dicho?
Nina cierra los ojos y al abrirlos, tiene los ojos llorosos.
-Tengo... Tengo cáncer.
No puedo evitarlo. Aunque traté de darle confianza, lloro. La abrazo.
-Tranquila. No va a pasar nada.
O eso espero. La verdad, no quiero que le pase nada, pero, se que va a sufrir. Y no quiero verla pasar por esto.
Salgo de la habitación con Emma.
-Cuanto...-Digo.
-No lo saben. Pero... Menos de un año.
-Y cuando...
-Ya ha empezado el tratamiento.
-Dios... Que vida mas complicada. ¿Cuando podrá irse a casa?
-Mañana. Pero, el tratamiento... Es cada dos semanas. Puede que se olvide de todo durante unos días, pero al final tendrá que volver y lo recordará.
-Pobrecilla.
Volvemos a la habitación. Esta mirando la nada.
-Chicas, hay algo que quiero hacer antes de morir.-Dice Nina sin siquiera mirarnos, sumida en sus pensamientos.
-No te vas a...
-Venga ya Emma, se realista y no intentes pararme. Se que voy a morir. Pero, no os librareis de mi tan fácilmente.
-Vale... Dinos, que es.
-Mirad, hay cinco cosas que quiero hacer antes de irme.
Abre un cajón de la estantería que tiene al lado y nos tiende un papel.
5 objetivos que hacer
-Ir a Mallorca a pasear por las playas.
-Ir a una discoteca y no parar hasta que me acabe agotando.
-Besar a un chico sin antes haberle dicho nada.
-Conocer a los jugadores del Sevilla.
-Ver una lluvia de meteoritos en la playa con mis amigas.
-Vale, vamos a cumplirlo.-Dice Emma.
-Puedo conseguir tres billetes para ir a Mallorca.
-Vale.
Al salir del hospital, me encuentro con Isco que había salido a tomar el aire.
-Hola. ¿Me llevas a hablar con Marco?
-Si, claro. ¿Que pasa?
-Nada. Tengo que hablar urgentemente con él.
Me monto en el coche con él. Intenta establecer una conversación pero se acaba rindiendo al comprobar que no respondo.
Llegamos a casa de Marco y me despido de Isco.
-Te quiero. -Le digo.
Él me mira y se va.
Creo que se ha enfadado. Necesito esto y no puede enfadarse dada la situación en la que estoy.
Me giro y sigo mi camino hasta la puerta de Marco. Cuando llamo, no tarda mucho en abrir la puerta.
-Hola.-Dice.
-Por favor, ayudame.
Le abrazo de improviso, pillándole por sorpresa.
-¿Que te pasa?
-Nina... Está enferma.
-Lo va a superar.
-Marco,-Le digo ya entre lágrimas.-Tu lo entiendes mejor que nadie.
-Es por...
-Si. Emma te va a necesitar. Igual que yo necesito un amigo como tú en este momento.
-Lo comprendo.
Me deja pasar a su casa. Hace té y charlamos un rato.
-Cuanto...
-Menos de un año.
-Mi madre estuvo más tiempo...
Empiezan a caerle lágrimas por las mejillas.
-Marco, tu madre era una luchadora. Merece que la recuerden como tal. Un ángel caído en una guerra que nadie puede ganar. Una heroína. No un humano muerto. Alguien que te importa puede llegar a ser eso... Un ángel. Estoy segura de que te cuida. A ti y a tu hermano.
-Gracias.
Le abrazo y lloramos juntos. Al rato, unas llaves suenan en la cerradura.
-Debe de ser Emma. Ve con ella.-Le digo.
Él se levanta y veo de lejos como la abraza. Es tan bonito...
Dejo la taza de té en la cocina y voy a la puerta donde están los dos.
-Os dejo a solas.
Me dirijo a casa de Isco, que ya debe de estar preocupado. El coche está en la puerta. Junto con el de Sara. ¿Que hace ella aquí?
Al entrar, están teniendo una animada conversación.
-Hola. ¿Como tú por aquí?-Le digo a ella.
-Vine a saludar. ¿Y tu? ¿Has vuelto a Madrid? ¿No te quedas en tu asquerosa Galicia?
-Con mi tierra ni una eh.
-Bueno, seguro que también has traído a esa hija vuestra que no debería ni haber nacido.-Dice levantándose del sofá con aire de superioridad.
-Isco, ¿Donde está Noa?
-Arriba, dormida.
-Vale. Dile a Sara que se vaya de aquí.
Se queda callado sin responder.
-No quiere que me vaya. Me quiere más que a ti.-Dice ella.
Y... Mi paciencia estalla.
Me abalanzo sobre ella y caemos las dos al suelo. Ella me pellizca en los brazos y yo la tiro de los pelos. Isco ya no sabe ni que hacer. Se limita a mirar horrorizado como nos peleamos.
-Ni se te ocurra volver a mencionar mi tierra, no tienes ningún derecho y no vuelvas a mencionar a mi hija tampoco. No te ha echo nada. No es su culpa que no tengas vida. Tampoco vuelvas a esta casa mientras yo esté aqui., porque la próxima, te arranco los pelos.-Digo todavía tirando de ellos.
De repente, siento como unos brazos me rodean la cintura y tiran de mi hasta levantarme y tener que soltar a la maldita a la que estaba por matar.
No me deja en el suelo, me sujeta y le da tiempo a Sara a levantarse y arreglarse un poco. Una vez se ha recompuesto, me deja de pie y se pone entre nosotras.
-Se acabó la pelea entre vosotras dos.
-De todos modos, no valía la pena pelearse con alguien así, tampoco tengo que hacer nada en esta casa, está claro que recuperaré a Isco en muy poco tiempo. No vales nada Thalía.
Se va por el pasillo hacia la puerta. Hago un intento de ir tras ella y darle un par de tortas pero Isco me vuelve a detener.
Una vez se oye el portazo, le miro a la cara con desprecio. Desde cuando no me defiende ante esa. Hasta le da igual Noa.
-Estas enfadada, ¿verdad?
-¿Que hacia ella aquí?
-Ha venido para hablar.
-Vale.
Me doy la vuelta y me dirijo a la habitación.
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