Nada mas despertar, noto como Isco me está abrazando. Me dan ganas de quedarme ahí todo el día pero no puedo porque Noa está en casa de Marco y quiero traerla de vuelta.

Sonrio para mi misma y salgo de la cama. Nada mas bajar las escaleras, siento como el hambre me invade. Voy a la cocina. Preparo unas tortitas para mi y otras para Isco.

Alguien me abraza por detrás mientras estoy sirviendo las tortitas.

-Buenos días.

-Buenos días. ¿Quienes tortitas?

-Supongo que por pasarme un día y saltarme la dieta no pasará nada.

-Ah, entonces no. No quiero que Solari me eche la culpa de que no rindas bien en los partidos.

-Oh, venga. Con la pinta que tienen. Si es que hasta tienen forma de corazón y todo.

-Vale, puedes saltarte la dieta en el desayuno de hoy. Pero con una condición. Dame un beso.

Se lo piensa dos veces. No me lo invento. Se lo piensa. ¿Porque? ¿No quería volver a empezar? ¿Entonces por qué se lo piensa? Pero, finalmente lo cumple.

-Vale. Ya puedes comértelas.

Se lanza sobre ellas como si fuese un niño. Como si llevase sin comer una eternidad.

-Se me había olvidado lo bien que cocinabas. Están súper ricas. A Isquito le encantarian.

-Gracias.-Digo a desgana.

-¿Que te pasa?

-Nada.-Respondo seca.

Me coje de la mano y me atrapa. Se va hacercando hacia mi cara hasta que la tengo muy cerca.

-Dímelo.

-No es nada. Es un detalle sin importancia. Enserio, nada.

-No me vas a engañar. Ya no me engañas nunca. Te conozco demasiado bien como para saberlo.

-Da igual. Voy a por Noa.

Subo las escaleras y entro en la habitación. Me visto lo mas rápido que puedo y vuelvo abajo.

Allí me espera Isco. Ya vestido y con las llaves de casa en la mano. Debe de haber subido a cambiarse en el tiempo en el que yo me maquillaba.

-Si vas a por la peque, te acompaño. Y no me lo vas a poder impedir.

-No hace falta. Puedo ir sola si quieres.

-No. Insisto. Si vamos a volver a empezar, hagamoslo bien.

No insisto mas. Dejo que me lleve hasta casa de Marco.

-Hola. Venimos a por Noa.

-Pasad.-Dice Marco.-Está arriba con Emma.

Subo corriendo las escaleras. En la habitación de arriba está Emma con Noa en brazos. Noa está contemplando a Emma mientras ella le canta una nana. Noa sonríe.

-Oh, que monas las dos.

-Anda, ya has vuelto.

-Mama.-Se lanza sobre mis brazos.

-¿Como se ha portado?

-Maravillosamente. No ha llorado en toda la noche y ha desayunado muy bien. Marco dice que no le importaría tener niños si son como Noa.

-Oh, que monos. Ya estáis planeando vuestro futuro. Aunque, es un pequeño diablo cuando quiere.

-Noa, ¿te ha gustado que Emma te cuidase?

Ella se limita a sonreír y a correr por toda la habitación.

-¿Pero como puede tener tanta energía?

-No lo se. Ayer cuando la dejasteis, Marco estuvo jugando con ella y juraría que se cansó él antes que ella.

-No tiene remedio. Marco tendrá que entrenar mas.

-Que se le va a hacer.

-¿Noa, quieres ir a ver a papá?

-Papá, papá.-Dice ella.

Emma me acompaña a abajo. Noa quiere andar así que la dejo en manos de Emma que quiere estar con ella un rato mas y bajo yo las escaleras.

-¿Te ha salido bien?-Dice Marco.

Emma y yo nos paramos a escuchar la conversación entre Isco y Marco al otro lado de la puerta del salon.

-Si. Pero da igual. Ya no quiero cumplirlo.

-Entonces... Has ganado a Ramos. Te ha salido bien la apuesta.

-Que no Marco. Que yo enserio la quiero. Me da igual la estúpida apuesta. Si, la he cumplido pero me da igual. La quiero.

-Pero te ha salido bien. Has conseguido que volviese contigo.-Remata Marco.

Entro en el salón, con las lagrimas en los ojos, vonteniendome por no llorar delante de mi hija. Están los dos hablando. Me cruzo de brazos y contento las ganas de cargarme todo por mi paso.

-¿Que supuesta apuesta has echo?-Digo con los brazos cruzados.

-No cariño...

-Ni cariño ni leches Alarcón. No me vuelvas a llamar así hasta que no me lo expliques.

Entra en la cocina Emma con Noa en brazos y se sienta junto a Marco.

-Fue justo antes de que volvieses a Madrid con Noa. Antes de encontrarte en mi puerta. Antes de darme cuenta de que no te había olvidado. Hice esa estúpida apuesta porque los chicos me decían que estaba en las nubes siempre y que pensaba en ti. Alguien me retó a reconquistarte. Acepté porque nunca creí que volverías. Cuando te ví a la luz del salón, tan guapa como antes, me arrepentí de todo. Nunca debí hacer esa estúpida apuesta.

Se acerca a mi y me abraza. Se que en mi interior algo arde y quiere salir, algo que quiere abrazarle y decirle que lo siento. Pero, mi carácter dice que no. Que no puedo perder la compostura.

Me lo pienso dos veces antes de contestar.

-Quedate con Noa y no hagas ninguna apuesta más.-Digo seca.

-¿Pero... Adonde vas?

-Acaso te importa. Si solo soy un juego, no tengo porque darte explicaciones.

-No cariño. No eres un juego.

-Claro que si. No me quieres. No quieres a Noa. Solo quieres conservar tu ego.

-Que no. Te quiero mucho Thalía. Eres la mejor cosa que me ha pasado nunca. Quiero estar contigo el resto de mi vida.

-Si eso es verdad, no me sigas. No me busques, no pienses en mi. Si de verdad te importo, me lo demostrarás.

-Vale cariño. Si con eso me perdonas, lo haré.

Le miro con una cara asesina y salvo de esa casa. La presión me puede. Lo se perfectamente.

Nada mas salir por la puerta, la mente se me queda en blanco. ¿A donde voy? No lo se. ¿Que hago aquí en Madrid? Tampoco lo se. ¿Porque me he encariñado tanto con una persona? Ojalá pudiese responder a eso...