Nueve meses. Nueve meses han pasado desde aquel dia.

Noa ha crecido. Nacho viene a veces a verme. No me he movido de Galicia y, Carlos se ha convertido en una persona importante para mi.

Bueno... Se podría que decir que paso mucho tiempo con él. Me ayuda a cuidar a Noa y... Bueno, nos besamos. Si, somos novios. De hace cinco meses pero las cosas no van tan bien como iban con Isco. ¿Le he olvidado? No lo se. No creo que se pueda olvidar a alguien. Además, mi cuerpo se niega a olvidarlo además de que no puedo. Cada vez que intentamos pasar a otro nivel, no se si sabeis a que me refiero, la cicatriz de mi clavícula me recuerda a él. Ya no tanto pero igualmente. Él ve mi cara y se que deja de tener ganas. Sale de la habitación y no me habla las siguientes tres horas. Luego, me pide perdón. Y así siempre.

Hoy me he quedado sola en casa, Carlos está ayudando a Miriam a hacer la mudanza.

Noa está agarrada de mi mano dando pasos, intentando correr. Por más que lo intento, no se cansa y sale corriendo por toda la casa.

Me llaman por teléfono y no dudo en cogerlo al ver que es una videollamada de Isco.

La paso al I-pad y la cojo.

-Hola Isco.

Tiene los ojos cristalizados.

-Que te pasa.

-Sara me ha dejado.

-¿Por que?

-No lo se. Dice que la llama se ha apagado.

-Ya se que te animará.

Me vuelvo un momento a la habitación y traigo a Noa.

-Hola pequeñaja.-Dice Isco.

Noa le ve y sonríe. Mueve su manita en frente de él.

-Dile hola a papa.

Nos pasamos un rato hablando hasta que tiene que irse al entrenamiento. Cuelgo y la pantalla se queda en negro.

Noa busca a su padre pero no le encuentra.

-Papa.-Dice.

Su primera palabra. La primera. Papa. En ese momento, llama alguien a la puerta. Cojo a Noa en brazos y abro la puerta.

-Thalia... Lo siento.-Dice Carlos.

-Que pasa.

-Que no puedo seguir. Lo dejamos.

Se va sin que pueda decir nada y siento como si otra vez mi mundo acabase.

Hago las maletas y decido volver a Madrid. ¿Porque siempre que pasa algo acabo huyendo? Ni yo lo se. No hace falta que preguntéis.

Hago las maletas y cojo a Noa. Volvemos las dos a Madrid.

Noa va despierta detrás y no para de decir papá. No se como ha podido aprender esa palabra si en mi casa no se dice mas que cuando llama.

Cuando llegamos las dos a Madrid, la peque ya se ha dormido.

La cojo en brazos y me planto delante de la casa. Sin saber si darme la vuelta e ir primero a otro sitio o seguir adelante. Finalmente, con la mano temblando, llamo a la puerta y suelto un suspiro. Lo mas difícil ha pasado.

Abre la puerta medio dormido mirando en la oscuridad.

-¿Quien es?

-Si encendieses la luz nos verías.-Digo.

Enciende la luz del salón y me ve. Con la peque en brazos.

-¿Que hacéis aquí las dos?

-En Galicia no es lo mismo. Venimos para quedarnos. Pero todavía no sabemos donde.

-Quedaros hoy en mi casa. El peque no llega hasta mañana.

-Muchas gracias Isco. Además, Noa tiene una sorpresa para ti.

Ve a Noa con su abrigo puesto. Lo primero que comprueba es si lleva su pulsera y se alegra al ver que es así.

-Pasad, os estaréis helando.

Me alojo en la habitación de invitados. Él saca la cuna que tenía Isquito y que había guardado.

Noa no me da problemas en toda la noche. En aproximadamente media noche, siento la presencia de otra persona en la habitación. Se para en la puerta. No me muevo y abro los ojos pero estoy de espaldas a la puerta. La cuna de Noa está en frente mio pero se mantiene tranquila.

Entonces, siento que se acerca hasta mi.

-No sabes lo mucho que he echado de menos verte. Y no sabia como decírtelo. Pero, no me oyes. Porque no tengo el valor de decírtelo a la cara, cuando estés despierta. Y te lo digo ahora porque no me atrevo. No te he olvidado Thalía. Te quiero.

En ese momento, quiero levantarme y decirle que yo tampoco. Pero no me atrevo. Se va y yo tardo un rato mas en dormirme.

Por la mañana, me encuentro a alguien mirándome nada más despertarme.

-¿Que haces aquí?

-Que susto. Eso no es normal. Isquito por favor.

-Perdon.

-Venga, ahora bajo a desayunar, dile a tu papi que ya voy.

-Papi está dormido.

Sale de la habitación y baja las escaleras.

Me levantó y abro la maleta. Que me pongo... Un top negro y una chaqueta blanca. Unos vaqueros azules y unas adidas blancas.

Cojo a Noa en brazos porque ya se ha despertado.

Bajo las escaleras y ahí esta Isco. Su hijo está viendo la tele.

-Buenos días.

-Hola.

-Papa, papa.-Dice Noa.

Isco abre mucho los ojos. Noa lo repite y abre sus manitas para irse con él.

Isco la recibe encantado y la abraza. Se que esta llorando. Aunque no lo quiera mostrar.

-Ayer cuando colgaste y ya no te veía lo dijo. Te quiere mucho.

-Y yo a ella. Por favor. Quedaros en esta casa todo lo que queráis. Podéis instalaros en la habitación de invitados.

-Gracias.

El día pasa tranquilo. Nacho y Marco vienen a jugar un rato al fifa con Isco. Al principio, cuando llaman a la puerta, estoy en la habitación intentando dormir a Noa, cuando me rindo porque es imposible, bajo abajo.

-Goool. Soy el mejor.-Dice Nacho.

-No. La mejor soy yo.-Digo detrás de él.

-Papa, papa.

Isco coje a Noa. Nacho y Marco se giran.

-Thalía... ¡Que alegría verte!-Dice Marco.

Deja el mando de la play y me abraza.

-Que conste que soy mejor que tu.

Me abraza también. Pasamos un rato mas juntos. Isco con Noa y yo me uno a jugar al fifa.

Al final, se tienen que ir pero me hacen prometer que iré a verles.