28. Una buena despedida
Nacho pone una canción lenta y saca a bailar a su mujer. Todos buscan a sus parejas menos Emma, que sigue con el chico ese. Marco la mira sin comprender pero hago que se de la vuelta para que no la mire.
Coloco las manos en su cuello y él las suyas en mi cintura. Bailamos pegados un rato, siguiendo la canción.
Cuando la canción termina, me separo de Marco y le dedico una sonrisa. Al mirar detras mio, Emma nos mira.
Me dirijo hacia ella.
-Ya puedes quedarte con tu hombre.
-Que hacías con él.
-Intentar que no se sintiera mal consigo mismo. Creía que había echo algo mal contigo.
-Ah. Voy a hablar con él.
Dejo a Emma y a Marco solos y mientras voy a ver a Noa. Isco está observándola.
-Hola.
Se gira y me mira.
-Solo estaba... Ya me voy.
-No. Quedate. También es tu hija. Tienes derecho.
Me acercó a él y cojo a Noa en brazos.
Como abajo hay mucho ruido, subimos los tres al piso de arriba. Encontramos la habitación de invitados y cerramos la puerta.
Noa está despierta observando a su padre. Y eso que no tiene ni una semana de vida.
-¿Te importa que le de a Noa un regalo?
-Claro que no.
Saca de un bolsillo una pulsera azul, amarilla y blanca de hilo.
-Es preciosa.
-La hice el otro día.
Se la ato a la mano.
-¿Y Sara?
-Con unas amigas suyas.
-Ah.
Noa llora. Intento calmarla pero Isco de la quita de los brazos y la acuna. Ella deja de llorar al instante y se acurrucaen sus brazos.
-Gracias.
Noa se duerme y la dejo sobre la cama en frente mía.
-Oye Thalía... Te quería comentar una cosa.
-Si, dime.
-Sara y yo lo hemos hablado. ¿Te vendrias a vivir con nosotros y con Noa? Así la podría ver todos los días.
-Lo sientro Isco. Pero... No creo que me sintiese cómoda viviendo en la misma casa que Sara.
-Ah. Pero... Tampoco me quiero quedar sin ver a mi hija.
-Ya lo se. Y creeme si te digo que no quiero hacerlo. Pero... Tendrás que elegir.
-Pero Thalía... Yo... No puedo elegir entre las dos.
-Vas a tener que hacerlo.
Se queda callado mirando hacia el suelo.
-Comprendo. Te dejo cinco minutos para que te despidas de ella.
Salgo de la habitación dejando atrás a Isco y a Noa.
Bajo las escaleras y todos se están ya sentando en la mesa para cenar.
Me siento junto a ellos mientras Maria va a por la comida.
Cenamos todos juntos pero Isco sigue sin aparecer.
-Lo siento. Ahora vuelvo.-Digo. Me levanto de la mesa.
-Voy contigo.
Maria se levanta y me sigue. Subimos las dos las escaleras en silencio pero no oímos nada. Al llegar a la habitación de invitados, la puerta esta cerrada tal y como yo la dejé.
Abrimos la puerta lentamente y la imagen nos derrite el corazón a las dos.
Noa está dormina entre los brazos de Isco quien también está dormido.
Saco el movil y les hago una foto a los dos. Como si pudiese resistirme a los dos. Maria se acerca y coje a Noa en brazos. Yo me siento junto a Isco y le despierto.
-Arriba dormilón.
Se despereza y Maria y yo nos reímos.
-Lo siento.
-Por que. ¿Por querer aprovechar con tu hija? No pasa nada.
-Creí que te enfadarías.
-¿Yo? Por que.
-Por quedarme tanto tiempo aquí.
-Bueno, deberías bajar a cenar.
Se despereza y baja las escaleras junto a Maria. Yo voy detrás pero, al llegar abajo, ya no me dirijo a la mesa junto a los demás.
-Bueno, debo irme si quiero llegar a Puentedeume antes de mañana.
Nacho se levanta y me abraza.
-Te echaré de menos.
-Y yo a ti.
-No tropiezes con nadie que no sea yo.
-Lo mismo te digo. Y puedes venir a visitarnos a Noa y a mi todas las veces que quieras.
-Te tomo la palabra.
Besa mi mejilla y vuelve con los demás.
-Gracias por estos maravillosos años chicos. Venid a visitarnos a las dos algún día.
-No se nos olvidará.
Salgo por la puerta con el carrito de Noa y la monto en el coche. Cojo todas las cosas importantes y pongo rumbo a Galicia.
La tarde pasa y con ella, el sol desaparece por el horizonte y yo, a medio camino de mi destino, decido parar un rato. Noa se ha despertado y tiene hambre.
Le preparo un biberón que se toma tan a gusto y luego se vuelve a dormir. Los chicos hoy tienen partido y antes de ponerme en marcha, le escribo a Nacho deseándoles suerte.
Ya entrada la noche, llego a mi destino, no hay nadie por las calles. Se oye barullo en la plaza del pueblo. Musica, un canto y aplausos. Cojo a Noa en brazos y me acerco sin llegar hasta él mismo centro.
Hay un concierto. Debe de estar todo el pueblo. Hay unas grandes pantallas para la gente de detrás. En el centro, la cantante. Miriam está en medio de la canción.
Me quedo allí hasta que termina el concierto, escuchando a Miriam cantar. La gente se dispersa y pronto, la plaza se queda vacía. Ella sale al escenario para firmar alguno de sus discos y me acerco a ella.
-Lo siento, si no tiene disco no se lo puedo firmar.-Dice sin mirarme.
-Que pena. Con las ganas que tenia de verte.
Levanta la mirada y me ve con Noa en brazos.
-Thalía. Has estado siete meses y medio desaparecida. Te parecerá bonito. ¿Y quien es esta chiquitina? ¿La hija de una de tus amigas?
-Es Noa. Y no, no es de mis amigas. Es mía.
-¿Como?
-Resulta que estaba embarazada y cuando se enteró Marco no me dejó volver.
-¿No me has llamado?
-No pude.
La coje y la mira.
-Es preciosa.
-Si, lo es.
-Ven. Termino de recoger y nos vamos a tomar algo.
-Vale.
Le ayudo a recoger todo y nos vamos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro