24. Él
Ha pasado un mes desde que me vine a vivir a Puentedeume.
Cada día recibía tres llamadas de Isco,a las cual ninguna contestaba. También me mandaba mensajes de como le iba el día y lo mucho me echaba de menos. Pero yo, nunca le contestaba, en cierto modo, los leía.
Hasta hoy, he hablado con todas y cada una de las personas que siguen en Madrid. Con todas menos mi hermana e Isco.
Hoy al despertarme, recibo una llamada de Nacho y no dudo en cojerla.
-Hola Nacho.
-Hola.
-Dime.
-Bueno, esta noche jugamos un amistoso contra un equipo de segunda. ¿Quieres venir?
-¿Donde es?
-En La Coruña.
-¿¡Enserio!?
-Si.
-Claro que voy.
-Bien. Pues te espero una hora antes del partido en el estadio.
-Vale. Allí estaré.
-Adiós.
-Adiós.
Salí corriendo de mi casa para internarme en las frias calles de Puentedeume.
Con la bufanda tapándole media cara, corrí hasta la casa de Carlos.
Llamé a la puerta y supe que ya estaría despierto.
-Hola.
-Hola Carlos.
-¿Querías algo?
-Nos vamos a La Coruña.
-Pero Thalía, es muy pronto.
-No, ahora no. Esta tarde.
-A que.
-A ver un partido. Juega Nacho. Voy a volver a verle.
-Thalía, también Isco.
Y mi sonrisa desaparece para dar paso a la tristeza.
Salgo de allí y vuelvo a mi casa. No le haré caso. Me limitaré a saludarles.
Decido quedar con Miriam y pasar el rato con ella.
Damos un paseo por la playa, por el parque y finalmente, nos vamos a un restaurante a comer.
-Bueno, y que haces esta tarde.
-Pensaba componer un rato.
-Ah, podrías venirte al partido.
-Bueno, no soy gran fan.
La camarera se acerca y pedimos. Una vez nos traen la comida, retomamos la conversación.
-Vale, iré al partido.
-Que bien. Pero ahora, terminaté tu pizza y así podemos irnos.
Ella sonríe y sigue comiendo.
Al terminar de comer, pagamos a medias y salimos a las invernales calles de Puentedeume.
Me despido de Miriam, me pongo la bufanda y la capucha y sigo mi camino hacia mi casa.
Ya llegando a mi calle, aparece mi hermana por la esquina e intento evitarla.
-Perdona, te conozco.-Dice al verme.
Niego con la cabeza para que no reconozca mi voz.
-Si, seguro que si que te conozco. Me suenas mucho. Ese pelo rubio...
Mi corazón va a cien. Entonces, se me ocurre una idea. Intentando que mi voz no se reconozca mucho digo.
-A si, eres Nerea. Mi compañera de violín. Hacia años que no te veía.
-Ah, si. Pero... No me acuerdo de tu nombre.
Rápido piensa. Venga... No es tan difícil. He ido a verla tocar él violín muchas veces. Algún nombre tengo que acordarme.
-Me llamo Raquel. ¿No te acuerdas? Con lo bien que nos llevábamos.
-Ah, si. Ahora me acuerdo. Tenemos que quedar algún día para tocar.
-Si, si. Pero... No tengo mucho tiempo. Entre juicios y reuniones...
-¿A si? ¿En que trabajas?
-Soy abogada.
-Ah, pues un gusto volver a verte Raquel.
Salgo de allí corriendo. Bendita tu Nerea. Gracias por enseñarme a actuar. Me vuelvo a mi casa y termino de prepararme para ir al partido.
Ya entrada la tarde, me reúno con Carlos en la plaza del pueblo. Viene con Miriam, mi mejor amiga aquí, en Puentedeume.
Tiene 22 años y la conozco prácticamente desde pequeña. Ella es rubia y tiene una personalidad muy especial. Es cantante, tiene varias canciones y la adoro. Fue la primera con la que contacté cuando volví de Madrid. El año pasado estuvo en un concurso en él cual yo la apoyé mucho. Ahora, se va a ir de gira y quiero aprovechar él tiempo con ella.
El trayecto transcurre tranquilo hasta él estadio. Hasta que me empiezan a sudar las manos.
-Tranquila.
Nacho nos espera en la entrada y sin pensarlo mas, salgo del coche y corro hacia él.
-Te había echado mucho de menos.
-¿No eres la única sabes?
-Mira Nacho. Estos son Miriam y Carlos.
-Hola. Encantado. Nos esperan dentro.
Voy junto a Nacho y Miriam y Carlos van detrás.
-¿Quien exactamente me espera?
-Todos. Incluidas María y tu hermana.
-Ah, gracias por decirles que venia.-Respondo con ironía.
-Ese tal Carlos... ¿Es tu novio?
-No.
-Vale. Pues explicárselo a Isco el primero. Pero te lo advierto, ha cambiado. Ahora... Bueno, descubreló por ti misma.
Llegamos dentro y no hay nadie. Carlos y Miriam se van a las gradas y yo acompaño a Nacho al campo.
Allí, están todos reunidos, en un circulo y nadie me ve.
Corro hacia ellos y me tiro encima de Marco.
-¡¡¡Hola!!!
-Ay, que susto me has dado loca.
Se gira y me abraza. Paso charlando entre unos y otros hasta que me toca saludar a Isco.
-Hola.
-Hola.
Me quedo en blanco en cuanto le miro a los ojos, todos nos contemplan mientras que nosotros no podemos apartar la mirada.
Y, en un momento de desesperación por volver a tenerle al lado, le beso. Con todas las ganas que he acumulado. Al principio se resiste pero, se que no quiere.
Él, sorprendentemente, se aparta. Me dirije una fría mirada y se va hacia el vestuario.
-No sabia que te habías venido a Galicia.-Dice Marco intentando quitar tensión.
-Ni tu ni nadie.
-Lo siento. Siento como te ha tratado Isco.
-Da igual. Me lo merecía.
Le abrazo y lloro. Por todo este tiempo que ha pasado sin él. Que cada mañana me despertaba pensando en él, que me acostaba pensando en él. Que no se me iba de la cabeza.
Nacho me abraza haciéndome saber que me apoya y se lo agradezco mucho.
Un poco mosqueada por haberme separado de él así, me interno en el estadio para volver a las gradas.
Encuentro a Miriam y a Carlos en los banquillos y me siento junto a ellos.
-Ha ido mal.-Digo mirando al campo.
-Ya te digo.
El partido comienza y el primero en marcar, es Isco, que señala a la parte de donde yo estoy y se acerca saltando la valla. Se acerca hasta nosotros y sonríe, como si nada hubiese pasado hacia un momento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro