21.Lesión
Y el partido empieza.
Ambos equipos presionan pero no pasan del área. Hay un par de ocasiones importantes pero nada mas.
A mi lado, Alba esta muy impresionada.
Hacia la mitad del segundo tiempo, Marco tiene el balón después de un pase perfecto de Nacho.
Es el primer partido de Nacho después de su lesión. Está muy emocionado porque es un clásico.
Se acerca a medio campo y aparece Luis Suarez.
Le hace la zancadilla a Marco que cae rodando y apolla mal el tobillo.
El arbitro le pita roja a Suarez y falta a favor del Madrid. Me levanto de mi asiento. Marco no se puede levantar y se queja del tobillo.
Le sacan en una camilla del campo y le bajan a los vestuarios.
-Lo siento Alba. Quedamos en la entrada cuando acabe el partido. Toma tu pase.
Se lo entrego y salgo corriendo. Llego abajo y hay un guardia.
-No se puede pasar señorita. Vuelva por donde ha venido.
-Tengo que pasar.
-Lo siento. Sin pase no se puede.
-Un momento.
Cojo mi bolso y busco dentro hasta dar con el pase.
-Mire.
Le entrego el pase y una vez me lo devuelve salgo corriendo hasta encontrar los vestuarios.
Abro la puerta y me encuentro con Marco en una camilla y sudando y una enfermera.
No me ve entrar ya que está concentrado en su pie. Lo tiene súper hinchado.
-Hola.
-Ay que bien. Me han enviado otra enfermera.
-No, yo no...-No me deja terminar de hablar. Me da una bata y vuelve a concentrarse en el tobillo de Marco.
-Se lo voy a colocar, tu sujetale para que no se mueva.
Por primera vez, Marco levanta la cabeza y me ve.
Me pongo a su lado y le sujeto por los hombros.
-Thalía... ¿Como te han dejado pasar?
-Te acuerdas del pase que me diste?
Grita en el momento en el que la enfermera le coloca el tobillo.
-Ven, ayudame a vendarselo. Yo me tendré que quedar aquí para terminar de ayudar con los jugadores. Llevale al hospital.
-Vale.
Con cuidado, ayudo a la chica a vendarle el tobillo y sale por la puerta.
-Gracias.
-¿Porque me das las gracias?
-Por venir. Claro.
-Anda, ponte de pie que te llevo al hospital.
-¿Puedo cambiarme?
-Si, avisame cuando termines.
-No, tranquila. Puedes quedarte. No me molestas.
Se quita la camiseta y abre su taquilla. Intento no mirarle mucho. Cosa que es imposible. Y lo escribo en mi testamento. El día que este chico me mate por un infarto, será su culpa.
Una vez que se ha cambiado, le ayudo a caminar. Salimos de los vestuarios y está todo el mundo saliendo. Ya ha acabado el partido.
Encuentro a Alba justo donde habíamos quedado acompañada de alguien.
-Lo siento Alba. Siento que no hayas podido conocer a los jugadores. Vete tu sola. Yo voy a acompañar a Marco.
-Vale.
-Ah, y si ves a Luis Suarez me dices de mi parte que se las va a ver conmigo. Que no puede ir rompiendo tobillos por ahí.
-Vale. Se lo diré. Pero no seas muy dura con él. Es del Barça.
-Por suerte no le ha dejado la marca de su mordisco en el brazo como suele pasar. Si no, se queda sin dientes.
-Eres muy bruta.
-Lo se.
Cuando salimos del estadio, al ir a por mi coche, están los jugadores del Madrid de frente. Se me había olvidado que había dejado el coche en el aparcamiento para familiares y amigos.
Tenemos que sortear a una muchedumbre.
Nos topamos con Isco de frente y no me puedo alegrar mas. Marco se equilibra un poco y habla con sus compañeros.
Yo me acerco a Isco y en cuanto me ve, me da un pequeño beso.
-Hola cariño.
-Hola.
-¿Que tal está?
-Bueno, le voy a llevar al hospital. Se ha roto él tobillo.
-Oh, os acompaño.
-No.-Le digo bruscamente. Él me mira sorprendido.-No, aunque no hayas jugado, tienes que estar con tus compañeros. Cuando llegue a casa te llamo.
-Vale. Que no se te olvide.
Me voy a ir cuando me doy cuenta de que ni siquiera se como han quedado.
-Oye Isco, ¿cuanto han quedado?
-Han ganado. 3-0
-Que bien. Bueno, me tengo que ir. Como no le lleve ya al hospital, se le va a poner el tobillo morado.
-Buena idea. Adiós.
Se despide de mi con otro beso y se alejan todos dejándonos otra vez a Marco y a mi solos.
Le llevo hasta el coche y entra en el asiento del copiloto.
Durante el trayecto al hospital de La Paz, no hablamos. Ni siquiera ponemos musica. Es un silencio lleno de tensión.
No me gusta que sea así.
-Bueno... Y... ¿Que te cuentas?
-Bueno, en realidad, poco. Bueno, hay algo pero...
-Venga Marco. Me lo puedes contar.
-No creo. Eres muy sobre protectora. No se que harias.
-Por favor Marco.
Aparcó en una plaza del parking del hospital y le ayudo a bajar.
Entramos dentro y enseguida le atienden. Le hacen una radiografía del tobillo y efectivamente, como le dijo la enfermera, tiene el tobillo roto.
Le tienden sobre una camilla para escayolarle el pie.
-Porfis. Dime lo que me ibas a decir.
-Vale. Pero despues no se te ocurra enfadarte.
-Vale.
-Estoy saliendo con alguien.
-Vale. No es el fin del mundo. ¿Ves como no era tanto?
La enfermera termina de scayolarle el pie y le da unas muletas.
Volvemos al coche y ponemos rumbo a mi casa.
-Thalía... ¿No te vas a enfadar si te digo quien es?
-¿No será mi hermana? Como sea mi hermana te mato. Dime que no es ella.
-No. Tranquila. No es Nerea.
-Vale. Que susto.
-Bien. Te lo diré. Es Emma.
Pego un frenazo en la calle de enfrente de mi casa.
Le miro a los ojos pero no miente.
-A ver si nos enteramos Marco. Emma es como mi hermana.
Vuelvo a arrancar para dirijirme al garaje.
-Dijiste que no te enfadarías.
-No lo llegué a decir. Aparcó en mi plaza de garaje y miro hacia la de Emma. Debe de estar en casa.
Marco sale del coche detrás de mi y como no me apetece esperar a que llegue el ascensor, subo por las escaleras dejando atrás a Marco.
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