Nota del Autor: Descargo todos los derechos de esta historia a sus respectivos creadores. Pero siguiendo esta línea, la distribución y traducción de esta historia en otras plataformas esta prohibido. Así que les pido que si ven este fanfic en otras plataformas por favor denuncien, porque solo la publico aquí en Wattpad.

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Un hermoso pero aterrador color rojo sangre iluminaba el cielo provocando una sensación de horror a quien lo viese, de la misma forma que lo hacían las brutales llamas que lo consumían. Las personas huían despavoridas del centro de la ciudad, en un desesperado intento por alejarse del peligro.

Lo que alguna vez fue la aldea más hermosa del continente, se había visto reducido a una sombra de lo que era. Y todo por el hombre que estaba de pie en medio del cráter que estaba en lo que alguna vez había sido la arena Shinobi.

Era un varón albino que miraba con frialdad toda la destrucción que su poder había causado, como si solo hubiese pisado a alguna hormiga sin importancia, porque eso eran para él los humanos, solo insectos. Parásitos que habían robado lo que le pertenecía por derecho a él y a su gente. Su confianza en su poder era tal, que ni siquiera consideraba de alguna forma a las personas que se habían interpuesto en su camino.

Seis de los nueve novatos luchaban estaban de pie con varias heridas en su cuerpo, pero con la mirada brillante por la motivación. Aquel hombre había atacado su hogar y a aquellos que apreciaban, incluso si la diferencia de poder era demasiada, ellos no iban a rendirse sin pelear.

La última fase de los exámenes chunnin se había estado realizando cuando aquel extraterrestre, que respondía al nombre de Otsutsuki Raurava, había aparecido dictando su amenaza. Quería a los bijuus y había llegado Konoha con la intención de obtenerlo.

– No dejaremos que llegues a él, ni a nuestros tesoros – dijo una hermosa mujer de cabello rosado y ojos verdes que rebosaban de furia.

– ¿En verdad creen que ustedes pueden detenerme? Me llevare lo que es mío por derecho – declaró activando el doujutsu en sus ojos como amenaza, pero ellos, incluso siendo mucho más debiles, no se dejaron amedrentar.

– Te mostraremos porqué invadirnos fue tu gran error – declaró un castaño con dos marcas rojas en las mejillas y mirada afilada – patearemos tu trasero de vuelta al espacio.

El hombre albino alzó sus manos hacia los seis jounin y ellos se prepararon para lo que sabían que seguiría.

En la lejanía dos hombres acompañaban a los civiles a la lejanía de la aldea. Él más alto quitó el cabello que cubría su ojo izquierdo abriendo un portal por el cual las personas comenzaron a escapar.

– ¡Padre! – gritó un niño de no más de doce años al ver como su padre colapsaba por la fatiga. El niño tenía unos hermosos ojos azules igual que el cielo de verano y un cabello tan negro como la noche.

– No te preocupes – jadeó – puedo seguir – Sasuke miró al otro hombre que estaba a su lado y que cargaba un pequeño bulto en sus brazos. Naruto se sentía impotente, el nacimiento de su último hijo lo había dejado muy debilitado para luchar por su propia cuenta y solo podía ver como su marido consumía hasta lo último de su ser por protegerlos.

– Sasuke. No te sobresfuerces, por favor... – dijo el rubio poniendo su mano en hombro del azabache, mientras una pequeña cantidad energía roja fluía de su mano al cuerpo del contrario.

– Entonces tu tampoco lo hagas – apartó la mano de su amado, cortando el flujo de chakra. Naruto intentó de nuevo, pero Sasuke no lo dejó e insistió – él te quiere a ti y a Menma, en tu estado no podrás defenderte adecuadamente y menos aún si gastas tu poco chakra de esta forma.

– Lord Hokage, señor Uchiha, debemos continuar – dijo niño de la misma edad del primero, pero este tenía unos resplandecientes ojos dorados que contrastaban con su pálida piel y cabello que eran tan pálidos como la luna llena.

Luego de recuperar el aliento Sasuke volvió a abrir el portal para que los últimos civiles supervivientes que habían podido encontrar pudiesen cruzar hasta Suna. Donde Gaara los recibiría como refugiados.

– Mitsuki... – cuando estuvo a punto de cruzar, el chico albino se detuvo para mirar al azabache. Cuando vio la preocupación y la duda en los ojos del contrario le dedicó una pequeña sonrisa, esperando que pudiese calmar su agitado corazón.

– No te preocupes por nosotros, estaremos bien, cuídate, Menma, nos veremos cuando esto termine – el tiempo era valioso, así que rápidamente saltó al portal y la entrada se selló.

A pesar de las palabras tranquilizantes, el joven de cabellos negros no estaba para nada tranquilo. ¿"Nos veremos cuando esto termine"? En una situación así, nada garantizaba que alguna vez pudiesen volver a reunirse. No con aquel monstruo de ojos blancos yendo tras su cabeza.

– Ahora ustedes – Sasuke comenzó a reunir tanto chakra como pudo, pues lo que seguía era algo que nunca había hecho y era muy complicado, pero sabía que si resultaba, su familia estaría a salvo, pues Tsukishin no lograría encontrarlos incluso si destruía el mundo.

– Recuerden, estarán un mundo donde todo será distinto, muchos de los que conocerán no existirá o sucesos no habrán tenido lugar, a pesar de lo idéntico que se vea, deben recordar que es otra dimensión – explicó el Uchiha mayor – tienen que encontrar a nuestros yo de ese mundo y contarles todo, pero cuando vean sus chakras sé que les creerán.

– Ven con nosotros Sasuke – suplicó Naruto pero él solo negó con la cabeza.

– Debo eliminar todo rastro de ustedes para que no él sepa lo que hicimos – sus manos se juntaron mientras tanto como su Sharingan como el Rinnegan brillaban, quizás por última vez. Un agujero se abrió en la tela del espacio y el tiempo, un espiral de colores fragmentados, como un espejo resquebrajado que intentaron volver a ensamblar.

Menma se acercó al portal junto a Naruto. Volteó a ver la aldea en ruinas, donde los sonidos de lucha eran más intensos, sabiendo que sus tíos y sus padrinos estarían allí luchando por darles aquel precioso pero breve periodo de tiempo.

Viendo aquel espejo, Naruto se quitó la cangurera con el pequeño bebé durmiente de cabello rojo y se la entregó al hijo mayor quien lo miró incrédulo sabiendo lo que su padre pretendía.

– ¡Papá! ¡espera! – Menma intentó ir hacia su padre, pero este lo detuvo al sostener sus hombros con firmeza.

– Mientras no nos atrape a los dos habrá esperanza... cuida de Akane por nosotros, ¿sí? – antes de que Menma pudiera contestar, Naruto, con los ojos llenos de lágrimas, empujó a sus dos hijos dentro del portal a pesar de los gritos del mayor. Sasuke también gritó rogado que entrara, pero el hombre rubio sonrió de lado mientras iba al lado de su marido – en la salud, en la enfermedad y la muerte, nunca te dejaría solo, Sasuke – acarició la mejilla de su amado, quien exhausto no pudo seguir manteniendo aquel portal y cayó rendido en el suelo.

Estaba enfermizamente pálido luego del gasto excesivo de chakra y su cuerpo estaba tan cansado que ni siquiera podía hablar para regañar a su pareja por la estupidez que estaba cometiendo.

– ¿así es como pensabas luchar contra Raurava, Teme? – dijo irónico al verlo tan frágil y débil, en ese estado no podría ni siquiera con un gato.

Sasuke hubiera preferido morir que ver a su familia herida a manos de ese monstruo. Probablemente ese era su plan desde el principio.

Naruto arrodilló a su lado y tomó al azabache entre sus brazos, en un abrazo muy íntimo.

– siempre hemos trabajado mejor juntos – acarició su mejilla, tomando su mentón haciendo que lo mirara a los ojos y entonces lo besó.

Mientras ambos se besaban el chakra rojo del kyubi comenzó a manifestarse desde el cuerpo del rubio envolviéndolos a ambos con su poder.

Desde el cielo una luz blanca de dirigía hacia ellos a una gran velocidad, haciéndose más intensa a medida que se acercaba.

Luego de tantas batallas, ¿ese sería su final?

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Capítulo Editado 18/08/21

Nota informativa: 

El nombre Raurava hace referencia a uno de los infiernos del budismo (Naraka o Naraku). En este casi correspondiendo al Naraka Caliente, más específicamente el naraka del "grito". Aquí los seres corren, huyendo de los anteriores tormentos, y sobre todo del suelo ardiente. Cuando encuentran un refugio, quedan encerrados dentro, mientras unas llamaradas rodean la estructura, oyéndose desde fuera los gritos de los seres atrapados mientras se consumen lentamente.

¿Por que cambie el nombre?

En el primer borrador no puse especial atención a los nombres y los kanjis, lo que dio pie a un desastre fonético. Para elegir este nuevo nombre continué con el mismo hilo que tuvo Kishimoto al elegir el nombre de Ashura, que es según la Wiki de Naruto, el rango más bajo de dioses en el budismo.