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Un Nuevo Trato Con Un Oso

Hᥙmᥙhᥙmᥙᥒᥙkᥙᥒᥙkᥙᥲρᥙᥲ'ᥲ
Mᥲkιhιkι mᥲᥣᥲhιᥒι-ᥕho
Hᥙmᥙhᥙmᥙᥒᥙkᥙᥒᥙkᥙᥲρᥙᥲ'ᥲ ooh
Hᥲᥕᥲᥒᥲ ᥕᥲkᥲ ᥕᥲkᥲ ᥕᥲkᥲ ᥒιkι ρᥙ ρᥙ ρᥙ

La mañana en Karmaland era por lo menos caótica. La noche anterior, el rey, Luzu, Qauckity y Vegetta estuvieron calmando a todos en el pueblo mientras Merlon buscaba alguna solución a lo que la triada de gatos había revelado respecto al raro mensaje en la botella.

Por eso fue que al día siguiente, los mismos mencionados estaban caminando por el calabozo hasta una celda que al comienzo parecía estar vacía.

— ¿Estamos seguros de esto? ¿Estas tú seguro de esto, papá?— Preguntó Luzu, mirando al rey.

— Solo hay que esperar a Merlon— El rey respondió y como si lo hubiera invocado, Merlon caminó por el pasillo al calabozo, con Ari, Juan y Mariana detrás de él.

— Le suministre una potente pócima de la verdad a los 3— Merlon respondió— Mantuvieron sus palabras, Rubius es el único que sabe la lengua muerta de los Mauki—

— Entonces así será— El rey asintió. El hombre extendió su mano con la única llave de aquella celda y abrió la puerta.

— Merlon, hazlo aparecer— El rey pidió.

El anciano asintió, empezando a caminar, entrando a la celda, seguido por todos los demás. El viejo caminó directamente hasta la pared de roca. Extendió su mano hasta tocar un bloque de roca con su mano derecha, con ese único toque, la roca se movió, revelando aquel diamante.

— Tu turno, Vegetta— Pidió Merlon y el chico de ojos amatista asintió.

— Yo te convoco— Vegetta recitó y de su mano salió un hilo de luz morado que flotó hasta hacer contacto con el diamante y entonces... Nada.

— ¿Eso fue todo?— Preguntó Quackity.

— ¡No molesten!—

Todos dieron un brinco al oír la voz de Rubis salir del diamante.

— ¡Hey!— Vegetta se quejó y disparó una pequeña esfera morada contra el diamante— ¡Tenemos que hablar contigo!—

— ¡He dicho que no me toquéis lo huevos!— Una esfera verde salió del diamante, golpeando a Vegetta en una ceja.

— ¡Jefazo!— Gritaron los tres gatos.

— ¡Que no me digan así!— El grito salió del diamante junto a otras 3 esferas de luz verde que golpearon a los tres en la frente.

— Jaja— Quackity se burló, pero una esfera más lo golpeó a él en el brazo— ¡Eh, culero!—

— ¿No se supone que ese diamante inhibe sus poderes?— Preguntó Luzu.

— Tengo mis métodos— Dijo la voz del diamante, con mucha burla.

— Merlon, ¿Podrías?— El rey dijo y el anciano asintió, llevando una mano a su bolsillo.

— Sal de ahí— Merlon dijo, levantando su diestra y lanzó un polvo turquesa que cayó en la superficie del diamante, la piedra preciosa empezó a agitarse y desprender un brillo azul. El diamante tembló bastante y tras una explosión de luz, Rubius fue lanzado por el diamante, cayendo en el suelo rocoso de la celda.

— ¡Eso dolió!— Gritó Rubius.

Vegetta, Luzu y Quackity dieron un paso atrás, viendo como Rubius se arrodillaba lentamente en el suelo, sobándose su cara suavemente. Cuando el híbrido oso los vio, frunció el ceño y trató de saltar sobre ellos, con su garra en lo alto, pero un grillete azul claro apareció en su muñeca, con una cadena que salía del diamante.

— ¿Qué cojones?— Frunció el ceño.

— Sigues siendo prisionero del diamante— Merlon respondió, mirando a Rubius.

— ¿Y para qué me quieren? ¿Lanzaran el diamante al mar? Bah, no me molestaría— Rubius dijo, empezando a caminar a la pared— Merlon, vuelve a lanzarme dentro—

— Rubius no— Vegetta habló— Necesitamos algo de ti—

Rubius suspiró, aun dándole la espalda a todos.

— ¿Qué te hace creer que yo voy a querer darles algo a ustedes?— Rubius preguntó dando vuelta— ¡Llevo un año metido en ese diamante! ¿¡Y así se atreven a pedirme algo!?—

— Sí— Quackity respondió con una sonrisa.

— Jódanse —Respondió Rubius y comenzó a señalar a todos— Jódete pato, jódete príncipe, jódete De Luque, jódete rey y ustedes tres, gatos... Bueno, me caen bien—

— Rubius— Merlon comenzó a hablar, acercándose a él— Estamos en una situación en la que solo tú puedes ayudar—

Rubius detuvo su enojo y volteó a verlo de reojo, parpadeando un poco.

— Explícate— Dijo.

— Anoche hubo un terremoto— Merlon dijo.

— Creí que el reino estaba protegido por eso— 

—  Así es, algo raro ha ocurrido, ningún sello de protección estaba roto— Merlon dijo.

— Entonces algo más fuerte ocurrió— Rubius dijo, golpeándose la barbilla— Bueno, no soy experto en terremotos, sigue sin ser mi problema, me largo—

— Pero necesitamos una traducción— Ari se apresuró a hablar— Después del terremoto, Quackity encontró un mensaje en una botella, pertenecía a un isleño de Mauki, dijo que han tenido terremotos y encima venía una hoja de un libro escrito en Mauki antiguo—

— Eres el único capaz de traducirlo— Luzu dijo.

— Así que, ¿Podrías?— Preguntó Vegetta, pero Rubius se cruzó de brazos.

— No— Respondió— Un terremoto no los va a matar, por desgracia. Sigo sin tener por qué hacer algo por ustedes—

Rubius volvió a retroceder, el rey frunció el ceño y dio un par de pasos al frente.

— Si nos ayudas, estaré dispuesto a negociar tu condena— El rey dijo y Rubius de detuvo.

— Te escucho, Mauro— Respondió el oso.

— Charlando con Merlon, creemos que hay modos de liberarte de tu prisión en el diamante— Mauro comentó— Pero eso será solo si nos ayudas—

Rubius se giró para ver al rey, con la cara pensativa y luego miró en dirección a Ari.

— Dame esa hoja— Ordenó y Ari extendió la hoja, el oso la tomó con sus manos y empezó a leer, asintiendo un poco.

— Es una vieja canción, la tenía en un libro de cuentos cuando era un niño...— Rubius dijo, aunque ladeo un poco la cabeza— Aunque, bueno, puede ser algo más—

— ¿Algo más?— Preguntó Merlon.

— Muchas canciones relatan historias, cuentos, leyendas, acontecimientos reales— Rubius respondió— Esta siempre me interesó porque esta inspirada en una leyenda de la Gran Bruja—

— ¿Qué dice exactamente la canción?— Preguntó Luzu, con genuina curiosidad.

Rubius sonrió, luego miró a sus antiguos asistentes.

— Gatetes— Rubius habló— Ambiente tropical— 

— Sí, señor— Los gatos asintieron y aplaudieron, de inmediato una ola de esporas de luz salió de sus manos, con todo volviéndose de tono azul.

— ¿Y ahora qué?

— Hace mucho tiempo atrás, que en un lejano lugar nacerá la bella princesa Tiki— Rubius empezó a recitar, de entre esas esporas de luz se formó la figura de una bella chica de abundante cabello— Perfecta será, pero triste estará, pues en su corazón hay anhelo— 

La figura de la chica, se abrazó a sí misma, encogiéndose hasta que se desintegró en las esporas de luz.

— Pero si pones atención, su anhelo escucharas— Rubius siguió y la figura de la chica volvió a la luz.

— Aloha a todos, mi nombre es Tiki— La pequeña figura dijo con una voz aguda— Yo espero encontrar a un príncipe en el mar, mi dulce amor real—

— Vaya— Quackity expresó, sonriendo al ver todos los efectos especiales.

— Ella soñará, con su chico ideal aunque muchas escamas tiene— Rubius siguió recitando.

— ¿Escamas?— Preguntó Luzu.

— Presten atención que esta es mi parte favorita— Rubius bromeó, y los 3 gatos movieron sus manos para causar que los colores cambiaran y la figura desapareciera, ahora todo parecía simular el mar.

— La tierra temblará, el cielo oscurecerá y el mar se partirá— Rubius canturreaba mientras movía sus manos, causando que el mar falso se moviera violentamente, incluso había sonidos de tormenta— El viento aulló, la gente huyó y el monte Lei hará explosión—

— Espera, repite eso ultimo— Vegetta dijo.

— El monte Lei hará explosión— Rubius repitió— Pero el mal se evitara, cuando Tiki se encuentre con su amor, un beso lo sellará y la paz existirá— 

Y tras eso las luces desaparecieron,

— ¿Qué es el monte Lei?— Preguntó Quackity— ¿Y por qué pareció tan importante?—

— Es el volcán más potente del mundo— Vegetta respondió.

— Buen, ya traduje esto, ya terminé— Rubius comentó.

— Un momento— Luzu habló, llamando la atención de los demás— La princesa de Mauki, la hija de los reyes, su nombre es Tiki—

— Y la nota dice que han habido terremotos en Mauki— Quackity completó.

— Y también decía que el Monte Lei tenía que ver— Vegetta comentó.

— Pues es obvio— Rubius dijo— ¿No entendieron?—

— ¿Entender qué, Doblas?— Preguntó el otro brujo.

— Tal parece que tú nunca aprendes, Vegettita...— El oso dijo casi con burla— No es una canción cualquiera, por lo que estoy captando, es una profecía vuelta canción—

— Una profecía prenatal— Merlon comentó— Eso no es una buena señal—

— Entonces si la canción es una profecía eso significa que...— El rey dijo, se calló y tuvo un gesto preocupado en la cara— La tierra temblará, los terremotos en Mauki—

— Entonces seguiría qué el cielo se oscurezca— Juan dijo al aire.

— Tormentas, nubes oscuras— Ari completó.

— Y si todo eso sigue... El Monte Lei va a hacer erupción— El Mariana comentó.

— Eso no es nada bueno— El rey dijo con preocupación.

— ¿Por qué?— Preguntó Quackity— O sea, sí, es una erupción, pero Mauki esta lejos de aquí, ¿No?—

— No es solo eso, Quackity— Ari lo interrumpió— El Monte Lei es legendario, su erupción no solo destruiría las islas Mauki, sino que la explosión será tan catastrófica que reduciría a cenizas territorios a kilómetros a la redonda—

— Y eso abarca Karmaland— Luzu habló— Eso sin contar qué generaría una nube tóxica qué cubriría una enorme parte del planeta—

— Una erupción de esa magnitud podría extinguir la vida en el planeta— Merlon finalizó.

— Sí, muy triste, en fin, ya ayudé— Rubius dijo, haciendo bola la hoja con la canción y la lanzó al suelo— Entonces, hablando sobre mi reducción de sentencia...—

— Tenemos qué hacer algo— Quackity dijo, extendiendo una de sus alas, golpeando a Rubius para hacerlo retroceder— Las profecías se cumplen, ¿No? Así fue como nos chingamos a ese pendejo el año pasado—

— ¡Oye!— El oso se quejó.

— No estoy seguro— Merlon dijo en voz baja— Las profecías se cumplen, sí, aunque puede haber cosas que se interpongan en el camino—

— ¿Qué quieres decir con eso?— Preguntó Vegetta.

— Me estoy temiendo que si el caos inicial fue capaz de salir de Mauki, es porque el futuro pende de un hilo— Merlon explicó— Rubén, dame tu mano—

— ¿Cómo para que?— Preguntó el oso y de la nada, Merlon le tomó la mano, lo que causó una corriente eléctrica entre ambos.

— ¿Qué están haciendo?— Preguntó el pato.

— Unión mágica— Vegetta respondió, mirando a Quackity— Dos seres de gran poder pueden unirse momentáneamente y eso permite que sus sentidos aumenten y...—

— ¡Coño!— Rubius gritó al soltar a Merlon— ¡No vuelvas a hacer eso! Ugh—

— Es lo que me temía— Merlon respondió.

— ¿Por qué?— El rey cuestionó— ¿Qué sintieron?—

— ¿Quieres saber que sentimos, gordinflón?— Preguntó Rubius molesto— Magia, magia negra y de la más mala calaña, casi tan oscura como la mía—

— Y esa magia esta rodeando Mauki— Merlon dijo— Esa magia esta tratando de interponerse con la profecía—

— Vamos a valer madres, ¿Verdad?— Preguntó Juan.

— Tenemos que hacer algo— Quackity intervino— Si hay magia oscura detrás de esto puede que nadie en las islas lo sepa—

— Esta es una situación de riesgo— El rey habló.

— Hay que ir— Luzu dijo de pronto— Esto puede escalar rápido muy pronto, no podemos dejar tanta gente así, eso un peligro, no voy a quedarme aquí de brazos cruzados...—

— Borja— El rey habló y el príncipe calló ante la voz de su padre. Tras unos largos segundos de silencio decidió hablar— Necesitarán mucha ayuda si piensan ir a Mauki—

Luzu lo vio y empezó a sonreír.

— Deben reunir equipo y pedir provisiones para el viaje— El rey asintió— Usaremos la invitación del rey Malakai como excusa para su presencia en su reino—

— Sí, sí, van a salvar el día, ¿Podemos hablar de nuevo de mi libertad?— Preguntó Rubius, volviendo a empujar a Quackity y Luzu— ¿Me vas a recortar la sentencia?—

— No— El rey dijo.

Rubius abrió bastante los ojos al oírlo, empezó a gruñir mientras fruncía el ceño y quiso volver a lanzarse contra el rey, pero nuevamente los grilletes y cadenas mágicas lo evitaron, haciendo que se mantuviera lejos del rey y Rubius solo manoteaba, tratando de hacer algo con sus garras.

— Eres un... Ugh— Y se rindió— Todos pueden irse al diablo y ojalá el volcán los mate todos. ¡Merlon! Vuelve a meterme al puto diamante—

— Déjame terminar— El rey dijo— No, aún no negociaremos tu sentencia porque aún no acaba tu ayuda. Rubius, tú irás con ellos a las islas Mauki—

— ¿¡Qué!?— Gritaron todos.

— Eres buen traductor, eres brujo y tienes experiencia en el campo. Vas a ir y ayudar a mi hijo y mi yerno a cumplir con su misión, en cuanto vuelvan al reino estaré complacido de negociar— El rey declaró, usando su voz más autoritaria, pero Rubius seguía molesto.

— Me encarcelan en un diamante, me humillan, me destruyeron la vida, ¿Y crees que los ayudaré y ya?— Preguntó con enojo— ¿¡Qué los ayudaré y ya!?—

— Sí— El rey dijo.

— Bueno— Rubius dijo con simpleza, bajando su enojo ante la mirada de todos— ¿Qué? No es como que tenga otra opción—

— Bien, es definitivo— El rey anunció— Borja, Quackity, Vegetta y Rubius, su misión como héroes y prisionero—

— Tenía que ser— Rubius susurró.

— Como decía. Su misión es ir a las islas Mauki, descubrir la fuente de la magia oscura y hacer cumplir la fantasía para evitar la erupción del Monte Lei— El rey sentenció— El destino del reino esta en manos de ustedes cuatro—

— Nos encargaremos de que todo salga bien, padre— Luzu dijo.

— No vamos a decepcionarlo, su majestad— Vegetta habló, colocando una mano en su pecho.

— ¡Vamos a salvar el mundo!— Exclamó Quackity.

— Antes de seguir, quiero revisar un par de cláusulas en este trato— Rubius dijo— Tengo un par de condiciones si quieres que haga esto—

— ¿Te crees en una posición donde puedes poner condiciones?— El rey le preguntó.

— Sí— Rubius sonrió— Para empezar, esos 3 vienen conmigo—

Dijo eso señalando a los 3 híbridos de gato que se mantenían alejados un poco.

— Y lo segundo, tendrás que firmar un contrato— Rubius comentó— Claramente tú no confías en mi y obviamente yo no confío en ti, así que quiero tener una garantía de que si cumplo con dar mi ayuda, se me dará mi libertad—

Y tras eso, un brillo dorado apareció en la mano derecha, uno que hizo que apartaba la vista por el intenso brillo.

— Tienes que firmar este contrato— Rubius dijo una vez que em brillo se materializo en uno de sus contrates comunes— Este contrato estipula qué estoy dispuesto a ayudar siempre y cuando al final, seré liberado de esta prisión—

— Hablamos de reducir la sentencia, no de cancelarla— El rey se opuso.

— Relaja tu barba, lee el contrato, ahí mismo dice que al ser liberado, me iré de Karmaland, de todos modos ya no me queda nada que hacer aquí— Rubius comentó— Después del fiasco del año pasado pocas ganas me quedan de seguir en este apestoso reino—

El rey aún mantuvo una mirada de desconfianza.

— Si quieres puedes leer el contrato— Rubius dijo, ofreciendo el pergamino dorado al rey.

El rey con algo de desconfianza tomó el contrato empezando a leerlo en silencio, moviendo su cabeza de vez en cuando.

— ¿Y la letra pequeña?— Preguntó.

— Juan, Mariana, lupa— Rubius dijo y los dos híbridos obedecieron, quitándose los lentes y se acercaron al rey, colocando ambos sus lentes sobre el contrato para agrandar la letra pequeña.

El rey siguió leyendo, entrecerrando un poco los ojos.

— Papá, no estarás pensando en firmar un contrato con ese oso embustero, ¿Verdad?— Preguntó Luzu.

— Su majestad, le imploro qué se lo piense bien— Vegetta pidió.

— O solo firme— Rubius dijo, haciendo aparecer una larga pluma dorada.

El rey levantó la vista, viendo a Rubius, luego viendo a su hijo, luego a Vegetta y finalmente miró a Merlon, el anciano solo hizo un leve movimiento de asentimiento, casi imperceptible.

— Bien— Dijo y tomó la pluma.

— ¡Papá!—

El rey ignoró cualquier objeción y firmó el contrato. Tras acabar, la misma hoja volvió a enrollarse y voló a mano de Rubius, quien al tomar el pergamino lo hizo desaparecer.

— Tenemos un trato— Rubius dijo y se giró a ver al anciano— Merlon, quítame estas cosas de las manos.

Merlon solo sacó una bolsa con un polvillo blanco con brillantes, pero en vez de lanzarlo al diamante lo ofreció a Vegetta.

— Vegetta, has los honores— Dijo.

— ¿Yo? Oh, bien— Dijo alcanzando la bolsa, abrió aquello y lanzó el polvillo al diamante. Tras unos segundos, las cadenas qué lo unían a Rubius desaparecieron, sin embargo los grilletes se mantuvieron en las muñecas del oso.

— ¿No se les olvida algo?— Preguntó enseñando sus manos.

— Rubén, ya he dicho— Merlon comenzó a hablar— Sigues siendo prisionero del diamante. Ya estas fuera, pero sigues ligado a él, tus libertad dependerá del diamante y eso incluye qué tu magia estará limitada—

— ¿Limitada?— Rubius preguntó, con un ligero tic en el ojo derecho.

— A un cuarto de tu poder— Terminó Merlon.

— ¿¡A un cuarto!?— Gritó y cerró sus puños.

En ese instante, los tres gatos corrieron a Rubius, tomándolo de las manos.

— Pero ya no esta dentro del diamante, jefazo— Dijo Juan, riendo un poco, empujando a Rubius.

— Aunque huele medio gacho— El Mariana habló— Tal vez deberíamos irnos a preparale un baño, ¿No cree, su majestad?—

— Ehh... Sí, lleva un año con esta ropa— Ari sonrió, mirando al rey— Deberíamos hacer que se bañe y darle nueva ropa—

El rey suspiró, viendo al oso molesto, con los gatos tratando de detenerlo.

— Bien, llévenlo a una habitación, pero nada de trucos sucios, ¿Oyeron?— El rey dijo con firmeza.

— Sí, su majestad— Dijeron los 3, empezando a caminar, llevando a un muy enojado Rubius con ellos.

— Vegetta, vigílalos— Dijo el rey cuando se marcharon los híbridos— Rubius tuvo razón en algo, no confío en él—

— Sí, señor— Vegetta asintió, empezando a caminar por fuera del calabozo.

Al salir, Vegetta miró como los 3 gatos arrastraban a Rubius hacia las escaleras. El brujo suspiró y junto sus manos, formando un cumulo de energía púrpura, la cual lanzó contra la pared.

Esa energía morada formó la figura de un ojo contra la roca de la pared.

— Síguelos y no los pierdas de vista— Dijo y ese ojo desapareció en la pared.

— ¿Qué era eso?— Preguntó Quackity al alcanzar a Vegetta junto a Luzu.

— Encantamiento del ojo espía, es de mucha ayuda— Vegetta respondió— Ahora, nosotros tres necesitamos unir al equipo—

— Ojalá acepten— Dijo Luzu— Espero no se nieguen porque acabamos de llegar del viaje anterior—

— ¡Me niego, acabamos de llegar del viaje anterior!— Gritó Frank, alzando sus brazos.

— Lo suponía— Luzu murmuro.

Tras abandonar el calabozo, Vegetta, Luzu y Quackity habían subido a la sala de descanso donde ya estaban el resto del grupo y les contaron el plan. Frank fue el primero en negarse.

— Se trata de una misión del rey— Vegetta dijo.

— Pero acabamos de llegar— Frank se quejó— Todavía ni siquiera me he bañado—

— Se nota— Le respondió Lolito.

— Es una emergencia en potencia— Quackity explicó— No lo podemos ignorar y somos un buen equipo—

— Además, el reino y gran parte del mundo están en peligro— Vegetta intervino— Sí nos hacemos llamar héroes entonces debemos actuar como ello, ¿Dejarían el destino del mundo así tan a la ligera?—

Todos callaron ante la pregunta de Vegetta hasta que Alexby decidió romper el silencio.

— Ellos tienen razón, si el reino y muchos otros están en un peligro mortal, entonces sí, deberíamos hacer algo— La nutria opinó.

— Además vamos a un lugar paradisíaco— Lolito apoyó.

— Bien— Luzu sonrió.

— Todo aquel que quiera ir a salvar al mundo digan yo— Vegetta dijo, animado al ver a Alexby, Fargan, Willy y Lolito alzar sus manos.

— Buena suerte— Frank comentó, levantándose del sofá para caminar en dirección a la salida. Pero fue detenido cuando Lolito le soltó un golpe en la cabeza— ¡Auch! Vale, vale, yo voy también—

— ¡Maravilloso!— Vegetta asintió— Preparen todo, Fargan, por favor ve al puerto a dar la orden para zarpar mañana temprano—

— A la orden— Fargan dijo, extendió sus ala y salió por la ventana abierta de la habitación.

— Ahora, si me permiten, tengo un asunto que tratar con alguien— El brujo morado dijo, saliendo de la habitación.

— ¿Pueden creerlo? ¡Quitarme mi poder!— Rubius se quejaba en un volumen alto de voz.

— Una putada— Juan estuvo de acuerdo.

— Un castigo inapropiado para sus crímenes, jefazo— Mariana estuvo de acuerdo— Bueno, casi—

En ese momento, Ari entró a la habitación, cargando un bulto de ropa color negra.

— Traje la ropa— Ari dijo, dejando la ropa negra la cama.

— ¡Unos enormes gilipollas, eso es lo que son esos idiotas!— Rubius gritó— ¡Pero eso no importa! ¡Tengo un plan!—

La puerta del baño se abrió y Rubius salió usando una toalla para cubrir su cuerpo y otra para su cabello.

— Nadie sabrá lo que los mordió hasta sentir los colmillos del oso— Rubius dijo, sonriendo de manera malévola.

— ¿Y cual es el plan exactamente?—

— Ganarnos su confianza hasta que de verdad crean qué hago todo por mi liberación— El oso empezó a explicar— Que mentira no es, pero lo mejor es que crean qué no tengo segunda intenciones en esto—

Rubius se quitó la toalla del cabello y empezó a secarse sus orejas con cuidado.

— Pagaran muy caro haberme mantenido encerrado por todo un año— Rubius dijo, empezando a verse en el espejo— En cuanto vuelvan a tener ese diamante en mis manos...—

— Pero prometiste irte de Karmaland al recibir la libertad— Juan intervino.

— Pero nunca dije nada de no maldecirlo ni de deshacerme de ese pato fastidioso y el imbécil de Vegetta— Rubius dijo, lleno de enojo.

— Ah cabrón, ¿Ahora también es contra Quackity?— Preguntó Mariana.

— ¡Claro que sí! Ese pato idiota era el héroe de la profecía. De haberlo sabido le hubiera cortado las alas en lugar de darle más al enviarlo aquí— Rubius explicó— Una vez hecho eso, puedo irme tranquilamente, conquistar otro reino y sumirlo en la oscuridad eterna—

— ¿Y cómo haremos eso?— Preguntó Ari.

Justo en ese instante, el ojo morado entró por arriba de la puerta del cuarto. Rubius abrió bastante sus ojos, miró de reojo y luego borró su sonrisa.

— Ayudaremos, punto final— Rubius comentó y miró a los gatos— Dense la vuelta—

Los 3 gatos obedecieron, dándole la espalda a Rubius y ellos solo escuchaban el ruido de la tela de la ropa siendo despoblada y también un par de cierres.

— Listo, pueden ver— Rubius dijo y los 3 se giraron a verlo.

Rubius llevaba ropa enteramente negra, pantalones negros, botas negras, una camisa de cuello de tortuga sin mangas de color negra, unos largos guantes negros sin dedos y finalmente una larga capa de piel de pantera.

— Se siente casi como en los viejos tiempos— Dijo Rubius viéndose al espejo del tocador.

— Pero creemos que le falta esto, jefazo— Ari dijo y Rubius los vio, pero antes de regañarlos, vio a los 3 gatos sosteniendo un sombrero negro puntiagudo.

— ¡Mi sombrero!— Rubius sonrió, tomando el sombrero para luego colocárselo en la cabeza— Ah, ahora sí como en los viejos tiempos—

— Y puede mejorar— Dijo Juan.

De inmediato los 3 convocaron un humo negro que los rodeó por completo, tiñendo sus vestimentas de negro y haciendo aparecer 3 sombreros más bajo en sus cabezas.

— Oh, mírense, justo como cuando empecé a enseñarles magia— Rubius sonrió.

— Se siente tan bien volver a como éramos— El Mariana dijo, mirándose al espejo, desabrochando los primeros 3 botones de su camisa.

— Eso significa...— Juan habló, mirando a Rubius— ¿Volvimos?—

Rubius miró a cada uno de sus antiguos 3 aprendices y sonrió.

— ¡Volvimos!— Rubius gritó y empezó a caminar a la salida de la habitación, siendo rápidamente seguido por Ari, Juan y Mariana.

— ¡Y escucha bien, Karmaland!— Rubius gritó, caminando por el pasillo.

We were running wild and so reviled— Rubius cantó en cuanto dobló en un esquina con sus secuaces por detrás— Raising cain until we got exiled

But times are changing. Now we're on the attack— El oso detuvo su caminar, haciendo que los gatos chocaran entre ellos— Yeah, the spell is gonna hit ya 'cause the witches are back

Whoa-oa-oa— Los 3 gatos canturrearon detrás de Rubius.

— ¡Gatetes!— Rubius alzó ambas manos y los gatos se acomodaron, formando una formación diamante con Rubius al frente.

Yeah, the witches, the witches, the witches are back— Los 4 empezaron a cantar mientras avanzaban moviendo sus hombros— Stone cold sinners as a matter of fact—

Rubius se adelantó y los 3 gatos empezaron a seguirlo en fila.

I'm a witch— Ari cantó, dando rápidos pasos de puntas.

I'm a witch— Juan cantó, siguiéndola de cerca, dando pasos largos.

But I'm better than you— El Mariana acabó de cantar y al ver que todos se adelantaron empezó a correr hacia ellos.

Watch the way that we fly, the way that you'll die— Rubius de detuvo, extendiendo sus brazos hacia ambosnlados, dejando un leve brillo verde salir de sus manos.

Whoa-ho-ho— Los 3 gatos hicieron lo mismo y con esa pequeña carga de energía las armaduras de las paredes empezaron a moverse.

Los 4 brujos siguieron moviéndose, causando que más y más armaduras empezarán a moverse y estas usaban sus trompetas para acompañar el canto de los brujos con música.

Rubius vio de cerca las escaleras y corrió a ellas, saltando y dejándose deslizar por el barandal de la escalera.

Yeah, the witches, the witches, the witches are back— Rubius cantó al bajar por el barandal, seguido por sus tres asesitentes. Cuando se acercaba al final, dio un gran salto al frente, dando una vuelta y luego aterrizando de pie en la alfombra— Stone cold meanies as a matter of fact

Yeah, the witches, the witches are coming for you— Ari, Juan y Mariana cantaron e igualmente saltaron para caer de pie en la alfombra, con excepción de Juan, quien cayó de cara al suelo.

With the spells that we cast— Ari y Mariana cantaron, lanzando rayos de energía rojos y amarillos hacia arriba.

My, this tempo is fast— Juan canturreó levantando la cara del suelo.

Whoa-oa-oa— Ari y Mariana ayudaron a Juan a levantarse, mientras las demás armaduras bajaban y seguían con su propio concierto.

— De nuevo y desde arriba— Rubius dijo, levantando su mano izquierda.

Witch, witch— Los 4 cantaron juntos a coro, formando un círculo— The witches are back

We're back— Juan cantó, soltando una risita al final.

Witch, witch— Cantaron juntos de nuevo, dejando que la energía mágica cubriera sus manos.

Sing it to me— Ari cantó, moviendo sus dos orejas.

The witches are back, back— Una vez qje volvieron a unir sus cuatro voces, las armaduras tocaron sus tronoetas más fuerte, llamando la atención de cada vez más gente del castillo— The witch, witch

Wich witch?— El más alto de los 4 preguntó, mirando de izquierda a derecha.

The witches are back— Ari y Juan cantaron, empujando a Mariana hacia el frente.

We're killing it— Rubius dijo, empujando a Ari y Juan a los lados para colocarse en medio de ellos.

Witch, witch— Los 3 gatos volvieron a reunirse, cantando juntos antes de que Rubius se uniera a ellos.

The witches are back, back— Cantaron una ultima vez, mientras armaduras giraban y terminaban de tocar su música al caer sobre una rodilla— The witches are back

— ¡Rubius!—

Al oír el grito lar armaduras cayeron inmoviles al suelo, dejando de crear música.

— Vaya forma de arruinar el ambiente— Rubiu dijo para sí mismo y volteó a su derecha para ver a Vegetta acercarse.

— ¿Se puede saber que están haciendo?— Preguntó el brujo de ojos morados.

— Armamos un número musical espontáneo— Juan respondió.

Por fortuna Rubius no tuvo que explicar mucho, ya que vio a Merlon acercarse a ellos, pero lo que definitivamente llamó la atención de Rubius fue verlo llevar consigo el cetro con el gran diamante.

— ¿Qué?— Rubius preguntó.

— Vegetta, aquí tienes el cetro— El anciano dijo.

— Espera, ¿Para qué Vegetta necesita de eso?— Preguntó el osos.

— Rubius, necesitas a alguien que te vigile de cerca en esta misión— Merlon empezó a explicar— Vegetta fue usuario del diamante antes, así que él sabrá utilizar esto bien—

— ¿Utilizarlo para qué?— Siguió preguntando.

— Para evitar cualquier inconveniente tuyo— El anciano dijo— Vegetta será quien decida qué tanta mágica has de usar y que tan limitado será su poder. Desde hoy, tu poder depende de Vegetta—

Al oír eso, Rubius volvió a tener un tic en el ojo, solo que esta vez no intentó lanzarse encima de alguien. Al final de todo solo suspiró.

— Como los odio— Susurró Rubius en un tono resignado.

Este viaje iba a ser un enorme desastre.

Continuará...

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