Oh...
Sιᥣᥱᥒᥴιo ᥒᥙᥒᥴᥲ
Dᥱsᥱᥲᥒ qᥙᥱ ᥱᥒmᥙdᥱzᥴᥲ
Qᥙᥱ tιᥱmbᥣᥱ ᥴoᥒ ᥣᥲ ιdᥱᥲ
Y ᥴᥲᥣᥣᥲr ᥒo sᥱrᥲ́ mι vιdᥲ
— No puedo creer que el beso se haya arruinado— Comentó Alexby, bastante molesto.
Ambos animales estaban quejándose sobre el incidente ocurrido en la laguna. Quackity había vuelto al cuarto muy molesto y fastidiado por la caída del bote.
Incluso actuaba extraño, porque después de cambiarse de ropa, caminó fuera de la habitación sin la intención de avisar a dónde se iría.
— Dioses, mañana es nuestra última oportunidad para que ese beso ocurra— Fargan comentó— Hay que darnos prisa, no quiero qué mi mejor amigo pierda su alma—
Ambos se quedaron preocupados, mientras esperaban que Quackity estuviera bien.
Y ciertamente lo estaba, el chico iba caminando tranquilamente por el castillo hasta llegar a la planta baja. Quackity empezó entonces a dirigirse hacia lo que supuso era la parte trasera del castillo.
A esas horas ya no había personas en la cocina, sin embargo se oían unas cuantas risas salir desde las puertas junto al comedor grande, así que Quackity supuso que los ruidos de risas eran sus amigos los que reían.
Quackity abrió la puerta y observó a Ari, Juan y Mariana, riendo y comiendo sobre una mesita de madera.
— Te lo digo en serio— La chica comentó tras tragar un bocado de su comida— Una vez acabado el festival, Juan y yo nos iremos a la playa—
— Nos urge tener una Luna de miel— Mencionó Juan— Cinco años de matrimonio y jamás nos fuimos de Luna de miel—
— Pues yo, me voy al norte, a esquiar— Dijo Mariana.
— Y a ver si así al fin consigues pareja— Mencionó Ari— Tú no sales ni en rifa—
Juan empezó a reír.
— Yo vivo mi vida libre, no soy como ustedes que se casaron a los 17— Comentó el más alto.
Entonces los tres notaron a Quackity acercarse.
— ¡Quackity, hola!— Ari le saludó— ¿Quieres un vaso con agua?—
Quackity asintió mientras se sentaba en la banca junto a la mesa de madera, sentándose al lado de Juan mientras Ari se levantaba por un vaso de cristal.
El chico mudo sonrió ante la comodidad que esa familiaridad que la situación le brindaba, le recordaba a los almuerzos que tenía en su hogar, con la tía Carlota dándole golosinas antes de comer.
Hmm, ¿Cómo estaría su tía?
— Aquí tienes— Ari sacó a Quackity de sus pensamientos al darle un vaso con agua fresca, el chico le sonrió en agradecimiento y le dio un gran trago a la bebida.
Ari volvió a su lugar, sentándose frente a Juan y al lado de Mariana.
— Bien, tenemos que empezar desde el principio— Mencionó la chica— Juan, Mariana y yo nos conocemos desde mucho tiempo, los tres crecimos juntos en un orfanato—
— El orfanato de Santa Rosa— Comentó Mariana.
— El orfanato en un apestoso pueblo llamado Windsor— Completó Juan.
Quackity asintió, él conocía el pueblo de Windsor, sabía que Windsor no tenía buena reputación, era un pueblo hostil, sucio y lleno de personas que odiaban todo lo diferente.
— Crecer en ese pueblo fue muy difícil para nosotros— Mariana siguió hablando— Tres chicos huérfanos que se mantenían a sí mismos, a nadie le gustaba eso—
— Las monjas del orfanato eran horribles— Juan dijo— El dinero era escaso, así que ellas hacían que los niños trabajarán para poder mantener el orfanato—
— Nuestro límite fue cuando...— Ari suspiró— Cuando la madre superiora sugirió que yo debería vender mi cuerpo en las calles—
Quackity abrió los ojos, bastante sorprendido.
— Esa tarde nos hicimos una promesa— Juan continuó hablando mientras tomaba la mano de su esposa— Íbamos a huir de ahí para buscar una mejor vida—
— Incluso hicimos estás pulseras de promesa— Comentó Mariana alzando su mano derecha, Quackity observó que en la muñeca estaba una pulsera hecha con un hilo rojo y una sola cuenta del mismo color.
— Así que a la mañana siguiente escapamos de Windsor— Comentó Ari— Nos internamos en el bosque, solo queríamos mejoras nuestro estilo de vida—
— Teníamos conocimientos sobre el territorio— Dijo Juan— Pensábamos caminar hasta llegar a Karmaland, pensábamos llegar y pedir trabajos de limpieza, venta de rutas, pesca, lo que fuera—
— Pero no llegamos a Karmaland— Comentó Mariana— Llegamos a un pantano—
Un momento, ¿Pantano? Eso significa que...
— Era él pantano del Rubius— La chica dijo mientras miraba su mano.
Quackity estaba empezando a procesar la información, pensando bastantes cosas.
— Él se nos acercó con una falsa cara— Juan habló— Él actuó de forma amigable con nosotros, nos dio asilo, comida, nos dio alguien en quien confiar—
— Lo cual fue un error muy grave— Mariana prosiguió— Rubius hizo de todo para ganarse nuestra confianza y una vez que la obtuvo, él nos inició en la magia—
Quackity nuevamente se sorprendió por las revelaciones que le estaban diciendo.
— Rubius empezó a enseñarnos magia, él quería conseguir ayudantes para sus tratos— Ari explicó— Pasamos dos años con él, pensando que él era nuestro amigo y que nos enseñaba magia porque buscaba alguien con quien estar—
— Nosotros vimos de primera mano como trabajaba, vimos docenas de humanos e híbridos acudir a él para que cumpliera sus deseos— Juan habló— Ciertamente Rubius trabaja bajo sus propias reglas—
— Rubius hace contratos específicos, esos contratos siempre tienen una letra pequeña que nadie lee— Comentó Mariana y Quackity se quedó pensando.
¿A qué se refería con letra pequeña?
— Siempre es el mismo mensaje— El Mariana siguió hablando— La letra pequeña dice que Rubius, sin importar que, puede poner trabas para evitar que el sujeto cumpla con su contrato—
Y entonces Quackity se confundió.
— Es decir, que Rubius podrá interponerse en el camino de los demás, siempre y cuando le convenga, él se encargará de evitar que la otra persona o híbrido cumpla— Ari dijo.
— Rubius está hambriento de poder— Juan prosiguió— Robar almas lo hace sentir poderoso, nosotros vimos todas esas almas convertirse en criaturas de alquitrán sin pensamiento propio que solo siguen órdenes de Rubius—
Quackity tragó saliva.
— Quackity— Ari le llamó la atención— ¿Luzu te dijo algo sobre la profecía?—
Quackity asintió en respuesta.
— Pues, esa profecía tiene más información que la mayoría de personas aquí sabe— Comentó Ari.
Bien, Quackity estaba más intrigado que antes.
— La profecía sobre Rubius, es un tipo de profecía muy peculiar— La chica siguió hablando— Se les conoce como Profecías Prenatales, son profecías que se hacen sobre un individuo años antes de que incluso sus padres nazcan—
Quackity estaba inmerso en todo el relato, pensando bien las palabras que sus amigos decían.
— La profecía que la gente de Karmaland conoce, no es la profecía completa— Dijo Mariana— La profecía real es más complicada de lo que todos piensan—
— Y Rubius conocía esa profecía desde que era un niño— Juan comentó— Su hambre de poder empezó porque él creía que podía vencer la profecía—
Quackity estaba cada vez más curioso, hambriento de curiosidad, necesita saber que decía la profecía completa.
— Él nos dijo la profecía a nosotros cientos de veces— Ari siguió hablando— Creo que incluso la llegamos a memorizar—
Ari hizo una pequeña pausa antes de volver a hablar, contando toda la profecía mientras Quackity la veía expectante.
"De la unión de dos razas enemigas nacerá una criatura con un poder inimaginable. Un ser cuya alma se llenará de oscuridad con el pasar del tiempo por su camino destinado a la soledad. El oso habrá de encontrar el diamante del poder, el cual lo convertirá en el brujo oscuro más poderoso de la historia, empezando un reinado de oscuridad y devastación. Solamente un héroe visto por el brujo como su igual será capaz de detenerlo. El héroe de la luz se levantará de entre los escombros del miedo empuñando la esperanza de los débiles y terminará con el reinado de oscuridad del gran oso brujo"
Quackity sintió un escalofrío recorrer toda su espalda, no tenía idea de que las profecías fueran así de específicas y aterradoras.
— Rubius pensaba que si él veía a todos como inferiores nunca conocería a un héroe que viera como su igual— Juan siguió hablando— Al menos hasta que conoció a Vegetta—
— Nosotros realmente no sabemos qué ocurrió, Rubius nunca nos contó que ocurrió aquí— Ari comentó— Solo sabemos que Rubius vino a Karmaland siguiendo el poder que el diamante de poder irradiaba y que se fue tras una gran pelea con Vegetta—
— Y Rubius se encargó de envenenar nuestras cabezas en contra de Karmaland— Mariana fue el siguiente en hablar— Nos hizo estar en contra del reino porque nos quería usar como instrumentos para vengarse—
— Nos mandó aquí, para poder robar el diamante y entregárselo— Ari dijo.
— Pero cuando llegamos a Karmaland, vimos algo completamente diferente a lo que él nos contaba, aquí había paz, diversión, una vida normal— Juan siguió.
— Entonces fue que decidimos decirle la verdad a Vegetta— Mariana comentó— Le contamos todo, sobre cómo Rubius nos envió solo para robar el diamante—
— Al inicio creímos que nos mandaría a la cárcel— Ari confesó— Sin embargo él nos ofreció su protección, le dijo al rey y el acepto que nosotros tres viviéramos y trabajáramos en el castillo. Pero fuimos tontos, y decidimos contarle a Rubius sobre cómo nos quedaríamos a vivir aquí—
— Lo cual fue una mala idea, él nos acusó de traicionarlo y nos intentó matar— Mariana habló.
— Por suerte Vegetta nos había seguido y nos rescató— Juan fue el siguiente en hablar— Cuando regresamos, Vegetta nos drenó la magia y desde entonces hemos estado viviendo aquí, alejados de cualquier cosa que esté relacionada a Rubius—
Quackity asintió lentamente y Ari lo vio directamente.
— Rubius es un ser sin corazón, con poca estabilidad mental y ciertamente es un peligro tanto para humanos como para híbridos— La chica dijo— Es por eso que nadie habla de él—
Quackity se quedó pensando, la historia que los tres le contaron era mucho más explícita que la versión de Luzu. Él solo podía pensar en como Rubius siempre se acercó a Karmaland con segundas intenciones, siempre queriendo el poder.
— Espero que esto haya aclarado todo tipo de duda, Quackity— Ari sonrió ligeramente— Ahora es mejor que todos vayamos a dormir, mañana es el gran baile de gala y tenemos mucho que hacer—
Quackity asintió, ya era la hora para ir a dormir. Tras una silenciosa despedida, Quackity salió de la cocina y empezó a caminar de regreso al cuarto.
En la habitación de Quackity, los dos animales parlantes estaban descansando, Alexby rodaba por toda la cama mientras se estiraba y Fargan estaba en el marco de la ventana viendo el cielo nocturno, el búho estaba tranquilo hasta que un sonido le llegó a la mente.
Fargan estiró el cuello, abriendo las alas, era un sonido atrayente que lo hipnotizaba. Sin que Alexby lo notará, Fargan salió del cuarto, volando rápidamente hasta cierta parte del castillo.
En uno de los balcones, Luzu estaba de pie, tarareando un poco, atrayendo a varias aves, Fargan incluido.
Sin embargo, Fargan llegó tarde, ya que cuando se paró en el barandal del balcón, Luzu dejo de cantar y entró al cuarto, las demás aves se fueron volando, pero el búho se quedó ahí.
— Vaya estafa— Fargan comentó con molestia, estaba por volver a la habitación de Quackity cuando escuchó a Luzu hablar.
— Estoy más que decidido— Luzu dijo— Mañana temprano le diré a Quackity que sea mi cita para el baile de gala—
Fargan abrió el pico bastante al oír eso.
— Estoy seguro de que él aceptará—
— Tengo que decirle a Quackity— Fargan susurró y emprendió vuelo de vuelta a la habitación de Quackity.
Fargan tuvo suerte de entrar por la ventana al mismo tiempo que Quackity entraba por la puerta.
— ¡Quackity, tengo noticias!— Gritó Fargan muy feliz— ¡Escuché noticias maravillosas!—
— Fargan no grites tanto, alguien puede escucharte— Alexby se quejó mientras veía a Fargan aterrizar sobre la cama.
— Es que esto es una noticia increíble— Fargan comentó con mucha felicidad, incluso al no tener labios parecía estar sonriendo— Oí algo estupendo—
— ¿Qué fue lo que oíste?— Preguntó la nutria, Quackity también se sentó en la cama para verlo.
— Escuché al príncipe Luzu diciendo que invitará a Quackity a ser su cita para el baile de gala de mañana— Fargan comentó y Quackity empezó a sonreír bastante.
Cinco segundos después, el humano mudo ya estaba dando saltos de emoción por toda la habitación.
— Esto es real, Luzu va muy en serio con Quackity— Alexby comentó— Lo tendremos que preparar bien, nos quedan 20 horas para que ese beso ocurra—
— Tardamos aunque sea solo un segundo más...— Fargan comentó mientras veía a Quackity— Estaremos perdidos—
Ambos animales suspiraron, viendo a Quackity tener su pequeño momento de felicidad.
Iba a ser un largo día.
La mañana siguiente llegó y con ello llegó un día lleno de trabajo para todo el personal del castillo.
— ¡Los adornos deben estar listos!— Gritó Akira mientras avanzaba por el recibidor del castillo, viendo a los trabajadores moverse de un lado a otro.
— Esos banderines van afuera— Comentó la rubia viendo que un par de hombres llevaban banderines triangulares de colores naranja— Y debían estar colgados desde hace horas, ¿Qué está pasando con ustedes, gente? Esto debía estar listo desde anoche—
Algunos trabajadores la miraron solo para apresurarse, no porque quisieran terminar sus tareas sino más porque querían alejarse de la ira de la rubia.
— ¡Vean si la comida está en las cocinas, limpien las cortinas, pulan los candelabros y por amor de Dios, alguien tráigame algo cubierto en chocolate!— Akira gritaba de forma neurótica mientras todos corrían, haciendo los pedidos de la mujer.
— Señorita Akira, ha llegado una carta— Un joven trabajador llegó corriendo a ella, teniendo una paloma mensajera en el hombro y una nota en sus manos. La rubia tomó la nota y la leyó.
— Coño, la princesa Nieves ya ha entrado al reino, estará aquí pronto, ¡Dense prisa!— Dijo la chica— ¿Y alguien ha visto a Luzu?—
El joven príncipe estaba en su habitación terminando de vestirse para el día, el cual sabía sería un caos total.
Siempre era un caos, los trabajadores iban de un lado a otro, terminando de hacer tareas y Luzu prefería escapar del caos tanto como pudiera. En cambio prefería estar con Quackity.
Cuando estuvo listo, abrió un cajón de su tocador, sacando un cuaderno de pasta roja y un lápiz del mismo color, listo para entregárselo a Quackity para reponer el que se arruinó cuando cayeron al agua la noche anterior.
Pero lo que más le entusiasmaba era poder preguntarle directamente a Quackity que fuera su pareja para el baile de gala.
— Hoy será un buen día, este será un buen día— Luzu se dijo a sí mismo viéndose en el espejo, sonrió y salió del cuarto con la libreta en manos.
Empezó a caminar por los pasillos, esquivando a los trabajadores que se movían apurados y en cuanto llegó a las escaleras que se encontraban con el descanso más abajo fue que pudo ver a Quackity en la cima de la otra escalera.
Ambos se sonrieron al verse a tan corta distancia, después de quedarse quietos unos segundos, empezaron a caminar para bajar los escalones.
Estaban a nada de verse frente a frente, pero alguien los detuvo.
— ¡Luzu, ven aquí!— Akira le llamó la atención tomándole del brazo e interponiéndose en su camino hacia Quackity.
— ¿Qué? Oye espera, ¿A dónde me llevas?— Preguntó el príncipe.
— La princesa Nieves está por llegar y necesito que tú le des la bienvenida— Comentó Akira.
— ¿Yo por qué?—
— Porque eres la razón de que la princesa Nieves este aquí, fue tu inteligencia y perseverancia lo que hizo que los reyes de Venture aceptarán el tratado— Akira explicó, viéndole— Hay que ser diplomáticos, debes darle la bienvenida a la princesa—
Luzu observó a Quackity, quien se quedó quieto al ver que Akira hablaba con el de ojos rojos.
— Bien, iré contigo, pero espera un segundo— Luzu se separó de Akira y empezó a dirigirse a Quackity— Te veo en una hora Quackity, espérame en el solario. Y toma esto, te conseguí un cuaderno nuevo—
Quackity sonrió un poco y asintió con la cabeza, tomando la libreta, la observó, está vez la pasta era de color rojo y tras eso vio cómo Luzu se marchaba junto a Akira.
El joven sin voz dio media y empezó a caminar de vuelta a su habitación, si tenía suerte, Fargan y Alexby seguirían en el cuarto.
Y fue su día de suerte, pues al abrir la puerta encontró a los dos animales aún echados sobre la cama.
— Volviste muy pronto— Comentó Alexby.
Quackity comenzó a escribir en la libreta.
"¿Quieren ir al jardín?"
Una vez que recibió afirmaciones de sus amigos, los tres se pusieron en camino hacia fuera del castillo, en parte del enorme jardín que la propiedad tenía.
Quackity sonrió al ver la imagen de una zona más linda que el resto del jardín, había dos bancas de concreto, frente a dichas bancas había una pequeña fuente con un flujo de agua constante, detrás de la fuente había grandes arbustos llenos de lavanda que llenaba el aire de un dulce aroma.
Fargan no espero más y abandonó el hombro de Quackity para expandir sus alas y empezar a volar por el espacio libre, Alexby bajo de la pierna de Quackity y corrió hasta la fuente para entrar al agua y refrescarse.
Quackity sonrió al verlos tan libres y fue a sentarse sobre una de las bancas, dejando el cuaderno y lápiz a un lado suyo.
Después de eso, Quackity suspiró y se dedicó a ver a sus dos amigos, Alexby se veía divertido mientras nadaba y se duchaba en el agua. Luego dirigió su vista a Fargan, quien volaba a varios metros sobre él.
Algunas veces Quackity se sentía celoso de Fargan, nunca lo diría en voz alta, pero así era su situación. Quackity envidiaba las habilidades de vuelo de Fargan, habilidades que él no tiene.
Durante su infancia, Quackity solía salir a volar junto a su madre, ambos pasaban horas a la semana surcando el cielo, él era un volador ágil y veloz, pero cuando su madre falleció, Quackity perdió el gusto por volar.
Dejó de volar, su tía tampoco se preocupó por incentivar el vuelo en Quackity, ya que ella en su juventud fue atacada por cazadores, lo cual terminó en que perdiera una de sus alas por lo que ella no podía volar para acompañar y vigilar a un niño hiperactivo de ocho años y medio volar en el cielo.
Con el tiempo y la falta de uso, las alas de Quackity se debilitaron, al no entrenarlas lo suficiente, sus alas no soportan el peso de todo su cuerpo y por consecuencia, no puede volar más que un par de metros, siempre termina cayendo y sufriendo terribles calambres en los músculos.
Aunque él compensa la falta de vuelo en su gran habilidad para la natación, su madre le enseñó lo básico, sin embargo fue la tía Carlota quien le ayudo a perfeccionar la habilidad para el nado. Al ella tampoco volar, empezó a nadar en su lugar y le enseñó todo a Quackity, puede no ser un buen volador, pero es un gran nadador.
Quackity entonces pensó en como extrañaba sus alas, no volaba, pero se sentía tan raro no tenerlas, sentía que faltaba algo muy importante de él.
Pero tendrá que acostumbrarse a vivir sin alas, una vez que logre besar a Luzu, se despedirá de toda su vida como híbrido, ya no volvería a acercarse a esa vida.
No volvería a sentir como sus alas se estiran, no volvería a sentir el viento pasar entre sus plumas, ya no volvería a la vida que vivió durante 18 años...
Mierda.
Ahora que lo piensa, ¿Luzu estará de acuerdo con salir de aventuras? ¿O es qué acaso él prefiere ser alguien que se queda en casa?
Nunca pensó en eso, nunca pensó en el futuro que podría tener junto a Luzu. ¿Qué pasa si a la larga no funcionaban juntos y terminaban separados? ¿O qué pasaría si en una aventura Luzu termina malherido o peor, muerto? ¿Qué pasaría si simplemente no obtiene un feliz para siempre?
Eran demasiadas variables, demasiados ejemplos de lo que podría salir mal, demasiados pensamientos dónde su relación acababa de forma desastrosa. Él no puede con eso.
No... ¿Por qué sentía un picor en las manos? ¿Por qué todo parecía dar vueltas? ¿Por qué sus ojos se llenaban de lágrimas? ¿Por qué no estaba respirando bien?
— ¿Quackity?— Alexby preguntó al ver cómo se comportaba su amigo— ¿Quackity, estás bien?—
Por más que él hablaba, Quackity no parecía responder, ni siquiera parecía estar en buenas condiciones, el humano temblaba en su lugar, sudaba y lloraba mientras trataba de respirar correctamente.
— ¡Fargan!— Gritó Alexby, el búho escuchó y voló rápidamente hacia ellos.
— ¿Qué ocurre?— Preguntó.
— No lo sé, algo le está ocurriendo a Quackity— Alexby dijo, bastante preocupado por su amigo— ¡Pide ayuda!—
— ¿Cómo esperas que lo haga?— Preguntó Fargan.
— No sé, vuela por el castillo y atrae a alguien, eres un búho, eres más ruidoso que una nutria, ¡Ve ahora!— Gritó Alexby.
Fargan asintió y volvió a emprender vuelo, aleteando rápidamente, viendo a todos lados, tratando de hacer algún ruido que pudiera atraer la atención.
"Vamos Fargan, hacías esos ruidos todo el tiempo de niño." Pensó el búho y abrió el pico, empezando a ulular lo más fuerte que podía mientras volaba por parte del castillo.
Empezó a frustrarse al ver que nadie atendía a su llamado, así que voló más bajo, empezando a hacer más y más ruidos, por fortuna está vez alguien sí escuchó al búho molesto.
— ¿Quién chingados está haciendo tanto puto escándalo?— Juan preguntó mientras salía de los establos.
Fargan empezó a volar hacia Juan, uso sus patas para tomarlo de una manga, empezando a volar para jalarlo.
— ¿Qué te pasa?— Preguntó Juan.
Fargan solo siguió ululando, jalando el brazo del chico de lentes.
— ¿Quieres que te siga?— Preguntó nuevamente y Fargan empezó a asentir varias veces.
El búho soltó su manga y empezó a volar hacia Quackity, Juan le siguió rápidamente, corriendo detrás del ave.
En menos de un minuto ambos ya estaban acercándose a Quackity, Juan por fin entendió a qué se debía el comportamiento tan raro del ave.
— ¡Quackity, oye!— Juan corrió hasta la banca, observando a Quackity.
Juan habló, pero no obtuvo ninguna respuesta, por más que le movía del brazo, Quackity no reaccionaba.
— Bien, ya sé que hacer— Juan dijo y tomó el cuaderno, escribiendo rápidamente en una hoja, la cual arranco y dobló, entregándosela a Alexby— Tú, amiguito, parecen ser animales muy inteligentes, la puerta abierta doblando la esquina es la entrada a las cocinas, entregale esto al chef más alto, el de lentes que parece trol de las montañas, ¿Entendiste?—
Alexby tomó la hoja y asintió, bajó de la banca y empezó a avanzar con velocidad.
— Y tú, búho, abanica a Quackity con tus alas— Juan pidió y Fargan asintió, empezando a mover sus alas en la cara de Quackity.
— Ahora, Quackity, por favor escúchame, no hagas caso nada más que a mi voz— Juan empezó a hablar, viendo al chico— Si puedes oírme, asiente—
Quackity asintió.
— Bien, ahora quiero que en tu mente empieces a enumerar cosas, las cosas que oyes, las cosas que ves, las cosas que sientes y lo que hueles— Juan seguía diciendo, Quackity alcanzó a oír esas palabras y dejo que se filtraran entre todo el caos que había en su mente.
"Puedo... Puedo oír la voz de Juan, oigo el aleteo de Fargan y oigo otras aves cantar. Puedo sentir el aire golpear mi rostro, puedo sentir el cemento de la banca. Puedo oler la lavanda de los arbustos. Veo borroso... Pero distingo la figura borrosa de Juan, distingo a Fargan y empiezo a ver claramente el jardín entero". Quackity tomó una bocanada de aire, todo se había calmado.
— Ahora respira, inhala por la nariz, mantén el aire y exhala por la boca lentamente— Juan le indicó, Quackity hizo caso, respirando, estando cada vez más calmado— ¿Mejor?—
Quackity asintió lentamente.
— ¡Juan, Quackity!—
Pronto, el Mariana llegó corriendo, con Alexby colgando del mandil del chef en jefe.
— Vine tan pronto como leí la nota. Aquí está el agua para Quackity— Mencionó Mariana extendiendo un vaso hacia el chico del gorro, quien la aceptó con una sonrisa.
Empezó a beber del vaso, dejando que el refrescante líquido se abriera paso por su garganta, subiendo su ánimo de inmediato.
— Y aquí una manzana dulce para subir la energía— Mencionó el chef, entregando la manzana roja y brillante a Quackity.
Quackity le sonrió a la chica y abrió la boca para darle una gran mordida a la fruta, dejando que el sabor endulce su boca.
El chico mudo estaba tan distraído que su boca se movió como si estuviera diciendo "gracias", olvidando que es mudo y nada saldría de su boca.
— ¿Qué fue lo que pasó con Quackity?— Preguntó Mariana, Juan intentó hablar y posó una mano en el hombro de Quackity.
— Lo que Quackity sufrió fue un ataque de pánico— Mencionó Juan— Son causados por un miedo y ansiedad constante, cuando tu cerebro te hace ver todo lo que negativo que puede ocurrir en el futuro y empieza a sofocarte—
Quackity se estremeció, sintiendo un escalofrío recorre su espina dorsal, el pánico se sintió tan... Horrible.
— Ay man, pero ya te sientes bien, ¿Verdad?— Preguntó Mariana, viendo al más joven quien asintió lentamente— Bueno, quisiera quedarme un poco, pero tengo que volver a la cocina, hay un banquete entero que acabar de preparar—
— Termina tu agua, Quackity— Juan le animó y Quackity le dio un último trago al agua, dejando que el líquido lo calmara— Escucha, si alguna vez te sientes mal por la ansiedad, porque te sientes abrumado y creas que todo va a explotar, ven conmigo o con Ari o con Mariana, nosotros podemos ayudarte con eso—
Quackity sonrió amablemente y Juan le respondió la sonrisa. En ese punto, el fuerte sonido de trompetas les llamó la atención.
— Los invitados están empezando a llegar— Juan comentó mientras se ponía de pie— Debo irme, tengo que cuidar de los caballos de los reinos visitantes, te veré luego, ¡Adiós Quackity!—
Quackity se despidió de su amigo con un movimiento de mano, viéndolo alejarse.
— ¿Y qué fue lo que te causo el ataque, Quackity?— Preguntó Alexby una vez que supo que se encontraban solos.
Quackity tomó la libreta y empezó a escribir lentamente en el cuaderno para mostrarle la hoja a sus dos amigos animales.
"Empecé a pensar en todas las cosas que pueden salir mal si llego a tener una relación con Luzu"
— Quackity, existen muchas variables— Dijo Alexby— Pero estoy seguro de que tu mente solo está jugando contigo—
— Eso a veces pasa— Mencionó Fargan— Debes pensar que hay algo llamado "Fase luna de miel", es cuando lo empalagoso está a flor de piel, cuando los enamorados ven lo superficial del romance, cuando esa fase acaba, son capaces de verse realmente—
Quackity volvió a escribir.
"Fargan no te entiendo, explícate bien"
— A lo que me refiero es que las parejas tienen sus altibajos, si tú y Luzu tienen una relación debes estar consciente que tarde o temprano tendrán momentos bajos— Fargan siguió explicando— Al final, las parejas crecen juntos. ¿Pasarán por malos tiempos? Sí, van a tener una o dos discusiones, pero las van a superar—
— A final de cuentas, el amor es imprevisible, nunca estaremos seguros de nada, salvó que hay amor— Alexby terminó de decir.
Quackity sonrió con delicadeza, sintiéndose mejor por las palabras de sus amigos.
Todo estará bien.
— Todo estará bien— Comentó Akira mientras alisaba la ropa de Luzu.
— ¿Es necesario tanta formalidad?— Preguntó Luzu.
— Más que necesaria— Mencionó Akira— La invitada de hoy está aquí gracias a ti, estás a punto de cerrar tu primer trato diplomático, esto solo hará que otros reinos te tomen con seriedad—
— ¿Y yo para qué quiero que me tomen con seriedad?— Luzu cuestionó, viendo cómo la chica se aseguraba que él no tuviera pelusas en la ropa.
— Porque tarde o temprano, esperemos que muy tarde, tú serás rey y tendrás que dar la cara frente a los demás reinos— La rubia comentó— Si otros reinos te toman en serio ahora, en el futuro te verán con respeto—
Luzu asintió por la respuesta de la chica.
— Bien, ya estás listo— Akira dijo justamente cuando un trabajador se le acercó a susurrarle algo— La princesa está aquí, recuerda, sé amable, sonríe, dale la bienvenida y guiala hasta el lobby para que yo pueda llevarla a su habitación, ¿Entendido?—
— Sí— Luzu asintió.
— Ve por ella, tigrillo— Mencionó Akira dándole un empujoncito, Luzu avanzó y miró un poco a Akira, pero siguió caminando, saliendo por las puertas, quedando en la cima de las escaleras, con Akira a unos metros detrás, a su izquierda estaba Willy, quien le sonrió y saludó.
Luego las trompetas sonaron nuevamente.
— ¡Damas y caballeros!— Uno de los trompetistas gritó— ¡La princesa Nieves de Venture!—
Las puertas se abrieron de par en par y ahí estaba la joven y hermosa princesa Nieves.
Era una joven de cabello naranja y ondulado que bajaba hasta su cintura, un par de ojos azules brillantes, con la piel pálida y pecas por el rostro.
La princesa vestía un hermoso vestido azul pastel de corte bustier de tirantes, con una falda ampona con tul que llegaba hasta por encima de sus rodillas, todo con una cola que bajaba hasta rozar el suelo. Todo ese conjunto iba acompañado con tacones y guantes del mismo tono de azul y el detalle final era un collar de dónde colgaba un zafiro que brillaba bajo el Sol.
A ambos lados de la princesa había otras dos mujeres, la de la derecha era una mujer calva, en extremo pálida con un vestido largo azul rey. Al lado izquierdo estaba una mujer alta y robusta con una armadura de diamante.
Las tres empezaron a avanzar por el camino de entrada hasta las escaleras, subieron lentamente los escalones hasta quedar frente a frente con Luzu.
— Princesa Nieves— Luzu saludó haciendo una reverencia— Es un gran honor tenerla en Karmaland cómo representante del reino Venture—
— No son necesarias tantas formalidades, Luzu— Comentó Nieves haciendo también una reverencia— Ellas son Gladys, mi guarda espaldas, y Andrómeda, la hechicera mayor de Venture—
Comentó Nieves, señalando a la mujer de armadura y a la mujer calva respectivamente.
— Es un placer conocerlas— Mencionó Luzu— Adelante, pasen por favor—
Luzu dio paso a qué las tres mujeres atravesarán las puertas del castillo, caminando hacia donde Akira ya estaba, saludándolas con una reverencia.
— Akira, por favor lleva a la princesa Nieves y a sus acompañantes a sus habitaciones y ponlas al tanto del itinerario de hoy— Pidió Luzu con su voz más formal.
— Enseguida joven príncipe— Mencionó Akira— Señoritas, por favor síganme—
La rubia empezó a caminar por el lobby, siendo seguida por las tres invitadas. Luzu suspiró con alivio, ya era libre de responsabilidades reales y podría ir con Quackity.
O al menos eso pensaba.
La princesa Nieves se detuvo en seco, dio una media vuelta rápida y empezó a acercarse a Luzu con pasos cortos pero acelerados.
— Antes de que me guíen a mi habitación, quería saber si es posible que tengamos una reunión antes del baile y el banquete— Mencionó Nieves.
Luzu dudó de que responder. En cierto momento, Luzu miró el collar de la princesa, observando el zafiro que brillaba y empezó a sentirse adormilado y calmado.
— Sí— Respondió Luzu y levantó la cara— Akira, por favor lleva a la princesa Nieves a la biblioteca en cuanto esté instalada—
Akira le miró con la ceja levantada y asintió con la cabeza.
— Te veo después— Nieves mencionó y volvió a alcanzar a las otras mujeres para irse del lobby.
Dejando a Luzu atrás, callado y sintiendo que algo quería golpear su cabeza por dentro.
— Yo tenía algo que hacer... Pero, ¿Qué era?— Se preguntó a sí mismo— Supongo que si lo olvide, no era algo importante—
Dijo y empezó a caminar lentamente en dirección hacia la biblioteca.
Quackity suspiró mientras se sentaba en una de las sillas que se encontraban en el solario, dejó la libreta y el lápiz sobre la mesita.
Después del contratiempo de su ataque de pánico en el jardín, Quackity ya estaba listo para reunirse con Luzu en esa salita tan linda como lo era el solario.
Así que solo debía esperar un poco. ¿Qué tanto podría tardar, Luzu?
Después de unos 15 minutos, Luzu estaba en la biblioteca, hojeando uno de los viejos diarios de exploración de su abuela cuando la puerta se abrió y la princesa Nieves entró.
— Ahí estás, estaba empezando a creer que Akira me dio las instrucciones equivocadas— Comentó la princesa después de entrar, cerrando la puerta.
— Entonces, sobre que querías hablar— Comentó Luzu dejando el libro de lado.
Pero antes de que alguno pudiera decir algo más, el zafiro en el collar de Nieves empezó a brillar tan intensamente que un brillo azul cubrió toda la habitación.
Y minutos después...
— ¿Luzu, estás aquí?—
La puerta de la biblioteca se abrió lentamente y Akira asomó su rostro dentro, buscando al príncipe.
Y lo encontró, en la mesa leyendo un gran libro junto a la princesa Nieves.
— Las islas de Mauki son tres islas enormes, todas gobernadas por el rey Malakai y la reina Feliti— Mencionó Luzu, leyendo para Nieves.
— ¿Y qué hay de la descendencia?— Preguntó la chica.
— Son dos príncipes— Respondió Luzu— El mayor es el príncipe Missa y la menor es la princesa Tiki—
— Vaya. Siempre he querido ir a Mauki, pero desgraciadamente mi cuerpo no está acostumbrado al calor de las islas tropicales— Comentó la princesa.
— Lamento interrumpir, pero Luzu, tu padre dice que si piensas llevar algún invitado al baile, se lo hagas saber— Comentó Akira— Y que sigas la tradición de entregar una rosa a tu cita—
— Sí, sí, ya tengo elegida a mi cita para hoy— Luzu sonrió mientras cerraba libro.
— Bien, tu padre está esperando en el salón principal... Ah, y de preferencia has la entrega de la rosa ahí, ya sabes que al rey le gustan los shows en vivo— Mencionó Akira.
— Bien, vamos al gran salón— Comentó Luzu poniéndose de pie.
Quackity golpeaba repetidamente el lápiz sobre la pasta del libro, esperando la aparición del príncipe, la cual parecía tardar más y más.
"¿En dónde rayos está?" Pensó para sus adentros.
Quackity era bueno con el tiempo, Luzu debía estar ahí con él desde hace diez minutos y no aparecía por ningún lado.
¿Debería esperarlo o salir a buscarlo?
Quackity tomó su libreta y se puso de pie, empezando a ir directo a la puerta, pero está misma se abrió.
— ¡Quackity, ahí estás!— Ari dijo al verlo— Estuve buscándote por todos lados—
Quackity ladeó su cabeza.
— Me llegó el rumor de que el príncipe le pediría a alguien ser su pareja para el baile de gala en el gran salón, ¡Y tú no estás ahí!— Comentó la chica con emoción.
Quackity seguía confundido, por lo que escribió rápidamente en el papel.
"No te entiendo"
— No finjas Quackity, ya muchos sabemos que el príncipe está detrás de tus huesitos y es más que obvio que él te invitará a ti al baile de gala de hoy— Ari dijo, tomando a Quackity del brazo.
¡Oh!
Es por eso que Luzu se retrasó, estaba planeando pedirle la cita formalmente y no hacerlo en el solario.
Quackity sonrió bastante y compartió su emoción con Ari, ambos entonces empezaron a correr, ambos tan felices y divertidos mientras corrían por los pasillos.
Ari guio a Quackity hasta un salón, grande y amplio, dónde ya había personas dentro.
Quackity vio al rey, así como también al resto del personal, Vegetta, Willy, Frank, Lolito y Mangel. Incluso también estaba el Mariana, además de otros visitantes como el príncipe Auron y otros más que el chico mudo nunca había visto antes.
— Y bien hijo— El rey habló mientras veía a Luzu— Dime, ¿Quién es tu cita para el baile?—
Luzu entonces miró a toda la gente que estaba viéndolo, sostuvo con más fuerza la rosa que tenía en sus manos, espinándose accidentalmente, pero no le dio importancia.
Dio un par de pasos al frente, su vista se movió por varios puntos, pasaron de Auron a Quackity y de Quackity a Nieves y de Nieves a Auron nuevamente.
Pero algo lo llamaba, lo hacía seguir adelante y directo a una persona en específico.
Quackity sonrió, veía Luzu acercarse a él con una sonrisa en los labios, estaba listo para aceptar la rosa... Pero entonces Luzu lo ignoró y fue hacia alguien más.
— Princesa Nieves, ¿Serías mi pareja para el baile?— Luzu preguntó mientras sonreía a la chica de cabello naranja y le entregaba la rosa blanca.
Todo ante la mirada sorprendida de varios.
— Me encantaría— Respondió Nieves.
En ese momento Quackity sintió un tirón en el corazón, el chico mudo simplemente empezó a retroceder lentamente lo más que podía, y una vez alejado de la multitud de gente confundida empezó a correr para salir del salón.
Continuará...
Gente, hoy vengo a decirles que se vayan a Twitter para ver los perfiles de @/Murielsit0 y @/Papeltostado porque han hecho fanart precioso de esta historia que créanme, son excelentes.
Ahora sí, ahí nos vidrios.
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