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Más Allá

Eᥣ ρᥙᥒto ᥱᥒ qᥙᥱ ᥱᥣ ᥴιᥱᥣo ᥱs ᥱᥣ mᥲr, mᥱ ᥣᥣᥲmᥲ
Y ყo qᥙᥱ sᥱ, ᥴᥙᥲ́ᥒ ᥣᥱjos ᥱs
Sι ᥱᥣ vιᥱᥒto ᥱᥒ mι vᥱᥣᥲ vᥱo ᥲᥴomρᥲᥒᥲrmᥱ
Por fιᥒ sᥲbrᥱ́, ᥴᥙᥲ́ᥒ ᥣᥱjos voყ

Los murmullos se extendían por todo el patio del castillo, todo mientras el rey trataba de mantener la calma en su gente.

— Su majestad, tenemos que hacer algo para calmar a las masas— Vegetta informó.

— Eso ya lo sé, pero necesito saber si mi hijo está bien primero— El rey respondió.

El rey no admitirá completamente lo preocupado que se siente desde que su hijo fue a seguir a aquel híbrido, pero su temor se empezaba a notar bastante.

— Confío en qué el joven príncipe estará bien— Comentó Merlon.

— A veces das miedo, viejo— Dijo Frank, entrecerrando los ojos.

Todo el ruido que se había generado en el patio del castillo se vio interrumpido por el ruido de dos trompetas, toda la gente se giró para poder ver hacia la puerta.

— ¡El príncipe Luzu ha regresado!— Gritó uno de los trompetistas.

— Al fin, con Luzu aquí todo será mucho más sencillo— El rey suspiró aliviado, sin embargo cuando las puertas a la entrada del castillo se abrieron y todo el mundo soltó un jadeo viendo a Luzu tomado de la mano de Quackity y con toda la villa de híbridos detrás de ellos.

— ¡Trajo a híbridos con él!— Gritó alguien.

— ¿Su majestad?— Willy preguntó, mirando al rey que estaba sorprendido pero suspiró.

En ese momento empezaron varios gritos de protesta por parte de los humanos, los cuales enojaron bastante al rey.

— Samuel, amplifica mi voz— Ordenó el rey.

— Sí señor— Vegetta hizo un movimiento de manos y envió una estela de luz púrpura que rodeó la garganta del rey.

¡SILEEEEEEEEENCIO!— El rey gritó a todo pulmón, su voz se escuchó por todo el patio del castillo, todo mundo se calló de inmediato y la luz púrpura desapareció.

— ¿¡Es que acaso no lo entienden!?— El rey preguntó, mirando a los habitantes de su reino— Todo esto, está segregación solo provoca cosas más negativas—

Luzu y Quackity empezaron a sonreír levemente ante las palabras del rey.

— Mi amado hijo, el príncipe se ha enamorado de un híbrido, sí— El rey asintió— Y ese amor fue lo que salvó a nuestro reino—

— ¿Espera que convivamos con híbridos?— Pregunta un humano.

— Hace años, humanos e híbridos eran capaces de vivir juntos— Merlon interrumpió mirando a todos.

— Es momento de volver a esos tiempos— El rey habló empezando a bajar los escalones de entrada— Los dioses antiguos nos crearon a todos para convivir en paz, tenemos que crear la unión...—

Los humanos abrieron camino al rey, quien miraba a su hijo y... Supone que su yerno.

Desde el día que al mundo llegamos y nos ciega el brillo del Sol— El rey comenzó a cantar mientras avanzaba por el camino de entrada— Hay mucho más para ver de lo que se puede ver, más para hacer de lo que da el vigor

Son muchos más los tesoros de los que se podrán descubrir— Mauro siguió avanzando lentamente mientras que Luzu y Quackity también habían empezado una caminata, siendo seguido poco a poco por los demás híbridos— Más bajo la luz del sol jamás habrá distinción, grandes y chicos han de convivir

Finalmente el rey y Luzu quedaron frente a frente, Luzu estaba algo asustado, sin embargo su padre lo calmó mostrando una gran sonrisa de orgullo.

En el ciclo sin fin— El rey cantó mientras abría sus brazos para atrapar a Luzu en un fuerte abrazo.

Que nos mueve a todos— El rey se separó de Luzu, miró a Quackity, quien hizo una reverencia, pero entonces el hombre mayor atrapó al híbrido en otro abrazo. El pato se impresionó, pero terminó por responder a aquel abrazo.

Todos quedaron impresionados por aquello, se quedaron silencio, mirando al rey hacer aquello.

Y aunque estemos solos— El rey se separó del abrazo y Luzu rápidamente se le acercó a susurrar algo. El rey sonrió y fue acercándose a Astrud e Ingrid, alzando su diestra para saludar formalmente al jefe de la villa híbrida.

Debemos buscar hasta encontrar— Tras aquel saludo, tanto humanos como híbridos empezaron a considerar aquella propuesta— Nuestro gran legado

En el ciclo— El rey continuó cantando mientras los demás se iban uniendo lentamente entre ellos— El ciclo sin fin

Alexby veía toda la escena, con una sonrisa en sus labios hasta que sintió que alguien lo jalaba, resultando que Frank lo había atraído a él para abrazarlo por los hombros con un brazo y usando la otra mano para despeinarlo, haciendo reír a la nutria.

Fargan también sonreía incluso cuando Lolito se le acercó y tomó una pluma que caía de el ala del búho.

— Hmmm, dime Fargan, ¿Cada cuánto mudas de plumas? Porque me encantaría hacerme una boa de plumas— Comentó el pelinaranja sonriente.

— Bueno, siempre ando tirando plumas por ahí— Fargan respondió y ambos rieron.

— Pueblo mío— El rey anunció en voz alta— Me enorgullece decir que desde hoy, Karmaland es un reino totalmente abierto a los híbridos—

Tras decir eso, varios gritos de celebración y alegría se dejaron oír tanto por híbridos cómo por humanos que festejaban aquella decisión y lentamente ambos bandos empezaron a acercarse.

— Sean bienvenidos al reino— Pol fue el primer humano en saludar de mano a algún híbrido, que en este caso aquella híbrida fue Carlota.

— Muchas gracias— Carlota sonrió y correspondió a aquel saludo.

Más allá de ellos, un grupo de niños humanos se acercó a una familia de híbridos de conejo, atraídos por las largas orejas que poseían.

— Ohhh, ¿Es cierto que pueden saltar sobre las nubes?— Preguntó uno de los niños, haciendo reír a los conejos.

— Hasta las nubes no, pero si puedo saltar muy alto— Respondió uno de los niños híbridos, saltando casi hasta la altura de su alto padre, asombrando a los pequeños humanos.

— Wow, ¿Quieren jugar captura la bandera con nosotros?— Preguntó una niña bastante sonriente.

— ¿Podemos jugar con ellos, mami?— Preguntó una de las niñas conejo. Los dos adultos híbridos se vieron al otro y sonrieron ligeramente.

— Solo tengan cuidado, niños—

Los niños celebraron y empezaron a correr.

Y así fue que poco a poco empezaron a integrarse manos grupos, ambas comunidades se unían lentamente, alegrando a Quackity y a Luzu.

— Lo lograste Quackity— Luzu sonrió.

— No, lo logramos juntos Luzu— Quackity respondió, mirando a Luzu a los ojos.

— Bueno, sé que esto ya está de más ahora mismo...— El príncipe siguió hablando— Pero yo me preguntaba si es que tú quisieras, ya sabes... Ser mi novio—

Quackity estaba normal hasta oír aquella pregunta, ya que sus alas se abrieron de golpe, haciendo que unas cuantas plumas volarán.

— Ay, perdón, esto no me pasa nunca— Quackity avergonzado, haciendo que sus alas volvieran a acomodarse en su espalda y Luzu comenzó a reír—¡No te rías culero!—

El pato se quejó, dándole manotazos al príncipe, pero Luzu solo pudo reírse más.

— ¡Luzu!— Quackity gritó y Luzu se calló, viéndolo con una sonrisa— Claro que sí quiero ser tu novio—

Entonces Luzu sonrió más y lo tomó de la cintura para inclinarlo rápidamente, se quedó quieto y sonrojado. Se vieron a los ojos y empezaron a acercar sus rostros.

— Uh, Quacks, hay niños viendo— Dijo el príncipe.

— Ay ya ustedes, chismosos— Quackity dijo y uso sus alas para cubrir su rostro y el de Luzu cuando finalmente se besaron.

Y así pasaron un par de días en los que ambas comunidades empezaban a entablar una relación amistosa, pero seguía existiendo un gran problema que se levantaba entre ambos.

Fue así que todos, humanos e híbridos, se reunieron a las afueras del reino y de la villa híbrida, aquella enorme muralla de raíces con espinas se alzaba entre ellos en el punto medio que separaba los caminos, cada ser en el lado a dónde sus especies pertenecían, expectantes mirando la muralla.

En el lado humano se encontraba el rey, mirando a sus súbditos, quienes estaban en silencio y calma esperando algún tipo de señal. Finalmente el hombre observó a Vegetta y le sonrió.

— Samuel, ¿Harías los honores?— Preguntó el rey.

— Con mucho gusto— Vegetta dijo, parándose frente a la muralla.

Cerró sus ojos y dejo que la energía violeta cubriera sus manos, luego aclaró su mente y pensó bien, pensó en las palabras de cierto oso.

"Respira profundo, recrea la imagen en tu mente, siente la naturaleza en ti y hazlo"

Vegetta sonrió y lanzó una gran cantidad de magia a la muralla, está empezó a quemarse de manera controlada, creando así una entrada en la muralla y aquellas filosas espinas se convirtieron en varias flores de colores y olores llamativos.

Una vez que la pared se desvaneció, todos volvieron a festejar y nuevamente ambos grupos se mezclaron.

— Ya tengo a mis mejores híbridos diseñando el camino de entrada— Astrud dijo mirando al rey Mauro.

— Y yo ya tengo a mis hombres derribando la represa río arriba para que el nivel del agua en su villa regrese a como lo era antes— El rey dijo— Y nuevamente me disculpo por eso, no tenía idea de que ese río desembocaba en tu villa—

— No hay problema con eso, pasado pisado—

Los dos líderes siguieron charlando, mientras nuestra pareja favorita se reunía para abrazarse.

— No puedo creer que la muralla se abriera— Dijo Quackity.

— Este sitio va a mejoras mucho— Luzu mencionó.

— Eh muchachos, ¿Puedo hablarles por un momento?— Vegetta les llamó la atención, la pareja se vieron entre ellos y luego vieron al héroe.

— Está bien— Luzu fue quien respondió por ambos y empezaron a caminar a un sitio más alejado de ellos, hasta quedar bajo un árbol.

— Yo quería agradecerles— Vegetta empezó a hablar— Por... Bueno, por no decir nada sobre lo que saben respecto a Rubius y yo—

Tanto Luzu cómo Quackity cayeron en un silencio profundo hasta que el híbrido se decidió a hablar.

— Escucha Vegetta— Quackity comenzó a hablar— Luzu y yo decidimos callar y guardar tu secreto para evitar más caos—

— Tú eres un pilar importante para Karmaland, Vegetta— Luzu habló, cruzándose de brazos— Lo último que queremos es que la gente del reino, incluyendo mi padre, pierdan la fe en ti—

Vegetta bajó la mirada un poco, observando sus manos, aún con aquellas cicatrices por la electricidad.

— Lo entiendo— Vegetta dijo, cerrando los puños— El camino hacia mi redención será largo y pesado, sin embargo estoy dispuesto a cruzarlo y tolerar cada prueba puesta por el destino hasta cumplir mi promesa—

— ¿Todo por Rubius?— Preguntó Quackity.

— Por él, por mí— Vegetta comentó— Por más que el pueblo me tenga en ese podio, yo no me veré a mí mismo como un héroe hasta lograr mi cometido—

— Ni siquiera sabes si vas a triunfar— Comentó el príncipe.

— Ningún héroe está seguro de su época aventura hasta que conquista su misión— Vegetta sonrió ligeramente— Este camino lo voy a recorrer con la frente en alto—

Luzu y Quackity terminaron por sonreír, aunque estaban enojados por las mentiras de Vegetta, él parecía convencido de conseguir aquella promesa, que aunque parecía imposible de lograr, Vegetta estaba empeñado en conseguir.

— Eres muy decidido, Vegetta— Dijo Quackity sonriéndole— Y admiro eso de ti—

— Y yo admiro que seas alguien tan valiente y capaz— Vegetta respondió.

— ¡Atención!— el rey levantó la voz nuevamente, haciendo que todos se girarán a verlo— Les invito a que nos acompañen al reino para el cierre del festival de verano—

Tras un breve festejo extra, todos empezaron a dirigirse al reino, dónde ya estaba todo listo para recibir a más invitados, los puestos de comida estaban preparados con mucha dotación, incluso había varios híbridos con puestos de comida lista para todos quienes se acercarán.

El detalle que más alegro a Quackity fue una larga mesa de pasteles de todo tipo.

— ¡Este pastel es delicioso!— Quackity gritó cuando tomó una gran cucharada de pastel de fresas con merengue.

— Oh Alexis, baja el volumen— Dijo Carlota, riéndose por la reacción de su sobrino al probar aquel pastel.

— ¡Vengan a probar el pastel de mi tía, culeros!— Gritó el pato, terminándose su rebanada— Voy a probar el pie de manzana—

Quackity rápidamente corrió para alcanzar una rebanada del pie ante la mirada sorprendida de Luzu.

— No tenía idea de que a Quackity le gustará tanto el pastel— Dijo el príncipe y Carlota soltó una risa.

— Cuando se trata de pasteles, él se convierte en un barril sin fondo— La tía Carlota respondió— En sus cumpleaños siempre hacíamos dos pasteles, uno para él y otro para los invitados a su fiesta—

Luzu soltó una pequeña risa mientras veía a Quackity engullir pastel tras pastel.

— Príncipe—

Al oír que le llamaban, Luzu se giró, observando a los otros príncipes extranjeros, Auron y Nieves.

— He disfrutado bastante de este festival, aún tomando en cuenta los inconvenientes— Nieves comenzó a hablar— Sin embargo, debo regresar a mi reino—

— Yo digo lo mismo— Auron habló— Y como ya había dicho antes, hablaré con mi madre acerca de los nuevos acuerdos entre los reinos—

— Y mis padres están más que gustosos de abrir el mercado de Venture a los tratos mercantiles de Karmaland— La princesa dijo con calma.

— Y yo agradezco mucho su ayuda— Luzu mencionó.

— Espero que en una próxima reunión no tengamos osos malvados interrumpiendo la diversión— Nieves sonrió al igual que los otros dos príncipes.

Tras la despedida de los príncipes extranjeros, el festival avanzó hasta que el atardecer llegaba, por lo que pasaron a la última actividad antes del cierre.

— El momento ha llegado, de coronar al rey y a la reina del verano— Pol había anunciado mientras se encontraba en un pequeño escenario junto a la fuente principal— Príncipe Luzu, haga los honores por favor—

Luzu subió al escenario, sosteniendo un cojín rojo con dos coronas de flores de colores, una con colores que asemejaban el amanecer y la otra con colores que asemejan al atardecer.

— Este año ha sido un poco loco— Dijo Luzu— Y debo decir, que ya tengo a las personas perfectas para ser coronados este año—

Tras un breve silencio, Luzu se apresuró a hablar.

— Alexby, Fargan, suban aquí— Dijo el príncipe.

— ¿Qué?— La nutria habló, dejando caer una papa frita.

Varios aplausos llenaron la plaza y Quackity, siendo el amigo mierda que es, empezó a empujar a ambos.

— Eh, Quackity, espera— Fargan se quejó, pero Quackity no escuchó y los fue empujando hasta que fue inevitable para ambos el subir.

Alexby y Fargan, sonrojados, subieron al escenario y se pararon frente a todos mientras Luzu colocaba cada corona sobre la cabeza de cada híbrido.

— ¡Saluden a mis reyes del verano!— Luzu anunció, haciendo una breve reverencia.

— ¿Y ganamos algo?— Preguntó Fargan.

— Una cena personalizada para ustedes dos— Respondió Luzu.

— ¡Eso!— Fargan gritó de emoción, alzando ambos brazos y Alexby solo reía mientras saludaba levemente al público.

Con esa coronación fue que el gran festival terminó y así llegaron los días de calma, días en los que el rey y Astrud estaban atentos a las interacciones entre sus súbditos.

La mayoría se llevaba bien, había peleas aisladas y como siempre, también había humanos e híbridos que se querían aprovechar de la situación para cometer una que otra ilegalidad, pero eran neutralizados rápidamente por la nueva y mejorada policía.

Y hablando de policía...

— El pendejo, el pendejo, el pendejo— En los calabozos, había tres gatos híbridos encarcelados, burlándose de alguien en la celda de enfrente.

— ¡Oye Ramírez!— Juan gritó— ¿Qué se siente pasar de ser soldado a preso?—

— ¡Cállense!— Ramírez gritó desde su celda.

— ¿Perdón?— Ari dijo, colocando su mano alrededor de su oreja— ¿Puedes repetirlo? Es que no hablamos idioma especista—

— Uhhh— Ambos gatos se burlaron.

— Que eres puto, dice— Dijo Mariana riéndose junto a sus dos amigos.

— ¡Voy a cortarles las orejas en cuanto salga de aquí, bestias sucias sin cerebro!— Gritó el humano pegándole a sus barrotes.

— ¡Guardia!— Juan gritó y a los segundos apareció un guardia.

— ¿Qué?—

— Ramírez está siendo muy grosero otra vez— Juan dijo, fingiendo estar ofendido— Nos volvió a amenazar de muerte—

El guardia enojado caminó hasta la otra celda, golpeando su garrote contra los barrotes.

— ¿Qué te hemos dicho sobre amenazar a otros presos?— Preguntó el guardia.

— Pero...—

— ¿Quieres que te demos otra paliza por mal comportamiento?— Preguntó el guardia nuevamente.

— No...—

— Entonces calmado— El guardia dijo y se retiró mientras los gatos reían— Por cierto, el bizco tiene visita—

— ¡Oye!— El Mariana se quejó— Humberto, ¿Qué te he dicho sobre llamarme bizco, culero?—

Ari y Juan se soltaron a reír hasta que vieron a Aldo aparecer por la derecha.

— Uy, visita conyugal— Ari susurró mientras ella y Juan caminaban hasta alejarse de los barrotes.

— ¿Aldo, qué haces aquí?—

— Pues vine a verte, pendejo, ¿A qué otra cosa iba a bajar?— Dijo Aldo— Quería verte—

Mariana se sonrojó inmediatamente.

— Ah bueno, así ya cambia la cosa...— Dijo Mariana en voz baja.

— Y también, les traje tantita comida de la que sobró del festival— Aldo sonrió, levantando una bolsa que olía delicioso.

— Gracias— El gato alto dijo.

— Y también... Pues ahorita que sigue habiendo un desmadre en las cocinas pues puedo escaparme de vez en cuando— Aldo comentó, rascándose la nuca— Así que puedo bajar a verte de vez en cuando—

Ari y Juan veían la escena desde una esquina, enternecidos por aquella escena tan tierna.

— Bueno, me gustará verte más seguido por estos rumbos— Mariana respondió.

— Míralo— comentó Juan— Ya es un niño grande—

— Ya coquetea con su novio descaradamente frente a nosotros— Dijo Ari, tomando una mano de Juan.

Ambos se acercaron, dejando que sus colas se enredaran la una con la otra hasta que al final las pintas de ambas formaron la figura de un corazón.

Todo era paz.

Y así fue que con esa paz pocas semanas pasaron, la paz se lograba sentir en el reino y tras la exitosa expansión de la villa híbrida, finalmente era momento de que el rey hiciera una formalidad muy necesaria.

Una mañana con el Sol en lo alto y la brisa ideal de verano, la gente e híbridos se iba reuniendo en el castillo, acercándose poco a poco a la sala del trono.

Es un ciclo sin fin— El coro del reino cantaba armónicamente mientras la ceremonia en el castillo ocurría— Que nos mueve a todos

El rey se encontraba junto a Luzu en frente de los tronos, mucha gente y muchos híbridos se encontraban observando la escena. También estaban Fargan y Alexby, ambos con medallas doradas puestas, los dos híbridos se encontraban de pie a un lado de ellos, con grandes sonrisas.

Y aunque estemos solos— El coro siguió cantando mientras el rey inflaba el pecho para poder hablar.

— Alexis Quackity— El rey habló.

Quackity levantó la vista y abandonó su lugar anterior junto al resto de sus amistades humanas. El chico se paró derecho y empezó a caminar lentamente hacia el rey. De reojo pudo ver a su tía quien le sonreía con mucha alegría, sosteniendo un pañuelo.

También, increíblemente, más allá estaban Ari, Juan y Mariana, vestidos como sirvientes, casi ocultos entre toda la multitud, pero él aún los veía ahí apoyándolo.

Quackity avanzó hasta estar frente al rey, quien sonreía muchísimo.

— Vaya viaje has tenido, ¿No es así?— El rey barbón bromeó y soltó una risita— Un joven híbrido que decidió elegir el amor, tal vez el camino a recorrer no fue el mejor, sin embargo demostraste valentía y determinación en batalla—

Quackity se sonrojó un poco por eso y se encogió en hombros.

— E hiciste todo esto motivado por el amor— El rey siguió hablando— Como rey aplaudo tu lucha al derrotar al mal en el reino, como persona admiro tu gran valor al no dejarte rebajar y como padre que soy agradezco todo lo que has hecho por mi hijo—

El rey sonrió.

— Reverencia por favor— Él pidió y Quackity asintió, agachándose en su rodilla derecha.

Debemos buscar hasta encontrar— El coro siguió cantando mientras la luz del Sol atravesaba los ventanales en la parte superior, tocando a Quackity quien se sentía en un sitio mágico ahora mismo— Nuestro gran legado

El rey levantó una gran espada dorada, la cual brilló mucho más por la luz natural del Sol, y miró a Quackity.

— Es por eso que yo, el rey Mauro III de Karmaland, te nombró a ti, Alex Quackity cómo héroe de Karmaland—

El rey recitó aquellas palabras, bajando su espada lentamente para dejar un toque sobre cada hombro de Quackity con el filo de la espada brillante.

Tras eso, Quackity se levantó, Luzu se le acercó, sosteniendo la medalla dorada con un listón colocó vino. El príncipe levantó la medalla y la colocó sobre los hombros de Quackity.

— Porta está medalla con mucho honor— Luzu dijo.

— Lo haré— Quackity respondió mientras Luzu se alejaba un poco.

— El reino agradece tus actos heroicos, tanto a ti, como a Fargan y a Alexby por liderar valientemente grupos de guerreros para combatir— El rey comentó y luego miró al resto de gente— ¡Un aplauso para nuestros héroes!—

Tras esas palabras, una gran ola de aplausos se dejó escuchar en el castillo. Los jóvenes híbridos estaban siendo felicitados por sus acciones y esa sensación era abrumadoramente cálida.

En el ciclo, el ciclo sin fin— El coro terminó de cantar justo cuando aquellos aplausos terminaron.

Justo cuando eso terminó, la tía Carlota se acercó a Quackity, sonriente y lagrimeando, ambos se abrazaron con fuerza.

— Oh mi niño, estoy tan feliz— Dijo la mayor, besando las mejillas de su sobrino— Estoy segura de que tus padres están muy orgullosos de ti, mi pequeño—

Quackity estaba por soltarse a llorar un poco, pero Carlota limpio sus lágrimas con su pañuelo.

— Estoy tan feliz por ti y por eso mismo me duele tanto verte partir— Carlota sollozó un poco.

— Siempre es duro cuando los hijos, o sobrinos en este caso, se van— El rey habló, acercándose a ellos junto a Luzu.

Porque sí, ¿Creían que nuestros dos protagonistas aceptarían quedarse en casa a tener una vida normal? Pues obviamente no.

— Pero es algo que inevitablemente ha de ocurrir— La tía Carlota asintió con la cabeza.

— Espero y que tengan todo listo— El rey habló.

— Ya tenemos todo listo— Quackity dijo— Nuestras cosas fueron empacadas—

— Y el barco está listo— Luzu sonrió.

¿Barco? Ja, así es lectores, un barco.

Fuera del castillo, en el gran puerto del reino, se encontraba un gran barco de madera brillante recién pulida, con las velas limpias y el mástil bastante alto.

Y en el muelle se encontraba ya mucha gente e híbridos de pie, hablando y esperando por nuestros protagonistas.

Así que cuando Luzu y Quackity empezaron a caminar por el muelle, todos vitoreaban, lanzaban confeti y despedían con la mano a la pareja mientras ellos caminaban por la pasarela de madera.

— ¡Suerte, chicos!— Willy dijo viéndolos pasar.

— Tengan mucho cuidado— Dijo el rey cuando Luzu y Quackity se detuvieron junto al barco.

Aquel barco en un costado tenía su nombre grabado.

Y el nombre de aquel barco era Luckity.

— Lo tendremos papá— Luzu respondió.

— Y recuerda Alexis— Carlota dijo, alzando su dedo índice en regaño— Nada de colonizar regiones menos favorecidas que la tuya—

— Sí tía— Quackity asintió.

— Borja— Carlota habló mirando al príncipe— Nada de robar cosas valiosas por mucho que más queramos usar para regalos... Eso va para ti también, Mauro—

— Sí señora Carlota— El rey y Luzu dijeron al mismo tiempo.

— Bien, eso es todo, cuídense mucho— Carlota sonrió y se acercó a abrazar a ambos.

— Te voy a extrañar tía— Quackity dijo cuando el abrazo terminó.

— Vengan aquí muchachos— El rey dijo, abrazando a ambos jóvenes— Mucha suerte en su viaje—

— Gracias papá— Luzu habló al separarse del mayor.

— Los vamos a extrañar— Quackity dijo— Pero solo será un año, volveremos siendo hombres—

El pato bromeó y extendió sus alas para empezar a volar y subir al barco, mientras que Luzu optó por la opción más segura y caminar hasta la rampa que daba bienvenida al barco.

Luzu se detuvo cerca del timón y Quackity aterrizó a su lado, abrazándolo rápidamente por los hombros.

— Finalmente podré ir a recorrer el mundo— Dijo el híbrido— E iré contigo—

Luzu sonrió, abrazando más al chico alado para besar una de sus mejillas.

— Y lo mejor de todo es que estaremos solos...— Dijo el príncipe.

Pero entonces escucharon un ruido de golpe detrás de ellos, al girarse ambos vieron a Fargan.

— ¿Qué chingados haces aquí, Fargan?— Preguntó Quackity.

— ¿Cómo que, qué hago aquí?— Preguntó el búho— ¡La aventura nos espera!—

— ¿Qué?—

— ¡Espérenme!— Alexby gritó mientras también subía.

— Pero...— Luzu quiso hablar.

— Abran paso— Dijo Frank caminando también por el barco— El príncipe no puede ir a ningún lugar sin su guardaespaldas real—

Y para sorpresa de la pareja, vieron que Lolito también venía subiendo.

— El príncipe tampoco viaja sin su acompañante de género de especificado— Comentó Lolito, abanicándose suavemente.

— Ay no inventes— Quackity se expresó cuando observó que el héroe de ojos morados también subió al barco.

— ¿Tú también Vegetta?— Preguntó Luzu.

— Yo solo vengo de vacaciones, el bote es mi transporte, ni siquiera me van a notar— Dijo el brujo, encogiéndose en hombros.

Luzu y Quackity se vieron y soltaron una risita.

— No creo que pueda ser peor que esto, ¿No?— Luzu preguntó.

Abajo, en el muelle, entre la gente despidiéndose se encontraba Willy, junto al rey, levantando su mano para despedir a sus amigos.

— Buenas, ¿De qué me he perdido?— Preguntó un soldado llegando caminando, parándose junto al rey.

— ¡Illojuan!— El rey exclamó con felicidad al verlo— Muchacho, me alegra tanto que por fin te puedas unir a nosotros después de tu operación a corazón abierto—

— Hola, Illo— Willy saludó, sonriente.

— Ojalá ese chico Guillermo estuviera aquí para recibirte— Dijo el rey, colocando sus manos en su cadera y la sonrisa de Willy desapareció— Vaya jefe de tropas tengo, eh, ni siquiera está aquí para despedir a mi hijo—

— Bien, ya me harté— Willy dijo sosteniendo su casco para lanzarlo a Juan— Renuncio. ¡Oigan chicos! Espérenme, no se vayan sin mí—

Willy gritaba mientras corría para subir al barco, siendo esto atestiguado por Luzu y Quackity quienes empezaron a reír bastante por aquello.

— Tal vez no estaremos solos— Quackity empezó a hablar y tomó la mano del príncipe— Pero estaremos juntos—

— Hasta el final— Luzu respondió y acercó su cara a la de Quackity para darle un dulce beso mientras el barco empezaba a moverse por el agua.

— ¡Adiós!—

Muchos gritos de despedida venían desde el muelle y todos en el barco sonreían y se despedían también con animosidad.

En cuanto el barco se movía en dirección a la aventura, Quackity se llenó de emoción y abrió sus alas para empezar a volar, haciendo sonreír a Luzu.

El joven híbrido se movía rápidamente alrededor del barco, admirando cada detalle y sintiendo que su alma se llenaba con alegría.

Ya puedo ir a descubrir— Quackity comenzó a cantar, sobrevolando por encima del agua, metiendo la mano al océano para sentir el agua— Que siento al estar bajo el Sol

Quackity comenzó a volar hacia arriba, rodeando el mástil más alto del barco.

Juntos al fin— Quackity cantó al llegar al mirador del barco, mirando hacia atrás, observando a toda la gente que los despedían y luego miró a sus amigos abajo— Puedo formar...—

Luego miró al frente, observando el punto dónde el cielo y el mar se juntaban, viendo un hermoso arcoíris formarse frente a él.

Parte de él— Quackity cantó, sintió el aire atravesar sus plumas.

Y mientras el barco se alejaba por el mar, dirigiéndose hacia la aventura, un hada vestida de blanco voló por el cielo, dejando detrás un rastro de polvo de hadas.

La pequeña hada sacó su varita y empezó a revolotear para escribir algo en el cielo con la varita, dejando un rastro de brillos.

Y vivieron felices... No, esperen, eso no.

— ¿Cómo que no?— El hada chismosa se detuvo— ¿A quién le dices chismosa?—

El hada empezó a buscar de dónde provenían las palabras del narrador.

Lo que el hada desconocía, era que este no es el gran final de nuestra historia.

— ¿A poco si, tilín?— Preguntó el hada.

Y es que eso era una gran verdad, nuestros valientes héroes apenas iniciaron el camino que los llevará a una gran historia llena de aventuras.

Fue así, que el hada supo lo que había que escribir.

— Ándele pues— El hada dijo y voló a través de su primer escrito, borrándolo y después empezó a escribir algo más.

Está historia continuará...

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