La Puerta Es El Amor
Yoᥙ'rᥱ ᥒᥱvᥱr ᥒot oᥒ mყ mιᥒd, oh mყ, oh mყ
I'm ᥒᥱvᥱr ᥒot bყ ყoᥙr sιdᥱ, ყoᥙr sιdᥱ, ყoᥙr sιdᥱ
I'm ᥒᥱvᥱr goᥒ' ᥣᥱt ყoᥙ ᥴrყ, oh, ᥴrყ, doᥒ't ᥴrყ
I'ᥣᥣ ᥒᥱvᥱr ᥒot bᥱ ყoᥙr rιdᥱ or dιᥱ, ᥲᥣrιght
Quackity descendió, aterrizando de pie en el campo de tulipanes multicolor.
— Ay mierda— Alexby comentó, tratando de respirar bien.
— Madre mía, Quackity... Deja de ser tan dramático— Comentó Fargan, limpiándose el sudor de la frente.
Ambos veían la espalda de Quackity, observando su brazo moverse oír su cara, claramente limpiándose las lágrimas.
— Perdón por arrastrarlos a esto— Dijo Quackity sin poder mirarlos— Esto jamás debió pasar—
Tras eso, Quackity empezó a caminar lentamente, arrastrando la espada de Luzu, la cual aún sostenía.
— ¿Deberíamos ir tras él?— Preguntó Fargan.
— Déjalo— Alexby dijo— Hay que dejarlo solo un rato—
Ambos le vieron marcharse, dirigiéndose a la aldea.
— Yo necesito irme a limpiar la cara— Alexby dijo— ¿No quieres ver a tus padres?—
— Prefiero verlos con una cara limpia, sin tantos rastros de una pelea— Dijo Fargan, empezando a caminar— Vamos al río—
Alexby sonrió un poco, empezando a seguir al búho, ambos caminando lentamente.
— ¿Crees que tus papás estén muy molestos contigo?— Preguntó Alexby.
— ¿Mis papás? No sé, digo, estarán preocupados, ya después supongo y se sentirán orgullosos porque lideré un grupo de híbridos para luchar contra Rubius— Fargan sonrió un poco— Hice algo digno del hijo del líder de la aldea, ¿No crees?—
— Presumido— Alexby se soltó a reír mientras seguían caminando hasta que llegaron al tranquilo río.
— ¡Agua pura!— Fargan voló unos metros y después entro al río en un clavado que salpicó a Alexby.
— ¡Eh, cerebro de pájaro!— Se quejó Alexby entre risas, él lentamente también empezó a entrar al río.
Fargan se levantó, el nivel del agua en ese punto del río llegaba a su cintura, estando ahí sacudió sus alas recién mojadas. Alexby negó con la cabeza y simplemente empezó a enjuagarse, limpiando cualquier suciedad que tuviera debido a la batalla en el castillo.
Era casi surrealista cómo ambos estaban ahí limpiándose en el río después de casi morir horas antes, era una extraña calma después de la tormenta.
El búho terminó de lavarse la cara para observar a Alexby, se quedó ahí mirándolo con una leve sonrisa.
¿Debía aventurarse?
— ¿Fargan?— Alexby preguntó, mirándolo— ¿Te sientes bien?—
— Yo...— Fargan sonrió un poco— Sí, ¿Sabes? Me siento bien, excelente diría yo—
— Luces bastante animado— Comentó la nutria.
— Porque así es como me siento, dios Alexby, ¡Vencimos al brujo oscuro más poderoso de la historia— Fargan expresó con mucha felicidad— ¡Y me gustas!—
— ¿Qué?— Preguntó Alexby.
"¿Qué?" Pensó Fargan.
— ¿Lo dije o lo pensé?— El búho se preguntó.
Ambos jóvenes se vieron, con un sonrojo sobre sus caras.
— B-Bueno...— Alexby quiso hablar— No es que tú seas feo—
— ¿Qué significa eso?— Preguntó Fargan.
— Significa que tú también me gustas, tonto— Alexby dijo y Fargan sonrió un poco.
— Uhm... Ah rayos, ¿Ahora qué?— Fargan se preguntó— Hay tanto que quiero decir, pero... No me salen las palabras—
Fargan empezó a caminar de un lado a otro dentro del agua aún, tratando de hallar las palabras adecuadas.
— Estoy feliz, emocionado, con la adrenalina hasta arriba y debo expresarme, pero aún no sé cómo...— El búho suspiró— Pero Quackity dice que si no puedes decirlo, cantalo—
Alexby se había sentado en una gran roca a la orilla del río mientras tanto y observó como Fargan se giraba a verlo.
— Hay mucho por andar, mucho por vivir— Fargan empezó a cantar mientras se acerca a Alexby— Hay un camino que se abre frente a mí. Al fin, lo pude encontrar, trae un sueño que me muero por cumplir—
— El miedo queda atrás, hoy puedo elegir— Fargan salió del agua rápidamente, moviendo sus alas para secarlas y salpicar a la nutria en el proceso— Y me doy cuenta de que se puede ser feliz así, me acompañarás y ese sueño lo podremos compartir—
— Para seguir, ahora cuento con tu amor que está en mi corazón— Fargan tomó a Alexby para levantarlo de la roca. Luego procedió a llevar ambas a su pecho, sobre su corazón— Se va la noche y con el día este Sol ya me ilumina—
— Hoy todo es mejor. Este cuento va a empezar para los dos— Fargan nuevamente tomó las manos de Alexby, empezando a bailar juntos— Hoy todo es mejor, mejor y será como soñó mi corazón—
— Hay mucho por andar, mucho por vivir— El búho continuaba cantando y Alexby claramente empezó a seguir con el baile que Fargan le hizo bailar en la orilla del río, haciéndolo girar— Y hay un camino que se abre frente a mí al fin, lo pude encontrar, trae un sueño que me muero por cumplir—
— Para seguir, ahora cuento con tu amor que está en mi corazón— Fargan le dio media vuelta a Alexby para abrazarlo por la espalda mientras se movían por el bosque— Se va la noche y con el día este Sol, ya me ilumina—
— Hoy todo es mejor, este cuento va a empezar para los dos— Fargan, tomando una sola mano de la nutria lo hizo girar sobre sí mismo, casi haciéndolo caer— Hoy todo es mejor, mejor y será como soñó mi corazón—
— Hoy todo es mejor, este cuento va a empezar para los dos— Alexby sonriendo y riendo un poco también comenzó a bailar al mismo ritmo que el búho tenía, uniéndose a su danza improvisada— Hoy todo es mejor, mejor y será como soñó mi corazón—
— Y será como soñó mi corazón— Fargan se fue acercando para tomarlo de la cadera e inclinarlo.
— Hoy todo es mejor...— Fargan terminó de cantar mientras abrazaba a Alexby y el otro le sonreía bastante.
— ¿Te parece si vamos poco a poco?— Preguntó Alexby— Pasos de bebé—
— Me parece perfecto— El búho asintió.
Ambos cayeron en un cómodo silencio, segundos después aquel silencio se interrumpió.
— ¡Fargan! ¡Alexby!—
Ambos se giraron para ver un caballo blanco acercarse a ellos, el animal se detuvo y el príncipe bajo de un salto.
— ¿Luzu?— Preguntó Alexby.
— Que bueno que los pude encontrar— Luzu dijo.
— ¿Qué haces aquí?— Fargan cuestionó.
— Estoy buscando a Quackity— Luzu respondió— No puedo dejarlo irse, no quiero que esté lejos de mí...—
Ambos híbridos se vieron el uno al otro y se sonrieron con complicidad para luego ver al humano.
— Luzu, sube a tu caballo que te llevaremos con el pato— El alado habló y el humano sonrió en respuesta.
— Gracias, chicos— El de ojos rojos subió nuevamente a su caballo.
— Andando, Tiro al blanco— Alexby dijo mirando al caballo, quien solo bufó y empezó a caminar.
— Quackity, voy por ti— Luzu dijo, completamente decidido.
Y hablando del rey de Roma. Quackity estaba caminando lentamente por la aldea de híbridos, despreocupado porque alguien lo viera. Sus ánimos estaban por los suelos y poco le importaba lo que alguien llegará a decirle.
Cuando se acercó a su casa, tomó la decisión de ir por su patio trasero, con un pequeño miedo de confrontar a su tía, Dioses, ¿Qué es lo que ella hará al verlo? Miles de posibilidades atravesaban la mente de Quackity y la verdad estar castigado el resto de su vida le parecía algo justo.
Abrió la puerta con lentitud y asomó la cabeza, no había rastros de su tía en la cocina, sin embargo la estufa de leña estaba prendida y había una gran olla en la lumbre.
El chico miró aquello y olió el inconfundible aroma de la sopa de naranja que su tía preparaba para su cumpleaños.
— ¿Por qué hizo esto?— Se preguntó.
Aunque poco después escuchó pasos y luego se giró para ver a su tía, inmóvil.
— Este... Hola, tía— Quackity sonrió nervioso.
La mayor tiró un tazón con frutas al suelo y se acercó rápidamente a Quackity, atrapándolo en sus brazos para darle un abrazo.
— Alexis me tenías tan preocupada— Comentó la mujer, abrazando al joven con fuerza.
— Perdón...—
La mujer se separó, limpiándose las lágrimas en los ojos.
— Por los dioses, ¿Qué te pasó? Mira tu cara, tiene golpes— Carlota le tomó del mentón, mirando su cara, tenía unos cuantos golpes y cortes en el rostro— Y... Y tu ropa, ¿De dónde conseguiste ese traje? ¿¡Y esa espada!?—
Quackity miró su mano derecha en la cual aún sostenía la espada de Luzu. No lo había notado.
De todos modos, Quackity no pudo decir alguna excusa sobre porque tenía una espada. Por fortuna no tuvo que pensarlo, ya que su estómago decidió gruñir por el hambre.
— Oh Alexis, ¿Hace cuánto no comes? Anda, siéntate en la mesa— La tía Carlota dijo, caminando a la estufa.
Quackity se dirigió tranquilamente a la mesa, sentándose en una de las sillas de madera. Dejó la espada junto a la mesa y esperó.
Poco después, su tía dejo un tazón de sopa frente a él.
— Tenía la mente nublada y pensé en hacer tu comida favorita, tal parece que eso te traje de vuelta a casa— La tía Carlota dijo con una clara emoción en su voz, aunque poco después se apagó.
— Gracias tía...— Dijo Quackity, tomando la cuchara— Perdón—
— Alexis...—
— No debí haberme ido así ni debí desobedecerte— El chico suspiró— Espero no haber arruinado lo del compromiso con Sara—
Carlota observó a su sobrino un poco y terminó suspirando, negó con la cabeza y se limpió las manos en su mandil blanco.
— Espera aquí, tengo algo para ti— Dijo y salió rápidamente de la cocina.
Quackity se quedó ahí, probando un poco de la sopa de naranja, dejando que el hogareño sabor le quitaría sus penas.
Poco después su tía volvió, sosteniendo algo en sus brazos.
— Tu mamá me dejó esto, dijo que yo debía entregártelo en tu cumpleaños número dieciocho. Sin embargo cuando llegó esa fecha no pude encontrarlo en ningún lado, supuse que se había perdido en la inundación de hace tres años— Carlota dijo, acercándose más a Quackity— Pero luego de que te fuiste empecé a buscar cosas en casa para ayudarme a encontrarte y por fin encontré tu regalo. Resulta que estaba en tu caja de juguetes viejos, ¿Qué hacía ahí? No tengo idea, pero me alegró finalmente haberlo encontrado—
Carlota entonces dejó un gran libro en la mesa, junto al tazón de sopa. Quackity miró la portada, en letras sencillas multicolores decía "Nuestro libro de aventuras" y por debajo del título en letra más pequeña decía "Escrito por Madeleine e ilustrado por Matthew".
— Debo confesar que me ganó la curiosidad así que lo hojee solo un poquito— Carlota comentó, tomando una silla para sentarse cerca de su sobrino— Tus padres hicieron este libro para ti cuando solo eras un polluelo—
Quackity parpadeó un poco y abrió el libro, al inicio aquel libro lo recibió con un bello dibujo de una atardecer en el océano, con los bellos colores naranjas y amarillos reflejándose en las aguas del océano. Además de que contaba con una nota escrita en fina letra cursiva.
"Querido Quackity, este libro es para ti y solo para ti. A lo largo de los años tu padre y yo hemos vivido un sinfín de aventuras, recorrimos lugares magníficos y extraordinarios. Este libro servirá para que puedas ver todo lo que nosotros dos hicimos antes de que llegarás a nuestras vidas, y si todo sale bien, también tendremos aventuras los tres juntos".
Quackity hizo un pequeño puchero al terminar de leer y con cuidado cambió de página.
Esta vez el dibujo mostraba una gran cascada blanca, con un arcoíris saliendo de ella bajo un día soleado, también había dos híbridos de pato volando sobre el lago donde terminaba la cascada.
— Ahí fue donde tus padres se conocieron, tenían 14 años en ese entonces— Carlota dijo, mirando la imagen— Aún recuerdo lo feliz que se veía tu madre cuando volvió a casa para contarnos a tu abuela y a mí que acababa de hacer un nuevo amigo en la cascada—
El chico sonrió un poco, el texto en la página siguiente solo era una versión más detallada de lo dicho por su tía. La siguiente hoja mostraba un dibujo de los mismos híbridos, recorriendo un gran campo de rosas con el título de "Primera cita".
Más allá había más dibujos, todos mostraban a sus padres en diversos escenarios, volando por sobre las nubes, lanzándose al mar, incluso recorriendo templos, hasta que llegó a una dónde ambos estaban juntos y su madre cargaba a un pequeño bebé al que apenas se le notaban sus alitas de pato.
"Tu padre y yo hemos vivido muchas aventuras, sin embargo, el tenerte a ti ha sido la aventura más satisfactoria para nosotros. Formar nuestra propia familia ha sido la sensación más hermosa que hemos sentido. Alex Quackity, eres un bello regalo del destino, un dulce patito con un gran futuro por delante, créeme que ambos sabemos que tú tendrás un gran futuro por delante"
Tras ese dibujo, había otros pocos, básicamente describirán lo que la paternidad era una nueva aventura difícil de lograr.
Pero después de eso, hubo un parón con los dibujos. Ahora eran unos mucho más sencillos.
— La muerte de tu padre fue un golpe muy fuerte para la pobre Madeleine— Carlota comentó— Su madre había muerto un año antes, después su esposo murió y solo nos quedamos nosotros tres—
Quackity miró al libro con tristeza.
— Tu madre hizo hasta lo imposible para poder criarte, trabajó hasta el cansancio para llevarte por el camino correcto, luchó con uñas y dientes para darte una vida digna— La tía sonrió mientras sus ojos brillaban por las lágrimas— Pero entonces...—
— Ella enfermó— Quackity finalizó y observó la última página con contenido, una nota más.
"Mi pequeño Quackity, lamento mucho no poder cumplir la promesa del comienzo, me temo que está enfermedad podrá conmigo y no me queda tanto tiempo como quisiera.
Por más que te quisiera prometer que todo estará bien no puedo mentirte así. Yo me iré, me reuniré nuevamente con tu padre y ambos estaremos cuidando de ti desde la otra vida, no tengas duda alguna de siempre viviremos orgullosos de ti.
Recuérdate mantenerte fiel a ti mismo, vivir feliz y sin miedo. Cumple tus sueños, enamórate y ve siempre con la cabeza en alto porque nada de ti debe avergonzarte.
Nosotros ya vivimos nuestras aventuras y ahora es momento de que tú vivas las tuyas"
Quackity lloraba leyendo las últimas palabras, observando como el resto del libro estaba en blanco.
— Tus padres tenía un alma aventura y un corazón noble— Carlota habló, aguantando las lágrimas— Y yo intenté cortar eso de ti... Este libro me hizo darme cuenta de que yo te estaba obligando a la infelicidad—
— Tía...—
— Darme cuenta de que inevitablemente me iba a quedar sola hizo que me amargara tanto que decidí amargar la vida de los demás— Carlota suspiró— Yo sé que no merezco tu perdón, Alexis. Sin embargo, yo sé que tú te mereces tu final feliz—
Quackity parpadeó un poco, mirando la resignación en la mayor.
— Si tu felicidad la encuentras con un humano, yo estaré más que feliz de verte con él— Carlota sonrió, pero Quackity solo miró su sopa.
— Ay tía, eche a perder todo— Quackity respondió, volviendo a comer, con mucha pesadez.
— Oh, ¿Qué ocurrió Alexis?—
— Ja, pues para empezar fui de pendejo a meterme con alguien que no debía, un brujo muy malo que me engatusó para volverme humano y tratar de conseguir al príncipe— Quackity empezó a hablar— Y se armó un mega desmadre...—
— ¿Tiene que ver con que tus amigos vinieron en la madrugada llamando a un ejército de híbridos para luchar contra un oso gigante?— Carlota preguntó, levantando una ceja— Las vecinas me lo contaron está mañana—
— Sí... Fue por eso— Quackity bajó la vista.
— ¿Y él te rechazó?— Preguntó la mayor.
— Eh... No, él no me rechazó— Quackity respondió— Los días que pasé conociéndolo fueron simplemente maravillosos, él es amable, es atento, es muy culto, cuando me mostró su biblioteca yo solo lo supe... Sin realmente conocerlo fue que supe que había algo que nos conectaba—
Quackity tuvo una sonrisa triste en sus labios, pero entonces sintió un golpe en su cabeza.
— ¡Tía, me dolió!—
— Pues que bueno— Carlota dijo, sosteniendo un cucharón— Alexis tú eres muchas cosas, menos tonto y esto que hiciste es lo más tonto que te he visto hacer—
— Lo sé, por irme y... ¡Auch! Tía ya estuvo bueno de golpes—
— No estoy hablando de todo el asunto de irte Alexis, me refiero a que hayas dejado ir a ese humano—
— Pero tía—
— No, no, no, nada de peros— Carlota negó con la cabeza— Él no te rechazó, ¿Pero tú sí a él?—
— ¡Tuve miedo!— Quackity habló— Hay humanos en ese reino que sí odian a los híbridos, el modo en que muchos me miraron fue... Me hicieron sentir que yo no era bienvenido ahí, es un mundo completamente diferente al que no pertenezco—
— ¿Él te vio así?— La tía Carlota preguntó— ¿Él te veía como todas esas otras personas?—
— No...— Quackity negó— Cuando él me miraba yo... Yo me sentía tan cómodo, me hacía sentir bien, una sola sonrisa suya me derretía como el Sol lo hace con el chocolate...—
— Oh Alexis, estás tan enamorado— Carlota comentó— Y eso me deja más en claro que eres un tonto—
Quackity solo quedó callado, sin saber que contestar hasta que su tía volvió a hablar.
— El miedo es un sentimiento natural, todos tenemos miedo a lo desconocido, el futuro nos da ansiedad por todas las variables inesperadas que tiene, no lo negaré— Carlota dijo— Pero vivir con miedo es peor aún, Alexis tienes que superar tus miedos, eres un joven valiente, no dejes que el miedo en tu presente termine por arruinar tu futuro—
Quackity miró a su tía, quien tenía una leve sonrisa.
— Si ese joven humano realmente parecía responder tus sentimientos no huyas, ve por él— Carlota comentó, tomando las manos de Quackity— Deja que tu corazón te guíe a un destino favorecedor, el amor es la magia más poderosa en este mundo, el amor es capaz de mover montañas y cambiar al mundo. Ve y demuestra tu valor, tu valentía, pero sobre todo ve a demostrar que tu corazón es tan noble y puro que tú no ves razas, tú ves corazones y sabes lo que es bueno y lo que es malo. Lucha por ese amor porque créeme cuando te digo que quedarte sin amor es un castigo que te rompe por dentro y desgarra cada entraña de tu ser hasta volverte triste y amargado con la vida—
— Tía— Quackity comenzó a sonreír suavemente.
— Ve por ese muchacho, entrégate y no dejes que el amor se escape de tu vida—
— ¿Pero qué hay de ti?—
— Estar sola es lo que me merezco— Carlota se levantó y se acercó a su sobrino para abrazarlo— Somos la única familia que nos queda a ambos, pero es momento de que vueles lejos del nido. Mereces ser libre para amar y ser amado—
— Ay tía— Quackity también se levantó para abrazar a Carlota.
— Jamás olvides que tu familia te ama y sin importar en qué lugar o plano estemos, siempre te vamos a amar, mi pequeño Quackity—
Quackity sonrió en el abrazo, su tía nunca lo había llamado Quackity. Para ella siempre fue Alexis, pero ahora ella lo había llamado así, por el pequeño apodo que su mamá había puesto en él.
— También te amo, tía— Quackity se separó del abrazo.
— Ahora ve por tu amor— Carlota le animó y Quackity tomó con fuerzas el libro y la espada.
— Eso haré— Quackity asintió y corrió hasta la puerta trasera de la casa, saliendo al patio y empezó a aletear para empezar a volar y alejarse de la casa mientras su tía lo observaba con una sonrisa y lágrimas en los ojos.
— ¡Suerte, Quackity!— Carlota dijo, despidiéndolo con la mano.
— Luzu, voy por ti— Quackity dijo mientras emprendía vuelo por la aldea.
Quackity volaba tan rápido como sus poco entrenadas alas le permitían, voló directo al campo de tulipanes multicolor que daba bienvenida a la aldea. El pato entonces miró hacia abajo y observó aquel caballo blanco cabalgando por el campo, siendo montado por cierto príncipe.
— ¡Luzu!— Quackity gritó empezando a descender rápidamente.
— ¡Quackity!— Luzu gritó al verlo. Alexby y Fargan, quienes iban más atrás, sonrieron y fueron disminuyendo su velocidad.
Finalmente, Quackity aterrizó en el suelo y Luzu saltó de su caballo.
— Necesito hablar contigo— Dijeron ambos al mismo tiempo y soltaron una risa nerviosa.
— Nosotros los dejamos solos— Dijo Alexby.
— Los vemos luego— Fargan se despidió, alejándose lentamente junto a la nutria.
Pronto, Luzu y Quackity quedaron solos, en silencio y mirándose el uno al otro.
— Yo...— Ambos volvieron a hablar al mismo tiempo— No, tú primero, no...—
Ambos se quedaron callados nuevamente.
— Esto es incómodo— Dijo un Luzu bastante sonrojado.
— Y mucho— Quackity asintió un poco, igual de rojo.
— Yo no quería que fueras del reino— Luzu habló— Quackity lo que te dije en el bote aquella noche no fue mentira, realmente me gustas y mucho—
Quackity se sonrojó aún más, mirando a su príncipe de ojos rubí.
— Y en verdad quiero saber a dónde nos llevará el destino— Luzu habló— A mí no me importa tener que pelear con brujos malvados, piratas locos o bestias desconocidas, siempre y cuando tú estés junto a mí—
A Quackity prácticamente le brillaron los ojos por aquello y Luzu sonreía sin parar.
— Yo...— Quackity intentó hablar— Ay mierda, no tengo idea de que decir—
El pato negó con la cabeza, tratando de decir alguna oración coherente, al final terminó soltando una risa amarga.
— ¿Quién lo diría? Ahora que recuperé mi voz no sé que decir...— Quackity se abrazó a sí mismo y suspiró.
— Bueno, estando mudo lograste comunicarte conmigo, estoy seguro de que puedes encontrar como comunicarte conmigo— Luzu comentó encogiéndose en hombros a lo cual, Quackity sonrió.
El pato sonrió y asintió un poco, pensando un par de cosas hasta que lo descifró.
— Oye, ¿Te digo algo un poco loco?— Quackity preguntó mientras miraba a Luzu, dejando el libro y la espada en el pasto.
— La locura me encanta— Luzu sonrió devolviéndole la mirada.
— Siempre había una puerta cerrada ante mí— Quackity comenzó a cantar, dándole la espalda a Luzu y cerró sus alas— Y de pronto yo te descubro a ti— Tras eso volteó a ver a Luzu, extendiendo sus alas.
— ¡Estaba pensando eso mismo! Porque...— Luzu asintió ante lo que Quackity cantaba y decidió unirse a él— Siempre he buscado un lugar para mí, tal vez lo digo por la batalla o esta mancha de aquí—
Lentamente se fueron acercando el uno al otro.
— Junto a ti— Quackity cantó empezando a caminar en círculos.
— Junto a ti— Luzu le siguió, caminando de igual modo que Quackity— Tal vez al fin—
— Así te vi— Quackity se paró en puntas tratando de alcanzar a Luzu.
— Y hay algo que no es como lo anterior— Ambos cantaron al mismo tiempo, tomándose las manos.
— ¡La puerta es el amor!— Los dos jóvenes cantaron mientras empezaban a correr por el campo— ¡La puerta es el amor!—
Levantaban los tulipanes al correr, haciendo que los pétalos volarán a su alrededor.
— La puerta es el amor— Quackity dio un par de vueltas, casi cayendo, pero Luzu lo detuvo, tomándolo de la cintura— ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti!—
Siguieron cantando, acercando sus caras poco a poco hasta estar bastante cerca, pero la final se alejaron para seguir corriendo.
— La puerta es el amor...— Ambos bajaron el volumen de sus voces al igual que su velocidad y avanzaron con cuidado hasta una gran roca, dónde se sentaron uno junto al otro.
— ¿Sabes que es raro?— Luzu preguntó
— ¿Qué?— Quackity cuestionó en respuesta.
— Completas hasta mis...—
— ¡Sándwiches!— Quackity gritó y Luzu se soltó a reír por la ridícula respuesta.
— ¡Eso quería decir!— Luzu terminó gritando, haciendo reír a Quackity.
— No había encontrado quien pensara como yo— Quackity cantó, poniéndose de pie y colocando sus manos detrás de su espalda y Luzu le copio la acción.
— ¡Sí!— Ambos levantaron sus manos y unieron los meñiques de sus diestras— ¡Igual que yo!— Después hicieron lo mismo con los de la mano izquierda.
— Estamos sincronizados— Los seguían cantando cuando se soltaron y comenzaron a moverse como muñecos de reloj cucú— Y algo puede explicarlo—
— Qué— Luzu cantó acercándose al hombro de Quackity.
— Así— Quackity le cantó de vuelta, pegándole más al hombro de Luzu.
— De...—
— ... bía—
— Pasar— Ambos se acercaron más el uno al otro, acercando sus rostros.
— Digo adiós— Quackity se alejó un poco, alejándose de Luzu.
— Digo adiós— Luzu empezó a seguirlo hasta estar de nuevo frente a él.
— Al dolor que sentí— Ambos se tomaron nuevamente de las manos suavemente— Ya no hay que sufrirlo, se acabó—
— ¡La puerta es el amor!— Quackity se soltó solamente para emprender vuelo. Luzu por su parte empezó a correr quedando justo debajo del alado— ¡La puerta es el amor!—
— ¡La vida es mucho más! ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti!— Los cantos enamorados de ambos jóvenes seguía sonando en todo el campo floral mientras paseaban y danzaban en sus propios ritmos.
— La puerta es el...— Ambos detuvieron su canto cuando se acercaron a un árbol y se detuvieron en lados opuestos del roble, tomando respiración.
Quackity sonrió después y se movió hacia su derecha para sorprender a Luzu, pero se topó con que el príncipe hizo lo mismo pero asomándose al otro lado.
Ambos se alejaron del árbol, volviendo al campo de flores, sonriéndole el uno al otro mientras se movían por el campo.
Los dos habían empezado una danza tonta por el campo, moviéndose juntos, tomándose de las manos y dando vueltas entre todas las flores, llenándose de pétalos en el proceso.
En una vuelta, Quackity extendió sus alas, golpeando a Luzu en el rostro.
— ¡Perdón!— Quackity gritó, pero Luzu estaba riendo, teniendo la cabeza con varias plumas amarillas en el cabello. Luego ambos se rieron.
Quackity tomó las manos de Luzu y empezó a elevarse varios metros.
— ¡Quackity, espera!— Luzu comentaba entre risas mientras volaban y daban vueltas en el aire, pero obviamente empezaron a descender y cayeron al suelo.
Pero al caer en el campo empezaron a rodar por el pasto y flores, acabando con los dos riéndose en el suelo, acostados ahí.
Quackity se empezó a levantar, pero Luzu quedó en el suelo, apoyándose sobre una rodilla y luego su pie firme en el pasto.
— ¿Te digo algo un poco loco?— Preguntó Luzu mientras se tomaba la mano de Quackity, el pato se asustó un poco, ¿Era eso una propuesta? Luzu estaba sobre una rodilla, tomando su mano, ¿Luzu iba a cometer una locura?
— ¿Quisieras ir a recorrer el mundo conmigo?—
Quackity sintió su corazón latir como loco, con un brillo en los ojos bastante especial. Oh, su corazón estaba feliz.
— ¿Te digo algo un poco más loco?— Quackity dijo, bastante emocionado y Luzu asintió— ¡SÍ!—
Luzu se levantó rápidamente, tomando a Quackity de la cintura para levantarlo.
— ¡La puerta es el amor!— Ambos cantaron juntos de nueva cuenta mientras giraban— ¡La puerta es el amor!—
— La vida es mucho más— Quackity rápidamente rodeó el cuerpo de Luzu con sus piernas— ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti!—
— La puerta es el...— Quackity apoyó sus manos en hombros de Luzu.
— La puerta es el...— Luzu sonrió mirando a Quackity a los ojos.
— ¡Amor!— Ambos finalizaron su canción y terminaron por unir sus labios en su tan ansiado beso, un beso que ambos llevaban días esperando.
Sus labios se unieron de forma perfecta, enviando fuegos artificiales a sus cuerpos, sintiendo la máxima prueba de amor con aquel beso.
Tras unos segundos después del beso empezaron a separarse, ambos sonrojados y viéndose con una inesperada vergüenza en sus rostros.
— ¿Volverías al reino conmigo?— Luzu preguntó, Quackity sonrió tomando el rostro de Luzu entre sus manos.
— Sí...— Quackity sonrió y miró hacia atrás— Pero antes, quiero hacer algo más y necesito tu ayuda—
— Sea lo que sea, te ayudaré— Luzu asintió.
— Bien, porque si queremos que esto funcione, que lo nuestro funcione, que ser pareja funcione—
— Bien Quackity, creo que ya entendí el punto— Luzu le interrumpió.
— Sí— Quackity asintió, tosiendo un poco— Necesitamos hacer un cambio, yo no puedo vivir en un lugar que odia a los híbridos—
— Lo sé— Luzu respondió mientras Quackity bajaba los pies al piso— Nuestra relación será escandalosa, pero yo no voy a permitir ningún tipo de acto de discriminación contra los híbridos—
Quackity sonrió en respuesta y tomó la mano de Luzu.
— Y ya sé por donde tenemos que empezar—
Carlota estaba terminando un plato de su sopa de naranja, disfrutando del sabor hogareño, estaba tranquila y nostálgica. Pero esa tranquilidad se fue cuando escuchó golpes en su puerta.
Se levantó de su lugar y avanzó rápidamente por la casa hasta abrir la puerta de entrada, viendo a sus dos vecinas.
— Lola, Esperanza, ¿Qué golpes son esos?— Preguntó con tono ofendido.
— Es tu sobrino— Respondió Lola.
— Tienes que ver esto— Esperanza habló.
Ambas empezaron a avanzar por el jardín, seguidas por Carlota, quien vio entonces en el camino principal de la calle a Quackity, caminando junto a un humano.
— ¡Es un humano!— Gritó alguien.
— Ay fíjate que no lo había notado, pendejo— Quackity respondió con sarcasmo.
Alexby y Fargan habían salido de casa del primero para caminar hasta el tumulto de híbridos.
— ¿Qué está ocurriendo aquí?—
Todos se giraron para ver a Astrud, un imponente híbrido de búho, jefe de la aldea, acompañado por su esposa Ingrid, la jefa consorte y por supuesto, padres de Fargan.
— Hola, papá, hola, mamá— Fargan dijo de forma animada, pero la mirada de su padre lo hizo retroceder— Mal momento, entiendo—
— ¿Puedo saber que hace un príncipe humano en mi villa?— Preguntó Astrud.
— Señor— Quackity empezó a hablar— Él es Luzu, príncipe de Karmaland. Luzu, él es Astrud, el jefe de la aldea—
— Es un gusto— Luzu dijo, extendiendo su mano. El jefe dudó un poco, pero por mera diplomacia le respondió el saludo.
— Señor Astrud— Quackity empezó a hablar— Queremos que usted y los demás híbridos nos acompañen la reino—
Al decir eso, un jadeo de sorpresa se escuchó por parte de muchos de los híbridos.
— ¿Qué desvaríos estás diciendo?— Preguntó Astrud— ¿Ir a un reino humano?—
— Necesitamos derribar estás barreras que nos dividen— Comentó Quackity— No podemos seguir pasando por siglos de separación, los humanos e híbridos podemos convivir juntos—
— ¿Qué prueba tienes de eso?—
— ¡Esto!— Quackity alzo la mano con la que sostenía la mano de Luzu.
— Un humano entre miles...—
— Un humano que es parte de la realeza, un humano con el poder social y político para inspirar el cambio— Quackity habló con firmeza.
— Señor Astrud— Luzu empezó a hablar— Yo sé que no soy de confianza para usted, pero yo fui educado para no discriminar. Mi madre, ella era una mujer muy noble, ella me dijo que los híbridos eran tan humanos como nosotros—
— ¿Tu madre que sabría?— Astrud preguntó, sin embargo fue detenido por Ingrid.
— Tú...— Ingrid habló, mirando a Luzu y acercándose a él— Eres idéntico a ella—
— ¿Ingrid?— Preguntó Astrud.
— Eres idéntico a Hidden— Dijo la mujer búho.
— ¿Quién?—
— Mi madre...— Luzu susurró.
— ¿Eres hijo de Hidden?— Astrud preguntó.
— Sí señor— Luzu asintió— De ella y del rey Mauro. Disculpen, ¿Conocieron a mi madre?—
— Hace muchos años, una humana de nombre Hidden se acercó a nuestra aldea, al inicio creímos que estaba perdida y pensó que éramos un poblado humano— Dijo Astrud— Sin embargo ella vino diciendo que nos buscó directamente—
— Vino a nosotros diciendo que era la primera mujer que logro estudiar en la escuela de su hogar— Ingrid siguió hablando— Ella quería estudiar el comportamiento híbrido para saber que nos diferenciaba más de los humanos, fue muy amable siempre, atenta con los más jóvenes—
— Ella enseñó a muchos híbridos a leer y escribir, esas lecciones fueron aprendidas por otros híbridos que posteriormente le enseñaron a sus propios hijos— Astrud asintió un poco— Hidden fue una mujer muy parecida por nosotros—
— Vaya, yo no tenía idea de esto...— Luzu dijo— Ella nunca me dijo nada de esto, quiero decir yo sabía que ella ayudó a muchos al alfabetizar, pero creí que fue con personas no con híbridos—
— Lo ocultó para evitar problemas con los humanos de esa época— Ingrid dijo, pero siguió mirando a Luzu— Eres su viva imagen, excepto por el cabello, ella era...—
— Rubia— Luzu sonrió y volvió al tema central— Ustedes convivieron con mi madre, una humana sin prejuicios, ella me enseñó eso a mí y les puedo jurar que nunca he visto a mi padre cometer algún acto discriminatorio ni decir algo negativo sobre un híbrido que no signifique un gran riesgo como Rubius. Y así como mi padre y yo, hay gente en nuestro reino que vive sin prejuicios—
— Y si Karmaland ve a la familia real aceptar y convivir con híbridos, entonces le seguirán— Quackity dijo— Podemos demostrar que humanos e híbridos somos más fuertes juntos, lo vimos hoy, Fargan fue capaz de llevar híbridos a luchar con nosotros—
Astrud e Ingrid miraron a su hijo, quien les saludó nervioso.
— Ese es otro tema a tratar, por ahora...— Astrud miró a Quackity— Si tu plan de unión no funciona—
— Yo sé que va a funcionar— Dijo el pato firmemente.
— Tú serás responsable, Quackity— Astrud sentenció, Quackity en respuesta mantuvo la cabeza en alto y asintió, siendo apoyado completamente por Luzu.
— Bien...— Astrud asintió, luego miró a su gente— ¡Híbridos! Sé que la idea de estar con humanos suena aterradora e incluso ridícula a sus oídos, sin embargo estos muchachos tienen razón en algo, la unión hace la fuerza. Con el conocimiento pasado de una amistad humana que logró forjar la alfabetización en nuestra aldea es que yo como el líder de esta villa he decidió escuchar a los jóvenes Quackity y Luzu, iremos al reino humano y demostraremos que somos capaces de tener una convivencia sana y civilizada—
Tras esas palabras, unos cuantos híbridos empezaron a acercarse a ellos en apoyo, Alexby, Fargan y la tía Carlota se unieron rápidamente.
— Eso es híbridos, mostremos que estás estúpidas divisiones solo generan más odio— Dijo Quackity.
Luzu rápidamente subió de nuevo a su caballo y extendió su mano derecha a Quackity quien la tomó y subió al caballo, abrazando a Luzu por detrás.
— ¡A Karmaland!— Luzu y Quackity gritaron.
Continuará...
1 capítulo para el final.
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Gran final de Cómo Un Cuento De Hadas: 26 de marzo.
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