🌹 SEIS
JUNGKOOK
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Son las 6 de la mañana cuando suena mi despertador. Apenas tengo ganas de moverme, tengo que pasar por casa de mi madre, y me va a tocar aguantar un sermón de los suyos.
¿Tan difícil es entender que no quiero conocer a esas chicas?
Me levanto de la cama, me aseo y bajo a la cocina para tomarme mi café mañanero. Necesito estar espabilado, así que un solo doble me puede ayudar mucho.
Me encanta el olor del café recién hecho, me recuerda a mi infancia, cuando aún vivía en casa de mis padres. Cada mañana mi padre le preparaba el café a mi madre, antes de que se fuera a trabajar... Qué buenos recuerdos. Sin embargo, ahora, todo gira en torno al poder adquisitivo, al dinero.
Muchas veces pienso que eso es realmente lo único que le importa, que me junte con alguna chica de alta cuna, para ganar más nivel económico, sin importarle lo que yo le pueda decir.
Pero eso ya se acabó, no lo voy a permitir más. Quiero ser feliz, y si ella no es capaz de entenderlo, probablemente tendré que dejar de insistir en hacerla cambiar de idea. Simplemente, me apartaré para hacer lo que yo quiera, tengo que dejar de mendigar por su amor.
- ¿En serio Jeon? Ni tú te lo crees -
Genial, ya hablo para mí solo. Definitivamente, necesito desconectar un tiempo. Quizá un viaje exprés no estaría mal. Tendré que hablar de nuevo con Dylan para que cuide durante ese tiempo a Bam, mi madre no quiere saber nada de mi perro, con lo cual mi amigo lo suele cuidar.
Hablando de Dylan, recuerdo de lo que me dijo anoche...
<< Mañana tienes otra oportunidad >>
Me porté un poquito mal anoche y, ya que voy a presentarme de nuevo donde mi amigo, no estaría mal si tuviera un detallito. Es raro para mí hacer un regalo a alguien que no conozco, pero sé que en otras culturas eso no está mal visto. Ojalá le guste lo que tengo pensado llevarle.
Es hora de ir a hablar con mi madre.
- ¡Vamos Jeon, tú puedes! - no me lo creo ni yo.
De camino a casa de mis padres paro en una librería, tardo poco más de diez minutos en encontrar todo lo que necesito.
- Buenos días, caballero, ¿En qué puedo ayudarle? - me sonríe la chica joven que está detrás del mostrador.
- Hola, me gustaría envolver todo esto para regalo, ¿sería posible? -
- Si es para usted, no hay ningún problema, yo le hago este favor y todos los que necesite - me dedica una sonrisa pícara ¿Qué les pasa a las chicas hoy día?
- En realidad es para regalárselo a una conocida, aun así, gracias por tu ayuda -
- ¿Una conocida? - vuelve a sonreír de manera extraña - sin problema, ahora mismo traigo todo -
Al poco rato vuelve con todo envuelto perfectamente, mete todo dentro de una bolsa de papel con el nombre de la librería.
- Dentro he metido también una tarjeta, por si necesita algo más - me vuelve a sonreír.
Pago y salgo lo más rápido posible de allí, antes de que la chica me diga algo más y no sepa con qué responderle.
Ya en casa de mis padres, es cuando empiezo a ponerme realmente nervioso, deseo que mi madre pueda entenderme, pero la verdad es que no tengo fe en ello.
Llamo a la puerta y poco después me abre la señora de la limpieza.
- ¡Señorito Jeon! Qué bueno tenerlo aquí, pase, su madre está desayunando aún -
Llego a la cocina y me quedo de piedra en el mismo instante en el que mi madre clava sus ojos negros en mí.
- Déjanos solos, tengo que hablar con mi hijo - la mujer de la limpieza desaparece rápidamente.
Vuelve a mirarme fijamente mientras se levanta de la silla y se acerca poco a poco.
- ¿Y bien, me puedes explicar qué pasó anoche? - me analiza minuciosamente - y espero que no me vengas con la tontería de que saliste tarde de trabajar, porque ya sé que no es así -
- No mama, lo que pasa es que estoy cansado... - no me deja siquiera terminar de hablar.
- ¿Qué estás cansado? ¡Cansada estoy yo de hacer lo posible porque encuentres una pareja y tú tan siquiera tienes la decencia de aparecer por allí! - está tan enfadada que cada vez alza más la voz - Dos horas estuvo Eunji esperándote, ni te imaginas la vergüenza que pasó, termino marchándose a lágrima viva de allí - otro grito más.
- Ese no es mi problema, mama. Ya te dije que no quería más citas a ciegas y no me escuchas - dicho esto, de repente escucho un ruido y noto una de mis mejillas caliente.
Ya no le sirve con gritarme, esta vez me ha dado un buen cachete, dejándome un amargo picor en mi mejilla izquierda.
- Jeon Jungkook, no voy a parar hasta el día que por fin te juntes con una chica que merezca estar contigo. Me da igual lo que tú quieras, no vas a deshonrar a esta familia. -
- ¿Es tan difícil para ti entender que yo estaré con la chica que yo desee y no con la que tú me digas? - me estoy empezando a cansar.
- Creo que eres tú el que no lo entiende, hijo. Hasta que no aparezcas por esa puerta con una chica de la mano, no voy a parar. Estoy segura de que tan siquiera eres capaz de fijarte en ninguna mujer - y según dice eso, mi mente me traiciona y automáticamente empieza a mostrarme imágenes de ayer, la última que veo son los preciosos ojos de Kiara.
- ¿Sabes qué, mama? Qué para desgracia tuya, creo que si he encontrado esa mujer en la que fijarme. Así que te pido por favor que dejes ya lo de las citas, porque no va a funcionar -
- No hijo, no. Esto no funciona así. Hasta que no vengas con esa "mujer" a casa, ya te he dicho que no voy a parar. Así que por lo pronto, pienso concretar otra cita con Eunji, por lo menos para que te disculpes por el bochorno que la hiciste pasar anoche -
Decir que mi día a empezado mal, sería poco. Si pensaba que las cosas no podían ser peor, me equivocaba y mucho.
No se le ha ocurrido nada mejor a mi querida madre, que decirle a Eunji donde trabajo y como era de esperar, ella ha tenido la genial idea de presentarse aquí.
- ¿Dónde está? - pregunto a la chica del staff que me ha avisado de la presencia de esa individua.
- Le hemos pedido que esperase en la sala, pero después de armar una escena lamentable, hemos tenido que acatar sus órdenes y ahora mismo le está esperando en su estudio -
- ¡Genial! Esto va mejorando poco a poco - nótese mi ironía.
Abro la puerta de "MI" estudio con más fuerza de la que quiero emplear, haciendo que choque contra la pared y rebote casi al mismo tiempo, haciendo que por poco se estampe contra mi cara... lo que me faltaba.
Sentada en la silla que tengo frente a la mesa de mezclas, se encuentra una chica, la que doy por hecho que es Eunji.
- ¡Kookie! Por fin estás aquí - se acerca rápidamente y se abraza a mi cintura, dejándome totalmente perplejo y con las manos en el aire para evitar tocarla.
- Ayer lo pasé fatal, aunque ya me ha dicho tu madre que te tuviste que ir a casa porque te encontrabas indispuesto - intento zafarme de ella, pero no hay manera, hasta que escuchamos detrás de nosotros a la chica del staff.
- Perdóneme Sr. Jeon, pero los chicos le están esperando - doy gracias a que me haya seguido hasta aquí.
- Eunji, por favor, suéltame. Debo seguir trabajando, si no te importa, nos conoceremos mejor en otra ocasión - Literalmente, me zafo de ella y la llevo a rastras hasta el ascensor, escuchando sus incesantes quejas.
- ¿Cómo puedo saber que no me dejarás de nuevo plantada? - su voz es como un chillido agudo, muy irritante.
- Has sido capaz de venir hasta mi trabajo aun sin conocernos, estoy seguro de que si no me vuelvo a presentar, la próxima vez será en mi casa... - aprieto el botón de la planta baja.
- Ten por seguro que así será, Kookie -
Por fin se cierran las puertas y termina este tormento, aunque sea de momento. Gracias mama por buscarme a una chiflada.
Vuelvo a la sala de ensayo en la que estamos practicando una coreografía conjunta Jimin y yo para nuestro próximo concierto.
- Menuda cara que traes... Creo que así, poco más vamos a poder hacer hoy - mi amigo tiene razón, estoy muy frustrado.
- Mi madre le ha dicho a la chica con la que tenía una cita ayer, donde trabajo, y la loca de ella se ha presentado aquí - sobo mi nuca con las manos - Y si eso no era suficiente, encima me monta una escenita, que si Kookie esto... que si Kookie lo otro... ¡No puedo más! - camino de un lado para otro, frustrado, estresado y de mal humor.
- Ok, ok. Venga, vámonos, ya son casi las ocho de la tarde, vayamos a tomar algo, así te despejas -
- ¡Ya son las ocho! Por Dios, qué rápido pasa el tiempo aquí dentro. Me viene genial una copa. ¿Te importa si pasamos por el restaurante de Dylan? Ayer me porté como un completo idiota con una persona y me gustaría intentar solucionarlo. - la cara de decepción de Kiara vuelve a mi cabeza como si la tuviera grabada a fuego
- ¿Qué hiciste qué? Mira que estás raro últimamente - el rubio me pasa su brazo por los hombros, teniendo que ponerse de puntillas, ya que no llega bien - Venga, vamos, me cuentas ahora por el camino que fue lo que hiciste - deja que vea su tímida sonrisa de medio lado, subiéndome así también un poco mi ánimo.
¿Seré tan idiota como para volver a cagarla de nuevo? Solo espero y deseo que no le siente mal el regalo que tengo para ella.
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