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Capítulo 5 - Almuerzo Para Dos

–¿Qué quieres decir con que le preguntarás? –le preguntó a Todoroki, una expresión preocupada que superaba los rasgos faciales normalmente burbujeantes de Uraraka.

Observador como siempre, Todoroki pudo distinguir que algo andaba mal con la forma en que su amiga le había respondido, decidiendo ignorarlo por ahora, le aclaró lo que quería hacer.

–Voy a pedirle una cita, ¿qué hay de malo en eso? –le susurró de vuelta a ella mientras se inclinaba hacia un lado para que pudiera escucharlo.

–¡Todoroki, Uraraka! ¿Hay algo que les gustaría compartir con la clase? Ya que están susurro y susurro allá atrás –señaló Aizawa, un toque de molestia en sus palabras.

Ambos se pusieron de pie, cada uno con un propósito diferente, respondieron simultáneamente.

–¡No sensei! –la usualmente feliz adolescente rosada no quería nada más que desaparecer.

–¡Sí sensei! –por otro lado, Todoroki estaba decidido, tenía un objetivo en mente y a la mierda todo si no lo lograba.

Echó un vistazo a Uraraka y pudo distinguir lo que le intentaba articular "¿Qué estás haciendo?".

–¿Oh, enserio? Pues adelante ... comparte –Aizawa estaba más que sorprendido por este giro de los eventos.

Había notado algo entre Todoroki y Midoriya antes, ya que estaban afuera, pero todavía no había puesto el dedo sobre lo que era.

<<Tal vez esto aclare un poco la niebla que rodea a estos dos ... >>, pensó mientras miraba fijamente al adolescente esperando que continuara.

Reuniendo coraje, sonrojándose como un loco, culpando a al don de su padre por eso, Todoroki se giró hacia Midoriya mientras expresaba sus deseos.

–Estaba contándole a Uraraka mi interés amoroso en alguien en esta sala –dijo.

Podía escuchar el asombro de la mayoría de sus compañeros de clase, mientras continuaba sintiendo su corazón empujando, tratando de salir de su pecho, listo para explotar.

–Alguien que merece la vergüenza que estoy sintiendo mientras hablo, alguien que me ha mostrado cómo aceptarme por lo que soy y no por lo que estoy hecho. Me hizo ver que soy mi propia persona, capaz de mucho más de lo que solía ser antes de conocerlo, antes de nuestro enfrentamiento en el festival escolar –él confesó.

Ahora se podían escuchar muchos más jadeos de asombro, unos suaves susurros llegaron a sus oídos, "¿Está hablando de Deku?" y "No puede ser Midoriya".

Incapaz de darse cuenta como siempre, no escuchaba los suaves susurros, el joven Izuku en su asiento se preguntaba quién era la persona misteriosa de la que Todoroki estaba hablando. Estaba más que interesado en la vida amorosa de sus amigos, aunque estaba más que seguro de que Todoroki no era el tipo de chico de citas.

<<Va para mostrarte, no puedo juzgar un libro por su portada>>, pensó, al darse cuenta de cómo Todoroki lo estaba mirando.

–Miren eso, amor en su máxima expresión ... ¿y quién podría ser este héroe tuyo? –preguntó Aizawa, un tonto por una buena historia de amor. Ahora estaba más que intrigado.

Si sus suposiciones eran correctas, habría un adolescente muy confundido después de esto y un rubio muy enojado. Sí, el maestro muy observador pudo distinguir la luz de una pequeña llama de deseo en el rubio.

<<Podría actuar fuerte y ser un completo imbécil el pequeño Midoriya, pero siente algo>>, pensó. Estaba seguro de eso, iba a ser genial, podía sentirlo.

¿Realmente lo iba a decir? ¿Realmente arriesgaría la amistad que acababan de formar? ¿Estaba listo para ese sacrificio? Todavía no estaba listo para contarle a esa persona, especialmente al resto de la clase.

–Prefiero resguardar esa información por el momento, sensei –dijo, volviendo a sentarse, sintiendo que su corazón volvía a su pecho.

–Bueno, es una pena que hayas desperdiciado este momento. Muy bien, volviendo a lo importante –, dijo un poco decepcionado con el adolescente, adoptando rápidamente su actitud indiferente. –El almuerzo es en unos tres minutos más, por lo que continuaremos con la tarea después.

Mientras se envolvía en su bolsa de plátano y se dirigía hacia la puerta–, Probablemente no volveré después del almuerzo, así que hagan lo que han estado haciendo toda la mañana –y con eso se fue.

La tensión dentro del salón de clase 1-A hacia espeso el aire, llenaba tus pulmones y te ponía nervioso. Todos tenían una idea de quién hablaba Todoroki. Todos, incluso Bakugo. Todos, excepto Midoriya.

–Kacchan, ¿estás bien? –susurró el pequeño adolescente.

Al no escuchar lo que le susurraron y al no darse cuenta de que estaba haciendo una escena mientras pequeñas explosiones se encendían en sus manos, Bakugo mantuvo su mirada fija en el bastardo mitad-mitad. "¡Muerte!", gritaron sus ojos.

<<¡Oh, ese hijo de puta va a morir! ¿Quién diablos cree tratando de confesarle a Deku de esa manera?>>, estaba humeando, mientras su mente se volvía loca.

<<¿Qué mierda me pasa hoy? ¿Por qué todo lo relacionado con ese nerd de mierda me pone nervioso? ¡Me dan ganas de matar a alguien!>>, se preguntó, sin obtener respuesta alguna.

–K-Kacchan, estás asustando a todos, tal vez deberías detener tu don –dijo Midoriya, tratando de calmar al adolescente mayor, colocando una mano sobre su brazo.

Eso sin duda llamó su atención, ya que instantáneamente sintió el calor extendiéndose por su brazo, un calor diferente al que le daba su don, mucho más agradable, dejó su piel hormigueando y cosquilleando.

<<¿Qué me está haciendo este nerd?>>, se preguntó mientras miraba al niño más pequeño.

–Vamos, estoy muerto de hambre –no le dijo a nadie en particular mientras retiraba el brazo del calor que era la mano de Deku y salía de la sala de clase hacia a la cafetería.

Persiguiendo al rubio mayor, Midoriya se olvidó de agarrar su billetera.

–¡Kacchan! ¡Espérame! –le gritó al rubio.

No contento de que su interés amoroso acabara de salir del aula con la persona que más despreciaba después de su padre, Todoroki se acercó a Uraraka e Iida mientras se dirigían a la cafetería.

–¿Nunca dejará de perseguirlo? –dijo Iida, sin darse cuenta de que Todoroki caminaba junto a ellos.

–Es algo que espero cambiar –dijo más confiado que antes, manteniendo el paso–. No permitiré que ese bastardo haga lo que quiera con una persona tan increíble.

Todoroki no iba a permitirlo, estaba decidido, estaba luchando por este chico. Su padre pudo haber intimidado a la persona más importante de su vida; su madre, pero ciertamente no iba a tener a otra persona ahuyentada por un bully.

Sonriendo ante la honestidad de su amigo, sintió que su corazón se calentaba ante la idea de que sus dos amigos fueran felices juntos, algo que su mente rápidamente rechazó al recordar cuánto cariño sentía el chico de ojos verdes por el rubio.

–Vamos a disfrutar el almuerzo chicos, olvidé desayunar hoy, así que estoy hambrienta –suplicó, recibiendo un gruñido suave de ambos hombres que la acompañaron a la cafetería.

Al mirar por la ventana, pudo ver una limusina negra que llegaba a la entrada de la escuela. <<¿Quién podría ser?>>, sus pensamientos se hicieron a un lado rápidamente cuando se escuchó un fuerte rugido saliendo de su estómago.

–¡Realmente debes tener hambre Uraraka! –dijo Iida mientras la tomaba en sus brazos y corría hacia la cafetería–. ¡No te preocupes! ¡Estaremos allí en poco tiempo! –exclamó corriendo, dejando a Todoroki caminando solo, aunque no le importaba, sus pensamientos estaban en otra parte en ese momento.

Mientras tanto, se podía escuchar a un rubio enojado quejándose de Midoriya mientras pagaba su almuerzo.

–¿Cómo que no tienes tu billetera? ¡Mierda nerd! –dijo molesto.

–Debo haberla dejado en la sala cuando te perseguí, K-Kacchan –tartamudeó, asustado de lo que el rubio le iba a hacer ahora. Agarró su bandeja, estaba a punto de ir a devolver su comida cuando escuchó a Kacchan.

–¡Me debes un almuerzo, Deku! –dijo pagando por dos almuerzos, después de lo cual se dio la vuelta y se abrió paso entre la multitud y se sentó en la parte trasera de la cafetería.

–Estúpido nerd inútil no puede hacer nada bien –se quejó a sí mismo mientras esperaba que el nerd se sentara.

Sentado frente a Kacchan, Izuku rápidamente comenzó a agradecerle y a disculparse por su torpeza, mientras le prometía devolverle el favor lo antes posible.

El nerviosismo estaba superando a Midoriya mientras estaba sentado esperando a que el rubio le hablara o lo mirara al menos, necesitaba sacar esto de su mente, necesitaba hablar con Kacchan, simplemente no sabía cómo comenzar.

Se decidió por una pequeña pregunta, estaba listo para preguntarle cómo iba su tarea con Kirishima, hasta que escuchó a Kacchan hablar.

–¿Qué está pasando entre tú y ese bastardo de hielo derretido? –miró hacia el lado, fingiendo no estar interesado.

Ni siquiera él entendía la razón detrás de su pregunta o interés, pero necesitaba saber, algo en él lo empujaba hacia esto, obligándolo a enfrentarlo.

Desconcertado por la pregunta, Midoriya simplemente respondió lo que sinceramente pensaba, ligeramente distraído por todo el ruido a su alrededor.

–Mm, él es mi amigo Kacchan. ¿Es eso lo que estás preguntando? ¿O se trata de la tarea? –Kacchan lo tenía nervioso, estaba asustado, nervioso y la bulla no estaba ayudando.

¿Cuándo fue la última vez que Kacchan tuvo una conversación con él? No podía recordarlo. Lo pensaría más tarde, ahora quería disfrutar de esta oportunidad, era ahora o nunca.

Satisfecho con esa respuesta, simplemente se burló mientras se metía más comida en la boca–, ¡Tch! Lo que sea, no me importa tu maldito proyecto con ese cabrón.

¿Por qué un momento está interesado en el nerd y al siguiente es un completo imbécil con él, ni siquiera él se entendía? Todos los sueños y recuerdos que habían estado atormentando su mente últimamente estaban comenzando a afectarlo de una manera que no podía entender.

<<¡Pensé que lo había dejado atrás! Pensé que había roto nuestro vínculo, nuestra amistad, ¿por qué estoy tan jodidamente interesado en él?>>, se torturó su cerebro en busca de respuestas, mientras trataba de entender lo que el nerd le estaba hablando.

–... quiero decir, no es como si quisiera seguirte para todos lados Kacchan, no soy un cachorro perdido, pero desearía poder volver a cómo solía ser, ya sabes, como amigos ... –fue lo que el rubio pudo distinguir mientras regresaba a la conversación.

¿Quería ser amigo de Deku? No. ¿Quería llevarse bien con Deku? No. ¿Quería relacionarse con Deku? No. Pero ¿por qué cada vez que decía que no, algo dentro de él lo empujaba a querer decir que sí? Realmente estaba jodidamente cansado si estaba pensando así.

–Quién carajo quiere ser tu amigo nerd, no te engañes a ti mismo ¡Tch! –dijo dirigiéndose a la papelera después de haber terminado de comer, dejando a una angustiado Midoriya en la mesa.

Intentando salir de la cafetería, su mirada se encontró con la de un bastardo semihelado mientras se cruzaban.

–¿A dónde coño crees que vas? –preguntó, ya habiendo descubierto que estaba tratando de ir a ver al nerd.

–A hacerle compañía a mi amigo, ya que lo consideras indigno de la tuya, su real pedazo de majestuosa mierda –respondió Todoroki, dándole a Bakugo una leve reverencia de manera burlona. Al enderezarse, intentó avanzar, pero el rubio lo detuvo.

–No lo creo –dijo, la ira evidente en su rostro, sus rasgos una vez guapos fueron superados con ira.

–Él no te necesita allí en este momento princesa de hielo –le dio al adolescente pelo bicolor con un empujón bastante duro, tratando de hacerle entender, decidió seguirle el juego.

–Saca ese palo que tienes tan metido en el culo y deja que otros hagan lo que quieran. No te pertenece, ahora déjame pasar –dijo, pasando a Bakugo.

Cuando el explosivo rubio se dio vuelta, enojado, su don se activó listo para explotarle la cara a Todoroki, se escuchó una voz en el intercomunicador que inundó la cafetería.

"¿Podría Shoto Todoroki dirigirse a la oficina del director? ¡Podría Shoto Todoroki dirigirse a la oficina del director! Su padre está aquí para verlo ".

<<Tienes que estar bromeando>>, pensó el joven bicolor mientras giraba en 180 grados y empujó bruscamente al rubio fuera de su camino.

Tiró su comida y salió de la cafetería de mala gana, aunque no sin antes darse la vuelta para mirar al rubio por última vez y desafiarlo con una mirada intensa mientras le daba el dedo del medio.

Apenas registrando lo que acababa de pasar, Bakugo ignoró a la princesa de hielo e hizo un cambio de planes, volviendo a la mesa donde estaba comiendo Deku.

A medida que se acercaba, podía ver al niño más pequeño sollozando y limpiando lo que parecían ser lágrimas en su rostro. En algún lugar dentro de Bakugo, algo se sacudió y lo hizo detenerse.

<<¿Lo hice llorar?>>, lo había hecho llorar muchas veces antes, ¿por qué demonios esta vez lo estaba afectando así? <<Deben ser estos malditos sueños que sigo teniendo ... como sea>>, fue su último pensamiento mientras se sentaba frente a Deku.

Sin darse cuenta de su presencia, Midoriya se sonó en un pañuelo que sacó de su bolsillo, hasta que levantó la mirada y se encontró con los ojos del rubio enojado.

–¿K-Kacchan? Pensé que te habías ido ... –dijo, sorprendido.

–Sólo come de una vez Deku, el almuerzo está por terminar –respondió, no queriendo mirarlo, sabiendo que vería sus hinchados ojos y nariz roja y se sentiría aún más culpable.

<<¿Culpable? ¡Tch! Ya quisiera ... –pensó, si tan sólo se tomara el tiempo para comprender el significado detrás de sus acciones.

Al mirar alrededor, a unas pocas mesas lejos de las de ellos, vio a Uraraka mirándolo fijamente, "¡¿Qué ?!" le articuló.

<<Oh, Deku ... espero que sepas lo que estás haciendo>>, pensó Uraraka, la preocupación nublando su mente, ignorando al rubio grosero en la mesa de Deku.

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