Capítulo 1 - Un Día Para Recordar(lo)
Mientras el pequeño Katsuki Bakugo de seis años miraba hacia abajo a su pequeño amigo desde la cima de la colina, podía ver cuánto le costaba colocar un pequeño pie delante del otro tratando de alcanzar su amigo de cabellera rubio-ceniza.
- ¡Apúrate Deku, o lo vamos a perder! – Había estado planeando este momento bastante tiempo ya y Deku, el cariñoso apodo que le había puesto a su mejor amigo, no iba a estropearlo sólo porque no podía subir a tiempo.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano para seguir al rubio hasta la cima, Izuku Midoriya de cinco años intentaba respirar mientras gritaba en dirección de su amigo.
- ¿Por qué tuviste que elegir la colina más grande Kacchan? ¡Sabes que tengo las piernas cortas! – A pesar de toda su lucha, siguió su camino lo más rápido que sus pequeños pies lo llevarían.
- Podrías dejar de reclamar y apurarte, ya casi es tiempo. – El pequeño rubio ansioso no podría sonar más emocionado mientras esperaba al chico menor.
Ya alcanzando la cima, Katsuki le estiró una mano para que Izuku tomara, y con un pequeño tirón, el joven de pelo verde llegó junto a su amigo.
Una pequeña briza se sentía soplando por detrás mientras ambos chicos se voltearon hacia la puesta de sol, unas pocas aves se podían oír crujiendo en los árboles no muy lejos mientras se agrupaban con sus pequeños para dormir en la noche que se acercaba.
Un color naranjo cremoso se podía ver a lo lejos en lo que fue en algún momento un cielo celeste mientras el sol comenzaba su descenso, dejando un rastro de morado y azul donde el pequeño Izuku podía distinguir unos cuantos brillos distintivos a miles de millones de millas de ellos.
- ¡Guau...esto es...Kacchan, nunca he visto algo tan bonito! – dijo Izuku bajando su mirada hacia Katsuki, sus ojos llenos de deleite.
Dicho rubio pudo ver los ojos del pequeño Izuku e instantáneamente sintió como un leve sonrojo se apoderaba de sus mejillas. - ¡Tonto! Eso es porque nunca te he traído aquí antes. – Le respondió, girando su cabeza para esconder su rostro.
Reuniendo un poco de coraje, volteó hacia el chico menor y se sentó sobre lo que en algún momento fue pasto verde, - Deku, siéntate para que podamos ver la puesta de sol juntos.
Este lugar mantenía mucha importancia para Bakugo, él se arrancaba esta colina a tiempos cuando su madre lo traía solo al parque, pensando que era una pérdida de tiempo disfruta de los juegos del parque sin su mejor amigo.
Por otro lado, por nada del mundo él iba a tratar de reemplazarlo por uno de los otros chicos molestosos que ensuciaban el parque con su presencia. Este lugar era sagrado, era sólo de él y ahora podía ser de ellos dos.
Mientras el pequeño Izuku tomaba asiento junto al chico mayor, podía sentir un poco del cansancio de su caminata hacia la cima de la colina apoderarse de su pequeño cuerpo. Suspirando, su traserito en el pasto, - ¿Kacchan? – llamó al rubio.
- ¿Qué Deku? – dijo Bakugo, colocando ambas manos hacia atrás para darle soporte a su cuerpo, preparándose para la puesta de sol.
- ¿P-Puedo recostar mi cabeza en tus p-piernas para ver como baja el lindo sol? – Izuku le pregunto tímidamente a su mejor amigo.
Sin entender por qué su amigo estaba tan tímido y tartamudeando, - Sí, siempre y cuando no te duermas Deku. – dijo el rubio con una sonrisa decorando su rostro. Escondiendo su sonrisa, el chico de cabello verde lentamente se acercó al rubio y recostó su cabeza cobre sus muslos.
De nuevo se lograba sentir una pequeña brisa entrando por detrás que levantó la polera del pequeño Bakugo helándolo de pie a cabeza.
Mientras el rubio tiritaba, Izuku no encontró mejor remedio que darse vuelta hacia su amigo y envolver sus brazos alrededor de su cintura. – No te preocupes Kacchan, yo te mantendré calentito. Mamá siempre me abraza cuando tengo frío en casa.
Sorprendido por las acciones de su amigo, el pobre Katsuki, escondiendo un sonrojo carmesí, sólo lograba mirar hacia un lado ignorando el calor que desprendía su amigo. – ¡Deku tonto! ¿Quién dijo que tenía frío? ¡Date vuelta y mira la puesta de sol de una vez por todas!
Haciendo puchero, ojos verdes esmeralda decidieron no seguir enfuscando a Kacchan y se dieron vuelta, su cabeza aún en las piernas de su amigo, y observo como bajaba el sol.
Se podía admirar una combinación de colores llamativos y brillantes mientras el sol se ocultaba bajo el horizonte; los fugaces colores del atardecer comenzaron a desvanecerse en lo que es la noche.
El pequeño Izuku sólo podía imaginarse los secretos ocultos más allá del horizonte, mientras sus pequeños ojos perseguían los restos de bandas naranjas de luz que volaban tras el sol.
Una luz centelleante llamó su atención, mientras observaba el cielo inmensamente oscuro, podía distinguir más y más luces brillantes ocupando el espacio sobre ellos. Matices de morado y azul se podían descifrar mientras decoraban partes al azar de lo que su pequeña mente reconocía como cielo.
La luz centelleante original que llamó su atención podía verse rodeada de más de sólo azules y morados, poniendo mejor atención, Izuku era capaz de distinguir un intenso tono de rojo oscuro, más parecido a un rubí, que hacía a su pequeño cerebro de cinco años pensar en una cosa, una persona en realidad, - Kacchan...- susurro el pequeño Izuku, enterrando sus pequeños dedos regordetes en el césped.
Lo que era destinado a ser sólo un susurro y nada más, alcanzó los oídos del rubio en cuestión, - ¿Ah? – preguntó.
Procesando el hecho de que había llamado a su mejor amigo sin darse cuenta, decidió por preguntar algo que lo había estado molestando todo el día en el parque, - ¿Nunca me abandonaras, cierto? ¿Seremos mejores amigos siempre?
- ¿Qué quieres decir con eso Deku? Por supuesto que seremos mejores amigos para siempre, no te voy a dejar, ni hoy, ni mañana, ni nunca. – El pequeño Katsuki no podía estar más equivocado mientras le respondía a la pequeña masa de felicidad recostado sobre sus piernas –. Cuando obtengamos nuestro don, ¡seremos aún mejores amigos! Podemos convertirnos en héroes juntos y luchar contra el crimen juntos.
Una imagen del héroe número uno salto a la mente del chico peliverde, a lo que volteo rápidamente hacia el rubio, - ¿Cómo All Might? – le preguntó con un brillo en sus ojos.
- ¡No Deku tonto! No como All Might. – respondió el rubio, un toque de determinación rozando sus ojos rubí rojos –, El trabaja solo, ¡tú y yo seremos héroes juntos! ¡Seremos los más grandes héroes jamás vistos, aún más grandes que All Might!
Enderezándose, Izuku volteo a ver a su amigo y lo abrazo mientras hablaba, - ¡Gracias Kacchan! ¡Prometo que estaré para ti para siempre y que te ayudare y que seremos los más mejores héroes!
- Obvio que lo seremos, sólo espérate a que tengamos nuestros dones. – Respondió Bakugo con entusiasmo –, El mío será mejor, claro, Deku tonto.
- ¡Niños, ya es tiempo de irnos a casa, se nos hace tarde! – Gritó una versión mayor de Katsuki desde debajo de la colina, reventando su pequeña burbuja devolviéndolos a la realidad.
Asustado y un poco enojado con su mama por arruinar el momento perfecto, - Pero mama, ¿no podemos quedarnos un ratito más? – rogó el rubio, con el ceño fruncido.
Irritada con el rubio, Mitsuki Bakugo le gritó de vuelta, - ¡No mocoso! ¡Así que bajen ahora, los dos! ¡Tienen escuela mañana y aún tenemos que llevar a Izuku a su casa!
Aún enojado con su mama por arruinar su tarde perfecta con Deku, se levantó de todos modos dándole su mano a Deku para que se parase también. – Vamos Deku o le dar un ataque.
Por fin de pie, ambos niños bajaron la colina, lentos pero seguros. – Gracias por traerme a tu sitio secreto Kacchan, lo amé con todo mi corazón. No le diré a nadie sobre él. – Prometió el más joven de los dos.
- Más te vale que no Deku tonto, ¡o e mataré! – dijo el rubio, dándole su mano al chico –, Ahora dame tu mano o te caerás I no quiero tener que limpiar restos de Deku allí abajo.
Tomando la mano del rubio, - Gracias Kacchan. – Respondió Izuku.
Mirando a los niños, Mitsuki no pudo evitar sonreír y pensar <<Que lindo>> mientras bajaban por la colina. Un comentario de su hijo la trajo de vuelta a la realidad, - ¡Odio la maldita escuela, no quiero ir!
- ¡Bueno, levántate maldito mocoso o llegarás tarde! – Mitsuki lo sacudió, enojada con su hijo por no levantarse a tiempo para clases.
- ¡Maldita bruja que me despierta! – grito Katsuki a su mamá mientras abría sus ojos y le enterraba cuchillos con la mirada a su alarma que marcaba: 07:45 am.
Obligándose a levantarse y salir de cama, hizo su rutina matutina de manera exprés y se retaco con el desayuno que le había dejado la vieja bruja en el mesón de la cocina en el primer piso.
Dando una última vista por el cuarto de estar, revisando si se le olvidaba algo, su mirada cayó sobre el reloj colgando en la muralla: 08:10 am.
- ¡Mierda! – maldijo el rubio mientras salía corriendo de su casa de tamaño decente.
<<Primero ese maldito nerd de mierda aparece en mis sueños y ahora voy tarde a clases>>, pensó mientras se apuraba por alcanzar el autobús, <<Hoy va a ser una mierda, lo presiento>>.
Buscando un poco de sencillo para pagar el pasaje, Katsuki subió hasta el fondo del bus donde trato de respirar un poco mientras tomó su asiento. Tomando su mochila, el rubio no podía parar de pensar en el sueño que había tenido.
Yacía un tiempo ya que había tenido una del nerd de mierda, especialmente una tan vivida, casi podía sentir como si hubiese sido transportado hacia ese momento and obligado a revivirlo.
- Nerd de mierda, aparece por todos lados. – se murmulló a si mismo, frunciendo el ceño por el hecho de que había estado soñando con él. Agarró su mochila aún más fuerte al recordar el día que lo había comenzado todo:
Pocos días después de su tarde juntos en el parque, a Katsuki se le había manifestado su don durante clases en la escuela. Nunca había estado tan emocionado mientras sentía pequeña chipas y explosiones saliendo de la palma de sus manos y punta de sus dedos.
Bakugo de seis años instantáneamente se había convertido en el chico más popular de su clase y se autoproclamó líder de su pequeño grupo de amigos.
- ¡Guau Kacchan! ¡Eres genial! Sabía que tendrías un don increíble. – chilló el pequeño y joven Izuku al ver las explosiones en las manos de su mejor amigo –, ¡No puedo esperar a tener mi don!
- ¡Por supuesto que soy genial Deku tonto! – sonrío el chico –, ¡Ahora apúrate en tener don para que podamos patearles el trasero a los villanos!
Mientras los días se convertían en semanas, el joven Izuku aún no presentaba su don, algo que le empezó a disgustar a Katsuki.
No gustándole que lo excluyeran –, ¡Deku estúpido, te estás volviendo inútil, ni don puedes tener! – Le escupió el pequeño Katsuki mientras lo empujaba al suelo, imitando las acciones del resto del grupo mientras insultaban a Izuku.
Con las manos un poco ensangrentadas luego del rasmillón debido al impacto de la caída, el pequeño Izuku miró a los ojos de su mejor amigo, buscando alguna señal indicando que el rubio estaba bromeando, indicando que solo quería jugar y que en cualquier momento iba a reírse y pararlo.
- ¿K-Kacchan...? – Dijo el pequeño a punto de llorar, un poco asustado.
- K-Kacchan. – imitó Katsuki, burlándose del chico –, Ni siquiera puedes hablar sin tartamudear, Deku inútil. – Deslizando su pierna, el chico pateó al joven Izuku.
Con las lágrimas fluyendo libremente por su rostro, se apretó su lado en cuanto el golpe le dio e Izuku aguantó la respiración y susurró para que sólo Katsuki lo oyese.
- ¿Qué paso con que íbamos a estar siempre juntos? Ser héroes juntos...
- ¡Tch! Inútil y sin don, sólo me retrasarías. – le escupió de vuelta Bakugo –, Si quiero convertirme en el héroe número uno, mejor que All Might, no necesito basura que me retrase. ¡Sal de mi vista Deku de mierda! – Con eso, el rubio puso su mano frente al chico pequeño e hizo una explosión, mandando al pequeño Izuku volando unos metros hacia un árbol.
Al impactar con el árbol, Katsuki podía ver como caían las lágrimas por la cara del chico, el dolor de la traición pintada en su rostro mientras el pequeño Izuku se daba cuenta de lo que su 'mejor amigo' le hacía, lo que su 'mejor amigo' les hacía a ellos. Desde ese día, la vida cambio para los dos.
Al ir creciendo, Bakugo sólo se hacía más fuerte personalmente y más duro hacia los demás, en especial a Izuku. No había un día en el cual no le hiciera daño, en el cual no paraba de destruir el lazo hermoso que tuvieron de niños. Cada día que pasaba, el acoso escolar empeoraba, cobrando estragos en el joven Izuku.
La secundaria fue la última vez que hablaron, la última vez que interactuaron antes de la preparatoria. Aún sin don, el pequeño Izuku no había abandonado su sueño de convertirse en héroe y entrar a la preparatoria de sus sueños.
- ¡Maldito nerd! Nunca entraras a U.A, sólo yo puedo entrar ahí. ¿Cómo una mierda sin don se va a convertir en héroe? – Lo empujó contra la pared –, ¡Tch, no me hagas reír! – Le grito Bakugo al chico de peliverde.
- Sin don y aún un inútil – le escupió uno de los amigos de Bakugo –. ¿Por qué te relacionaste con esta basura Bakugo?
- Deja de perder tu tiempo y gastar nuestro aire pedazo de mierda. ¡Por qué no saltas por la ventana! – le escupió el rubio, veneno en cada palabra.
Bakugo despertó de sus recuerdos al sentir que el bus se detenía bruscamente – ¡U.A. High! ¡Última parada! – le gritó el chofer.
<<!Por fin!>>, pensó el rubio mirando su celular para ver la hora: 08:35 am, <<y con diez minutos de sobra>> Bajándose del bus, un poco aturdido por el recuerdo que había tenido en el camino, se encaminó lentamente a clases.
Al entrar al edificio, Bakugo no era capaz de entender por qué había comenzado a recordar tales cosas, se había asegurado de enterrarlas en lo más profundo de su mente.
¿Por qué lo atormentaban ahora? Caminando por el pasillo, llegó a su sala, con dos minutos de sobra, dando un paso adentro, camino a su asiento mirando enojado al chico que se sentaba detrás de él desde el primer día.
- ¡B-buenos días K-Kacchan! – El adolescente saludó al rubio enojado.
- ¡Tch! ¡Vete a la verga estúpido Deku! – el rubio lo fulmino con la mirada tomando asiento mirando la pizarra.
<<Como dije... ¡Por todos lados!>>, Bakugo pensó antes que entrara su profesor de aula a la sala.
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Les quiero <3
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