¿Cómo le vas a robar a mi bizcochito? Extra.
Es halloween, Taehyung y Jungkook han decidido ir a una fiesta de disfraces, sin saber que se cruzarían con los tipos que una semana atrás le habían robado a su bizcochito.
Unas semanas antes de la fiesta de jalojei:
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Eran las 4 de la madrugada cuando Taehyung salió de su trabajo en dirección a la esquina en donde esperaría el auto que había pedido hacía unos minutos. Soltó una risa baja mientras negaba con la cabeza para sí mismo, ese momento le estaban trayendo tantos recuerdos. La aplicación decía que en 15 minutos el auto estaría estacionando en la dirección que había colocado, pero los nervios nuevamente le estaban jugando una mala pasada y cuando un grupo de personas doblaron sospechosamente, su corazón pareció haber dejado de latir por un minuto por completo.
Se puso de espaldas y trató de ignorar el miedo que lo estaba haciendo temblar por completo, pero justo en el momento que creyó que ellos se habían ido, uno se puso detrás y los restantes a sus costados. Algo duro se clavó en su cintura y cerró los ojos cuando se dio cuenta que era el cañón de una pistola, supo que estaba jodido y no había nadie para salvarlo. El auto que habia pedido aún estaba muy lejos y solo le quedaba entregarse al destino que le estaba esperando.
— ¡Dame todo!—Gritó mientras empujaba el arma aún más contra la piel contraria. Taehyung se paralizó mientras se daba vuelta lentamente—. No te muevas y dame todo—Siguió insistiendo.
Taehyung esta vez no forcejeó y dejó que los tres tomaran sus cosas. Su celular, su billetera, la laptop de su trabajo e incluso todas sus tarjetas. Se quedó parado en esa esquina sin saber muy bien qué hacer, derrotado y sin ganas de que su jefe siguiera explotandolo de esa manera, pero por el momento era lo único que tenía. El auto llegó unos minutos después y él se subió aún sabiendo que no tenía dinero para pagar por el viaje. El recorrido fue tranquilo y Tae agradeció que el chofer no fuera un hablador que quisiera sacar conversación con cualquier tema que se le ocurriera.
— ¿Por qué esa cara larga, joven?—Preguntó el señor mientras miraba por el espejo retrovisor.
—Hum, antes de que llegara, se llevaron todas mis cosas—El chófer lo miró asombrado y dejó el tema ahí mientras se disculpaba, manteniendo su boca cerrada lo que restó de camino—. Espere aquí, por favor. Iré en busca de dinero, ¿bien?—El hombre asintió con la cabeza y Taehyung bajó del auto.
Entró dentro del complejo y subió las escaleras con rapidez, buscando entre sus bolsillos la llave que no tenía porque había recordado dentro de la mochila que esa noche llevaba. Golpeó con fuerza la puerta, esperando que su amigo aún estuviera despierto para que pudiera abrirle.
— ¿Qué sucede, maniático?—Preguntó Jimin. Llevaba bata y una mascarilla en el rostro—. ¿Y tus cosas? Saliste cargado hoy en la mañana.
—Me robaron. ¿Tienes dinero? Necesito pagarle al auto que me trajó.
— ¿Qué? Espera, ¿te robaron de nuevo?
—El dinero, Jimin. Cuando entre te cuento todo, ¿sí?
—Está bien. Está bien.
Tomó el dinero que el otro le estiraba y volvió a bajar, pagandole al chófer para nuevamente volver a subir hasta su departamento. Estaba cansado y aún parecía no caer en la realidad de lo que había sucedido. Todo había sido muy rápido y el no había reaccionado más que de la forma que sabía que no le harían daño, incluso en esa mochila tenía la navaja que Jungkook tiempo atrás le había dado para que pudiera defenderse. Tal vez, no notó lo que estaba sucediendo con él hasta que volvió a estar frente a Jimin y su amigo secó las lágrimas que bajaban por sus mejillas.
— ¿Por qué tengo tanta mala suerte?—Preguntó abrazándose a Jimin quien hizo una mueca cuando vio como su hombro estaba llenándose de mocos.
—No tienes mala suerte, cariño. El imbécil de tu jefe es quien tiene la culpa. Osea, cuando te dije que debías de mandar a Jungkook y sus amigos delincuentes a que llenen de plomo su casa, tenías que aceptar. Jungkook estaba dispuesto a hacerlo.
—Jimin—Regañó casi sin fuerzas, pero tal vez tenía algo de razón. Su jefe en ocasiones parecía odiarlo y al único que lo dejaba con pilas de trabajo era a él—. No le digas nada a Jungkook, por favor. Lo conozco y sé que querrá ir en busca de quienes me robaron.
—Pero, Tae... debes de decirle. Te mandará mensajes y tú no contestaras a ninguno, ¿qué crees que va a pensar?
—Diablos. Ya cree que no quiero formalizar con él, pero no es eso—Jimin dejó que siguiera hablando porque era algo que Tae tenía, guardaba sus cosas para sí mismo, pero luego las soltaba sin necesidad de preguntar absolutamente nada—. Hace unos días, me preguntó si quería ser su novio y no supe qué responderle. Es... extraño. Me gusta de eso estoy seguro, pero no sé si estoy preparado para una relación.
—Y es obvio, amix. ¿Quién querría salir con alguien que no sabes si ha terminado la primaria?—Hizo una seña con su mano mientras encogía los hombros muy suavemente.
—Jimin... él sí la terminó e incluso tiene la secundaria hecha.
— ¿Tiene un techo sobre su cabeza?
—Claro que lo tiene.
—No te creo nada. Desde que haz empezado a salir con ese rarito, haces hasta lo imposible para defenderlo. Pero así son... el amor te ciega. Siendo sincero no creo que él tenga un gran futuro, recuerda como se conocieron; él te quiso robar, Tae.
Taehyung se quedó en silencio mientras repasaba lo que su mejor amigo le había dicho en su cabeza. Jungkook podía tener un buen futuro si tan solo le pusiera entusiasmo, pero en ocasiones no lo veía factible. Últimamente estaba trabajando duro en una obra de construcción, hacía lo que fuera para poder salir adelante y también, llevarlo a cenar, comprarle regalos y ramos enormes de rosas, a él le encantaba que fuera atento y detallista, pero también quería que se preocupara por su propia persona.
—Ve a dormir. ¿Mañana trabajas?
—Nop.
—Descansa, no es bueno cuando sobrepiensas las cosas.
Le hizo caso y no refutó a nada mientras veía a Jimin sacarse la mascarilla para luego seguir con algún paso de su cuidado facial. Se recostó en su cama, luego de cambiarse por el pijama, extrañaba su celular y la siguiente semana tendría que explicarle a su jefe qué había sucedido con la laptop que le habían otorgado, pensar en eso le hacía doler la cabeza, pero decidió por dormir y por unas horas no pensar en nada.
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— ¿Cómo qué le robaron?—Preguntó mientras seguía con su camino, una cuadra antes de llegar a su destino pudo ver a los robanonas en una esquina—. Imbéciles—Murmuró mientras uno se lo quedaba viendo.
—Sí, no te quería decir nada, pero soy buen amigo, ¿sabes? Le han sacado todo, la laptop del trabajo, su billetera con el dinero que ese dia había sacado del banco, su celular, todo.
— ¿Sabe quiénes fueron?
—No lo sé, deberías de hablar con él.
—Ta bien. Gracias, compa. Por avisarme, eh.
—Si puedes ven a verlo, lo veo muy triste. Adiós.
— ¡Bunny!—Gritó y reconoció la voz de Yoongi quien venía trotando hacia él—. ¿Todo bien?
—Estaba bien—Guardó el celular en el bolsillo—. Le robaron a mi bizcochito.
— ¿Qué? ¿Otra vez?
—See—Negó con la cabeza, estaba enojado y estaba tratando de hacer todo lo posible para controlarse—. Le sacaron todo, compa. Se quedó sin celu, sin la compu del trabajo y sin plata.
— ¿No sabe' quiénes fueron?
—No, compa. Si sabría, ya los hubiera ido a buscar. No me tiembla el pulso para eso. Todo sea por mi bizcochito.
—Hoseok tiene cerveza, ¿te nos unes? Podemos hablar lo del sábado y lo de tu bizcochito.
— ¿Y si vamos a casa? Ya me aburre estar por acá y más con esos imbéciles que están por allá.
Yoongi fue en busca de Hoseok mientras Jungkook seguía su camino hacia el departamento que los tres compartían. Era un edificio bastante viejo y descuidado, pero el hogar de ellos siempre había estado en perfectas condiciones. Con el dinero que sacaban de algunos trabajos de medio tiempo que tenían habían remodelado la gran parte del lugar, faltaban algunas cosas como la cocina y el techo de la habitación de Hoseok, pero pronto todo estaría completamente arreglado. Subió por las escaleras y empujó la puerta con algo de fuerza para poder entrar.
Se dio una ducha rápida aunque sabía que tendría tiempo porque a Yoongi le llevaría un rato tratar de convencer a Hoseok de que volviera al departamento, pero de alguna forma u otra, lo haría. Cuando se cambió la ropa, fue hasta la cocina y se preparó un ramyeon.
— ¿Me preparas uno?—Preguntó Hoseok entrando a la cocina y buscando algo dentro de la heladera—. Le toca a Yoongi hacer la despensa este mes, ¿no?
—Sep.
— ¿Puedes acompañarlo?
— ¿Por qué?
—Yoongi comprará de todo menos comida buena.
—Si tengo tiempo, iré.
—Yoongi me dijo que le robaron a tu bizcochito, de nuevo.
—Seee, ya me voy a enterar quiénes fueron.
Preparó dos ramyeon más, porque sabía que Yoongi le pediría uno cuando saliera del baño. Se acomodó en uno de los sillones que habían conseguido en una tienda de segunda mano y esperó un poco para empezar a comer, le había puesto dos lonchas de queso a cada uno y él no aguantaba a que estuviera lo suficientemente derretido como para empezar a comer. Sus amigos aparecieron unos minutos más tarde, sentándose frente a él y esperando a que comenzara a hablar.
— ¿Fueron a besarse qué tardaron tanto?—Hoseok frunció el seño y Yoongi soltó una carcajada.
— ¿Qué? No—Soltó el más pálido riéndose.
—Digo, pa reforzar la amistad.
— ¡Jungkook!—Gritó Hoseok en cambio antes de comenzar a comer de su ramyeon.
—Bueno... ¿Qué vamos a hacer el sábado?—Yoongi se había estirado en el suelo mientras daba pequeños sorbos a la sopa que traían los fideos.
—No sé, ¿de qué se van a disfrazar?
—Aún no sé. Bizcochito quería ver si llevábamos un disfraz a juego—Encogió los hombros y le dio una patada en la espinilla a Hoseok cuando comenzó a burlarse de él.
—Compaaaaa—Llamó la atención Yoon—, mira, Nalgas miadas, ¿te acuerdas cuándo decía que el nunca iba a ser perro faldero de nadie?—Miró a Hoseok y este le sacó el dedo del medio porque odiaba tanto que le siguiera diciendo ese apodo—. Y míralo, míralo ahora. Bizcochito dice ladra y él está detrás suyo diciendo: "woof, woof".
Hoseok comenzó con un ataque de risa mientras golpeaba a Yoongi en el brazo y Jungkook solo se mantuvo en silencio mientras seguía comiendo. Sus amigos eran unos idiotas, pero bien sabía que no los cambiaba por nada. Estos dos imbéciles se habían convertido en sus hermanos y estaba seguro que por más que los años pasaran, seguirían igual de unidos que ahora.
Un tiempo después se estaba despidiendo de ambos y rechazando la oferta de Hoseok de tomar unas cervezas. Estaba cansado y le dolía el cuerpo, el trabajo se hacía cada vez más agotador a medida que la obra avanzaba cada vez más y más. Pero no se quejaba, tenía una buena paga a pesar del trabajo pesado que hacía.
—Eh Bunny—Yoongi asomó la cabeza y miró dentro de la habitación. Jungkook se encontraba sacando la parte superior de su pijama mientras le hacía una seña para que siguiera hablando—. ¿Le contaste a tu bizcochito?
— ¿El qué?
—Lo de los trabajos.
—Eh... no, no lo he hecho. No tuve el tiempo pa hacerlo.
—Recuerda contarle.
—Seee.
Era difícil tratar de hablar de eso porque a pesar de que estaban en pleno 2022, aún habían personas que seguían discriminando a quien fuera. Jungkook tenía tatuajes y eso le impedía poder ejercer la carrera que tanto le había costado sacar. Con el pensamiento aún rondando en su cerebro, decidió que se lo contaría a Tae, pero por el momento dormiría.
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— ¡Feliz jalojei!—Gritó Hoseok mientras empuñaba el cuchillo de plástico.
—No se dice así, idiota—Lo retó Yoongi mientras arreglaba las alas negras.
— ¿Qué mierda?—Preguntó Jimin con sorpresa cuando bajó por el ascensor y vio a uno de los amigos de Jeon... vestido casi igual que él.
Yoongi había optado por llevar un disfraz fácil y para nada complicado, aunque pegar los cuernos con latex a su frente le había llevado una hora casi entera. Tenía puesto una camisa y pantalones de vestir de color negro, lo acompañaba con unas alas medianas del mismo color, había colocado algo de sangre falsa cayendo como una lágrima por su ojo y en los cuernos también. Mientras que Jimin parecía ser lo contrario a él, tenía unas alas exageradamente grandes de color blanco y un crop top de tela transparente del mismo color, llevaba shorts y su maquillaje había sido bastante elaborado, sin contar que adoraba como le quedaba la aureola que había colocado en su cabeza.
—Oh mierda. ¿Acaso eres mi alma gemela?—Preguntó Lil Miaw con ojos brillosos y una sonrisa completamente gomosa.
—Oye, habías dicho que era yo cuando hiciste ese test en Internet.
—Pero es distinto, Nalgas miadas. Tú eres mi alma gemela, pero en forma de amigo. Eres mi bro, uno de los mejores—Le guiñó uno de sus pequeños ojos mientras el otro ponía los suyos en blanco.
Taehyung y Jungkook bajaron un tiempo después, el disfraz que llevaban era a juego y era todo de color negro con camperas de cuero, cadenas y todo lo suficiente para combinar con el maquillaje de calavera que tanto les había costado realizar. Comenzaron a avanzar por las calles, viendo como el centro comenzaba a llenarse de a poco de más personas disfrazadas.
Después de dejar pasar aún más días, Jungkook le había dicho a Taehyung que sabía lo del robo y también, le había preguntado si recordaba como lucían quienes se habían atrevido a hacerle eso. Bizcochito dijo que no, que todo había sido muy rápido y ellos estaban muy tapados para que él pudiera haberles visto una parte del rostro. Jungkook lo había dejado pasar en ese momento, pero eso no quería decir que se mantenía al tanto de lo que pasaba en el barrio y de que, también tenía a algunos en la mira desde hacía unos días.
Había otro tema el cual no habían hablado mucho. Jungkook no quería hacer sentir a su Bizcochito obligado a aceptar algo como eso porque si él no quería, lo entendería y dejaría de molestar. Aunque a Tae ese tema había estado molestandolo de hace mucho tiempo, había hablado con Jimin, pero no pudo decirle qué es lo que podría hacer porque, a pesar de que trataba de hacer todo lo posible para darle un buen consejo, Jungkook y sus amigos seguían sin caerle muy bien. Y no era nada más que la forma en la que ellos vivían, trataba de integrarse a ese grupo porque veía como a Taehyung se le había hecho tan fácil hacerlo, no eran malos muchachos, pero sus principios y lo que le habían enseñado en casa siempre le hacían una mala pasada.
El lugar de la fiesta era la casa de los amigos en común que Jimin y Taehyung tenían. Una pareja de universitarios que eran conocidos por llevar una gran relación desde hacía uno cuantos años y también eran bastante famosos en el campus por las grandes fiestas que siempre hacían. Pero en unos meses dejaban de ser universitarios y habían decidido de dejar las fiestas atrás para concentrarse en ejercer las carreras que habían estudiado. Llegando al hogar de Seokjin y Namjoon, ya estaba lleno. Habían personas en la acera con botellas de cervezas y vodka en sus manos, otros vomitaban en los arbustos y los que habían ido por una conquista se encontraban en ello.
— ¡Minie, Tae!—Gritó un Seokjin algo ebrio mientras se acercaba hasta el grupo de personas que habían llegado—. ¿Cómo se encuentran?
—Hola hyung—Saludó Tae mientras señalaba a los otros tres—. Ellos son Jungkook, Yoongi y Hoseok—Presentó antes de ver como los dos últimos se retiraban a buscar bebidas—. Sí, ellos...
—Hola Jungkook, es un gusto al fin conocerte.
—Igualmente.
— ¿Qué sucede aquí?—Namjoon no se salvaba, parecía estar un poco más ebrio que su novio—. ¡Tú eres Jungkook! Es un gusto, hermano. Taehyung nos habló mucho de ti—Tenía la voz y un tono de voz lo suficientemente alto como para que Kook lo escuchara a la perfección.
—También es un gusto. Él ha hablado mucho de ustedes que ya sentía que los conocía—Sonrió mientras trataba de aguantar el impulso de esconderse detrás de Bizcochito porque por alguna razón ellos dos lo intimidaban y lo hacían llenar de vergüenza.
Luego de las presentaciones y de intercambiar un par de palabras, tomaron unos tragos juntos. Jimin se perdió en la fiesta al igual que Yoongi y Hoseok, Taehyung estaba en una parte alejada junto a Jungkook mientras bailaban y hablaban de los tragos que estaban tomando.
—Es trago de nene de papi—Murmuró Jungkook muy cerca de los labios de Tae—. Pero que rico sabe cuando te beso—Le dio un corto beso porque a pesar de que el otro se moría por estar así, quería hablar de ese tema que lo venía atormentando hace tiempo.
—Hace unas semanas me preguntaste algo—Dijo el castaño mirándolo con esos ojos color miel que derretían a Kook—. Y lamento no haberte contestado las veces que lo preguntaste, no tenía una respuesta clara. Lo pensé mucho y en serio a veces me hacía doler la cabeza, pero llegué a una conclusión. Sí quiero...
—Ay no, Bizcochito—Llevó una de sus manos a su boca mientras lo miraba como si estuviera a punto de llorar—. ¿En serio vamor a ir a ver a boquita pasión?
— ¿Qué? No eso no.
— ¿Cómo no?
— ¿Eres tonto?
—A veces. ¿Qué es entonces?
—Sí quiero ser tu novio, imbécil.
— ¡¿Qué?! ¡Me estás jodiendo!—Gritó demasiado emocionado, llamando la atención de quienes estaban a sus costados o pasaban por su lado—. Dije que el día que te conocí fue el mejor día de mi vida, bueno, hoy es el segundo mejor día. Estoy muy feliz, Bizcochito... tanto que siento que me voy a mear en los pantalones.
—Habías dicho que tenías que ir al baño.
—Cieeerto.
—Ve arriba, hay uno y como casi nadie sabe de eso, no lo usan.
—Gracias. Te adoro—Lo besó en los labios mientras veía como su rostro se ponía completamente rojo.
Subió las escaleras y agradeció que las personas que rondaban por esa planta estuvieran haciendo sus cosas y no fila para entrar al baño. Cuando salió, su ceño se frunció porque los robanonas estaban ahí con unas cuantas cosas y sentados en el suelo mientras rolaban un cigarrillo de marihuana.
—Eh Bunny—Dijo uno de los muchachos, parando su caminar.
— ¿Qué haces aquí?
—Es la última jodita grande del año, se enteró toda la ciudad—Le hizo una seña, restandole importancia a que ellos estaban en ese lugar—. Tengo pa vender un celu. Se lo hicimos a un nene de papi que casi se caga en los pantalones. Te lo dejo en 30 mil.
—A ver—Dijo y esperó a que sacara el aparato de adentro de una mochila. Una mochila que se le hacía demasiado conocida—. ¿Qué es eso?—Preguntó mientras fruncía el ceño—. ¿A quién le robaron?—Estaba tratando de no alterarse, pero el llavero que colgaba de uno de los cierres se le hacía conocido y cuando se acercó para verlo mejor, supo qué había pasado y por quiénes Taehyung había perdido todas sus cosas—. Imbécil—Colocó una de sus manos en la nuca del otro y lo estampó contra la pared.
— ¿Qué sucede, bro?
— ¿Qué sucede? ¿Vas a preguntar que sucede? Le robaste a mi Bizcochito, inútil. Y no te la pienso dejar pasar.
— ¡No se metan!—Le gritó a sus compañeros—. ¿Y cómo sé qué estás diciendo la verdad?
—No te me arrebates—Murmuró mientras le sacaba el celular y le mostraba el fondo de bloqueo, el cual era una fotografía de él junto a Taehyung—. A ver, conmigo ya te la sabes. Dame las cosas y te vas en paz, pero te me arrebatas una vez más y te voy a bajar los dientes.
—Bunny, tranqui te las devuelvo. No sabía que era tu chico, discúlpame.
En las calles, Jungkook se había hecho respetar y nunca dejaba que nadie lo pasara por encima. Cuando le devolvieron las cosas, se las dio a Yoongi porque alguien había avisado que en la parte de arriba había pelea y Tae se encargó de buscar a sus amigos para ver qué era, nunca pensó que sería Jungkook con sus cosas de vuelta. Entre Jungkook y Hoseok mantuvieron a uno de los robanonas contra la pared, pisando la parte trasera de sus rodillas para que luego cayera al suelo y Kook no se resistió a golpearlo en el suelo por el susto que le habían hecho pasar a su Bizcochito.
—Mírale bien la cara y recordala porque otra vez que le roban y le voy a cortar los tendones a todos. Que lo sepan los demás.
—Te lo dije, de un principio deberías de habérselo dicho.
—Calla, Jimin.
—No soy fanático de la violencia, pero debo decir que se lució.
—Tener un amigo malandro nos puede funcionar—Jimin se rió y luego se quejó cuando Tae le pegó en la cabeza.
— ¿Viste, Bizcochito? Tengo tus cosas.
—Sí, lo vi—Murmuró y aceptó gustoso el beso que el otro le estaba dando.
—Lo que sea por ver a mi chico feliz.
Taehyung estaba rojo mientras él le decía unas cuantas cosas más al oido. Trataba de empujarlo mientras revisaba que todas sus cosas estuvieran dentro y respiró con normalidad cuando descubrió que la laptop del trabajo, y la cual, le habían dicho que debía de pagar de su sueldo, estaba sana y salva. El dinero estaba perdido, lo sabía, pero recuperar su celular era lo mejor porque tenía muchas fotografías con Koo que él adoraba con su ser al igual que esas que, su ahora novio, le enviaba cuando estaba aburrido.
Lo demás fue historia. Su romance había comenzado de una manera demasiado extraña y a pesar de que Tae estaba algo reticente a salir con alguien como él, nunca se había sentido de esa manera, pero cuando esos ojos color chocolates llenos de una galaxia entera lo miraban, sabía que quería esto y mucho más. Porque Jungkook lo quería de una forma hermosa y él lo quería de igual forma. Los meses pasaron y su romance parecía hacerse cada vez más grande, sin cansarlos y apoyándose el uno al otro porque un tiempo después Taehyung se enteró que Koo en realidad tenía hasta la universidad terminada, pero que por culpa de los tatuajes que tenía no lo aceptaban en ningún lugar. Ahora, tenía un trabajo estable y a pesar de que había luchado mucho, se había separado de sus amigos y había rentado un departamento cerca del trabajo, pero eso no quería decir que el Lil Miaw y el Nalgas miadas no iban a visitarlo cada que podían. Taehyung comenzó a pasar más tiempo en su departamento y un tiempo después ambos se encontraban viviendo juntos.
El amor incondicional que tenían parecía no acabar nunca. Cada día, cada semana, cada mes, cada año se enamoraban como la primera vez que se conocieron. Los detalles nunca faltaron y ellos sabían que siempre serían ambos contra todos los que alguna vez habían criticado.
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¿Sorpresa? Bueno, quería que fuera sorpresa, pero dejé el celu arriba de la cama dos segundos y mi gata pasó encima publicando este extra que hace días vengo escribiendo.
No sé si me gusta del todo, pero así lo pensé de un principio. Aún así, espero que a ustedes les guste. Es para todas esas personas que me pidieron por meses que les trajera un extra, la verdad no tenía pensado hacerlo, pero dije ¿por qué no?
Muchas gracias por el apoyo incondicional que le dieron a este 3shot. Mil gracias, siempre.
Cuídense♡
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