»cinco
El resto de ese día no fue nada emocionante.
Claro, hasta que comenzó a oscurecer y montamos nuevamente mi coche. Te pregunté cual era tu dirección para llevarte a tu casa y tu te mordiste el labio.
—De hecho... ¿te importaría que me quedara en tu casa?
Mis padres estaban en una reunión fuera de la ciudad, por lo que acepté.
—Gracias, Wes —dijiste depositando un beso en mi mejilla. Mi corazón se aceleró y brincó de la alegría.
No pregunté que había sucedido que fuera tan importante como para que no quisieras ir a tu casa, aunque me muriera de ganas de preguntarte. En lugar de eso, me permití a mi mismo creer que querías quedarte conmigo por el simple hecho de que quisieras estar conmigo. Y si, yo mismo me ilusioné. Es de las cosas que me arrepiento.
En unos minutos ya habíamos llegado a mi casa. Te bajaste de un salto y sonreíste al ver a Preciosa, una perrita que habíamos adoptado hacia unos meses.
Le prestaste mas atención a Preciosa que a mi.
Y puede sonar estúpido, pero esa noche estuve celoso de un perro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro