Pensaba que esas tontas conferencia y mensaje sobre ayuda para superar una pérdida eran algo estúpido e inútil. Actualmente lo sigo pensando, sin embargo me inspiraron a crear mi propio proceso de superación.

No tenía a alguien en quien de verdad confiara para expresar mis sentimientos, supuse que pensarían que era algo tonto y que no le tomarían la importancia debida. Así que escribí, les expuse a todos y a la vez a nadie mi situación.

Después la imaginé a ella, esperándome, vigilandome, riéndose de mis desgracias y mis vergüenzas, sintiéndose orgullosa de mí. La imaginé de pie en un paraíso como en el que ella tanta fe tenía. La vi ahí, frente a la luna, pidiendo fuerza para que pudiera seguir con mi vida. O columpiandose admirando la noche junto a muchos gatos. La vi frente al sol agradeciendo que yo siga respirando. La vi en tantos escenarios hermosos que sentí lástima por mi, porque yo estaba aquí, rodeada de tantos males mientras ella era feliz sin tener que estudiar, trabajar o sufrir por algo.

Un día simplemente me alegre de que tuviera todo eso en vez de tener que despertarse temprano. Un día salí de mi casa y escuché esas canciones que tanto amaba y me puse a cantarlas también.

Todos somos diferentes, no puedo decir que hacer con sus casos. Este fue el mío, el de Jimena. El cómo reparé mi corazón roto.

Las cosas no son fáciles porque la vida se trata de eso, de superar retos, de sacar esa fortaleza interior, de que nos demos cuenta que nuestra humanidad es más que cualquier prueba, palabra, acción. Que el amor rompe barreras, incluso la de la muerte.

Amé a mi amiga y ella a mí, se que a ella le dolió dejarme aquí tanto como a mi ya no volver a verla. Esas despedidas no sabemos si son eternas o momentáneas, pero los recuerdos si que son para siempre. Alimentemenos de ellos.

Aún tengo ganas de llorar cuando menciono su nombre, pero si no lo hiciera, no la extrañaría, y por desgracia la añoro más que a nada ni a nadie.

Viviré por ella mientras Bibi vela por mis sueños.