Cuando llegaron al bar este se encontraba algo vacío, en el fondo se encontraba una mujer cantando con un vaso en las manos, Nora la vio fijamente, sus ojos estaba hinchados, su maquillaje corrido y cantaba con sentimiento, a su vez ella se sentó en la mesa junto con Majo, siguió viendo a la mujer hasta que está acabo de cantar y se bajó del escenario, a pasó lento se acercó a ellas y les sonrió un poco.

— Ella no se ve muy bien.

— ¿Encerio? ¿Que la delato su maquillaje corrido o sus ojos hinchados? — Nora miro a Majó con enojo y le mostró el dedo de enmedio diciéndole un jodete como respuesta.

Nora miro por arriba de su hombro a la mujer que ahora se encontraba tomando directo de una botella en la barra, se levantó lentamente y camino a ella.

— ¿Está bien? — la señora movió la cabeza en un si silencioso — Soy Nora.

— Claudia... ¿Necesitas algo?

Nora volteo a ver a Majo quien veía a una chica en medio de la pista de baile. Espero a que ella volteara a verla y con una mirada la hizo pararse junto a ella.

— Mi nombre en Majo, la vimos y pensamos que quizá... Si tiene tiempo, le gustaría hablar con nosotros de lo que le ocurrió. — Claudia las miro — Tampoco es obligatorio ¿sabe?

— Mi marido me dejó — agarro su botella — Me dijo que lo nuestro había perdido su brillo hace mucho tiempo, tomo sus cosas y se fue, con su maldita secretaria, la muy perra y yo... Yo le di de mis galletas especiales de navidad, desagradecida.

— ¿Quiere venir con nosotras a un grupo de superación?

La chica lo dijo tan de repente que lo único que tuvo de respuesta fue la risa mal disimulada de la señora frente e ellas, las menores la dejaron reír, Nora tenía la cara sería mientras Majo intentaba no reírse también, apretando los labios.

— No hablas encerio ¿verdad? — la mujer se limpio los ojos que le empezaban a arder por el maquillaje —. Eso es estúpido.

—  Pues nosotras no nos subimos borrachas a un escenario a cantarle al que nos dejó.

— Que cruel fue eso — Majo nego con la cabeza — ¿Va a venir o no?

— Bien me anoto — las tres tomaron en silencio hasta que unas sirenas llamaron la atención de las tres haciéndolas mirarse entre ellas, las tres sonrieron mientras corrían a la salida para ver qué pasaba.

Fuera del local un oficial subía a dos mujeres a la patrulla, Nora abrió grandes los ojos al darse cuenta que era el chico al que vómito, se volteo al tiempo que el chico ponía sus ojos en ella, el oficial de ojos cafés se acercó a la castaña despacio y le alumbró la cara con la linterna gastas que lo volteo a ver.

— ¿Sucede algo?

— Al parecer siempre estas en los lugares donde hay problemas — La chica hizo una nueva extraña — Por lo menos ahora no eres tú la que está en la patrulla.

— Me alegro de eso, no eres alguien muy amable — el oficial sonrió mas grande — ¿Cuál es tu nombre?

— Derek Martínez y ¿tú?

— ¿Por que te lo diría?

— Te dije el mío, es justo — la chica sonrió poniendo las manos en su cintura, Derek la miro, el vestido rojo que tenía le venía perfecto —. Aún que solo lo hago por amabilidad, tu nombre estaba escrito el la multa que se te dió.

Las dos mujeres abrieron grandes los ojos al oír eso, se acercaron haciendo que los chicos les prestarán atención.

— Buenas noches señoritas.

— Dios que guapo eres — Claudia poso sus ojos verdes en el — Tienes bien gusto Cariño, mira que conseguir semejante galan ...

Nora la miro con los ojos abiertos y nego con la cabeza.

— El no es nada mío.

— No lo niegues — le tomo las manos — nadie te juzgará, yo sé que nadie quiere a los policías pero es esta más bueno que el pan.

— bueno gracias eso creo — Derek rasco su nuca — deberían irse de aquí, llegarán más patrullas.

— ¿Que ah pasado? — Majo pregunto viendo a una chica en la patrulla

— La esposa de un taxista se enteró que le ponían los cuernos — Majo asintió ansiosa de saber en chisme —. Vino hasta acá y encontró a su esposo con la otra, se pelearon y algún vecino llamo a la policía.

— Esa chica es guapa.

— Majo — su voz salió con reproche — Deberíamos irnos de aquí, ya escuchaste al policía vendrán más patrullas, si nos ven nos van a levantar.

— ¿Acaso quieres amanecer en el bote? — la señora Claudia pregunto — recuerden que los policías namás buscan a quien chingar.

Las sirenas de las patrullas empezaron a sonar a los lejos, las tres mujeres se miraron y asintieron hechando sé a correr hacia el carro de Nora quien alzó su mano despidiéndose con ella del chico de ojos cafés que la veía con una sonrisa.

No saben lo difícil que se me está haciendo terminar las historias, lo prometo intentaré estar más activa.
Publicaré esta semana otros tres capítulos.

-Jeko