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CHAPTER 01: IMPACTOS FUERTES
—Sabes que puedo esperarte otro rato—si le hubieran dicho hace exactamente cuatro meses que iba a estar haciendo un maldito gesto de pato como si fuera un puto mocoso... se hubiera largado a cagarse de la risa por lo absurdo que le iba a resultar. Ahora quiere golpearse porque es parte del grupo de idiotas enamorados del que tantas veces se ha burlado en el pasado. Aunque no es tan malo si se ponen a analizar a su novio. Visualmente hablando. Las primeras impresiones lo son todo. ¿Ok?
—Ya te he dicho que no es necesario—su novio le responde con una sonrisa de labios cerrados que pone a temblar piernas por montones. Es consciente de lo malditamente caliente que se ve su novio cuando pone esa cara de chico bueno e incapaz de hacer algo que afecte a la sociedad. Algunas veces le resulta interesante u otras le parece terriblemente irritante. Es que nadie puede ser tan bueno con el mundo. O eso fue lo que vino a su mente la primera vez que cruzaron palabras hace un tiempo. Fue algo inevitable no tener un crush con ese chico de personalidad angelical con rostro de actor porno. ¿Hace un poco de calor o son imaginaciones creadas por su cerebro? —Vas a terminar exhausto antes de que pueda volver a darte un abrazo de oso—eww. Aunque un poco de aww. ¡Demonios!
Tiene que soltar un suspiro antes de decir alguna babosada que lo ponga en absurdo. Sabe que se ve como un tonto chico berrinchudo al que le han quitado su caramelo favorito sabor frambuesa de stock limitado que- bueno lo entienden. No le hagan explicar todo con manzanas.
El punto es que a ese paso de su noviazgo no le importa tener que esperarlo por unas tres horas en el que solo va a observar a once idiotas patear una pelota de deporte. Imaginar futuras citas mientras lo ve a la distancia le suena relativamente fabuloso.
—¡Oh vamos! No coman pan frente a los pobres—. Veamos. No tiene palabras para describir al casi hermano de su novio. En un principio supuso que esos eran algo de lo cercanos que eran hasta que Boo Seungkwan quiso coquetearle solo por matar el rato. De alguna forma se hicieron amigos por lo ocurrente que llegaba a ser en ocasiones. Ya saben... ¿De esas personas que nunca se callan y terminan diciendo idioteces que resultan graciosas? Al menos era raro aburrirse a su lado.
—Mala suerte Seungkwan. A este paso es bastante probable que te mueras solo o abandonado con cien gatos—es imposible resistirse a la mueca absurda que ha hecho el chico. Tiene que soltar una risa en su honor. Ese chico definitivamente sabe como usar el rostro. —Nos vemos el viernes. ¿Es una promesa? —¿Te crees que tengo cinco putos años o algo parecido? No me des el puto dedito. —No quiero verte esperar solo en las gradas.
—Seungcheol—el chico alto lo interrumpe. En realidad quiere despedirse antes de sentir su rostro vuelto un maldito farol por todas las miradas que ha empezado a recibir.
—El viernes Kookie—le dice. Cielos. Fingir demencia puede ser bastante acertado si no quiere seguir en ese sitio. No desea seguir siendo observado como si fuera una oferta de hamburguesa del restaurante que tienen a unas calles. Ese lugar le echa polvo de hadas a sus carnes para que sepan tan malditamente bien. Lo que tiene que hacer ahora es-
—Bien... —el resoplo no es fingido ni intenta hacer sentir a su novio como si fuera a echarlo mucho de menos.
Agh.
Va a echarlo de menos en las siguientes horas. ¿Felices? Ya acaba de admitirlo. Solo que no piensa demostrarlo porque sigue teniendo un poco dignidad. O eso cree.
Su dignidad se evapora como la sopa que quiso cocinar cuando Seungcheol lo toma de la barbilla antes de darle un beso corto en los labios. Casi le sale un sonido de la boca por lo dulce que le ha parecido eso.
No es de acero. Tiene un corazoncito por mucho que intente negarlo.
—Me haces una videollamada cuando llegues a tu cuarto. No importa si es dentro de las tres horas de entrenamiento—este tipo. ¿En serio ha logrado conquistar a tremendo prototipo de chico ideal o simplemente es un cretino con mucha suerte? —Vamos. Tienes que irte—. Por supuesto que no ha detenido a su novio con besos cortos solo para abrazarse a su cuello e intentar no salir de la tonta e irreal realidad alterna que tanto ha deseado. Claro que no.
—No quiero irme—Oh. Por. Dios. Acaba de frotar el rostro contra el pecho de Seungcheol. ¡Despierta maldito Kook odio las relaciones! No eres una puta damisela enamorada del protagonista guapo e impecable. Puedes resistir un po- Al demonio. Seungcheol lo acaba de abrazar por la cintura. ¿Eso que siente en la panza son las famosas cosquillas por el enamoramiento o solo es la pizza congelada que se ha tragado hace unas horas?
—¡Choi Seungcheol! ¡Ven a la maldita cancha de una vez! —Muchachos. Esa es el grito definitivo para sacar su culo de ese lugar antes de que el entrenador del equipo de la universidad termine por odiarlo. Si es que no lo hace desde hace mucho. —¡Seungkwan! ¡Mueve tu trasero a la cancha ahora! ¡Vengan los dos de inmediato!
—Estaba viendo la novela profe. Se transmite solo cuando tenemos entrenamiento los martes a las cuatro de la tarde. No se enfade porque le van a salir arrugas—. A veces le quiere coser la boca a ese chico. Y ese a veces es siempre. —Vamos Romeo. El cascarrabias nos espera en el terreno.
—¡Te he escuchado Seungkwan! —el chico tiene que tener unas pelotas enormes para sacarle la lengua al profesor.
—Me llamas—. No puede concentrarse en otra cosa cuando Seungcheol saca su lado varonil hasta tenerlo como flan de mercado. El maldito le ha susurrado sobre la boca antes de darle un beso corto.
¿En serio cree que eso es una despedida decente?
—Tienes que despedirte bien—. Usted puede aguantar un poco profesor. No siempre tienes un novio guapo al que le puedes comer la boca en el momento que quieras.
—Acabo de hacerlo- —eso mi amor. Cierra la boca de una vez e intenta concentrarte en el beso con lengua que no vas a olvidar ni aunque quieras.
—¡Choi Seungcheol! ¡Mueve tu culo a la cancha ahora mismo! —Seungcheol le sigue los besos con un poco de lentitud. Puede verlo algo desconcertado por lo que acaba de hacer. Nunca ha sido tan atrevido en esos meses. Al menos nunca lo ha sido con Seungcheol porque siempre ha tenido que controlarse cuando dio inicio a ese noviazgo. Su verdadera personalidad es un tesoro de pandora que espera que su novio no descubra. Al menos por ahora. Cheol puede seguir disfrutando de su personalidad tranquila por otro poco.
—Se supone que tienes que agitarte en el entrenamiento. No con los besos que te da tu caliente novio—Seungkwan se burla de Seungcheol antes de darle una palmada en la espalda. Le tiene que levantar el dedo porque el comentario le ha gustado. Claro que es caliente.
El silbato del entrenador lo saca de sus pensamientos antes de darse cuenta de las miradas burlonas de todo el equipo. Ah cierto. Estaban en la cancha antes de que le meta la lengua a su novio.
Este es el momento perfecto para tratar de ignorar la mirada del entrenador mientras intenta disimular que nada ha pasado. A ese paso el entrenador iba a ponerlo de su death note. Puede asegurar que ha memorizado su rostro de las tantas veces que ha ido a ver a Seungcheol a sus entrenamientos.
¿Ya se ha detenido a hablar detalladamente de su novio? ¿No? Este es el momento perfecto para hacerlo. Comencemos por su nombre: Choi Seungcheol.
El Duracell triple A: Alto. Apuesto. Atento. No puede asegurar lo de Duracell porque hasta ahora no lo ha acechado en la cama. Solo espera que tenga esa resistencia para poder firmar los papeles de casamiento.
En fin. Seungcheol era sencillamente espectacular. El prototipo ideal entre tantos tarados rondando como animales hormonales por los pasillos de la universidad. No quiere detenerse a contar las innumerables experiencias que ha tenido con uno que otro chico que ha intentado llevarlo a la cama sin preguntarle al menos el nombre.
Seungcheol era del tipo malditamente cursi. De esos que apestan a caballero educado que siempre te pagan las comidas en las citas. De esos chicos flor de los que tanto se ha burlado en el pasado por parecer tan puritanos. Espera desde el fondo de su corazoncito que su novio no lo sea.
El punto es que Seungcheol se hizo de alguna u otra forma un camino hacia su negruzco corazoncito. Los detalles cursis sacados de esos fanfics que su hermano Soobin tanto amaba leer terminaron por hacer su magia.
Tuvo un fuerte flechazo con su novio antes de estar tomados de la mano como novios. Seungcheol es atractivo. Se le hizo sencillo no perderlo de vista conforme ese gusto visual aumentaba con el paso del tiempo. Tuvo que darse una bofetada bastante fuerte cuando ese mismo chico le dio un postre lleno de fresas—no es fan de estas. Aunque para el detalle no le dio mucho peso—solo para pedirle una cita con intenciones a formar algo en el futuro.
Fue suficiente un mes lleno de salidas para finalmente aceptar lo que iba a ser el noviazgo de su vida. Seungcheol era un detallista de primera e insuperable cuando de decir cosas cursis con tanta naturalidad se trataba. No va a negar que muchas veces le sigue avergonzando lo absurdamente dulce que puede ser. Es su encanto. Seungcheol es un chico lindo con el que puede intentar imaginar un futuro a su lado. Seungcheol es... perfecto.
—¡Sal del camino! —Seungcheol se ha vuelto algo como su lugar de descanso. Sabe que puede contar con su novio en todos los momentos de- Demonios. Cheol le ha pegado lo cursi. —¡Mierda que te-!
Seungcheol es-
¿Acaba de estrellar con una persona? No. ¿Acaban de atropellarlo como si fuera invisible o algo?
—¡Lo siento! ¡Lo siento! —. Vamos a recapitular. Estaba hablando de lo espectacular que era su novio hasta que un tipo raro hizo ka-boom contra su cuerpo. El impacto ha tenido que ser fuerte para que rebote como una pelota desinflada. Ya tiene toda la espalda adolorida por chocar contra la dureza del suelo. Cierto. Tiene al causante de su dolor sobre sus piernas. —Oh mierda. Tu celular—el tipo raro con aires de chico malo dirige su mirada hacia el aparato destruido a menos de un metro de- Por la puta madre. ¿Acaba de decir su celular? ¿El mismo que tiene la pantalla destrozada como si le hubiera pasado un elefante encima?
—¡Pero-! ¡Ahora me las pagas maldito pedazo de-!
—¡Kim! —¿Es que ahora no puede insultar al tipo que acaba de destruir su preciado celular con casi seis años de existencia? Al menos tienen que permitir que se desahogue sobre el idiota que parece fantasma de lo absurdamente blanco que se ha puesto. Un momento. ¿Y ahora que le pasa a ese bueno para nada? —¡No te puedes escapar! —. Tiene que ser por la demente que se encuentra al inicio del pasillo. Ese grito le pone los pelos de punta a cualquiera que lo escuche. Casi le tiene piedad al chico que sigue encima con cada brazo al lado de su rostro. Ahora que lo ve bien... tiene que preguntarle donde demonios se ha comprado esos lentes de contacto color miel que- ¡Por un demonio! ¡Ese tipo le ha roto el celular!
—Puta madre—. ¿Se pone aloe en el cabello o solo se ve suave por los genes que tiene? Tiene que reconocer que los chicos con cabello largo se ven bien. Tal vez pueda decirle a Seungcheol que lo de- ¡Por la puta madre Kook! ¡Concentra tu puto cerebro! El tipo que te ha atropellado como auto de ciudad acaba de ponerse de pie en menos de dos segundos. Va a escaparse antes de que le hagan un maldito reembolso. —Tengo que irme—. Oh no. ¿Este le cree idiota o algo? Maldita sea. Le duele la puta espalda. Incorporarse de forma tan brusca no fue buena idea.
—Tienes que reponerme el maldito celular. ¡Lo hiciste mierda en menos de un minuto! —. Su celular no es la gran cosa. Hace un tiempo que su propia madre quiso comprarle otro de la pena que le daba verlo con esa carcocha por tanto tiempo. Tiene el dinero suficiente para comprarse otro. El punto es que tiene un ligero valor sentimental. Como adicional... no piensa gastar su dinero para comprarse un equipo nuevo cuando un tipo raro con tendencias de Hot Wheels puede hacerlo por su descuido.
—¡Kim! —. Alguien tiene que callar a esa chica para que pueda contar su historia con gusto. Aunque tiene que reconocer su excelente habilidad para parecer un ente endemoniado a punto de cortarte el cuello. Fue inevitable tragar el nudo en su garganta cuando la vio con un palo de escoba roto por la mitad dirigiendo sus pasos hacia su sitio. Demonios. Ese tipo destructor de celulares se ha conseguido a una loca salida del mismo infierno. —Te tengo—. Pobre. Verlo temblar sobre su sitio casi ablandan su corazoncito. La cosa es que no lo conoce y sinceramente le vale tres mierdas lo que le va a pasar. Lo que necesita es un reembolso para ser feliz e intentar seguir con su vida antes de esta misteriosa escena.
¿Y en serio piensa volver a escaparse?
—¡Espera! —tiene que gritarle antes de ver desaparecer su dinero. El desconocido se ha levantado en una pirueta impresionante antes de correr hacia las escaleras en el otro extremo del pasillo. Si no estaba en el club de atletismo era porque no le dio la gana o simplemente no lo vieron correr. Le va a dar puntos por lo bien que se ha visto frenando sus pasos en un desliz estilo serie de Netflix. Tiene que preguntarle donde se ha comprado esas zapatillas.
—¡Luego te compro otro! —le responde. ¿Se ve como un muerto de hambre? A veces le gusta fingirlo para recibir cosas gratis. ¡Pero no es para tanto! Incluso puede decir que- ¿Y ese tipo acaba de tirarse a alguien en los laboratorios o porque demonios luce tan desarreglado? Nunca ha visto a alguien abotonarse la camisa tan malditamente mal. ¿Al menos quiso abrocharse la puta correa o se lo puso de adorno? Y esos mechones de cabello pegados a su frente sudada como si hubiera estado cogiendo o las marcas en su cuello- Ok. Se ha tirado a alguien. —¡Te busco en un rato!
—¡Te falta el puto cerebro! —¿Se va a sacar su nombre del culo o como mierda piensa buscarlo en un rato? Ya no va a sorprenderse cuando se encuentre a otro tipo como este.
—¡Kim idiota Kim! ¡Eres un infiel de los peores! —. Ah. Por eso le daba vibras de chico malo. Realmente parece sacado de fanfics. No es que sepa mucho de esas historias estereotipadas que casualmente ha guardado en su cuenta hipersecreta @estenoeskook. Solo lo sabe porque Soobin es un adicto que lo hizo leer una historia a la fuerza hace un tiempo. Incluso puede decir que la chica que acaba de pasar a su lado para perseguir al protagonista va a terminar fatal. Las obsesivas siempre terminan solas o presas. Lo dice la ciencia de fanfics.
En lo que tiene que concentrarse ahora es en el tipo raro con cara de terror que entre tropezones activa su instinto de supervivencia para subir las escaleras rumbo a la felicidad. Por dios. Es un maldito poeta.
Un momento.
El tipo acaba de ir rumbo a la felicidad y su celular rumbo a la muerte. Se ha quedado como un idiota en medio del pasillo silencioso en lugar de reclamar. ¿Era verdad lo que Soobin le dijo la semana pasada cuando su madre confeso haberlo soltado de chiquito?
—¿Era verdad?
Genial. Acaba de perder un celular.
Tremendo cambio de personalidades hice. Confieso que me gusta este nuevo Koo
©lduhn2here.
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