8: Cómo sobrevivir a su lindura.
Una mañana normal con los pajaritos cantando, el sol asomándose detrás de las cortinas blancas y las personas comenzando otro día más.
Los ojos de Luhan se abrieron poco a poco cuando la suave melodía de su alarma irrumpe en el pacifico silencio de la habitación, el típico calor de Manteca que duerme contra su espalda trayéndole una inexplicable calma y lo que cree son los ojitos brillosos de su perro que apoya su carita en el borde la cama para mirarle a detenimiento.
Luhan frunce el ceño.
¿Por qué Manteca está frente a él si también está durmiendo a su lado?
Ahoga un grito cuando una posesiva mano lo jala hacia atrás y lo hace apegarse aún más a ese cuerpo caliente que tanto le reconforta, recordando los hechos acontecidos la tarde anterior y regocijándose en tal dicha.
―Apaga esa cosa y durmamos así toda una vida, bebé.
Su senpai estaba de vuelta a su lado.
Con una sonrisa de oreja a oreja se da la media vuelta y sorpresa es todo lo que refleja el rostro adormilado del mayor, quien no tarda mucho en sonreír y besar con ternura la punta de su respingona nariz.
―Buenos días, senpai. ―anuncia Luhan y, sin esperar respuesta, estampa sus labios con los contrarios, saciando todas las ganas acumuladas de besar esos suaves belfos.
Sehun no pierde el tiempo y en una rápida maniobra posiciona a Luhan sobre él, apretando sus caderas con fuerza cuando los dedos de este se enredan en su pelo.
―Pero qué bonita manera de despertar...
Luhan lo mira con malicia y Sehun sabe lo que viene, ansiándolo con centímetro de su cuerpo. Sin embargo, el juguetón Manteca se lanza hacia ellos pensando que también podía unirse al juego y aquello no los frustra ni en lo más mínimo, porque es como si todo volviese a ser como antes.
―Los extrañé ―confiesa Sehun, acariciando la cabecita del perro y mirando con amor al chico del que está completamente enamorado― y demasiado.
☁☁☁
Cuando llegaron a la universidad, miles de mandíbulas pudieron haber perforado el suelo cuando Sehun entrelazó su mano a la de Luhan y besó su mejilla, haciendo enrojecer al otro. Algunos simplemente sonrieron, ya conociendo a la parejita desde cuando Luhan aún estaba en la preparatoria y otros como Taemin y Jongin festejaron a gritos la aparente reconciliación.
― ¡No se vale, yo no pude tener una cita con Luhannie! ―lloriqueó Taemin, recibiendo burlas del triunfante moreno a su lado.
Sehun lo miró mal y abrazó a Luhan contra su cuerpo, haciéndole reír.
― ¡Yah, Sehun, no lo dejas respirar!
―Tú cállate, traidor. ―espetó, mirando mal a Jongin y aún resentido por la cita de él con su pequeño.
Se quedaron un rato hablando dado que aún faltaba poco menos de media hora para que las clases comenzaran y de pronto una cabellera pelirroja aparece en escena, a lo que Jongin y Taemin se quedan en silencio.
Nayun puede ver aquella escena mientras se acerca, miles de sentimientos invadiéndola y varios cables conectándose en su cabeza.
―Vaya... ―murmura una vez llega frente a Sehun y Luhan― la verdad jamás lo pensé bien...
Sehun suspiró, sabiendo que el culpable de esa situación era él.
―Lo siento, nunca te dije que tenía novio ―habló, a lo que ella asintió levemente―. De haber sido así no te habrías ilusionado conmigo y esas cosas...
Sehun estaba incómodo, sin saber realmente qué decir, ya que hasta hace un tiempo le importaba una mierda quien se ilusionaba con él porque no era su culpa el no gritar a los cuatro vientos que estaba enamorado de un muchacho y que nadie tenía oportunidad contra este. Mas Nayun se había convertido en una amiga para él, incluso si no era tan reciproco cómo le habría gustado.
―Pero no necesito que todo el maldito mundo sepa que estoy con Luhan, soy bastante reservado con esas cosas y más cuando no me nace demostrarlo. Cuando entré aquí mi prioridad era lo que estaba estudiando, no hacer amigos ni hablar de mi novio, para eso tenía todo el resto del día, así que en parte esa es la razón por la que no comenté algo al respecto ―explicó, siendo escuchado atentamente por todos―. Taemin y Jongin supieron de Luhan un día que me vino a buscar, de no ser así no se habrían enterado.
Nayun suspiró y enseguida esbozó una tenue sonrisa, el atisbo de decepción persistente su expresión.
―Bien, creo que esto ya me deja claro todo...―la chica pasó de mirar a Sehun a Luhan, quien se mostraba bastante empático al respecto― Yo, dios, que vergüenza haberte llamado su mejor amigo... lo lamento, Luhan.
―Está bien ―sonrió el menor, ganándose un apretón de mano por parte del mayor a su lado―, son cosas que simplemente pasan.
Ya con el tema zanjado y sus corazones en calma, realizaron su día como de costumbre, aunque esta vez todos pasaron sus ratos libres juntos, incluso Nayun que fue gratamente recibida en el grupo.
☁☁☁
Cuando el fin de sus jornadas llegó, Sehun salió de su facultad para dirigirse a la de su novio, quien justamente se encontraba caminando en dirección a la salida y sonrió al caer en cuenta de su presencia.
―Te extrañaba, senpai ―fue recibido por los fornidos brazos del mayor y recargó la cabeza contra su hombro―, me siento de vuelta en la preparatoria, cuando me ibas a buscar a mi salón y nos encerrabas en los baños para besarnos y-
―Yah, bebé, no hace falta entrar tanto en detalle ―rió Sehun, recordando también aquellos días―. Aunque, pensándolo bien, me asimilaba a un hyung pervertido para ti...
―Pues sí.
Luhan parpadeó sin entender cuando Sehun lo tomó de sus hombros y lo separó para poder verle la cara.
― ¡¿Parecía un pervertido?!
Cuando Luhan bajó la cabeza con un fuerte sonrojo en sus mejillas, Sehun quiso que se lo tragara la tierra.
―Cuando tocabas sin autorización mis partes prohibidas...
Luhan rió internamente, viendo cómo su pobre senpai palidecía y se alejaba de él con cara de espanto.
―Pero ya no lo parezco, ¿Verdad?
―Claro que no, senpai ―de puntitas se paró para poder dejar un tierno beso en su mejilla―, ahora eres un hyung todito cursi que amo mucho.
El alto se sonrojó y comenzó a caminar, siendo alcanzado por un cantarín Luhan que comenzó a molestarlo por tan repentina reacción.
Había empezado a olvidar lo lindo que era su Sehun.
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