― ¿Cuándo le pedirás la mano a Luhannie?

―Todavía vivo contigo y ya quieres que me case.

―Es que se ven tan lindos juntos~, ya estoy organizando la boda.

― ¡Mamá!

Sehun no podía evitar sonrojarse y a su madre le encantaba ver a su pequeño así de indefenso detrás de su cara de culo.

―Me alegra que te vayas con Luhannie a la playa por el fin de semana, pero que lástima por tu primo que tanto desea verte.

―Jungwoo no se morirá por no verme un día más de su vida, ma.

―Sabes lo sensible que es mi terroncito de azúcar~.

El alto había olvidado por completo que Jungwoo llegaría a estudiar a la ciudad, dejando la acogedora y pequeña granja donde vivían sus tíos. "Operación granjerito Jungwoo" le había apodado su mamá y Sehun se encargaba de burlarse de él por teléfono cuando lo llamaba.

Sin embargo, le importaba más su "Operación restaurar la confianza y seguridad de Luhannie por culpa de un estúpido llamado Sehun" (cortesía de Jongin) y por esa razón se raptaría a su pequeño un fin de semana completo donde sólo serían ellos aislados de todos.

―Uh, mamá, ¿Te importaría cuidar a Manteca estos días que no estaremos?

Cuando los ojos de la mujer se iluminaron a más no poder, Sehun supo que todo estaba más que listo para que agarrara su bolso y corriera lejos de la mano con Luhan hasta el infinito y más allá.

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Los ojos del pelinegro no paraban de brillar ante la vista que tenía en frente y es que hace mucho tiempo que no se encontraba en un lugar tan sereno junto a la mejor compañía que podía desear.

Cuando Sehun lo despertó a besos aquel viernes y le ordenó gentilmente que se alistara porque saldrían de paseo, jamás esperó que lo arrastrara al terminal de buses sin saber hacia dónde se dirigían. Sehun calculó todo al empacar sus cosas de primera necesidad y una que otra prenda que ni él sabía que existía en su armario.

Una pequeña y acogedora cabaña frente a la playa fue todo lo que necesitó ver para darse cuenta de las intenciones de su novio, llenando su pecho de tanta emoción que no pudo contenerse de comérselo a besos una vez se encontraban dentro de la intimidad del lugar. Sehun aceptó gustoso cada uno de estos, sosteniéndolo con tanto anhelo que hasta olvidaron los amargos recuerdos de los meses anteriores, algo que cada vez iba teniendo menos relevancia en su relación.

―Esto es como una luna de miel~. ―canturreó y curioso fue que Sehun se sonrojó a más no poder.

― ¿Tú y mamá han estado hablando acaso?

Luhan rió, a sabiendas de lo que se estaba refiriendo. No era algo nuevo que la cariñosa mujer le insinuara comprar un traje blanco para su futuro casamiento con el más alto.

«Quizás en algún futuro no tan lejano»

―Bien, bebé, tenemos todo el fin de semana para hacer lo que quieras, así que tú mandas.

― ¿Me estás cediendo el puesto de Seme?

Cuando Sehun rodó los ojos, él sólo se limitó a reír, sabiendo cuanto le irritaba al otro hablar sobre esas cosas.

―Bien, ¿Harás todo lo que yo te diga? ―el castaño asintió y Luhan aplaudió complacido― Excelente, será un fin de semana inolvidable, senpai~.

Por un momento Sehun temió, olvidando lo ingenioso que podía llegar a ser Luhan desde que descubrió que él organizó el funeral de Señor Cactus en la escuela.

―Ponte el traje de baño. ¡Vamos a dar una vuelta a la playa! Hace tiempo no hacía tanto calor como hoy, así que aprovechemos el día al máximo, senpai~.

Puede que Luhan conserve su alma de niño incluso si ya había madurado mucho más de lo que Sehun esperaba, pero sabía perfectamente cómo aprovechar de aquella tranquilidad junto a Sehun y convertirla en algo tan divertido como lo hubiese sido llevar a cabo alguna locura.

Eso prometían los días y el menor apostaba a que sería el apoyo suficiente para retomar su relación y superar finalmente todo aquello que lo hacía dudar de lo indudable: el incondicional amor de su senpai.

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Se acerca el finaaaaaal uwu.