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Capitulo 4

EL PLAN

La lluvia de primavera trae esa gama de colores hermosos que tienen las flores que adornan la naturaleza.

El sol brillaba sin ninguna nube celosa que lo tapara.

A veces es necesaria la lluvia para barrer viejas hojas caídas, para fortalecer la tierra o para apagar incendios.

O también, para limpiar las ideas.

Lauren había despertado con el sol iluminando su cabello azabache desordenado sobre sus sábanas blancas. Giró buscando algo de oscuridad pero ya era tarde para eso.

Era sábado, pero a diferencia de algunos perezosos, para Lauren era un día muy productivo. Era el día ideal para navegar con sus amigas.

Al fin pudo sacar de su clóset aquellos vestidos que tanto extrañaba lucir.
Se probó el más acorde a la ocasión y partió a la aventura.
En el muelle ya la esperaban sus amigas. Dinah cargaba una gran canasta con alimentos y Mani era la encargada de las bebidas.
Las miraba de lejos y les sonrió. A veces se sentía muy dichosa de tenerlas. La hacían sentir menos sola.

Una vez arriba de la embarcación, comenzaron su viaje. Enseguida el sonido del mar fue tapado con sus risas. Dinah contaba una y otra vez anécdotas de aquellos habitantes que, desde lo lejos, no podían imaginarse que hablaban de ellos. Lauren conocía a muy poca gente, pero Dinah se había encargado de contarle con detalle la vida de casi todos.
Mani, quien era más reservada, sólo se limitaba a asentir y a compartir las risas.
Lauren las escuchaba mientras descansaba sobre una colchoneta con los ojos cerrados.
Hasta que la conversación llegó a un punto que la hizo abrirlos de golpe.

"Y también está la hermana de Sofía. Pobre chica. Después del accidente les cambió la vida a todos."

Mani pasó inadvertida el cambio de postura de Lauren que ahora estaba sentada, y preguntó "Qué lástima que no vino hoy Sofía. ¿Cuándo vuelve de su viaje?"

Dinah tampoco lo había notado "Creo que la semana que viene."

Lauren pensó que la voz no le iba a salir "

¿Sofía tiene una hermana? ¿Una hermana que tuvo un accidente?"

Mani y Dinah cruzaron miradas "Sí. Tiene una hermana ¿No sabías?"

La realidad es que no sabía mucho de la vida de élla. La mayor parte del tiempo se la pasaba viajando y con suerte la había visto unas diez veces y por momentos cortos.

"No. No sabía. ¿Cómo... cómo se llama?"

"Camila."

El corazón se le detuvo por un momento. Y después de eso empezó a latir con fuerzas. Era ella. Era la hermana de una de las pocas personas que conocía. Tenía que ser ella. Una Camila que tuvo un accidente que le cambió la vida ¿Cuántas posibilidades había? Debía ser ella. Los nervios de la situación le estaban jugando una mala y decidió descender a la parte de abajo de la embarcación. Dinah le hizo un gesto a Mani, quien subió la música que estaban escuchando y decidió bajar a ver qué le sucedía a su amiga.
Lauren estaba apoyada en una baranda mirando para afuera y no notó que estaba acompañada.

"Laur ¿Estás bien?"

Le costó darse vuelta "Sss... si."

"¿Segura?"

Entonces Lauren no lo pudo disimular más. Se dio vuelta y miró a los ojos a su amiga.

"Es ella. La chica del restaurant. Es... Camila."

Dinah la miraba confundida "Pero... ¿Cómo...?"

"Volví. Volví a verla y no se acordaba de mí. No tiene idea de quién soy."

Ambas se miraron. Dinah se acercó y se paró a su lado, apoyándose también en la baranda.

"No sabía que habías vuelto. No me contastes."

"No tenía mucho para contarte. Volví al día siguiente y me miró como una extraña. Pensé que sería una broma, hasta que Ally me contó todo."

Ahora Dinah tenía la mirada melancólica "Ally. La quiere mucho. Todos la queremos mucho."

"¿Por qué Sofía nunca habló de ella?"

"Para Sofía es muy difícil. Ese día, el del accidente, élla estaba de viaje, como lo hace habitualmente. Cuando se enteró volvió inmediatamente. Pero ahora se hizo parte de la historia. Y cuando está en esta ciudad, tiene que volver a su casa simulando que volvió de su viaje para sorprender a su papá."

Lauren se quedó pensando. Ahora le cerraba un poco más la historia de su amiga. Era por eso que cada vez que se juntaban se iba enseguida. Debía volver a su casa por el falso cumpleaños de su papá.

Al parecer Dinah adivinó sus pensamientos "Lo sé. Parece una locura. Pero todos estuvimos de acuerdo en que sería lo mejor para Mila. Yo era muy amiga de ella, compartíamos todo. Por momentos me duele pensar que no le puedo contar nada nuevo. Solo puedo ir a su casa, disimular que es ese día y contarle una y otra vez la misma historia."

Dinah era muy amiga. Eso tampoco lo podía creer. "Laur. Fue muy difícil para todos. Y sé que para ti Mila significa algo, por más que la hayas visto una sola vez. Pero no quiero que sufras. Lo de Mila... es irreversible. No va a poder acordarse de ti. No te conoce."

Lauren no era una persona que se rindiera tan fácilmente. Y por alguna razón, la situación no le parecía tan descabellada. De golpe, una idea empezó a gestarse en su mente. Una idea que planearía sola y que pronto la llevaría a cabo.

Domingo...

También comenzó con un sol radiante. Lauren no tardó en levantarse de la cama y ponerse aquel vestido blanco que había dejado preparado la noche anterior. Se dejó el cabello suelto, se puso su mejor perfume y salió rápidamente de su casa.


Esta vez "Las Violetas" estaba más concurrido. Dejó estacionado su jeep e ingresó caminando algo nerviosa. Y como era de esperarse, Camila ya estaba ahí sentada, sumida en su cuaderno.
Respiró profundo y comenzó a caminar hacia ella, pero alguien que sujetó su brazo la frenó.

"Lauren ¿Qué hacés?"

"Ally. Buen día. Vengo a ver a Camz."

"Lauren..."

"Sí. Ya se lo que me vas a decir. Ya se que no se acuerda de mí. Pero yo no puedo sacarla de mi cabeza. Y quiero ser parte. Quiero ser parte de esta historia que reescriben a diario."

Ally la miró con una mezcla de ternura y tristeza "¿Tu sabés en lo qué te estás metiendo?"

"La verdad es que no. Pero no quiero pensar en eso ahora. ¿Me preparás lo de siempre?"

Ante la mirada atenta de Ally y su marido, Lauren se acercó a Camila y puso en marcha el plan. Vio sobre la mesa un dibujo del mar y lo tomó.

"Buen día. Disculpá que te moleste. Pero ¡Qué hermoso que dibujás! Deberías hacer una exposición con esto."

Camila clavó sus ojos en ella. La recorrió de arriba a abajo y abrió sus labios, con un gesto molesto

"Disculpa. Pero no me parece de buena educación que agarres algo que no es tuyo."

Extendió la mano para que Lauren le devolviera el dibujo. Ella se lo dio y se dio vuelta para ver Ally sonreírle.

"No es un buen día."

Lauren le devolvió la sonrisa. "Hoy no. Pero tengo muchos días más. Preparame ese desayuno para llevar.

Al día siguiente...

Ally creyó que no lo haría, pero sí. Lauren volvía a entrar sonriente.
Esta vez no fue directo a Camila. La observó por unos instantes y sacó algo de su bolsillo. Ahora no solo Ally las observaba, sino que ya tenía como cómplices a su marido y al resto de los empleados. Lauren empezó a desenvolver aquel papel que llevaba en sus manos y se paró al lado de Camila.

"Hola, buen día. Disculpa que te interrumpa. No quiero cortar tu inspiración. Pero te vi dibujando y creo que tu me puedés ayudar."

Camila la miró de la misma forma que el día anterior mientras Lauren le extendía aquel pedazo de papel arrugado con un intento de dibujo.

"No se si soy buena. Estoy empezando a dibujar. ¿Tu creés que tengo futuro?"

Camila contuvo la risa, pero la miró a los ojos y con una falsa cara de confusión, le empezó a hablar en otro idioma.

Lauren sonrió entendiendo la jugada "Ah. No hablás inglés. Perdón."

Ally y el resto estallaron en risas. Pero no, ni siquiera así Lauren se rendiría.

Al día siguiente...

Lauren entró y ya tenía más espectadores. Todos intrigados a ver cuál sería su próxima estrategia de acercamiento.

Lauren se sentó cerca de la mesa de Camila y miraba fijo la carta.
Y de repente comenzó a llorar desconsoladamente.
Ally no podía creerlo y se golpeaba la frente.
Pero para sorpresa de todos, Camila levantó la vista y la vio. Por un momento dudó en qué hacer, pero al ver que Lauren estaba sola sin parar de llorar, se acercó.

"Disculpa ¿Estás... bien? O sea, creo que no. Pero ¿Te puedo ayudar en algo?"

Lauren se sonó la nariz y la miró. Esperaba que su excusa no sonara demasiado obvia "No te quiero molestar, es que... soy nueva acá y me da mucha vergüenza decirlo pero... no sé leer. ¿Tu me podrías leer la carta?"

Algunos se reían por la ocurrencia de Lauren. Pero Camila no los escuchó y decidió ayudarla. Pasaron toda la mañana desayunando juntas y hablando de sus vidas. En verdad, Camila hablaba y le volvía a contar a Lauren todo lo que ella ya sabía. Pero no le importaba. Podía escucharla mil veces más, porque cada segundo que pasaba, a Lauren le parecía cada vez más hermosa. Sus gestos, su sonrisa, su mirada, su forma de ser, su forma de ver al mundo.
La hora ya había pasado muy rápido. Camila debía irse a preparar la torta para su papá.
Lauren pagó la cuenta y la acompañó a su auto.
Mientras le abría la puerta, Camila le sonreía.

"Gracias por el desayuno Lerl."

Le dijo Lerl y su corazón dio un vuelco "De.. nada Camz. Gracias a ti por compartirlo conmigo. La pasé muy bien."

"Yo también." Le dijo Camila con una gran sonrisa.

Y de repente a Lauren se le cruzaron varios pensamientos. Se acordó del primer día en que la vio. Se acordó de las palabras de Ally y de Dinah. Se acordó de todos los intentos fallidos por acercarse a ella. No quería que Camila se olvidara. No quería. La angustiaba. Le traía recuerdos. De esos recuerdos que te hacen un nudo en la garganta. No quería que se volviera a olvidar de ella.
Su cuerpo ahora estaba débil, le sonrió a Camila y se alejó de su auto.

Camila se quedó mirándola sorprendida. No podía entender la actitud de Lauren. Se bajó rápidamente del auto y caminó atrás de ella, para descargarse.

"¿De verdad esto es todo?"
Lauren no se esperaba esa reacción y se dio vuelta para verla a los ojos.

"Camz... ¿Todo qué cosa?"

"¿No me vas a decir nada más? Digo, hiciste toda esa mentira de que no sabías leer para llamarme la atención y coquetearme y ahora te vas."

No podía ser. ¿Camila dijo coquetear? ¿Camila le estaba haciendo un planteo? ¿Estaba sucediendo?
Cuando Lauren terminó de caer en  cuenta, Camila ya estaba subiéndose a su auto y yéndose.

"¡Camz! ¡Esperá!"

Lauren se quedó congelada en el lugar y fue Ally la que la sacó de sus pensamientos "¿Qué estás esperando? Corré, andá a buscarla."

Le indicó rápidamente donde vivía y Lauren salió tras ella.

Definitivamente este era un nuevo día.

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