capítulo 1
CONOCIENDONOS POR PRIMERA VEZ
Era un domingo muy gris. La mañana había sorprendido a los habitantes de aquella pequeña ciudad con las primeras gotas de lluvia de la primavera.
No solía llover nunca en esa época y casi todos habían guardado sus abrigos.
Lauren Jauregui no era la excepción. Era una ferviente amante de los deportes acuáticos, de pasear con su jeep por las costas de su ciudad, de navegar con su pequeño barco y de aventurarse en los bosques aledaños.
Alternaba todo aquello que tanto amaba con su trabajo de profesora de música. Aunque también lograba combinar sus pasiones. Cada vez que podía, llevaba a su reducido grupo de alumnos de excursión para que estuviesen en contacto con la naturaleza.
Para muchos, Lauren era una mujer algo misteriosa. Hacía tan solo unos meses que vivía allí y parecía tener su vida resuelta. Era dueña de una preciosa casa frente al mar y esto, junto con su jeep último modelo y su embarcación, descolocaban al resto sabiendo que su sueldo no podría alcanzarle.
Pero a ella no le importaba aclararlo. Ella había llegado a ese lugar para disfrutar de la naturaleza y de la tranquilidad.
Era una joven muy nómada. Había vivido en muchas ciudades del mundo y ahora estaba allí queriendo conectarse consigo misma.
Esa mañana, libre de trabajo, decidió romper con la rutina. Apagó su alarma y bajó a la cocina para prepararse un nutrido desayuno. Pero para su sorpresa, no recordaba que debía haber ido al supermercado y no contaba con los ingredientes indispensables. Y claro está, en esa pequeña ciudad, los negocios estarían cerrados.
Suspiró algo decepcionada apoyando su frente sobre la alacena y decidió que nada arruinaría su día de descanso.
Buscó en su clóset sus botas de lluvia, su garbardina negra y se subió a su jeep en busca de su primera comida.
No solía comer afuera. Era amante de la cocina y siempre preparaba sus propios platos. Había hecho un par de amigos que la invitaban siempre a sus casas y esas eran las escasas salidas que hacía.
Recorrió algunas calles hasta que se alejó un poco y visualizó frente al mar un pequeño restaurant de madera, con sus luces prendidas.
El hambre estaba haciéndose notar en su estómago, así que sin hacer ninguna crítica del lugar, corrió abajo de la lluvia y se metió.
El olor a café invadió sus sentidos y la invitó a sentirse a gusto.
No había mucha gente, solo se veían algunas cabezas concentradas en sus platos.
Saludó a algunas personas que estaban del otro lado de la barra y se sentó en una mesa próxima a las ventanas. De allí la vista era increíble. Se podían ver algunas casitas, y entre ellas distinguió la suya. No podía creer que nunca había visto ese restaurant. Miró rápidamente el menú y una mujer, con rostro amable se le acercó.
"Hola linda ¿Ya sabés que vas a pedir?"
"Hola, buen día. Quisiera un café cortado con una porción de tostadas, un jugo de naranja, un bowl con frutas y huevos revueltos."
La mujer la miró de arriba a abajo, contemplando su figura esbelta y delgada.
"¿Viene alguien a desayunar con usted?"
Lauren se rió fuerte. Tenía una risa realmente cautivadora. Algunas personas se dieron vuelta a ver de donde provenía.
"Siempre desayuno así. Es la comida más importante del día."
La mujer le sonrió
"Bueno. Ahora traigo todo eso entonces."
Lauren volvió a perder su vista por la ventana.
Hasta que algo cautivó sus sentidos. Mejor dicho alguien. Más precisamente una joven sentada en la mesa de al lado.
Llevaba un vestido floreado que desentonaba con el clima de ese día. Tenía el pelo suelto con rulos castaños que caían sobre sus hombros. Era de contextura pequeña y piel morena. En su mesa había una taza de café aún sin tocar. Parecía muy concentrada en algo. Se inclinó un poco para ver cuál era la razón y vio que tenía un cuaderno y algunos lápices de colores. También había algunas hojas arrancadas a un costado.
Seguramente su desayuno tardaría, por lo que optó por acercarse a contemplarla más de cerca.
La joven no notó que tenía una espectadora y continuaba trazando en aquel cuaderno un dibujo. En él se veía lo mismo que reflejaba la ventana, aquel espacio inmenso de agua decorado con nubes.
"Qué difícil dibujar con un día tan gris ¿No?"
La frase de Lauren la descolocó e hizo que trazara una línea donde no debía.
Lauren se arrepintió y se inclinó un poco para verla de más cerca. Sus ojos eran de un Marrón intenso y transmitían dulzura. Sus finos labios tenían un brillo especial. Todo eso pudo observar Lauren en segundos.
"Perdón. No te quise asustar."
La joven no respondió enseguida. Sin ningún tipo de disimulo, la miró de arriba a abajo. Ella también desentonaba con el lugar. Llevaba una ropa muy veraniega, a pesar de la temperatura. Tenía unos jeans claros y una remera corta, de color negro, que combinaban con su pelo suelto.
Sus ojos eran del mismo verde que había usado para pintar los árboles de su dibujo.
"No pasa nada. Lo iba a descartar igual. No me gusta."
Lauren le sonrió. Era una sonrisa acorde a aquella que había escuchado momentos antes y que la había distraído.
"Te recomiendo que pintes un día de sol. Los colores son más lindos."
"Ojalá salga pronto. Pero en otoño suele ser así, las lluvias se quedan por varios días."
Lauren notó la confusión de la época del año, pero no la corrigió.
"¿Siempre vienes a dibujar aquí?"
"No. Solo mis días libres. Tu eres nueva."
"Sí. Me mudé hace unos meses."
"Qué raro. Nunca te vi."
"No suelo ir por el centro. Soy más de la naturaleza. Me gusta mucho el mar, el bosque. Doy clases de música."
La chica le sonrió y Lauren la miró atontada. Algo había en esa sonrisa que le provocó un escalofrío. Pero la conversación fue interrumpida por la mujer del restaurant que traía una bandeja cargada de cosas.
"Linda. Acá está tu desayuno. ¿Te lo llevo a tu mesa?"
Lauren miró a la chica "¿Sería mucho atrevimiento si desayuno en tu mesa? Me gustaría compartirlo con alguien, según ella es mucho para mí sola."
La joven sonrió y asintió. Lauren miró a la camarera que no le devolvió el gesto amable con la que la miraba cuando llegó. De hecho, las miró a las dos algo preocupada. Por alguna razón no le convencía que se sentaran juntas.
"Les dejo todo. Disfruten del desayuno."
"Me llamo Lauren Jauregui. Perdón, te arruiné un dibujo y te hablé un buen rato y no me presenté."
"Tú me invitás un desayuno y yo tampoco me presenté. Perdón. Me llamo Camila Cabello. Pero me puedes decir..."
"Camz. Hermoso nombre."
"Nadie me llama así pero me gusta"
Camila estaba por tirar los papeles que había descartado pero Lauren la frenó colocando su mano sobre la de ella. Ambas miraron ese agarre y luego se miraron a los ojos. Camila tosió y miró para abajo.
"No los tires. Seguro sirven para algo."
Y mientras desayunaban, Lauren le hizo un interrogatorio a Camila, quien respondía animadamente. Le contó que había nacido allí, que vivía con su padre y su hermana mayor, que daba clases de pintura y amaba andar en bicicleta. Mientras contaba, Lauren no perdía detalle del brillo de sus ojos.
Camila estaba tan absorta contándole a Lauren su vida que no notó que ella, mientras tanto, había armado algunos animales de origami con las pequeñas hojas que iba a tirar.
Cuando lo descubrió se quedó perpleja "Guau. Son hermosos. Eres muy talentosa."
Lauren sonrió por el halago "es una tonteria. Se los hago siempre a mis alumnos para que se concentren."
"Son hermosos."
Lauren la observaba como los miraba con amor. Parecía alguno de sus pequeños alumnos, cargada de inocencia
"Camz. Llevalos. Son tuyos."
Camila le sonrió tanto que Lauren le hubiese hecho cien animales más "¿De verdad? ¡Gracias Lerl!"
Cuando los iba a guardar en su cartera, miró la hora y se dio cuenta que ya debía irse.
"Uy, es tardísimo. Me tengo que ir. Hoy es el cumpleaños de mi papá y tengo que prepararle el pastel."
Lauren no quería que se fuera tan pronto y decidió prolongar ese encuentro lo más que pudo. Pagó la cuenta, negándole rotundamente a Camila que abonara una parte y salieron afuera, donde ya no llovía.
"¿Quieres que te alcance a algún lado? Tengo mi jeep."
Camila observó el vehículo y luego a Lauren
"Te agradezco, pero vine en el mío."
Lauren se acercó a donde estaba Camila y la miró fijo. Los pequeños rayos de sol que se asomaban habían cambiado el aspecto de sus ojos y ahora eran de un verde más brillante.
"Fue lindo conocerte. ¿Te gustaría... volver a vernos?"
Camila le sonrió de nuevo
"Me parece una gran idea. Aunque... no tengo celular, se me rompió."
"Pero sueles venir aqui ¿No?"
"Si. Vengo muy seguido a desayunar."
"Bueno, será cuestión de coincidir."
"Me gustan las coincidencias."
Lauren besó su mejilla y se metió en su auto.
Sin saberlo, ambas estaban haciendo el mismo gesto, mirando al frente, con una gran sonrisa. Algo había cambiado. Algo que era permanente y que no se borraría jamás.
El día que se conocieron por primera vez.
Bueno aquí les traigo está nueva adaptación Camren espero les guste no es GiP
Historia original @flozmin12345
Adaptación Camren
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro