Especial:El primer te amo
Soobin 13 años, YeonJun 15
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Soobin se encontraba caminando hacía la casa del mayor, se le hizo raro no verlo en la escuela, además de que no contestaba sus mensajes, así que sí, estaba preocupado.
Tocó el timbre con la esperanza de que Taeyeon le abriera y lo recibiera feliz como otras veces, pero se desconcertó un poco cuando vio que nadie le abría. Volvió a tocar el timbre y también comenzó a tocar la puerta, ¿Acaso les había pasado algo?
—¡Hyung!¡Soy Soobin!¡Ábreme!
El menor estaba consiente de que, talvez, estaba siendo muy ruidoso, pero él sólo quería ver a su hyung y saber que estaba bien.
—¡Hyung!¡¿Acaso ya no me quieres y por eso no me abres?!
Sintió feo al pensar en esa pequeña posibilidad, YeonJun no podía dejar de quererlo de la noche a la mañana, ¿Verdad?
Hizo un pequeño puchero al no ver respuesta y suspiró, resignado a irse de ahí, se dio media vuelta para poder ir hacia su casa, pero se detuvo cuando escucho la puerta ser abierta.
YeonJun sonrió un poco y abrió sus brazos, esperando a que el menor se acercará para poder abrazarlo.
Soobin mantuvo su puchero y corrió hacía él, abrazándolo.
El mayor se sentía pésimo, el resfriado realmente le había dado con todo, pero con Soobin ahí entre sus brazos, todos sus malestares se iban.
—Yo te quiero mucho, Binnie—. El nombrado se sonrojo. —Nunca dudes de eso—. Dejó un pequeño beso sobre su cabello y Soobin se apartó lo suficiente para poderlo mirar, haciendo reír tiernamente al mayor cuando lo vio así de sonrojado. —Ven, pasa, mamá no quiere que esté mucho tiempo fuera de la cama.
Soobin le hizo caso y lo miró atentamente, notó como el mayor se veía decaído, con su nariz roja, despeinado, con su semblante cansado. Estaba enfermo y eso lo hizo fruncir su ceño.
—¿Que te paso?
—Gripe, resfriado, como quieras decirle—. El mayor tosió un poco y Soobin frunció todavía más su ceño, cómo podía decirlo tan tranquilo y cómo si no fuera nada. —No me mires así, Soobinnie, estaré bien.
—¿Fue por esa salida que tuvimos hace dos noches, verdad?En la que comenzó a llover y tú de terco solamente me quisiste tapar a mí. Te dije que te podías enfermar y no me hiciste caso, ¡Te lo dije!
YeonJun rió tierno, Soobin le parecía bastante tierno cuando estaba molesto o enojado.
El menor no entendió muy bien el porque de su risa y aunque quiso golpearlo, se aguanto sólo porque estaba enfermo.
—¿Que tiene de gracioso?¡No es gracioso!¡Todo es risa para ti!
YeonJun volvió a reír y suspiró embobado mientras veía al castaño.
¿Porque tenía que ser tan tierno?
—Estoy en la edad en la que técnicamente si me da risa todo, así que sí—. El menor lo miró mal y se acercó al mayor, dispuesto a golpearlo, pero los ojitos de perrito abandonado, lo hicieron detenerse.
—No puedes pegarme Soobinnie, estoy enfermo y se que no serías capaz.
El nombrado rodó los ojos y bufó, se sentó sobre el otro sillón y cruzó sus brazos mientras lo miraba mal. Aveces le caía mal que lo conociera tan bien.
YeonJun volvió a reír y está vez, Soobin no se contuvo y le lanzó un cojín, dándole directamente en la cara, haciendo que se callara al instante, cosa que lo hizo sonreír.
Claro que su sonrisa se desvaneció al escuchar reír al mayor de nuevo.
Talvez estaba en la edad de la idiotez y no en la edad en la que se reía por todo, como él decía.
El menor se levantó y fue hacia la cocina, ignorando al mayor quién le pedía que porfavor no se fuera.
Sirvió agua y la puso a calentar, como ya conocía demasiado bien la casa, comenzó a preparar un té de limón con miel para su hyung.
—¡Binnie!—. El mayor llegó hacía la cocina unos diez minutos después, talvez antes, y se apoyo sobre la mesada, viendo lo que el menor hacía. Arrugó levemente su nariz al notar como le preparaba un té, hizo una mueca de asco, sí su mamá no lo había hecho tomarse el té que le había preparado para que se pudiera tomar la medicina. Soobin tampoco lo obligaría. —Binnie sabes que no me gustan los té.
—No me importa, te lo vas a tomar.
—¿Acaso es un castigo?—. Hizo un puchero y Soobin rodó sus ojos.
No sabía porque el mayor hacía tanto escándalo, sólo era un té, sí, a él tampoco le gustaban pero recordaba que Yuri le había preparado uno y lo había ayudado esa última vez que se enfermó.
Notó como el mayor mantenía su puchero cuando le acercó el té y rió bajo, no lo iba a convencer.
—Tómatelo hyung, te hará bien.
YeonJun negó, Soobin suspiró.
—Tómatelo hyung, porfavor.
YeonJun volvió a negar, él no se iba a tomar esa cosa.
—No quiero, Binnie.
—¿Quieres que me vaya?—. El mayor volvió a negar. —Entonces tómatelo hyung, anda, te hará bien. Claro, a menos que quieras que me vaya.
—¿Me estás chantajeando?
YeonJun frunció su ceño, el menor sonrió de manera inocente.
—Talvez.
—Eso no se vale.
—Aprendí del mejor—. Le dedicó un pequeño guiño y YeonJun bufó.
Juntarse mucho tiempo con el menor, le estaba pegando sus mañas.
Se rindió y tomó la taza entre sus manos, arrugando levemente su nariz cuando lo olió, dio un pequeño sorbo y Soobin sonrió.
—¿Ves como no es tan malo?
YeonJun rodó los ojos y Soobin se acercó a él para poder dejar un pequeño beso sobre su mejilla. Eso sorprendió al mayor y lo miró de la misma forma.
Soobin de pronto se avergonzó, sintió como sus mejillas se sonrojaban, aún así, sonrió.
—Vamos Junnie, te acompaño a tu cuarto. Yo te cuido.
El pelinegro sintió ternura por eso, asintió y tomó la taza entre sus manos, dándole otro sorbo antes de comenzar a caminar.
Ambos subieron al cuarto del mayor, Soobin lo obligó a acostarse, aunque YeonJun no accedió hasta que se metió a la cama junto a él, solo así logro que el mayor se acostara.
Quedaron frente a frente.
Ambos estaban callados, con YeonJun mirando atentamente al menor, mientras que Soobin bueno, él no sabía hacía dónde mirar.
Se sentía tan nervioso cuando el mayor lo miraba de esa forma que simplemente no sabía para dónde mirar, pero de algo si estaba seguro, no podía verlo a los ojos.
—Soobin—. El nombrado levantó su vista.
YeonJun sonrió y acarició su mejilla.
—Gracias por cuidarme.
El menor sonrió y negó levemente. Eso no se tenía porque agradecer.
—No tienes porque agradecer hyung, siempre te voy a cuidar.
YeonJun sonrió, eso lo sabía muy bien.
Soobin comenzó a acariciar su cabello, haciendo que el mayor se quedará dormido poco después de eso.
Se dedicó a mirarlo durante un rato, recordando como se habían conocido.
Él tenía 10 años y YeonJun 12.
Por poco se ahogaba, pero gracias a YeonJun, sobrevivió.
El mayor lo había rescatado y se encargó de abrazarlo y consolarlo hasta que Jungkook llegó preocupado hacía donde estaban, sintiéndose un pésimo hermano por lo que había pasado, pues se supone debía cuidar de Soobin y este casi moría.
Claro que el castañito se encargó de repetirle que no había sido su culpa, al contrario, había sido propia por no obedecerlo y no alejarse tal como el mayor se lo había dicho.
YeonJun se encargo de recordarles que los accidentes también ocurrían, dándoles a entender que no había sido la culpa de ninguno de los dos.
Claro que Soobin recordaba aún más los momentos antes de que Jungkook llegará.
YeonJun lo calmó, lo consoló y lo abrazo mientras lo dejaba llorar oculto en su cuello, lo dejo aferrarse a él y por alguna razón, le encantó que no se separará.
Tranquilo, estás bien, estoy aquí, ya pasó¿Sí?estoy aquí
Esas palabras acompañadas de la linda sonrisa de su hyung, fueron el inicio de la amistad que hasta ahora tenían.
Aunque Soobin estaba seguro que lo que sentía por el mayor, no era únicamente amistad.
Se preguntaba si YeonJun también sentía lo mismo que él.
Muy en el fondo, esperaba que sí así como también esperaba que la luna le permitiera ser su compañero de vida, su predestinado.
Apesar de que aún faltaba mucho para su presentación, algo dentro de él le decía que sí podrían estar juntos.
—Te amo hyung—. Murmuró, aunque sabía que el mayor estaba dormido, no quería arriesgarse a ser escuchado.
Claro que no sabía que YeonJun ya estaba despierto y que efectivamente, lo escuchó.
El mayor sonrió aún manteniendo sus ojos cerrados.
Soobin sonrió por ver su sonrisa, preguntándose qué estaba soñando, dejó otro beso sobre su mejilla antes de levantarse.
Le iría a preparar algo de comer a su hyung, aunque no era muy bueno en la cocina, pondría todo su esfuerzo para poder hacer algo decente y bueno para el mayor.
Soobin salió de la habitación, no sin antes asegurarse de que el mayor se quedará cobijado.
YeonJun se asomó para poder mirar hacía la puerta, sonrió y volvió a tocar su mejilla, recordando el beso que había recibido unos momentos antes de que el menor se fuera. Suspiró embobado, Soobin lo quería tanto cómo él.
—También te amo Soobinnie, y mucho.
Y YeonJun tampoco lo supo, pero Soobin también lo escuchó y tapó su boca, emocionado.
Sus sentimientos eran plenamente correspondidos y aunque quiso entrar al cuarto y volverle a decir que lo amaba, su timidez no se lo permitió, por lo que volvió a bajar, teniendo cuidado de no ser escuchado.
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Oficialmente se acabó el fic shavas, si pensaba traer otro especial, igual, de ellos siendo así chiquitos, pero eso se verá en el próximo libro.
Si les soy sincera, pensaba comenzar a publicar el segundo libro apartir de este sábado pero nolose, ya que también estoy tentada a comenzar a publicarlo el próximo martes, pero también me gustaría hacer lo que he hecho con mis otras historias, esperarme dos semanas y comenzar otra vez a publicarlo y así.
Igual en cuanto empiece a ser publicado, les avisaré por aquí y les dejaré captura de la portada del segundo libro y así, sí.
Recuerden que aún queda mucho camino por recorrer shavas.
Espero estén teniendo un buen día.
Cuídense mucho.
Nos vemos~
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