Capitulo 6
segun gugul ese color es rosa
— hasta aquí te puedo acompañar, Alice —dijo el castaño.
— ¿no puedes ir conmigo? —JungKook negó.
— eso no podrá ser posible, la reina me conoce y sabe quién soy, si deseamos que esto funcione tienes que ir tu sola.
— Mmmm está bien —murmuro no muy contenta con las condiciones— ¿abrazo? Ya sabes... para la buena suerte —extiende sus brazos en su dirección, el conejo parece pensárselo pero al final acepta y le corresponde hasta que se separan un poco mirándose el uno al otro por unos segundos— me gustan tus ojos —dice la rubia de repente tomando por sorpresa a Kook.
— ¿M-mis ojos? ¿Qué tiene de especiales? —ladea la cabeza con confusión.
— ¿Qué no tienen? Esa es la verdadera pregunta, son de un bonito color cereza, es definitivo, los colores rosas y rojizos son los tuyos.
— Me sorprende —susurra sintiendo sus mejillas acalorarse en lo que desvía la mirada a otra parte— creí que te gustarían más los de Yoongi Hyung.
— ¿Por qué? —Inquiere con duda— ¿Por qué me gustarían los ojos de él, eh?
— por la forma en la que te comportaste con el cuándo lo conociste me dio a entender a que ya habías conocido a tu tipo de chico ideal ya que después de todo es un lindo y tierno gatito —dice lo último con cierta molestia.
— ¿hueles eso?
— ¿Oler qué? —pregunta y Alice casi muere de ternura al verlo arrugar la nariz al olisquear el aire.
— A mí me huele a celos —canturrea con diversión.
— ¿celos? Yo no tengo celos, solo digo los hechos de la verdad además de que me da igual si sientes un aprecio especial por Yoongi —murmura fingiendo desinterés a lo que la rubia ríe.
— eres un tontito, puede que haya reaccionado de esa forma pero sabes que tú eres mi favorito y al que más cariño le tengo.
— nos conocemos desde hace días.
— Sí, humanamente —corrige— pero si hablamos en otros términos, nos conocemos desde hace años —dice acercándose hasta que sus narices se rocen causando que el chico soltara un suspiro involuntario.
— Debes apresurarte —le recuerda Kook creando distancia entre ellos— solo tienes que seguir este camino y llegaras a tu destino ¿entendido?
— Vale —asiente la chica.
...
La rubia caminaba mirando a su alrededor. Alice estaba asombrada con todo lo que veía, animales que jamás encontraría en su mundo, tonalidades de colores que nunca antes había visto y seres que ni siquiera en sus más alocados sueños pudiese imaginar. Ella comenzaba a cuestionarse que tanto quería regresar a su triste, común y aburrido mundo, le era más interesante conocer este peculiar lugar y sabía que cierto conejito seria la personal ideal para ayudarle en esa tarea.
De repente Alice noto que los arboles habían sido remplazados por arbustos que tenían formas bastante extrañas. Siguió caminando hasta que llego a un enorme jardín y a lo lejos un sorprendente castillo de tonos oscuros y escarlatas.
Alice supo que había llegado a su destino, solo le faltaba hallar la manera de entrar.
Una hermosa voz atrapo la completa atención de la rubia, curiosa se acercó buscando al dueño de preciosa voz hasta que finalmente encontró a un chico alto de hombros anchos, cabello rosa pastel y vestido con ropas de colores rojizo. La chica observaba como el anterior mencionado cantaba mientras pintaba con un pincel las rosas de los arbustos del mismo color con el cual vestía. El chico se giró y Alice pensó que nunca antes había visto a un hombre tan atractivo como lo era este.
— ¡oye! —lo llamo la rubia logrando que el pelirosa la mirase con confusión.
— ¿te conozco? —pregunto al verla trotar en su dirección percatándose de los colores que llevaba la chica sabiendo inmediatamente que ella no era de ahí.
— No y yo tampoco pero soy nueva en la zona, te vi y quise saber qué hacías —era una verdad a medias pero Alice no diría eso.
— Sere directo, no puedes estar aquí —dice mirando a ambos lados.
— ¿Por qué? —inquirió fingiendo no entender.
— Si alguien te ve vestida así sabrán que no perteneces a este lugar y te llevaran ante la reina y como es de esperarse... ordenara a que te corte la cabeza —murmuro con temor y la chica sintió un escalofrió en todo su cuerpo llevando una de su diestra a su cuello imaginando la escena.
— ¡no os preocupéis! —Exclamo nerviosa— la reina sabe que estoy aquí —mintió.
— ¿de verdad? —Inquirió incrédulo y Alice asintió— me sorprende que te deje andar por ahí vestida con esos colores —la miro dudoso aun sin creerle.
— B-bueno... lo que pasa es que yo... yo soy la importante representante de un poderoso reino muy... ¡muy! Lejano —Alice ni siquiera estaba segura de que existiesen otros reinos y rezaba para que el chico no hiciese más preguntas.
— eso tendría sentido —dijo más para sí mismo.
El pelirosa miro nuevamente las rosas y suspiro con desanimo.
— tengo que seguir pintando estas rosas para la reina pero este color... —negó— es demasiado fuerte, oscuro y exagerado y por más que trato de hacer mi tarea con amor no puedo, este color no me gusta —bufa con molestia.
— ¿Cómo te llamas? —pregunta curiosa.
— SeokJin, caballero perteneciente al ejército real de la reina, llamado en otros lugares el rey de corazones pero por el bienestar de todos no se lo digas a la reina.
— ¿Por qué pintas rosas si eres un caballero? —el mencionado se encoge de hombros— Mmmm bien, concuerdo contigo, SeokJin, yo prefirió una tonalidad más... pastel ya sabes... como el rosa —opino recordando al chico que vestía de ese color causando que ella sonriera inconscientemente.
— ¡¿verdad que si?! Todo se vería mejor si fuera de color rosa pero es una lástima, eso jamás será posible, no con ella en el trono.
En ese instante Alice entendió que la tan mencionada reina no era querida por nadie, ni siquiera por sus propios súbditos. Con temor de arruinar sus planes se atrevió a preguntar:
— ¿Por qué no te revelas en su contra? —Jin rio incrédulo.
— ¿estas demente? ¡Claro que no! aprecio demasiado mi vida como para cometer tal suicidio —niega— además... dudo que alguien tenga el valor suficiente para intentarlo siquiera.
Alice estuvo a punto de convencer al chico de que no era el único desconforme, de que había personas dispuestas a acabar con su dictadura, sin embargo, no pudo debido a que la interrumpieron.
— ¡atrápenla! —vocifero una voz desconocía provocando el pánico en Alice.
— ¿atrápenla? —Repitió confundido el pelirosa— no eres de aquí cierto —no era una pregunta.
— ¡adiós! —intento correr pero SeokJin la sujeto de su antebrazo.
Al ver que no había escapatoria decidió arriesgarse aun si eso implicaba que su plan se fuera a la basura.
— escucha, no eres el único Jin, conozco a personas que están más que dispuestas a terminar con todo esto, solo tienes que ayudarme porque yo... —Trago saliva no muy contenta con lo que iba a decir— yo soy Alicia.
— ¿Alicia? —fue todo lo que pudo pronunciar antes de que la capturaran.
Continuara
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