Capitulo 4
ya se que en la imagen tiene el cabello negro pero en mi imaginacion es morado :v
— ¡Un gatito! —chille emocionada.
— ¿es ella?
— sí, es ella —afirmo el castaño.
El chico de cabello morado y ojos dorados sonrió de una forma macabra antes de acercarse a mí flotando en el aire hasta que estuvimos cara a cara.
— así que... tu eres Alicia ¿eh? —y la magia del momento se fue al asco.
— alto ahí —le detuve— serás muy tierno y todo pero no me gusta que me llamen "Alicia" —masculle entre dientes.
— uh... que carácter ¿de verdad es Alicia? —pregunto el gato al conejo.
— sí, aunque... su nombre es Alice pero es lo mismo —se encoge de hombros.
— Claro, por lo menos ya sabe lo que tiene que hacer ¿verdad?
— Se lo he explicado todo anteriormente, ahora necesitamos que nos lleves con los demás, no podemos perder tiempo.
Me cruce de brazos, técnicamente pasaron de largo mi existencia pero está bien, lo importante es volver. Observe como ambos conversaban entre ellos hasta que note que el gatito hizo una seña y de repente, de la nada una rama del enorme árbol se estiro hacia abajo uniéndose con otras ramas hasta que se formó una peculiar puerta abriéndose al instante permitiéndome ver la salida del bosque, camine en esa dirección percatándome que mientras más lejos iba, los arboles iban disminuyendo siendo remplazados por césped verde y arbusto de distintos colores, creando una combinación de colores extraña pero a la vez agradable. Seguí el camino hasta que llegue a una casa de la cual provenía música, cuando estaba a punto de tocar la puerta sentí una mano en mi hombro causando que soltase un pequeño chillido por el susto mientras me giraba rápidamente encontrando con ambos chicos.
— ¡me han asustado!
— sí, ya nos hemos dando cuenta —contesta el gato con diversión— me gusta la potencia de tus gritos —sonrió pícaro.
— ¡Yoongi! Te un poco de respeto, todavía en una adolescente —le reprocho JungKook.
Ah... con que ese es su nombre.
— tú fuiste quien lo malpensó, conejo pervertido —sonríe petulante provocando que el rostro del castaño se tornara de color rojo.
— ¡yo no he malpensado nada! —responde indignado.
— Oigan... si saben que estamos en la puerta de una casa ajena ¿cierto? —mencione logrando que los dos dejasen de discutir.
— Lo mejor será que entremos no querremos causarle más sustos a la pequeña Alicia —yo resople en descontento al oír el nombre.
JungKook fue el que se acercó hasta la puerta para luego abrirla dejándome el camino libre siendo yo la primera en cruzar la puerta, luego Yoongi y por último el castaño. Caminamos por toda la extraña y peculiar casa hasta que finalmente llegamos al comedor encontrándonos con tres chicos, uno rubio de ojos azules con orejitas y colita de perrito, el otro era pelirrojo de ojos violetas este tenía orejitas pero no sabría decir de que son y el ultimo él era el que más llamó mi atención ya que a diferencia de los demás, él no tenía orejitas o alguna cola. Este chico vestía formalmente a su manera, peliplata de ojos verdes acompañado de un extravagante sombrero sobre su cabeza. Los tres al vernos pararon lo que estaban haciendo mas no se atrevieron a decir algo, pude ver la confusión y sorpresa en sus miradas pero aun así, seguían sin decir absolutamente nada. Kook al ver esto se aproximó hasta estar a mi lado seguido de carraspear atrapando la atención de todos.
— hemos llegado a casa de TaeHyung más conocido como el sombrerero loco, ellos son Jimin y Hoseok —los tres saludaron con sus manos sin mediar palabra y yo solo correspondí el saludo un tanto extrañada por sus actitudes.
— Bienvenida a tu nueva parada, Alicia —hablo Yoongi provocando que una vez más, yo bufara por el apelativo.
— ya te dije que ese no es mi nombre —me queje.
— ¡vaya! Definitivamente eres la Alicia con peor carácter que haya visto en mi vida —el gatito no dejaba de sonreir de esa espeluznante forma.
— y la más interesante por lo que veo —la voz ronca de uno de los chicos logro que detuviera cualquier plan de asesinato que se estaba formulando en mi mente y mirase al chico del sombrero quien sonrió de una manera un tanto coqueta— es un placer conocerte finalmente, Alicia.
Rodé los ojos.
— ¡ya he dicho que mi nombre no es Alicia! —proteste por millonésima vez en el día.
Continuara
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