*Alice*

Abrí mis ojos lentamente y lo primero que vi fue el techo de madera, me sente en lo que fue el colchón de la cama donde me encontraba que por cierto, sus sabanas y almohadas eran de tonos rosas, observe la habitación notando que sus paredes eran de colores claros, muy ordenada y espaciosa pero lo que atrapo mi completa atención fue el reflejo del espejo que apuntaba en mi dirección mostrándome a una chica que no soy yo... ¿o sí? Con curiosidad me levante para acercarme al espejo y poder verme mejor. No sé qué habrá sucedido pero esta no soy yo, bueno técnicamente podía reconocer mis rasgos faciales pero tenía ciertos detalles que recuerdo perfectamente no poseer, mi triste y grisáceo uniforme escolar había sido "modificado" ahora estaba vestida con una camisa de botones manga larga, encima de esta un chaleco de vestir negro acompañada una corbata color azul pastel, mi falda ahora era del mismo color de la corbata, mis zapatos habían sido remplazadas por botas oscuras que me llegaban un poco más debajo de la rodilla y el cambio más notorio era mi cabello rubio que ahora lo decoraba un mechón azul.

— Ya te diste cuenta ¿eh? —me sobresalte al escuchar la voz del castaño quien se encontraba a un lado de la puerta.

— ¿Dónde estamos?

— Esta es mi casa, oh bueno, aquí era donde vivía antes de ir a tu mundo e ir a buscarte —le mire confusa.

— ¿Buscarme? —pregunte sin entender.

— Sí, lo que te he dicho es cierto, realmente si te necesitamos, solo tú puedes hacerlo, Alice.

— Pero... ¿Por qué yo? —seguía sin comprender esa parte del asunto ¿Qué tenía yo de especial? Solo era un ser normal y común sin ninguna clase de habilidad sobrenatural que pudiese ayudarle.

— Porque eres su luz, eres la única que podrá acabar con el reinado de la reina —afirma seguro de sus palabras.

Si realmente deseo regresar a mi mundo tengo cooperar y cumplir con lo que me pide.

— Está bien —asiento— ¿Por dónde comenzamos?

— vamos al bosque, ahí encontraremos a un amigo mio, él debe saber dónde están los demás.

Luego de haber tomado el desayudo emprendimos camino en dirección al bosque en la búsqueda del amigo del conejo. Mientras caminábamos observaba a mí alrededor, el sitio era silencioso y pacífico, me pregunto porque no habrá nadie por aquí, tal vez los habitantes no eran fanáticos de pasear por el bosque. Al aburrirme de pensar mire al chico conejo quien caminaba a mi lado y me percate que el chico poseía una vestimenta un tanto más colorida que la mia, mire mi ropa y luego la de él notando que tenían ciertas similitudes en algunos detalles, aparte de su cabello castaño de mechones rosas, su orejas y esponjosa colita (no la he tocado pero apuesto todo lo que tengo a que debe serlo) el conejo estaba vestido con una camisa de botones blanca acompaña de un saco de vestir de una tonalidad rosa, unos pantalones cortos del mismo color que me presumían descaradamente en la cara que tenía unas piernas mil veces mejores que las mías haciéndole honor a su "especie" y por ultimo esos labios rojizos que hasta me daban envidia a mi ¡ni siquiera yo los tengo así!

— ¡Alice! —note que Kook me llamaba chasqueando los dedos frente a mí.

— ¿ah? –dije confundida.

— llevo cinco minutos diciéndote que hemos llegados ¿en qué andas pensando? —me miro sospechando que podría haberme mantenido tan entretenida en todo este tiempo.

— Nada —no le iba a decir que estaba mirándole más de la cuenta, claro que no, me moriría de la vergüenza.

— vale —dijo un tanto dudoso— ahí se encuentra la puerta —me señala una puerta de madera que se encontraba en un árbol, no le voy a preguntar que hace ahí, supongo que debe ser normal aquí.

Caminos hasta la mencionada puerta, observe como JungKook sacaba de su bolsillo una llave para luego introducirla en el cerrojo seguido de abrirla permitiéndome observar un bosque oscuro y tenebroso causándome escalofríos. Aquí afuera era tan brillante y cálido y ahí adentro era todo lo contrario, me acerque al castaño sujetando su brazo con algo de temor.

— tranquila, mientras yo este contigo no permitiré que nada te suceda ¿vale? —yo asentí.

Seguimos caminando no adentrándonos entre los arboles avanzando por ese escalofriante lugar hasta que llegamos a un enorme árbol y en lo más alto de este se podía ver la silueta de alguien.

— Finalmente volviste de tu misión, Kook —dijo la persona que se encontraba en lo más alto y por lo ronca que era su voz asumí que era un chico.

Lo siguiente que vi me dejo sin palabras...

Continuara ahre