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040.5

ADVERTENCIA: Otro cap con smut, no afectará la trama de la historia así que si quieres saltarla porque el contenido no es de tu agrado puedes hacerlo sin problema alguno. 

Taehyung sonrió, avergonzado.

— ¿Aquí? —preguntó dudoso.

— Aquí —Jungkook afirma, con una sonrisa peligrosa en sus rosados labios.

Kim se separa un momento de él, caminando hasta las puertas y ventanas del local, cerrándolas y cubriéndolas muy bien para que ningún ojo intruso pudiera descubrir lo que estaban a punto de hacer. Se giró con el cuerpo temblando porque él realmente no podía creer que estaba aceptando la propuesta de Jungkook, pero la idea lo excitaba y lo empujaba.

Jeon Jungkook era realmente peligroso para él.

Y estaba ahí, desnudándose como si nada luego de cerciorarse que Taehyung había terminado su labor. Le extendió una mano y Kim dio los pasos suficientes hasta que sus dedos se entrelazaron, el menor lo empujó hacia a sí, enganchando sus dedos en el pantalón del mayor y lo miró a los ojos de forma tierna.

— ¿Sí quieres hacerlo? Sabes que no es necesario...

— Quiero —Taehyung le detuvo al instante, sosteniendo su rostro para que pudiera ver en su mirada la determinación diluida con deseo en sus rasgados ojos.

Jungkook tembló, porque aquello era su producto: un Taehyung oscuro y sediento de su cuerpo. Un Taehyung que nadie más que él conocía, que él mismo se había encargado de sacar a la luz.

Y lo sintió más oscuro en cuanto Taehyung lo embistió con su boca, de forma agresiva y con hambre, como si creyera que fuera la última vez que probaría a Jungkook. Oh, Jungkook se encargaría de que esta no fuera la última vez. Se volvería su esclavo, así como convertiría a Taehyung el esclavo de su lujuria. Se volverían dueños del otro y no habría mayor temor en sus vidas.

Así que se dejó hacer en cuanto caminaron, sin dejar de besarse, hasta una pared y Kim le acarició la cintura desnuda. Jungkook se sintió demasiado primitivo cuando recordó que él estaba completamente desnudo mientras Kim seguía vestido. Sin embargo, no se sentía vulnerable frente a él, en realidad, sentía demasiado poder.

En lugar de vergüenza, sentía demasiado control.

— Te estás conteniendo demasiado...

Taehyung lo miró, deteniendo cada movimiento y Jungkook sujetó sus manos hasta posarla en sus muslos.

— Te he descubierto viéndolos por mucho tiempo cuando uso cortos en tu casa —Jungkook le confiesa — ¿Por qué te detienes tanto a ti mismo? Necesito que explores más, tú necesitas explorar más...

— Yo...

— Quiero que descubras qué es lo que más me gusta, donde debes tocarme y quiero que lo hagas sin miedo —dejó sus manos ahí, como señal de que tenía permiso y llevó sus propios dedos a desabotonar la camiseta del ajeno—. Eres lo suficiente observador para darte cuenta si algo me incomoda, confío en ti.

El mayor cerró los ojos cuando las uñas romas de Jungkook se deslizaron, arañando suavemente su abdomen plano, bajando tentadoramente hasta el inicio de sus pantalones, cerca de ahí donde era tan sensible. Entonces, sus propias manos cobraron vida y se cerraron lo más que pudieron en los muslos de Jungkook, apretándolos suavemente, sujetando los músculos y acariciándolos.

Jungkook abrió más las piernas desde su lugar, permitiéndole más acceso hasta que los dos se volvieron un lío de manos, ropa desarreglada y tirada por el suelo. El menor se acercó hasta su oreja, jadeando tácticamente en su oído, con el objetivo de volverlo loco.

Se detuvieron un momento para que Kim se colocara el condón y, de paso, aprendiera a preparar a Jungkook.

— Eso es... —Jungkook jadeó cuando un dedo se introdujo en él y gimió de forma satisfecha ante la calidez que el dedo del mayor emanaba en su interior—. Tienes dedos muy suaves, me gusta que estén dentro de mí... No tanto como tu pene, no creas que no disfruto demasiado eso de ti.

Taehyung cerró los ojos y apoyó la frente en el hombro de Jeon mientras su rostro se volvía rojo por las estimulaciones verbales que Jungkook le estaba entregando. Ni siquiera se dio cuenta cuando ya tenía dos dedos dentro, moviéndose en busca de ese lugar tan preciado para el menor. Un par de segundos y Jungkook le arañó los hombros mientras gemía audiblemente.

— ¿Ahí?

— Sí, ahí, solo ahí...

El castaño sujetó su barbilla.

— Gime dentro de mi boca.

Jungkook asintió, soltando un hombro para bajar la mano al miembro de Taehyung, no queriendo que su erección estuviese demasiado desatendida y que bajara. Sus labios se unieron desordenadamente y los dos comenzaron a estimularse mutuamente mientras gemían y salivaban en los labios ajenos. Jungkook soltaba maldiciones cuando Kim arremetía sin piedad contra ese punto y su cerebro se apagaba hasta el punto en que su mano quedaba estática en el pene de Taehyung. Una vez podía reunir sus neuronas, reanudaba su trabajo dando apretones mientras ascendía y descendía por el largo.

Se moría por darle una mamada, realmente deseaba sentir el peso y el calor en su boca.

Pero podrían dejarlo para otra oportunidad.

Cuando no pudo soportarlo más, sujetó la muñeca de Taehyung, deteniendo su movimiento mientras le pedía que entrara ya. El castaño obedeció, por lo que ambos se deslizaron hasta el suelo, con la espalda del azabache acariciándolo y sus piernas sobre los hombros de Kim. Este último se veía demasiado perdido y Jungkook se murió de deseo porque se encontrara, pero dentro de él.

— Dóblame más, y no te contengas —Taehyung le miró a los ojos mientras alzaba el trasero de Jungkook, sujetando sus piernas desde los muslos para empujarlas hacia el abdomen del menor.

La vista se le nubló mientras dirigía su miembro hacia la entrada dilatada y preparada que palpitaba esperándolo. Jungkook tembló de amor cuando Taehyung tomó un par de segundos para besarle las pantorrillas con mucha delicadeza.

Jungkook acarició sus brazos como pudo y se sujetó a ellos en cuanto Kim dio la primera embestida, entrando en él hasta la mitad. Iban a escucharlos, si dejaba que Taehyung volviera a hacer eso, definitivamente más de algún transeúnte los iba a escuchar. Pero ¿realmente importaba? Quería verlo, él realmente quería ver a su centrado, correcto y tímido Taehyung perdiendo los estribos mientras agitaba sus caderas sin ritmo contra su trasero en una búsqueda desesperada de llegar al orgasmo. 

Se contoneó suavemente para él, invitándolo a entrar hasta donde pudiese y llenarlo por completo. Kim apreció la oferta, no desaprovechándola en absoluto y adentrándose hasta que no pudo más. Los dos se quedaron sin aliento y, de pronto, Jungkook clavó sus uñas en los brazos del contrario cuando dio rienda suelta a su instinto y deseo.

El sonido de la piel chocando con piel de forma agresiva combinada con sus gemidos, los gemidos ajenos y el placer que los abrazaba apagaron las neuronas de Jungkook y su cuerpo se aflojó por completo, dándole libre albedrío a su Taehyung para que lo tomara como quisiera.

Sus ojos se esforzaron en mantenerse abiertos para disfrutar y no perderse ni un solo detalle de la expresión de Taehyung; rojo, sudando, dientes apretados que se abrían de vez en cuando para gemir descontroladamente, ojos cerrados, cejas pobladas y fruncidas como si no pudiese soportar esa deliciosa sensación que apresaba su miembro y desembocaba en su abdomen, listo para ser expulsado en el condón.

Aquello le provocó a Jungkook unas ansias que Taehyung le clavara los dientes y eso lo hizo congelarse en su lugar: Taehyung estaba creándole escenarios que jamás se atrevió a imaginar con nadie más. De pronto la idea de Kim empujando su cabeza con cierta dureza contra su miembro, o sus elegantes dedos castigando su trasero y muslos o sus dientes en sus pezones torturándole no le pareció mala idea y quiso saber que se sentiría tener a Kim marcado no solo en su corazón, sino también su piel.

Por la intensidad en la que estaban practicando, llegaron rápidamente al orgasmo y Taehyung bajó sus piernas con sutileza, cerciorándose de que no lo había lastimado. Jungkook parpadeó varias veces, sintió al otro salir y lo sujetó de la muñeca.

— Ven, mimémonos —le pidió, recordando las palabras de Nayeon.

El mayor se vio confundido, pero Jungkook empujó su cuerpo hacia a él, abrazando su torso con las piernas temblorosas, acariciando su espalda y besando sus hombros desnudos, sintiendo como luego de eso Taehyung le regalaba besos en el cuello donde había buscado refugio. Se miraron a los ojos un momento antes de sonreírse y comenzar a besarse de forma profunda, manos yendo de arriba hacia abajo en caricias llenas de ternura y agradecimiento al otro por haber entregado su cuerpo en manos ajenas.

Lo invitó luego a que se limpiaran mutuamente entre besos, abrazos y cosquillas. Jungkook no soltó sus labios ni cuando terminaron de vestirse y se preparaban para salir de ahí.

— Qué bien follas, Kim Taehyung.

— Tu cuerpo me inspira.

Y volvieron a besarse. 

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