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040

Hoseok alzó ambas cejas totalmente sorprendido con el trabajo de Kim Taehyung. Jungkook tenía el pecho inflado en orgullo presumiendo que tenía al mejor pintor en su vida. El mayor no podía dejar de ver la obra de arte del castaño y es que el azabache la había colocado justo en el centro de la mesa donde ambos comían, queriendo que cualquier persona que viera desde la puerta del apartamento viera su regalo.

— ¿Cuánto cobra por esto?

Jungkook estaba sentado en el sofá con las piernas arriba y miraba a Hoseok con un brillo bonito en sus ojos.

— Fue un gratis para mí —soltó de forma engreída y Hoseok se ríe de él.

— Pregúntale, por favor, me gustaría darle algo así a Yoongi para su cumpleaños —confesó sin dejar de mirar la pintura—. En increíble, ¿por qué demonios está en administración de empresas?

— Sus padres.

Hoseok asintió.

— Te daré la dirección de su trabajo, también, por si quieres ir a escoger la planta tú mismo —Jungkook le dijo.

— ¿Ya has ido a su local?

— Sí, es bonito y acogedor —Jungkook confesó, trabajando en su celular para mandarle a Hoseok la dirección y las fotos del local—. Taehyung siempre da esa sensación y en cualquier lugar donde esté; su casa, su local... Sus brazos.

El mayor lo miró de forma curiosa ante lo último, unas sospechas levantándose en él, pero estaba equivocándose, ¿verdad? La última vez lo había hecho y había ofendido a Jungkook sin intención. Decidió ignorar sus ideas, no queriendo dañar su amistad con su mejor amigo de nuevo y se acercó a él, sentándose a su lado en el sofá.

— Taehyung debería promocionarse en las carteleras de la universidad; su trabajo es impecable —Hoseok murmuró mientras veía las fotos en el chat de Jungkook, el menor asintió.

— Simplemente le avergüenza; Taehyung no es fan de alardear de lo que hace, prefiere guardárselo para sí —y luego añadió: —. Es un tonto.

— Ya, pero tú así lo quieres.

Lo siguiente arrasó con la mente de Hoseok.

— Lo adoro.

Lo soltó con una naturalidad, con un afecto, como si Hoseok estuviese hablando de Yoongi. El pelirrojo lo miró de forma profunda, pero Jungkook no se había inmutado; como si aquello fuese lo más normal del mundo. Probablemente lo era: no había nada de malo hablar de esa forma o adorar a tus amigos, sin embargo, el tono de Jungkook tenía otro matiz.

Desde que habían sido amigos, Hoseok lo había escuchado hablar de Mingyu y de los otros chicos fallidos con cariño y dulzura. Jungkook le había dicho que los quería, que dolía tanto quererlos. Nunca había usado la palabra amor, y se había preguntado si lo había hecho para evitar verse patético por amar a alguien de forma unilateral o porque algo en su interior muy en el fondo le decía que él realmente no los amaba, que simplemente amaba la actuación de un personaje únicamente hecho para enredar a Jungkook.

Ahora, Hoseok tenía una respuesta: Jungkook nunca había amado a esos chicos, o, al menos, no completamente. Con Taehyung solo tenía una amistad, pero la forma en que había dicho que lo adoraba era muy diferente a como Jungkook le decía a él que lo adoraba, que lo quería o que lo amaba.

Porque sí, ellos dos se amaban.

Pero Hoseok sabía que él tenía un lugar en la vida de Jungkook que nadie podía arrebatarle, ni siquiera el mismo Taehyung. Ahora, puede que Taehyung se estuviese haciendo un lugar propio también, un lugar más... Romántico.

¿Lo vería Jungkook como un amor imposible? ¿Cómo un amor platónico?

¿Por qué se lo negaría si sabía lo que Taehyung sentía por él? ¿Miedo a perderlo como un amigo? ¿No creía que fueran del todo compatibles? ¿Creía que solo estaba confundiendo las cosas? ¿Temor a pasar lo mismo que con los otros chicos?

Jungkook ya antes le había dicho que creía estar gustándole Taehyung, pero ahora Hoseok pensaba que él realmente estaba enamorado del castaño, no simplemente en un "creer" ni tampoco en un "gustar."

— Jungkook.

— ¿Uhm? —Jungkook estaba ensimismado en su celular, lo que era normal esas últimas semanas porque él estaba avanzando en su trabajo final de cuatrimestre y se estaba basando en investigaciones en Internet y lo que encontraba en las bibliotecas.

— ¿Te enamoraste de Taehyung?

Jungkook no lo miró, y no dudó en responder.

— ¿Es muy obvio?

Entonces, no se había equivocado.

— ¿Y no harás nada? No... no te estoy presionando, solo es curiosidad —añadió con rapidez.

— ¿Tú piensas que yo podría ser bueno para Taehyung? —Jungkook devolvió, bajando ahora el celular y mirándole a los ojos.

Hoseok atisbó mucho miedo en los ojos chocolate de Jungkook, mucha inseguridad y entonces se sintió furioso porque ahora que un chico decente y bueno se había enamorado de Jungkook y que era correspondido, Jungkook tenía miedo de escalar a algo más porque patanes como Mingyu se habían esforzado en romperlo, día tras día.

No solo le habían destrozado el corazón, también le habían hecho añicos su confianza y su reputación frente a todos, quedándose ellos como héroes y Jungkook como un fácil e ingenuo, como alguien que parecía enamorarse solo por una buena follada cuando había existido mucha manipulación detrás de aquello.

— Jungkook...

— Taehyung es muy lindo; es inteligente, gracioso, detallista, atento y mantiene un control en su vida no de forma obsesiva, sabe lo que quiere y para donde ir... ¿Crees que esté bien que tenga a alguien tan inestable como yo dentro de su pacifica vida?

— ¿Te ha dicho que le has dejado de gustar? ¿Te está tratando diferente ahora que te conoce? ¿Piensas que él ha perdido el interés porque sabe de todo lo que acarreas por culpa de alguien más? ¿Te ve él como un problema, Jungkook?

Jungkook pensó que en realidad parecía que a Taehyung le gustaba que él fuera su problema personal metiéndose en su casa, en su cama y en su corazón.

— No.

— ¿Entonces? ¿Por qué no lanzarte? —Hoseok le sonrió—. Te aseguro que Taehyung va a atraparte.

Sin embargo, algo aún mantenía a Jungkook con ciertas dudas.

— ¿Jungkook?

— Hoseok, creo que Taehyung piensa que me gusta Namjoon.

Hoseok conocía a Kim Namjoon, al igual que la mayoría de las personas en la universidad: alto, guapo, inteligente y con una forma de expresarse correcta. Era un ejemplo a seguir para muchos, algunos chicos le tenían envidia y había miles de chicas suspirando por él, aunque Namjoon estaba demasiado concentrado en sus estudios como para iniciar una relación.

Y había algo más: era el chico ideal para Jungkook según los gustos de su mejor amigo.

— Bueno... Es de tu tipo.

— Sí, pero no... No me gusta —le asegura.

— Yo no he dicho que lo hagas, pero a lo mejor... A lo mejor lo miras de cierta forma —Hoseok se encoge de hombros—. Como cuando miras a una celebridad: con afecto y admiración.

Jungkook lo meditó por un momento.

— ¿Crees que Taehyung no quiera... estar conmigo por eso?

— Te apuesto por tu maceta que sí.

Taehyung alzó en alto sus cejas cuando Hannah le mostró lo que había vendido durante ese par de horas en las que él no estuvo y la felicitó enormemente, argumentando que su belleza seguro atraía a la clientela. Su prima le sonrió de forma avergonzada y le dio un manotazo en la mano cuando Taehyung palmeó su cabeza para felicitarla.

El castaño le sonrió de forma profunda porque Hannah se veía muy diferente desde que había empezado a trabajar ahí; tenía una nueva rutina, socializaba con los clientes frecuentes, ganaba dinero y se veía radiante por ello. Más de alguna vez la había pillado retocándose el maquillaje, un hábito que había retomado recientemente y le agradaba saber que había ayudado un poco a que su prima saliera adelante.

Se tomaron un café y un té durante la tarde mientras esperaban a más gente. Comieron un par de pastelitos hechos por la tía de Taehyung y luego se dedicaron a reorganizar la tienda, aunque Taehyung no se veía del todo cómodo con el resultado.

— Necesitamos darle una pintada a la tienda —murmuró de pronto. Luego acarició los tablones que sostenían las plantas en macetas y suspiró—. También tablones; estos están desgastándose.

— Encontré un par de goteras, por cierto —ella añadió, no queriendo preocuparlo más, pero sabiendo que era responsabilidad de él al ser el propietario del local.

Taehyung le pidió que se las señalara y luego esperó a que comenzara a llover para verlas de forma más precisa. La lluvia no fue tan fuerte, comenzó a eso de las seis de la tarde y Hannah ya se estaba despidiendo de él, tomando un paraguas para irse a casa cuando soltó un adorable:

— ¡Hola, Jungkook!

El castaño casi se cae del banco en el que estaba subido cuando escuchó aquel nombre y se giró para encontrarse con Jungkook saludando a Hannah. Su cabello estaba levemente húmedo y tiritaba también. Su prima le pasó una toalla de las que guardaba en el almacén y compartieron un par de palabras hasta que la madre de Hannah llegó a recogerla.

— Hola, ¿qué haces aquí?

— Quería verte.

— No cogiste paraguas —Taehyung le regañó con suavidad antes de tomar la toalla en sus manos y secarle el pelo con cuidado. Jungkook le sonrió con ternura.

— Vine en un impulso.

Taehyung le miró a los ojos, curioso y se sorprendió cuando el menor dio un paso más hacia a él, lanzándose por sus labios. Fue un beso agresivo al inicio, pero que se calmó hasta que Jungkook lo dio por terminado y le sonrió.

— Hola.

El castaño soltó una risa melodiosa ante aquello y estrechó a Jungkook entre sus brazos, acariciando su espalda con toques suaves, hasta que Jungkook mordió el lóbulo de su oreja.

— ¿Ya estás cerrando?

— Sí, solo estoy checando unas goteras para que me arreglen el techo —murmuró—. ¿Te apetece ir a comer bolas de pulpo conmigo?

— Todo lo que sea contigo me apetece —Jungkook respondió, mirándolo sin soltarse de su agarre—. ¿Y si cierras el local y tenemos sexo antes de irnos a comer?

Qué directo.

Taehyung tosió un poco avergonzado, un poco atontado antes de sonreírle a Jungkook con un poco de nerviosismo, mirando a su alrededor.

— ¿Aquí?

— Aquí.

— Dios, Jungkook, estás loco.

— Y eso te encanta.

Salieron del local una hora luego cuando por fin terminaron de limpiarse y de no apestar por lo que evidentemente habían hecho. Jungkook lo sujetó de la mano y caminaron hacia un local cercano para comer las bolitas de pulpo, tomaron un par de cervezas y luego sus dedos se enredaron sobre la mesa, sonriéndose bonito entre la plática hasta que Kim le ofreció llevarlo a casa.

Le pareció extraño que Jungkook no le dijera que iba a dormir en su casa, pero lo dejó pasar, no teniendo la menor idea de que el azabache pensaba confesar sus sentimientos.

— ¿Cómo va tu proyecto del centro comercial?

— Va de maravilla; solo me falta darle unos últimos retoques y podré entregarlo.

Quedaba poco para que el ciclo terminara y los alumnos pudieran tomarse merecidas vacaciones, por lo que tanto ellos como sus amigos estaban dando lo máximo, completamente estresados ante los últimos trabajos donde sus profesores se encargaban de recordarles que les quedaba poco.

— ¿Qué harás en vacaciones?

Jungkook preguntó, entrando ambos al subterráneo para tomar el metro. Jeon se giró hacia a él, mirándolo con grandes ojos y con su ticket en manos.

— Creo que viajaré a Daegu con mis padres, por una semana entera; iremos a ver a algunos familiares —lo mira— ¿Tú tienes planes?

— Pasaré un fin de semana en casa de mis padres.

Era la primera vez que Jungkook le mencionaba a sus padres. Taehyung nunca quiso preguntarle, no queriendo incomodarlo porque si una persona no mencionaba cierto tema, era por algo ¿no es así? Taehyung siempre prefería esperar hasta que el mismo Jungkook tocara la materia esperando que el otro no se sintiese mal porque no preguntase por ello.

No es que no estuviese interesado, es que no sabía si estaba bien cuestionar.

— Oh —Taehyung responde de forma simple, mirando la gente esperar su metro también.

— ¿Nunca has tenido dudas acerca de mi familia? —se miran.

— Sí, las tengo, es solo que no sé si es algo de lo que quieras hablar.

Jungkook se acercó a él, besándole con mucho entusiasmo y cariño, acariciando su barbilla con dulzura al terminar.

— ¿Te gustó?

— S-sí —Taehyung tosió.

— Pues así me gustan tus palabras, tus gestos y todo en ti, en general.

El mayor aparta la mirada, abochornado y con las orejas rojas antes de llevar una mano hacia la de Jungkook y apretarla en la suya, acariciándola luego con su pulgar.

— Es difícil de decir; mi padre es abogado y pasa constantemente trabajando, y mi madre es una empresaria. Mi relación con mi papá está un poco deteriorada y con mamá... Bueno, ella me quiere y me lo ha demostrado, pero ella en general es muy fría y se preocupa más porque tenga todo a que tenerla a ella a mi lado.

Los dos guardaron silencio, porque Taehyung no sabía qué decirle ante aquella confesión.

— Entonces sí te ama mucho. Quizá... Quizá hay cosas en el pasado de tu madre que la llevan a actuar de esa forma, como a todos... —lo mira y le sonríe—. Pero al menos ella se ha esforzado mucho para darte a entender que eres importante para ella.

— Lo sé; ella es muy cerrada, así que valoro mucho cada gesto que tiene conmigo. A veces he pensado en tener una madre más cariñosa, cálida y hogareña, pero mi madre no es mala —se encoge de hombros—. Así que siempre pido por ella cuando puedo, y siempre trato de agradecerle lo que ha hecho por mí. Ella fue la única que me apoyó cuando le dije que quería estudiar en esta universidad, no dudando en pagar el apartamento que comparto con Hoseok.

— Realmente te adora y la comprendo; eres muy especial Jungkook.

Jungkook sonríe suavemente, de pronto viéndose un poco apagado.

— Solo... Mamá no sabe que soy gay y tampoco sabe lo que me ha pasado...

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