036
Bueno, les dejo este otro capítulo porque el otro es medio aburrido, medio pesado, pero necesario según yo (? Así que para que sientan que no han esperado por nada:
Tres días después, Yugyeom le pidió disculpas en medio de un pasillo, por la tarde.
El chico había terminado su entrenamiento por ese día y Jungkook estaba saliendo de terapia. Se habían encontrado porque para ir al estacionamiento Yugyeom tenía que pasar por el edificio de psicología. En ningún momento Jeon creyó que se le acercaría para pedirle disculpas, o que se le acercaría siquiera, por lo que Jungkook siguió caminando con normalidad, aunque lo había visto caminando hacia a él. Yuyeom lo detuvo plantándose delante de él y mirándole con cierta vergüenza.
Lo siguiente que le dijo podría resumirse a un: "Lo siento por todas las veces que fui testigo de como te abusaban y no moví ni un solo dedo. Y lo siento por incomodarte con mis miradas y mi actitud. No espero que me perdones, pero solo quería que lo supieras."
Jungkook lo perdonó, no porque lo había convencido, pero realmente Yugyeom nunca le había hecho nada más que ignorarlo. A lo mejor sí que pudo haberle ayudado en varias ocasiones, pero Nayeon y Hoseok también y si los había perdonado, ¿por qué a Yugyeom no?
Él simplemente había reflexionado que no perdonaría jamás a Mingyu y a todos los chicos que se convirtieron en sus verdugos, tanto como con los que se acostó, como con los que se han burlado y lo han agredido en su día a día.
Y no, Jungkook y Yugyeom no se volvieron mejores amigos. Ni siquiera amigos, simplemente siguieron su vida como conocidos que solo tenían una persona en común, como siempre. La diferencia ahora era que Yugyeom lo respetaba y que, al parecer, ya no permitiría que lo agredieran frente a él.
Afortunadamente, esas situaciones ya no pasaban demasiado: Jungkook ya no pasaba demasiado tiempo solo. Antes Jungkook caminaba solitario por los pasillos, muy raramente caminando con Hoseok. Se mantenía estudiando por su cuenta en una mesa entera para sí solo en la biblioteca y se sentaba en el pasto a estudiar sin compañía. Eso lo volvía un blanco fácil de atacar.
Ahora, acceder a Jungkook para hostigarlo parecía ser más complicado: caminaba por los pasillos con Taehyung, Nayeon, Jimin o Soojin. Se sentaba en el pasto a estudiar con su amiga o con todo su grupo de amigos, dependía del día y en la biblioteca solía pasar el rato con Namjoon y Seokjin. Hoseok se le unía para almorzar tres veces a la semana, también.
Así que la única manera de molestarlo era dentro de las aulas y tampoco era sencillo teniendo en cuenta que solo podía ser en ausencia del profesor, es decir desde cinco a diez minutos al inicio y al final de la clase, todo dependía de cuanto tardara Jungkook o el mismo profesor en ingresar o evacuar el aula.
— A veces la gente suele decir que no hay que depender de los demás —el doctor Kung le dice en otra sesión—. Te plantean el buscar ayuda en otras personas como algo incorrecto; te dicen que debes ser autosuficiente, que has venido solo a este mundo y debes hacerle frente a todo tú solo. Añade la frase "no puedes dejar que tu felicidad dependa de otras personas."
El día es soleado, hace calor y Jungkook no había tenido un buen humor ante ese hecho, pero ahora que había entrado a la consulta, había recibido un subidón de energía en cuanto su psicólogo le sonrió. El señor Seungmin era como esos abuelos de películas para niños donde son adorables y tiernos, lo que reconfortaba mucho a Jungkook.
— Y por supuesto que nuestra felicidad no depende de las personas, pero tampoco depende completamente de nosotros ni de una sola cosa. La felicidad es compleja; está formada por diferentes factores como... como tus pasatiempos, la música, el arte, la comida, tu familia o tú mismo —Jungkook asiente—. Recuerda que también somos seres humanos y por naturaleza solemos ser seres sociales, entonces, necesitamos amigos, familia, necesitamos humanidad. Así que no puedes venir y decirle a la gente que afronte sus problemas solo. Hay una enorme diferencia entre tener dependencia emocional a tener apoyo.
» Mírate, Jungkook; me has dicho que has mejorado mucho, que tu vida ha cambiado y se ha vuelto maravillosa ahora que te rodeas de personas buenas. ¿Adivina qué? Lo has hecho tú solo, pero también con apoyo: eres capaz de levantarte, pero unas palabras de ánimo, un abrazo cálido y reconfortante o un beso en el rostro no le viene mal a nadie. Son incentivos. El amor es un incentivo para continuar.
El amor, Jungkook, es real. ¿Sabes cuál es el más poderoso? El propio. Y sí —el doctor se inclina hacia adelante, mirándole a los ojos—. Depender emocionalmente de alguien suele ser más sencillo, porque el amor propio es muy cansado. Pero aún así, Jungkook, no quiero que te rindas. Quiero que sigas hasta que un día puedas irte de este consultorio y decirme un "hasta pronto" en lugar de "nos vemos la próxima sesión". Quiero verte salir sabiendo que tendrás malos ratos, malas experiencias, pero que serás capaz de afrontarlas y pedir ayuda cuando lo creas necesario.
Eso es lo que quiero Jungkook, quiero que ames con locura tu cuerpo, tu mente y tu corazón. Que seas consciente que tienes defectos como todo ser humano, pero que estos solo te detendrán para una cosa: cambiarlos, no para arruinar toda tu vida o toda tu autoestima. Eso es lo que quiero «
Y Jungkook se estaba esforzando mucho.
Al final del mes descubrió que su esmero estaba teniendo resultados, porque la salida que iba a tener con sus amigos en el boliche finalmente llegó y, en lugar de sentirse nervioso, se sintió ansioso por divertirse. Ni siquiera pensó tanto en cómo vestirse, preguntándose si iba de acorde a la salida o no. Solo se puso lo que quiso y salió disparado hacia la estación de autobuses.
Jungkook llegó a la bolera quince minutos antes de lo acordado. El lugar tenía dos pisos: la primera planta para jugar boliche y la segunda para consumir alimentos, bebidas y mantenían un par de máquinas de recreación. Cuando atravesó las puertas de vidrio doble se encontró con la zona de comida y descubrió que solo Namjoon había llegado porque lo divisó sentado sobre una de las mesas mientras miraba su celular.
De no estar en terapia, Jungkook hubiese salido del local hasta esperar por Taehyung o Jimin, pero, en lugar de ello, caminó a paso seguro hacia Namjoon. El contrario levantó la vista de su celular y le otorgó una sonrisa bonita como saludo. Jungkook respondió con un gesto de sus manos y se sentó frente a él. De inmediato, Namjoon puso varios temas sobre la mesa logrando conocerse un poco más a profundidad ambos.
Por un momento, ambos se dedicaron a hablar acerca de sus estudios, por lo que terminó escuchando una bonita cátedra del mayor acerca de su tesis. Luego hablaron acerca de música y por último de comida antes de que Jimin y Soojin llegaran tomados de la mano.
Un minuto luego entró Seokjin al local con su fascinante y atractivo rostro llamando la atención de varias personas en el local y por último llegó Taehyung. Y aquello invitó a Jungkook a reírse más fuerte, a hacer más chistes y a platicar aún más. Taehyung solo le daba demasiada confianza.
Las cosas con él no tenían comparación; sabía que Hoseok era su mejor amigo, que podía hablar cualquier tema con él, pero con Taehyung todo era tan diferente. Nunca en la vida había podido imaginar a una persona como él existiendo como si nada, como si ser Taehyung fuese lo más natural del mundo. Y, de pronto, en un momento dado, su mano buscó la de Kim, enredando sus dedos con los delgados y sintiendo un leve apretón otorgado por el otro.
— Estás muy lindo con esa ropa y con ese ánimo —le confesó mientras bajaban a la primera planta para jugar boliche.
Los demás iban delante de ellos, riéndose de cosas absurdas y compartiendo chistes. Jungkook le sonrió a Taehyung con las mejillas rosas, pero en lugar de apartar la mirada, buscó los ojos de Taehyung encontrándose con un pozo de sinceridad y dulzura. Dios, como amaba la mirada que le entregaba.
— Tú también estás muy lindo —le devolvió.
De pronto, Jungkook se detuvo, obligando a Taehyung a detenerse también, quien lo miró confundido antes de recibir un beso suave en los labios por parte del menor. Se separaron pronto, porque había sido corto. Jungkook le echó los brazos al cuello y lo abrazó fuertemente sintiendo las manos de Taehyung rodear su cintura.
— No has saludado correctamente a tu novio —le reclama en un murmullo Jungkook.
— Namjoon estaba cerca, creí que no te gustaría que nos viera.
Eso fue suficiente para que la magia entre ellos se acabara en un parpadeo. Jungkook no lo soltó, pero sí se separó levemente, mirándole con una expresión anonadada.
— ¿Qué acabas de decir?
— Creo que nunca lo hemos hablado, pero me parece que te gusta Namjoon, así que no quiero quitarte la oportunidad de estar con él.
Jungkook frunció el ceño, deshaciendo la unión de sus cuerpos por completo y pidiéndole que fueran junto a los demás. Taehyung cerró los ojos sintiéndose un poco tonto por haberle dicho eso en medio de una interacción poco amistosa entre ellos. Sin embargo, no pudo pedirle disculpas a Jungkook de forma correcta porque llegaron junto a los demás para comenzar a jugar.
Se dividieron en dos grupos para formar una mini competencia y se decidió que el equipo que perdiera invitaría al otro por unas bebidas em un bar que se encontraba al lado de la bolera. Jungkook terminó haciendo equipo con Namjoon y Soojin.
Durante el juego, descubrió que Jimin era muy bueno al boliche, así que ambos se fundieron en una competencia que los demás terminaron por ver desde lejos, vitoreando y animando para que alguno terminara ganando. Al final, Jungkook realizó dos chuzas, elevando el marcador y ganando de forma definitiva.
— ¡Eso, Jungkook! —Soojin celebró, corriendo hasta a él y abrazándolo con fuerza.
— Te recuerdo que yo soy tu novio —Jimin se quejó con un pequeño berrinche, ofendido por haber perdido contra Jungkook.
Como sea, luego pasó un brazo sobre los hombros de Jungkook, felicitándolo por su talento para jugar boliche. Jungkook lo felicitó también y luego añadió que se alegraba de saber que por fin estaba saliendo de forma oficial con Soojin. Jimin le sonrió y le contó como había sido todo mientras el grupo de amigos se dirigían al bar luego de haber pagado todo lo que hicieron y consumieron en la bolera.
No era demasiado tarde, aún eran las 9 y 30 cuando salieron hacia el bar. Ahí dentro se estaba más cálido, con la gente bailando en la pista, llenando las barras y las mesas más la música pegadiza y bailable. El grupo de amigos tomó una mesa, quitándose los abrigos y esperando a que el mesero se acercara a ellos.
Los ganadores fueron bastante amables con los perdedores, no exigiendo bebidas demasiado caras, pero que aún fueran buenas. Taehyung, por su parte, solo pidió una. Nadie se lo cuestionó porque la mayoría sabía de antemano que era porque no solía beber.
No fue la misma historia para Jungkook y Jimin, quienes empezaron a beber como si de agua se tratara.
Taehyung vio una, dos, tres... Hasta seis vasos pasar por la garganta de Jungkook como si nada. De Jimin se lo esperaba, pero de Jungkook le sorprendió un poco. Soojin los siguió con cuatro vasos y Jin y Namjoon con tres. La segunda ronda fue pedida de tequila por sugerencia de Jimin y apoyado por su novia y por Jungkook.
— ¿No bebes porque no te gusta o porque no confías en tu versión ebria?
Jungkook se le acercó de pronto y Taehyung detalló sus mejillas rojas, sus ojos cristalizados y su expresión levemente perdida. Se veía más animado, como si el alcohol lo ayudara a soltarse y se sintió aliviado que se acercara a él porque había puesto distancia desde las escaleras en la bolera.
— No me gusta porque es muy amargo. Sabe horrible.
Jungkook le sonríe, negando suavemente antes de tomar un vaso con tequila. Taehyung observó la sal en los labios del vaso de vidrio y el limón en la mano de Jungkook. Sorpresivamente, Jungkook le entregó el limón.
— ¿Me ayudas?
¿Ayudarlo con qué?
Terminó asintiendo, sujetando el limón entre sus dedos, pero Jungkook parecía tener otros planes porque negó con voz pequeña antes de quitarle el limón y ponerlo entre los labios de Taehyung. El mayor no pudo moverse, frunciendo el ceño curioso y observando como Jungkook lamía toda la sal de los labios del vaso, tomaba todo el tequila de un trago.
Lo siguiente fue en cámara lenta para Taehyung; Jungkook se deslizó hasta a él, hacia su rostro con cuidado y cauteloso acechando sus labios. Su boca se abrió y mordió el limón de sus labios sin lastimarlo, delicado, suave y posando una mano sobre el muslo de Kim para apoyarse.
Cuando terminó, no se separó de él. No, solo se inclinó hacia su mejilla, besándola con suavidad y con extremo cariño.
— Vamos a bailar —le pidió en un murmullo.
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