032
Su salida con Nayeon estaba planeada días antes de la salida con sus amigos, Soojin, Namjoon y Seokjin. Por lo que de pronto Jungkook llega al jueves, por la tarde, al centro comercial para esperar en el lugar acordado a la chica. Nayeon le ha mandado un par de mensajes informándole que ya estaba saliendo de casa y que llegaría pronto porque Yugyeom la llevaría.
Jungkook espera.
Quince minutos luego, puede ver a Nayeon corriendo hacia a él entre las personas que pasean por los pasillos del lugar. Ella lleva una falda de paletones de cintura alta, un top amarillo y una chaqueta blanca sobre los hombros. Es encantadora, Jungkook piensa.
La contraria tiene una enorme sonrisa y, tomándolo desprevenido, se acerca hasta a él para darle un abrazo.
No es un abrazo largo, ni demasiado íntimo o profundo. Solo son los brazos de Nayeon rodeándole de forma rápida, como una presentación antes de soltarlo sin respuesta ajena porque Jungkook no supo donde poner sus manos.
Jungkook sonríe, nervioso y sorprendido por la acción. Nayeon comienza a parlotear acerca de que había un poco de tráfico, de que el clima le parecía increíble y Jungkook no sabe qué decir porque la chica cambia de tema a cada momento. Cuando su monologo se detiene, su mirada parece estudiarlo, logrando que Jungkook se tense suavemente.
¿Qué estaba pensando?
Ella volvió a mirarlo a los ojos, sonriendo aún más.
— ¡Ah! ¡¿Por qué no te habré hablado antes?! —expresa dejándolo confundido— Te he hablado como un perico y no te has quejado en un solo segundo; me agradas. Soy una tonta por haberme dejado llevar por los rumores.
Jungkook parpadea múltiples veces antes de encontrar su voz. Descubre que ahora ha tardado menos en encontrar valor para hablar y aquello habla muy bien de su avance, de que está teniendo un cachito de confianza en sí mismo.
Lo hace feliz.
— Bueno, tampoco es que yo haga mucho para cambiar eso.
Nayeon parece disconforme con su respuesta y lo invita a caminar para ir a buscar algo qué hacer en ese lugar. Caminan el uno al lado del otro, cerca, pero sin tocarse. Ella parece estar buscando las palabras correctas para hablar, como si, hasta cierto punto, estar ahí con Jungkook la pusiera nerviosa.
— No está bien que trates de hacerme sentir mejor, Jungkook —ella responde de forma muy seria—. Debí abrir los ojos antes y formar mi propio criterio. Pero solo seguí a los demás sin dudarlo.
Jungkook no sabe qué decir, pero se siente reconfortado; a lo mejor podía formar, por lo menos, una pequeña amistad con Nayeon, de esas con las que hablas de forma esporádica, que ves por los pasillos y le sonríes, que te devuelve la sonrisa y sabes que puedes pedirle algún favor y dejar que te pidan algo a ti también. Una amistad no muy profunda, pero real.
Así que le habla a Nayeon con sinceridad.
— Pero me estás hablando, y agradezco eso.
La chica lo mira desde abajo, con una sonrisa amable, dulce y real antes de asentir fervientemente y preguntar qué era lo mejor que podían hacer ese día.
Jungkook no sabe por qué, pero ofrece algo demasiado sencillo: comer un helado.
De pronto se siente un poco estúpido con esa propuesta, porque a lo mejor Nayeon esperaba que la impresionara. Seguro comía helado con su novio cuando quería. Quizá ni siquiera le gustaba el helado. Podía ser intolerante a la lactosa y Jungkook estaría metiendo la pata de manera descomunal. Mas no pudo evitarlo: las cosas con Taehyung eran lentas y sencillas, lo que las volvía perfectas pues les permitía charlar, conocerse, compartir ideas y mirar las expresiones ajenas ante lo dicho.
Los conectaba.
— ¡Sí! Me gusta el helado —ella interrumpió sus pensamientos y los caóticos escenarios que se estaba haciendo—. ¿Te gusta el de yogurt? Hay un local que hace unos helados increíbles.
— S-sí.
— Vamos, entonces.
El centro comercial no está demasiado lleno. Siendo jueves y la hora que era, la mayoría de las personas se encontraba en sus trabajos y llenarían el lugar a la hora de la cena. Durante la tarde, mientras no fuera fin de semana o viernes, los únicos visitantes serían estudiantes, adultos mayores y algún que otro adulto que no tuviese nada qué hacer. No había demasiada diversidad de personas, así que cuando entraron al local de helados pudieron escoger la mesa que más les gustó, una que estaba a fuera cubierta por una sombrilla gigante y desde la cual podían ver varios rascacielos de Seúl.
Jungkook tenía mucha suerte de que Nayeon fuese alguien extrovertido, porque la chica se encargó de poner sobre la mesa los diferentes temas que podían hablar.
No profundizaron demasiado, no porque no quisieran, si no porque ninguno de los dos quería quedarse sin la oportunidad de poder establecer otra salida, sobre todo porque, a medida que la conversación fluía, ambos dejaron de sentirse nerviosos. Se pudieron relajar y hacer uno que otro chiste.
Jungkook se mentalizó que debía enviarle un mensaje a Taehyung como agradecimiento, porque de no haberlo conocido y si Taehyung no hubiese tenido la paciencia que tuvo, seguramente su salida con Nayeon hubiese sido un total fracaso. En cambio, ahora estaba de camino hacia un restaurante de asados para comer algo caliente y beber algo refrescante.
El lugar es grande, y está levemente atestado, pero las mesas están rodeadas con mesas que les dan privacidad así que aprovechan aquello para cerrar la noche. Nayeon se distrae un momento en el celular para avisarle a Yugyeom a qué hora podría ir por ella y Jungkook toma el suyo para decirle a Hoseok que llegaría a casa luego de cenar.
La respuesta de su mejor amigo es que anda fuera con Yoongi y que también tiene planeado volver luego de cena, así que le ofrece pasar por él en el auto del mayor para que no tenga que tomar el colectivo. Jungkook se niega en un principio, apenado y temeroso de que Min piense que se están aprovechando de él y su auto, pero Hoseok le aclara que ha sido idea del contrario, así que no tiene de otra más que aceptar.
— ¿Puedes asarla tú? —ella cuestiona cuando les dejan la carne cruda con los aderezos y los alimentos con los cuales podían combinar la carne— Nunca puedo asarla bien; siempre me sale o muy cruda o demasiado asada.
Jungkook acepta, diciéndole que a él no le queda perfecta, pero sí aceptable. Nayeon se dedica a abrir las botellas de vidrio con los tés fríos que han pedido y los sirve en cada vaso antes de mirar, curiosa y admirada, cómo el otro se dedica a cocinar la carne.
— ¿Te ha gustado salir conmigo?
Jungkook siente que se está enamorando perdidamente por las personas directas como Nayeon, Jimin o Taehyung. Las palabras de la madre del último regresan a su mente y se pregunta por qué pasó tanto tiempo escuchando y aceptando oraciones a medias, silencios que debían ser interpretados por él mismo en lugar de simplemente escuchar la verdad.
¿Por qué no siempre hablaban con la verdad? ¿Por qué no siempre eran claros con lo que querían?
Meses atrás, años atrás, Jungkook no hubiese formulado la pregunta de ella a nadie, aunque por dentro estuviese muriéndose por saber la respuesta, pero no diciéndola porque tenía miedo de quedar como un intenso, como una persona desesperada por atención.
Cuando realmente no lo era.
Nayeon solo quería tantear si podían seguir adelante para forjar una amistad fuerte o si simplemente debían quedarse como amigos y Jungkook admiró demasiado eso de ella. Quería ser como ella. Quería ser como Soojin y Taehyung también. Quería demostrarles a todos que no estaba ahí para perder el tiempo, que necesitaba saber si valía la pena arriesgar o si lo mejor era dar media vuelta y no aceptar algo que le traería más tristezas que alegrías.
Entonces, fue completamente honesto.
— Al principio me tomaste por sorpresa con eso de querer conocerme y esta salida —la carne comienza a despedir un delicioso aroma y Jungkook saca tres piezas para cada uno, para comenzar con algo, antes de introducir más en las brasas—. Y tenía demasiados nervios, pero ahora no dudo que me gustaría volver a repetirlo.
La sonrisa que la chica le da es enorme, dulce y contagiosa. Nayeon tiene los labios gruesos, sobre todo el inferior, y su sonrisa es en forma de corazón mostrando un par de dientes delanteros grandes, pero bonitos. Es alguien adorable, pero hermosa a la vez.
Jungkook podía ser homosexual, pero sabía apreciar la belleza de las mujeres. Tanto Nayeon como Soojin no eran la excepción.
Im toma una hoja de lechuga, un filete de solomillo asado y lo envuelve con la hoja antes de llevarla a su boca, cubriendo sus labios con la mano mientras mastica. Ella le muestra su pulgar de forma positiva a Jungkook en aprobación de su asado y el otro se sonroja levemente, contento de que todo esté yendo muy bien.
La vida parecía sonreírle por fin.
— Pues yo también la pasé genial, así que no dudes que estaré llenando tu chat en Instagram o acosándote por la universidad para que me des otro día —ella responde cuando ha tragado su guarnición y Jungkook sonríe con los labios sellados, pero las mejillas llenas de comida—. ¡Buen provecho, Jungkookie!
— ¡Buen provecho, Nayeonie!
— ¿Quieres que te vayamos a dejar?
Nayeon se gira a él luego de pagar la comida, mientras salen del restaurante y ella guarda las manos en los bolsillos de su chaqueta, el viento frío de Corea abrazándola. Jungkook la invita a acercarse a algún local en lo que esperan que Yugyeom y Hoseok vengan por ellos.
— No, tranquila. Hoseok vendrá por mí con Yoongi.
Ambos terminan adentrándose a una pequeña plaza que el centro comercial ofrece con unas calderas en cada esquina para que las personas fuera de los locales pudieran obtener un poco de calor. Tomando asiento en una de las bancas, Nayeon agita sus piernas tratando de expulsar el frío en su ser.
— Yugyeom te quiere muchísimo.
El comentario sale de la nada y Nayeon sonríe sin poder evitarlo, pensando en su chico. Jungkook siente un poco de envidia, porque ella se ve tan libre, amando a quien ama y siendo correspondida.
— Lo sé, y yo a él.
— ¿Es tu primer novio?
Durante toda la tarde, ninguno de los dos tocó el tema de parejas. Nayeon, por su parte, sintió que sería incómodo para Jungkook, teniendo en cuenta que todo lo relacionado a ello había generado los rumores que se escuchaban por los pasillos acerca de él. Jungkook, por otro lado, no lo hizo porque sabía que Nayeon mencionaría a Yugyeom al ser su pareja actual, y no quería hablar sobre él.
Sin embargo, ahora quería saber un poco sobre ellos.
— No, la verdad es que no. Es el segundo —Nayeon explica, viéndose pensativa—. Tengo ya dos años de estar con él, pero hace cuatro, creí que mi corazón nunca se repararía de mi anterior relación.
Jungkook se vio interesado y Nayeon entendió el mensaje implícito. La chica no se veía incómoda acerca de hablar de su ex, es más, parecía orgullosa, pero Jungkook no sabría decir por qué.
— Lo conocí el último año antes de entrar a la universidad —comienza a relatar—. Era un chico un poco más alto que yo, con los ojos chocolate y el cabello rubio cenizo. Tenía muchas pecas en la cara y para mí era el hombre más hermoso y adorable del mundo, en aquel entonces. Me enamoré irremediablemente de él y le confesé mis sentimientos porque íbamos a ir a la universidad y no quería perder la oportunidad.
» Aceptó mis sentimientos, pero él no estaba tan enamorado como yo, ¿sabes? Cada persona tiene una forma de expresar el amor, no todo siempre tiene que ser físico o con palabras. A lo mejor conoces a alguien que su forma de decirte que te ama es dedicándote canciones. Más de alguna vez me mostró cómo me quería —sus pestañas aletearon, recordando su pasado—. Pero aún así, no era con la misma intensidad que la mía. Era como si no pudiese pasar al siguiente nivel. Entonces, cuando entramos a la universidad, tuvo una aventura con otra chica.
» Ella no sabía de mi existencia y yo no sabía de la de ella, pero él la amaba. A mí me quería, como una amiga, como una hermana y a ella la adoraba. Él nunca supo cómo terminar conmigo, porque también era egoísta y le gustaba la atención que yo le daba —Jungkook frunce el ceño, sintiéndose asqueado por el tipo—. Me enteré de todo cuando habíamos terminado de tener sexo; él se había levantado para ir al baño, a limpiarse un poco, y su celular se encendió con una notificación.
» Era ella, con un mensaje que no podía ser interpretado de otra forma más que con la verdad. Me sentí destrozada, desnuda y utilizada en aquella cama porque pasé tanto tiempo amándolo, respetando y trabajando en nuestra relación, buscando ser mejor persona para que lo nuestro no decayera. Pero, al final, la única que estaba trabajando era yo. La única que daba la cara por la relación era yo —Nayeon mira sus manos en su regazo—. Pasé todo un año llorándole, preguntándome qué había hecho mal, dudando de mi físico y de mi personalidad.
— ¿Yugyeom te ayudó a salir?
Nayeon suspira, mirándole con suavidad.
— En parte sí y en parte no; superar lo que te ha lastimado o lo que no pudo ser depende totalmente de ti.
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