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027

La mañana siguiente inició con un día lluvioso, por lo que, cuando sus pies desnudos tocaron el suelo, Jungkook sintió el frío calarle hasta los huesos. Se acercó a la ventana mirando las gotas caer en el techo del primer piso y sobre el patio trasero que veía por la misma. Antes de salir, se revisó en la pantalla del celular que no tuviera una imagen desastrosa, pero intentar arreglar su cabello sin un peine era imposible. Se resignó abriendo la puerta, encontrando el lugar silencioso.

La puerta de la habitación de Taehyung estaba abierta, lo que significaba que el otro ya estaría despierto. Aun así, la casa se encontraba en un silencio interrumpido únicamente por el choque liviano de las gotas. Caminó hacia el baño en la puerta de al lado y se lavó la cara. Se cercioró de lavarse bien los dientes y bajó al primer piso.

Ahí, el olor a café le inundó las fosas nasales antes de encontrarse con la imagen de Taehyung ya vestido y preparado para ir a la universidad, trabajando el desayuno en la cocina con Yeontan sentado en el suelo, mirándolo fijamente y con un pequeño suéter cubriendo su torso.

— Hola —Jungkook saludó, captando la atención de ambos, pero con distintas reacciones porque Taehyung le sonrió, pero el perro le ladró.

De hecho, Yeontan se puso de pie, corriendo hasta a él de forma defensiva hasta dar varias vueltas a su alrededor sin dejar de mirarlo. Jungkook le sonrió, porque le parecía bastante gracioso y adorable. Se acercó a Taehyung hasta sentarse en uno de los bancos frente al desayunador y miró al mayor que le sirvió una taza de café.

— Gracias.

— ¿No dormiste mal?

— No, ¿por qué?

— Por el polvo —Taehyung respondió, pero Jungkook volvió a negar—. Tengo clases más temprano que tú, así que te dejaré la llave para que cierres al salir.

— ¿Vas a dejarme tu llave? ¿No te da miedo que te robe?

— Lo único valioso en esta casa es Yeontan, y dudo mucho que se deje llevar por ti —el mayor responde, encogiéndose de hombros.

Jungkook se ríe, aceptando aquello, recibiendo un buen desayuno, las llaves de la casa y una caricia en su cabello por parte del mayor como despedida. Por los dedos largos, la caricia casi se sintió por toda su cabeza, con una suavidad extrema y mucho mimo. Jungkook ya no sintió el frío con el que despertó y que abrazaba toda la casa. Observó a Yeontan corriendo detrás de Taehyung hasta la puerta principal donde cogió un paraguas, un abrigo y se fue de ahí lanzándole un beso a su can que se quedó un buen rato de pie frente a la puerta, procesando que lo había dejado.

— Tan —Jungkook llamó, silbándole suavemente, con ello logrando que el perro le mirara, pero sin moverse— Ven, hazme compañía mientras desayuno.

Pero Yeontan no parecía a gusto con la idea, así que caminó con pasos cortos y apresurados hasta su cama posado en la sala, al lado del sofá largo y se echó ahí, dándole la espalda a Jungkook. Aunque estaba acostumbrado al rechazo, no estaba a favor de él, pero Yeontan se había vuelto una excepción: porque el perro no se alejaba de él por creer en rumores tontos, si no porque era un desconocido.

De cierta forma, le recordaba a sí mismo la primera vez que Taehyung le había ofrecido la amistad, y como había terminado aceptando al mayor hasta el punto de considerarlo el segundo amigo más cercano, Hoseok encabezando la lista, claro está.

Terminando el desayuno, fue por su mochila y se vistió para luego dirigirse al baño, siendo ordenar su cabello su prioridad. Yeontan le siguió, tal vez curioso por lo que hacía o tal vez receloso de que dañara algo de su territorio. No le ladró, pero se la pasó corriendo detrás de él hasta que Jungkook terminó listo para ir a la universidad.

No obstante, se quedó de pie en medio del pasillo, observando la tercera puerta cerrada que era la habitación que Jimin utilizaba cuando se quedaba en casa de Taehyung. Y Jungkook debía confesarlo: le causaba mucha curiosidad la amistad entre ambos. Los niveles de confianza eran diferentes y superiores que los que Jungkook y Hoseok tenían, y eso no lo hacía sentir inseguro de su amistad con Jung, pero le causaba bastante admiración y deseo de conocer más.

Entró primero a la habitación de Park, encontrando una habitación que estaba medio personalizada y medio universalizado; la cama tenía un cubrecama bastante simplón, casi parecido al que Taehyung le dio para la otra cama, con dos almohadas blancas. El escritorio, al contrario, tenía bastantes libros del gusto de Jimin, una consola de videojuegos pequeña, varios post-it en la pared con notas diferentes, como si Park no pasara un día o dos en aquella casa, como si pasara semanas, meses incluso. El armario, al abrirlo, estaba llena de varias prendas de ropa desordenadas y un par de zapatos al fondo.

Era curioso, realmente. Y era aún más curiosa su fascinación por esa amistad.

Chequeando su reloj, descubrió que tenía tiempo de sobra para llegar a clases, así que cerró la habitación de Jimin y entró a la de Taehyung, que estaba abierta. Yeontan estaba dentro de ella y, desde un principio, notó que era más grande y con una puerta al fondo de la habitación, siendo este el baño. La cama de habitación era tamaño queen y la habitación tenía dos estantes con plantas, mientras que había otras en el suelo.

Quizá Taehyung no sabía sobre diseño de interiores, pero a Jungkook le gustó bastante que las plantas no tuvieran armonía con los muebles, porque estaban realmente bien cuidadas y le daban un toque salvaje a toda la calma del lugar. A diferencia de las otras habitaciones, no tenía un escritorio, solo una estantería alta con libros, casetes de música y CDs de películas. Revisó uno por una, hasta que, al llegar a la música, encontró bastante jazz y artistas que él no conocía de nada con nombres difíciles de leer para él.

Una vez terminó con ello, abrió el armario, deslumbrándose con la ropa tan elegante que Taehyung poseía. De pronto, admirándola, Jungkook se preguntó si el mayor venía de una familia adinerada, por lo que pensó en tener ese tipo de conversación con Kim. Sabía muy poco del mayor más allá de algunos gustos y sus aspiraciones, pero le gustaría hablar de su pasado y de personas importantes, como su familia.

Inmerso en sus pensamientos, su celular lo asustó al vibrar por una llamada entrante. Tomándolo de su bolsillo se encontró con el rostro de Hoseok en la pantalla, en una llamada desde KakaoTalk y la respondió rápidamente.

¿Te acostaste con Taehyung?

Hoseok observó como Jungkook entraba de forma tosca por la puerta principal, cerrando la puerta, molesto, mas no azotándola. El mayor lo miró con culpa cuando sus miradas se encontraron por un breve momento, pero fue suficiente para el pelirrojo darse cuenta lo furioso que su mejor amigo se encontraba.

De hecho, lo notó desde la llamada que le había hecho con la pregunta más estúpida e inapropiada que le formuló y que ni siquiera recibió respuesta porque le había colgado y ni un solo mensaje cayó en su bandeja durante todo el día. Tampoco le avisó que ya estaba saliendo de la universidad o que llegaría tarde. Básicamente, Jungkook cenó afuera, sin avisarle, como cuando no eran amigos, como cuando Hoseok sentía aberración hacia a él, lo que lo hizo sentir muy mal.

Luego se preguntó si habría ido a comer con Taehyung, porque había días en los que pensaba demasiado en como Jungkook era una persona solitaria no por elección, si no por imposición. Entonces, volvió a sentirse fatal por haber preguntado algo tan estúpido.

— Jungkook... Lo lamento...

— No me estoy acostando con él; soy capaz de mantener una amistad con otro hombre, ¿feliz? —Jungkook casi le gritó, pasando de largo.

— Lo sé, lo sé... —Hoseok lo siguió, llevándose las manos a la cabeza y enredando los dedos entre los mechones en frustración—. No debí haberte preguntado eso, no debí pensarlo siquiera, pero dijiste que dormirías afuera y cuando tú hacías eso era para...

— ¡Basta! —esta vez si gritó, encarándolo desde la puerta de su habitación—. Deja de disculparte; no harás que eso borre el daño, mejor deja el tema de lado.

— Pero perdóname, no volverá a pasar.

Jungkook no respondió, demasiado crispado para hacerlo. Jamás pensó que Hoseok, luego de esos años de amistad, se atrevería a preguntarle algo por el estilo, a creer que no era capaz de mantener una amistad. Entonces, aunque no lo quiso, la idea de que Taehyung solo era su amigo porque le atrajo lo invadió con una ola de inseguridad detrás.

Era bonito, era atractivo, era guapo y él lo sabía. ¿Cómo no iba a hacerlo? Su cuerpo funcionaba para atraer a esos chicos que decían amarlo, cayendo luego en esas redes de mentira y perdiendo todo valor una vez lo probaban. Su cuerpo y su rostro eran su mejor y única arma, al parecer, y Taehyung también se había visto embelesado por ellos. ¿Quién podía asegurarle a Jungkook que estaba realmente interesado en una amistad con él?

Su cuerpo.

Su cuerpo lo hizo en el pasado, en el presente y, seguramente, lo haría en el futuro.

Cuando sus ojos se llenaron de lágrimas, Hoseok se sintió más culpable creyendo que él estaba generando totalmente aquello, pero, realmente, él solo era una pequeña causa. Dudó en abrazarlo, pensando si Jungkook lo rechazaría o no, al final, terminó dando los últimos pasos que los separaban y lo abrazó.

Un alivio terrible lo inundó una vez Jungkook le devolvió el abrazo. Abrazo que duró unos largos y reconfortantes quince minutos. Hoseok le pidió perdón por última vez y zanjó el tema. Al soltarse, Hoseok lo mantuvo cerca sujetándolo de los hombros y mirándole a los ojos.

— ¿Cenaste?

— Sí, afuera con Taehyung y Jimin.

Hoseok asintió, suspirando de paso y acariciando sus hombros donde sujetaba.

— Me alegro mucho —el silencio los invadió de nuevo y el mayor supuso que lo mejor era cambiar de tema—. Escuché por ahí que Nayeon te pidió ser amigos.

— Sí.

— ¿Estás bien con eso? Nayeon es... Una buena chica, en lo que cabe, pero Yugyeom y tú...

— Lo sé, pero Nayeon insistió que mi amistad sería con ella, no con su novio.

Otro asentimiento y la incomodidad no terminó por desaparecer. Jungkook murmuró que iría a cambiarse porque estaba agotado; las clases lo habían dejado agotado y que los pies le dolían. El otro no argumentó nada para detenerlo, deseándole un buen descanso y ofreciéndole salir el día de mañana, los dos solos.

Jungkook aceptó, porque, muy en el fondo, extrañaba estar a solas con su mejor amigo. Las clases y la relación con Yoongi y su amistad con Taehyung y Jimin los había separado de forma inconsciente, así que, realmente deseaba pasar un tiempo con su mayor.

Cuando se acostó en su cama, luego de darse una ducha, ponerse el pijama y apagar las luces, tomó el celular mientras se secaba el cabello con la secadora, solo la pantalla del celular iluminándolo, mandó un mensaje de texto a Taehyung.

Taehyung:

En tu casa el viernes???

La respuesta del otro tardó un tanto en llegar.

Claro, cuando quieras.

Entonces Jungkook lo pondría a prueba. 

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