024
A Jimin no le sorprendió que Taehyung lo invitara a salir ese día, pero Park tenía una muy buena intuición y supuso que sea lo que sea que Kim buscara, no era precisamente salir. Jimin se autoinvitó a su casa, comentando que tenía pocas ganas de estar en la calle (mentiras) y que podían ver series mientras comían comida chatarra.
En la universidad, por la mañana, Kim se había comportado retraído, como si estuviese en otro mundo, y aunque Jungkook parecía saber las razones, ninguno de los dos le había dicho nada. Jimin no tenía que ser demasiado brillante para entender que había pasado algo entre ellos dos.
Por ello, cuando Taehyung se puso de pie para preparar más palomitas, Jimin lo siguió, dejando pausado el capítulo en el que iban y abrió el refrigerador para tomar un par de sodas más y una cerveza, presintiendo que la necesitaría.
— Estás extraño.
Taehyung le estaba dando la espalda mientras abría el envoltorio y metía la bolsa del lado correcto en el interior del microondas.
— Voy a hacer una estupidez.
Park no emitió ni un sonido, ni ejecutó algún gesto, solo se acercó hasta que Taehyung sintió su presencia cerca y logró que su mejor amigo se girara mientras el aparato doméstico hacía su labor, llenando el silencio entre ellos.
— Voy a hacer una estupidez y seguramente terminaré muy herido.
— ¿Puedo saber qué es?
Kim negó, y se veía atormentado, pero anhelante.
— Solo quería decírtelo, por si algo sale mal.
Jimin asintió con una expresión ilegible.
— ¿Tiene que ver con Jungkook?
No necesitó que Taehyung respondiera oralmente para que lo entendiera. Jimin se rascó la nuca, sin saber qué decir, porque no tenía todo el contexto, no sabía de qué se trataba y no quería opinar desde la ignorancia, así que, solo pudo hacer lo que su rol de mejor amigo podía hacer.
— Bien —lo miró a los ojos y posó su mano derecha en el brazo de Kim, apretándolo suavemente—. Está bien, estaré aquí. Siempre estaré aquí.
Taehyung pareció aliviado, pero aún avergonzado y Jimin no soltó ninguna palabra, no queriendo incomodarlo más. Sin embargo, cuando el microondas terminó su labor y el castaño no se movió, Park supo que tenía algo más que agregar.
— ¿Por qué eres así? —Jimin frunció el ceño ante la pregunta, hasta que Taehyung lo miró a los ojos y procedió— ¿No vas a cuestionarme más? ¿No vas a insistir?
Jimin sonríe, aunque no es una sonrisa alegre, es una de conformidad y resignación. Se encoge de hombros y mira alrededor antes de responder.
— Tú sabes... Tenemos años conociéndonos; somos una amistad larga —su voz baja el tono, pero Taehyung puede escucharlo perfectamente—. Tú ya no eres el mismo Taehyung del instituto y yo no soy el Jimin de aquel entonces, tampoco. Hemos cambiado, nos hemos transformado...
» Y cuando decides mantener una amistad larga, la verdad es que también estás aceptando a una persona nueva; una persona que cambia para bien o para mal. —sus ojos conectaron— Jimin del pasado hubiese insistido, pero el Jimin de hoy entiende que eres un adulto, es tu vida y si debes cometer errores o lastimarte en el proceso, no puede hacer nada contra eso más que apoyarte y estar ahí para levantarte.
Jimin recibió el abrazo repentino que Taehyung le otorgó y se quedaron en silencio. Park no estaba mintiendo; lo dejaría ser, pero aquello no significaba que no estaba asustado por el futuro, porque... Si tenía que ver con Jeon Jungkook, dudaba que fuera algo bueno.
— Vamos a comer —Taehyung soltó primero el abrazo, tomando un bol del armario y abriendo el microondas para tomar la bolsa, vaciarla sobre el bol y regresar a la sala con su mejor amigo.
No saben cuantos capítulos más vieron, pero Taehyung descubrió pronto que Jimin había caído; con los labios entreabiertos, la cabeza hacia atrás en el respaldo del sillón y los ojos bien cerrados. Su respiración acompasada le informó a Kim que estaba en un sueño bastante profundo.
Taehyung tomó su celular, al que había estado ignorando todo el día, con cierto temor, pero decidido. Lo desbloqueó con lentitud y entró a Kakaotalk con el sonido de los leves ronquidos de Jimin como fondo.
El chat estaba ahí, la conversación estaba ahí. La última conexión aparecía hace una hora, pero a lo mejor tenía suerte y no estaba dormido aún.
Jungkook.
Enséñame a ser un buen novio.
Y apagó el celular, posándolo sobre el reposabrazos y miró al techo antes de decidir que debía llevar a Jimin a dormir en una cama.
Su celular no sonó mientras recogía un poco la sala y apagaba la televisión. Tampoco lo hizo cuando fue a lavar los platos y, aunque al mismo tiempo no, aquello le dio cierto alivio y paz.
Mientras se movía, pensaba que quizá podía echarse para atrás, que quizá lo mejor era no arriesgar demasiado su corazón. Pero, por otra parte, Taehyung estaba un poco cansado de hacer lo correcto, a lo mejor saldría lastimado porque era obvio que Jungkook no sentía lo mismo que él, sin embargo, tal vez quería sentir otro tipo de sufrimiento.
Porque lo hacía; sufría silenciosamente por Jungkook. Se alegraba por sus avances, pero su parte egoísta le recordaba que Jungkook no lo quería como él lo hacía, así que, quizá quería dejar de lado el dolor de resignación por el de dolor de ilusión.
— ¿Uhm?
El mayor abrió sus ojos levemente y frunció el ceño confundido cuando Taehyung agitó suavemente su hombro para despertarlo.
— Ve a la cama; vas a despertar con un dolor de espalda increíble si te quedas aquí.
Jimin no refutó, se estiró perezosamente y se puso de pie un momento luego, siguiendo a Taehyung hasta la habitación que el menor mantenía específicamente para él. Cuando entraron, el celular de Kim sonó con una notificación, específicamente esa.
Su mejor amigo se giró quitándose la camiseta porque prefería dormir de esa manera y preguntó en voz baja:
— ¿No vas a responder?
— Estoy cansado.
Su respuesta simple no respondió nada a la pregunta de Jimin, pero desistió de insistir. Se giró hacia a Taehyung cuando este posó su maletín al lado de la cama y sus miradas se encontraron.
Los dos mantuvieron la unión, tratando inútilmente de entrar a la mente del otro, de saber sus pensamientos. Taehyung fue el primero en retirarse.
— Buenas noches.
— Buenas noches —Jimin asintió con su camiseta en mano y Taehyung salió en silencio.
Park se tomó un momento antes de apagar la luz, tumbarse en la cama y sostuvo el celular sobre su pecho mientras trataba la curiosidad y la preocupación lo perseguían. Con dudas, sus dedos teclearon unas palabras para su mejor amigo.
T de Troy:
Te quiero, mucho.
No homo.
No recibió respuesta, tampoco lo esperaba, solo quería que Taehyung lo viese cuando creyese conveniente, como un pequeño receso a todo.
Era lo más que podía hacer en su posición.
Yoongi fue por Hoseok en la mañana y como Jungkook ya estaba listo, le ofreció el aventón a él también. Así fue como el azabache terminó en el asiento trasero, con sus mayores hablando animadamente de algo, con las manos unidas en la palanca de cambios y él mirando fijamente la pantalla de su celular.
Taehyung había aceptado.
Y lo vería hoy, definitivamente.
¿Qué haría? ¿Qué le diría? Su amistad cambiaría profundamente, ¿no es así? ¿Fue buena idea ofrecerle algo así? Estaba aprovechándose de él... Al menos, lo sentía de esa forma, pero... No quería echarse para atrás.
Quizá podría olvidar a Mingyu más rápido, y quizá no debería tener ese tipo de pensamientos, sobre todo si se trataba de utilizar a Taehyung, pero lo que su novio le había dicho lo había dejado muy vulnerable y hasta molesto consigo mismo. ¿Por qué tenía que ser tan débil?
— ¿Estás bien? Llevas mucho tiempo viendo el celular.
La pregunta lo tomó por sorpresa, sobre todo porque Hoseok, hace un momento, estaba hablando con Yoongi y no con él. Ahora se había girado suavemente en su asiento para mirarlo. Jungkook se encogió de hombros.
— Sí, creo que sí.
— ¿Ha pasado algo?
El tono preocupado de Hoseok le hizo sentir culpable, así que terminó negando rápidamente antes de darle una sonrisa bonita y el mayor frunció el ceño no muy convencido antes de girar el rostro hacia la carretera frente a él y mirando de vez en cuando a Yoongi que no pronunció palabra.
En la universidad, se separó de ellos agradeciendo a Yoongi por el aventón y buscó a Taehyung rápidamente. Deseaba con todo su ser haber llegado antes que Jimin y poder hablar a solas con el castaño. Tomó su celular para llamarle, siendo atendido al tercer tono.
— Hola, ¿estás ya aquí? ¿En la universidad?
Por teléfono Jungkook se sintió un poco más seguro, así que su voz no sonó tan distorsionada por los nervios.
— Estoy llegando... ¿Madrugaste mucho?
Jungkook le explicó rápidamente que Yoongi lo había traído junto a Hoseok. Luego cambió el tema preguntando si podían hablar a solas antes de reunirse con Jimin y, posiblemente, Soojin.
Taehyung aceptó y, unos diez minutos más tarde, se encontraron sentados en la biblioteca vacía por la hora, uno frente al otro mirándose de vez en cuando.
Esa escena a Jungkook le recordó los días en los que se conocieron y solo habían pasado unas cinco semanas, no lo recordaba bien; el tiempo había pasado tan rápido cuando se trataba de su amistad con Taehyung.
— Creo que es mejor no hacerlo.
Taehyung lo miró, expectante y confundido.
— ¿Por qué no?
— Es tonto —Jungkook resumió—. Es tonto y cruel. No estaba pensando bien, ahora lo veo y comprendo que, muy probablemente, terminaré lastimándote. Yo no creo...
Miró sus manos cuando sintió el tacto de Taehyung; sus dedos extendiéndose para cubrir ambas manos lo más que podía. Luego, alzó de nuevo la mirada para escucharlo.
Los sentimientos en los ojos del mayor lo tomaron por sorpresa.
Jamás había visto a Taehyung de esa forma: anhelante. ¿A qué? ¿Al dolor o al placer? Taehyung tampoco lo sabía, solo sabía que quería a Jungkook, de la forma en que fuera. Si el menor iba a darle felicidad, la aceptaría y si, en cambio, era dolor, lo toleraría con gusto.
Solo no quería quedarse con esa sensación. No quería preguntarse luego "¿y si...?". Quizá estaba aplicando las palabras de Jimin de forma errónea y, muy en el fondo, el mismo Taehyung estaba consciente de ello.
Sin embargo, no quería pasar años preguntándose a qué sabrían los labios de Jungkook, como se sentirían sus abrazos, qué tan profundas serían sus miradas. Aún si era falso, al menos quería probarlo.
— No me importa.
— Tae...
— Si así vas a olvidarlo, no me importa nada del futuro. Sabré manejarlo.
Jungkook sujetó su mano entre las suyas, acariciándolas con suavidad sin apartarle la mirada y negando.
— No, Tae, no quiero ser como ellos.
— Podré tolerarlo, de verdad... No me prohíbas esto —Jungkook no tuvo argumento—. A menos que tú realmente no lo quieras, ¿no lo quieres?
¿Lo quería? Jungkook se cuestionó. ¿Quería besarlo? ¿Quería... tener sexo con él? Taehyung era guapo, tenía un magnetismo que lo atraía demasiado. Si no fuera por sus experiencias anteriores, seguramente hubiese sido muy sencillo para él acabar en la cama con el mayor, pero ahora...
Ahora Taehyung no era un chico cualquiera; se había vuelto su amigo. Era como pensar en follar con Hoseok o Yoongi. Tal vez compararlos con ellos era erróneo porque Jungkook no sentía ni la mínima pizca de atracción física o sexual-
Claro que podía admitir que eran lindos, pero jamás se le hubiese pasado por la cabeza pedirles una estupidez como a Taehyung.
— Lo quieres.
Kim afirmó y Jungkook dejó caer su cabeza sobre sus manos, de forma suave sin lastimarlos a ambos. Negó, dejándole a Taehyung sentir su cabello rozando sus pieles.
— No... Si fueras otra persona, si no fueras mi amigo, te diría que sí, pero no puedo.
— No puedes, pero quieres...
— No quiero arruinar nuestra amistad que apenas está iniciando.
— No lo harás.
Jungkook lo miró, con los ojos cristalizados y confundido, pero Taehyung le sonrió de forma sincera, mirándole con ternura y a Jeon se le rompió el corazón en mil trocitos.
— No somos como ellos, Jungkook; nosotros no vamos a mentirnos, a prometernos cosas que no sucederán. Estaremos bien. Me aseguraré de ello.
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