016
Hoseok no sospechó nada de lo que hizo ni había decidido. Tampoco iba a dejárselo saber, conocía a su mayor; le diría que estaba exagerando y que algún día llegaría a alguien que lo miraría con los ojos adecuados y sería feliz.
Pero aquellas palabras siempre eran repetidas cada que lo botaban, así que, Jungkook había perdido el optimismo por completo. También sabía que le recordaría que a Taehyung le gustaba y que, aparentemente, de buena forma. Jungkook no podía ver a Taehyung de esa forma; como un simple recordatorio que lo amaba.
No creía que mereciera usarlo de esa forma con lo amable que había sido con él.
Así que, solo observó a su mayor entrar brillando con los ojos echando chispas y una gran sonrisa. Jungkook se sintió verdaderamente contento con su apariencia y lo escuchó, como siempre, de forma atenta acerca de los avances que había tenido con Yoongi y la velada tan maravillosa que habían tenido.
Se sentía tan contento por él, pero como ya habíamos mencionado antes; el corazón era un traidor. Uno con el que convivías todo el día, todos los días, hasta tu muerte... Uno que iba en tu contra siempre y rara vez se ponía de tu lado.
Por ello, su traidor compañero de vida le entregó diversas punzadas de celos combinadas de dolor porque... Porque él no podría vivir lo de Hoseok jamás.
Jungkook no tenía una personalidad chispeante como la de su hyung, no tenía una buena reputación ni tampoco un cuerpo o un corazón que valiera la pena ver y cuidar.
— ¿Qué cenaste? — Hoseok cuestionó entrando a su habitación, seguido por Jungkook. Jung dejó su mochila sobre su escritorio y se lanzó en la cama, palmeando justo a su lado para que su mejor amigo se acostara a su lado— ¿Qué hiciste?
Jungkook soltó una risa divertida antes de montarse en la cama, cayendo justo a su lado.
— Masturbarme —confesó y sonrió aún más cuando Hoseok arrugó la nariz.
— ¿Solo lo haces cuando yo no estoy? ¿Cómo aguantas? Porque yo no salgo mucho.
— Claro que lo hago, pero es más... Discreto y en silencio —se encogió de hombros.
— Ah, o sea que, ahora que me fui, ¿te masturbaste por todo el apartamento gimiendo para espantar a los vecinos? ¿O cómo?
El menor se carcajeó de forma natural, sintiendo que su corazón salía de la conversación, dejándolo respirar por un momento. Hoseok se cruzó de brazos mirándole desde su lugar y Jungkook solo dirigió su mirada hacia el techo.
Se sintió agradecido.
Al menos, en toda esa desgracia, su esperanza existía.
— No, claro que no. Solo no gemí en silencio, además, no soy muy escandaloso —confiesa sin mirarlo, tomando una gran bocanada de aire luego—. Además, me lo merecía; desde Mingyu nadie me toca.
— Gracias al cielo ya no lo hace, mas bien, no merecía algo tan bonito como eso —gruñe mirando el techo también—. Ni siquiera se merece a ese chico.
Recibió un silencio. Jungkook se imaginó a ese chico; seguro follaba con Mingyu, como él lo hacía. Pero había una gran diferencia: Mingyu lo miraría con ojos de amor mientras se desnudaba frente a él, y no con lujuria. Seguro se tomaría un momento para admirar su bien parecido, su cuerpo moldeado y lo besaría con ternura antes, durante y después. Seguro también le diría lo mucho que lo amaba. Seguro que le diría y le haría todo lo que jamás le dijo y le hizo a Jungkook.
— Es lindo, ¿no?
— Igual que tú; también eres bonito —Hoseok añadió rápidamente y Jungkook solo pudo reír, muy fuerte.
— Solo tenías que decir que sí.
— Si no te conociera, hubiese dicho solo sí, pero como te conozco —lo apuntó con el dedo— sé que lo preguntaste para luego compararte con la respuesta que te diera.
— ¿Qué comes que adivinas? —Jungkook pregunta, pero no lo dejó contestar, respondiéndose a sí mismo—. Claro, a Yoongi hyung.
Hoseok le estampa la almohada que tiene debajo de su cabeza contra su cara y Jungkook solo suelta carcajadas mientras intenta defenderse del ataque.
— ¡Tú, mocoso atrevido!
La hora del almuerzo se acercaba y Jungkook envió un mensaje a Taehyung para preguntarle donde comería. Se sintió un poco desilusionado cuando el mayor le respondió que iría a comer a la plaza con Soojin y Jimin. No era sano sentirse de esa forma, él lo sabía, pero no podía evitarlo.
Se quedó estático en su lugar, mirando como su salón se quedaba completamente vacío; todos yéndose en grupos y si se iban solos, tendrían a alguien afuera esperándolos. Hoseok estaba en clases, así que era imposible reunirse con él.
Por un momento pensó en Yoongi, pero no tenían la suficiente confianza para hablarle y preguntarle si almorzaban juntos.
Salió del aula con todo su ser sintiéndose molido y rechazado. Tenía esa sensación desde que le había prácticamente ordenado a su corazón no tener esperanzas en ser amado, pero no imaginó que ese día se encontraría con uno de sus verdugos, y el último.
Mingyu estaba en el mismo pasillo que él, a una distancia prudencial, frente a los baños de chicos con celular en mano. Estaba completamente solo y Jungkook tenía ese impulso de acercarse. ¿Para qué? Quizá para preguntarle si había valido la pena estar con él. Tal vez para saber si en algún momento sintió cariño hacia a él o todo fue puro deseo sexual.
Era inútil.
Sobre todo, mientras lo veía avanzar y él se quedaba totalmente estancado.
Estancado en la misma historia de siempre.
Porque del baño salió el novio de Mingyu, solo su novio porque Jungkook no quería saber el nombre de quien había cautivado el corazón que él creyó tener latiendo al lado del suyo alguna vez. Tampoco quería saber como era ese chico, no quería detallar sus cualidades y compararlas con su persona pisoteada.
Podría ser tan bonito como él, pero Jungkook no tenía ese 'algo' que Mingyu quería. O cualquier chico que había estado con él. Jungkook no tenía eso, aunque ni siquiera sabía qué era. Nadie le daba alguna respuesta, nadie le decía cuál era su mal para resolverlo.
El celular le vibró en una llamada, interrumpiendo por un segundo el espectáculo de ver a Mingyu mirar con ojos brillantes al otro chico, tomarlo por las manos, acercarlo a sí y luego besarse como en una maldita película. Contestó sin dejar de observarlos.
— ¿Dónde estás? Estamos esperándote.
Era Taehyung.
— ¿Quiénes?
— Jimin, Soojin y yo, vamos a ir a comer, ¿no? ¿Vienes cerca?
— ¿Estoy invitado? —cuestionó frunciendo el ceño en acongojo.
— Siempre lo estás, de hecho — una pausa—. ¿Estás bien?
Jungkook iba a responderle, mas una pregunta se formuló en su cabeza mientras detallaba como Mingyu y su novio se iban tomados de la mano, sonriéndose.
— No debería preguntarte esto... No soy malo, ¿bien?
— ¿Jungkook?
— No soy malo... No soy tan malo, solo... Solo quiero saberlo...
— ¿Qué cosa? ¿Qué pasa? No eres malo, ¿por qué dices lo contrario?
— ¿Te sigo gustando?
La línea quedó en silencio y asustó a Jungkook porque el silencio solía dar muchas respuestas, a veces daba respuestas erróneas, simplemente para engañarte y lastimarte. Otras veces, solía dar respuestas tan correctas que solo agravaban la situación, haciendo el silencio demasiado doloroso.
— Sí — Taehyung continuó—. ¿Dónde estás? Iré a buscarte, comeremos solo tú y yo, ¿te parece?
— Sí.
Colgó la llamada luego de indicarle a Taehyung donde se encontraba y decidió esperarlo con los brazos apoyados en el muro bajo que dividía los corredores del edificio con el exterior. Se regañó a sí mismo por hacerle una pregunta tan... fuera de lugar a Taehyung, pero su corazón... O quizá su autoestima y su ego le rogaron por un poco de compasión ante todos los miles de maltratos que había recibido por todos los chicos de los que alguna vez se había enamorado, ilusionado que era correspondido
En el momento en que Kim se apareció a Jungkook se le acabó el hambre, se le cerró el estómago y la cara estaba despegándosele de vergüenza. Ni siquiera pudo mirarlo a los ojos cuando el castaño subió los peldaños para entrar al recinto y acercarse a él.
El mayor se apoyó en el muro también, a su lado, no diciendo nada. No reclamándole por lo sucedido ni tampoco cuestionándole que sucedía. Al final, aquello fue un silencio sin presiones, y sin presiones Jungkook sintió su boca moverse por sí sola.
— No debí haberte preguntado eso. Lo lamento...
Su voz fue pequeña y trémula. Y fue lo único que soltó.
Realmente, deseaba con todo su corazón que Taehyung tuviera suficiente con esa pequeña disculpa, aunque sabía que no se lo merecía, no después de haberlo tratado tan bien. Entonces, sintió la obligación de explicarse, de abrirse un poco en cuanto a sus sentimientos.
— Taehyung tú me agradas... —comenzó, sin mirarlo—. Pero no puedo decir que me gustas, al menos... No de la forma en la que tú lo haces conmigo. Al principio, yo estaba renuente a aceptarte como mi amigo, te lo manifesté ese mismo día en el que me pediste serlo... Yo estaba... —su cabeza se sacudió en negación y se lamió los labios—. Yo estoy muy herido, no solo por Mingyu...
» Mingyu me destruyó el corazón, sí, pero fue la última gota que derramó mi vaso. Y a mi cabeza vinieron todos esos chicos... Hombres que me hicieron lo mismo que él, que dieron sus mismos pasos, pero con diferentes palabras, con diferentes promesas vacías y con nombres, rostros y cuerpos diferentes —se encogió de hombros— He amado... He amado tantos cuerpos, pero ninguno de ellos me ha amado a mí. Saberlo y aceptarlo, son cosas muy diferentes, dolorosas a diferentes escalas porque no existe un porqué.
Tomó una gran bocanada de aire, parpadeando para no soltar las lágrimas.
» Y a la vez vivo con el temor de conocer ese porqué, porque yo sé que me dolerá más que estar en la ignorancia... Y hoy... Hoy volví a encontrar a mi último verdugo siendo feliz —lo miró, con desesperación—. Y no... No le deseo el mal, no quiero que le pase algo malo porque, al final... Al final yo lo quise —su voz se rompió—. O, al menos, quise la ilusión, la máscara que él me mostró, que me entregó para yo darle mi corazón y mi cuerpo, aunque lo último era lo único que él buscaba... —Taehyung lo miró, con el rostro preocupado.
» Yo sé que no debí preguntarte si yo aún te gustaba, porque eso es lastimarte a ti; a ti que aceptas tenerme como amigo y nada más, a ti que has sido tan amable conmigo... Yo solo quería darle... Un poco de paz, de consuelo a mi corazón y a mi cuerpo, recordándole, de forma egoísta, que aún hay alguien a quien le parecemos atractivo... A quien le gustamos, a pesar... A pesar de que no nos tiene...
Taehyung soltó aire, abriendo la boca un par de veces, mas no sabiendo cómo empezar. No se esperó que Jungkook fuese a confesarle algo así, o al menos, no tan pronto. Pero quizá aquello sobrepasaba al menor, quizá necesitaba soltarlo. Entonces, no pudo recriminarle nada, no pudo molestarse con él porque Jungkook no había usado sus sentimientos para un anhelo oscuro.
Si no como una tabla de salvación en un mar de inseguridades.
Y Taehyung lo quería. Quería a Jungkook. Sabía que estar a su lado era una espada de dos filos; conocerlo cada día más a profundidad, descubrir detalles del menor que no había podido encontrar desde su lugar en el pasado, a miles de metros de distancia, solo estaba logrando que se sintiera más perdido en sus ojos chocolate, en su sonrisa cegadora y en su personalidad tan frágil pero tan especial.
Aceptar que no podía acariciarle el cuerpo, que no podía abrazar su corazón ni fundirse en sus labios era, honestamente, doloroso. Saber que Jungkook no lo miraba con los mimos ojos que él, hacía a su corazón resentirse y llorar en silencio.
Pero no renunciar.
Porque Taehyung sabía que aquello iba a suceder. Desde un principio había entendido que acercarse a Jungkook solo podía terminar en dos cosas; terminar ese enamoramiento y quererlo como un amigo o aumentar su atracción y amistad y aceptar en silencio que jamás podría siquiera recibir una mirada enamorada.
— Sé... Sé que es estúpido lo siguiente que diré —Taehyung responde y Jungkook lo mira sorbiendo la nariz y aguantando las lágrimas—, pero no te sientas así, ¿bien? Sé que no dejarás de sentirte así, pero trata... Trata, ¿no? Trata de no hacerlo porque... Bueno, porque no lo hiciste con el deseo de lastimarme, lo hiciste por ti.
— Pero fue egoísta.
— Todos en algún momento debemos ser egoístas con nosotros mismos.
— ¿Y tú cuándo lo harás?
Taehyung lo miró, Jungkook expectante por saberlo.
— Creo que... Creo que no podré hacerlo cuando tú estés cerca.
Cuando terminé de escribir este cap ustedes apenas iban por el capítulo 16 JAJAJAJA, pero bueno, ahora tengan sus tres capítulos nomás porque votaron y ganaron en la encuesta grrr
Besos, abejitas.
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