005
Un auto azul se estacionó frente a un complejo de apartamentos con dos pasajeros adentro. Las luces se apagaron, solo siendo iluminados por los faroles en la calle y los focos encendidos de las casas en las que los habitantes seguían despiertos.
— Creo que Jungkook ya está en casa — comentó el chico en el copiloto mirando por la ventanilla del auto hacia el apartamento donde él también vivía. Luego, miró hacia el piloto.
— Llega temprano últimamente, ¿no?
— Desde Mingyu ya no ha salido y eso me preocupa... — el pelinaranja se encoge en su asiento suspirando fuertemente—. El problema es que no tiene más amigos que a mí mismo, así que tampoco tiene con quien salir.
— Salgan mañana.
Hoseok lo mira con grandes ojos, quitándose el cinturón e inclinándose un poco hacia a él.
— ¿No íbamos a salir tú y yo?
El chico a su lado frunció la boca mientras miraba hacia abajo, hacia la mano de Hoseok y se abstuvo de sujetarla en la suya, suspirando antes de hablar.
— Dices que Jungkook está pasando por un mal momento; no estaría mal que lo sacaras para que despejara la mente.
— ¿No te molesta? — pregunta el otro en un murmullo.
— No, claro que no — alzó la mirada, con ojos dulces —. Podemos salir otro día, igual nos vemos en la universidad y... Y puedo seguir viniéndote a dejar, cualquier minuto estando contigo vale mucho para mí.
Hoseok sonríe en grande antes de tomarlo de la chaqueta y acercarlo rápidamente contra él, estampando sus labios con los suyos, dejando al otro anonadado y sonrojado. Se sonríe torpemente.
— Eres grandioso, Min Yoongi.
— Gracias, Hoseokie...
— Nos vemos mañana, ¿entonces?
— Sí, ve y descansa.
El otro baja del auto luego de sonreírle de nuevo antes de agacharse para mirarlo y recordarle que le avise una vez esté en casa y que conduzca con cuidado. Observa el automóvil desaparecer, camina hacia el complejo, saluda al de vigilancia y sube hacia su apartamento compartido.
Puede observar la luz saliendo por el espacio debajo de la puerta y abre la puerta avisando en voz alta y bulliciosa que ha llegado por fin. No obtiene más que un saludo desde la cocina y él camina hacia el lugar con mochila en hombros aún.
— ¡Hola! — canturrea sonriéndole en grande y acercándose, pero se detiene en seco cuando Jungkook le da una mirada extraña cerca del refrigerador — ¿Qué? ¿Pasó algo?
Jungkook asiente castamente con el rostro serio antes de cruzarse de brazos y bufar.
— Otro idiota se acercó a mí.
— Oh — Hoseok alzó ambas cejas y dejó la mochila en el mostrador, tomando una silla del comedor y sentándose en ella, mirando al menor — ¿Fue directo?
El menor ríe irónicamente alzando ambos hombros sin descruzar los brazos.
— ¿Te puedes creer que intentó convencerme de que solo quería ofrecerme su amistad? No, el tipo insistió con que yo sí le gustaba, pero que sí solo quería una amistad conmigo.
— Pero se reveló cuando lo rechazaste, ¿no? — preguntó frunciendo los labios y las cejas.
— No; me dijo 'ah, está bien, gracias por escucharme' — Jungkook fingió una voz y exageró unos gestos — y luego se fue dejándome con la palabra en la boca.
— Bueno, no te insultó ni se hizo el ofendido, ¿quién era? — cuestionó curioso.
— Pues un tal Kim Taehyung.
Hoseok frunció el ceño, enderezándose en su asiento y mirándolo desconcertado. Jungkook suspiró, acercándose y mirándole de pie, desde arriba. Con un gesto le invitó a que dejara esa cara y le explicara qué le veía de raro.
— No hablamos del mismo Kim Taehyung, ¿o sí? Seguro es uno que no conozco...
— ¿Por qué?
— Porque el que conozco es muy educado y agradable — y luego añadió —. Hasta Yoongi lo conoce; nacieron ambos en Daegu.
— Pues quizá no sea el mismo...
— ¿Cómo era?
— Alto, guapo, con el cabello castaño, un poco largo y ondulado...
El mayor parpadeó incrédulo, lamiéndose los labios y mirando con extrañeza al menor.
— ¿Hoseok?
— Pues me estás describiendo al Taehyung que yo conozco...
— ¿Sí? Pues entonces los ha engañado a ustedes, porque es como los demás.
Hoseok era muy sociable, conocía demasiadas personas en la universidad, de diferentes facultades y carreras. Su grupo de amigos cercanos era muy reducido, pero conocía a Kim Taehyung por Park Jimin y Min Yoongi. Nunca habían tenido una charla profunda, pero él conocía a Yoongi (vaya que lo conocía) y el chico no se juntaba con cualquiera, así que él sabía que Taehyung no podía ser como todos con los que Jungkook tenía la mala suerte de toparse.
Miró a Jungkook que seguía esperando alguna reacción o alguna respuesta, y frunció los labios antes de hablar, levantándose en el acto para tomar un vaso y rellenarlo con agua.
— Dijo que solo quería tu amistad, ¿no es así?
— Ajá.
— ¿Y por qué no creerle? — cuestionó.
— Porque estoy seguro de que es otro idiota y solo dice eso para acercarse.
Ambos se quedaron callados, mirándose el uno al otro hasta que Hoseok decidió responder.
— No creo que Taehyung sea así.
— ¿Es tu mejor amigo?
— Conoce a Yoongi — él responde, encogiéndose de hombros — Y tú sabes que Yoongi no se junta con cualquier persona.
— Capaz que solo finge frente a él...
— ¿Recuerdas a Park Jimin? — Hoseok intenta por otro lado y Jungkook asiente—. Según tengo entendido son mejores amigos y Park no es mala persona.
— ¿Qué tratas de decirme?
— Jungkook, ¿por qué no aceptar esa amistad?
Jungkook suspiró sonoramente, sentándose en la silla que Hoseok había utilizado y el mayor le siguió sentándose a su lado, sonriéndole con suavidad.
— No quiero obligarte a nada, pero tampoco puedes cerrarte a amistades.
— ¿Y si no quiere una amistad? ¿Y si luego se molesta conmigo porque yo solo quiero ser su amigo? Al final, yo me voy a quedar sin amigo y él se quedará insultándome porque no le di lo que quería...
Hoseok asiente comprensivo y decide no insistir, cambiando el tema preguntando si ya ha comido. Jungkook luego cuestiona acerca de su avance con Min Yoongi y los dos se pierden en una charla que culmina en los dos tomando una taza de café mientras platican sobre salir al día siguiente a pasear luego de la universidad.
Cuando el tiempo los alcanza, Hoseok se retira primero a su habitación y Jungkook ordena el desorden que ha hecho en la cocina para cenar antes de cerciorarse que la casa tenga llave y apagar todas las luces. Le desea unas buenas noches a Hoseok y entra a su habitación, cerrando la puerta y apoyándose en ella, con Kim Taehyung llegando a su mente.
— Amigos... — repite con voz pequeña y se desviste colocándose un pijama luego, se sienta en la cama y se deja caer en ella, posando sus brazos debajo de su nuca — ¿Debería?
Taehyung entró a la universidad mirando el interior de su maletín en busca de su celular hasta que dio con él y alguien lo detuvo parándose frente a él. Alzó la cabeza y frunció el ceño encontrando a Jimin mirándole con una gran sonrisa.
— Buenos días, cielo —saludó de forma alegre.
Kim frunció el ceño, boqueando suavemente antes de recomponerse y mirar la hora para luego responder.
— Buenos días — responde —. ¿Qué te pasa?
— ¿No puedo venir a verte?
— Es que cada que saludas así es porque has hecho algo malo.
— ¿Yo? ¿Hacer algo malo?
— Sí.
Jimin le sacó la lengua, totalmente ofendido e iba a responderle cuando algo detrás de Taehyung se lo impidió; Jungkook estaba entrando a la universidad, y Jimin creyó que lo mejor sería llevarse a su mejor amigo lejos hasta que, alarmado, su mirada chocó con la de Jeon y este decidió acercarse.
— Hay que irnos...
— ¿Uh? — Taehyung murmuró confundido, pero la respuesta nada más fue Jimin tomando su brazo y halándole — ¿Qué, Jimin?
— Van a partirte la cara hermano; mira que tiene muslos para hacerlo.
— ¿Quién va a...? — Taehyung cuestionó totalmente perdido hasta que escuchó una voz.
— Taehyung.
— Oh, mierda — Jimin dijo, parándose en seco con Taehyung y lo miró alarmado — Escuché que sabe artes marciales y que está metido en clases de boxeo, de aquí no salimos vivos ni tú ni yo...
— ¿En serio es él? — Kim preguntó en cambio y Jimin asintió hasta que el mismísimo Jungkook se paró delante de ellos, mirándolos seriamente.
Taehyung tragó saliva antes de soltarse de Park y aclararse la garganta.
— Buenos días, Jungkook-ssi.
— Sí, buenos días — Jimin saludó.
Jungkook ignoró el saludo y a Jimin por completo, mirando únicamente a Taehyung que estaba poniéndose nervioso.
— ¿Podemos hablar, Taehyung-ssi?
— ¿Para? — Jimin preguntó imprudentemente y Jungkook lo miró de forma rabiosa.
— A solas — añadió.
Jimin miró a Taehyung, pero él asintió mansamente para señalarle con la mirada que hablaban después. Park se mordió el labio inferior antes de mirar a Jungkook de nuevo que esperaba que desapareciera.
— Me voy.
— Gracias — respondió el menor y Jimin desapareció de ahí echando varias miradas hacia atrás.
Taehyung sujetó la correa de su maletín colgando en su hombro y esperó pacientemente a que Jungkook le dijera lo que sea que quería decirle. Se estaba poniendo nervioso porque jamás pensó que Jeon iba a acercarse de nuevo a él, no luego de lo que había pasado.
— ¿Sigue en pie tu propuesta?
— ¿Mi propuesta?
— La de ser amigos — le recuerda Jungkook mirándole con mucha seriedad.
— Eh... Supongo...
— Bien, entonces... seamos amigos.
Taehyung abre la boca, pero absolutamente nada sale de ella y se queda por un momento pasmado hasta que su celular comienza a timbrar y él le pide un momento a Jungkook, contestando sin ver el contacto.
— ¿Aló?
— ¡Finge que estás hablando con un chico guapo y que se muere por ti! — Jimin le aulló al otro lado de la línea y luego agudizó la voz — Hola, guapo, ¿cuándo nos vemos, cuchurrumín?
— El día que dejes de hacer estas payadas.
— Ay, Taehyung...
— Ay, adiós — le colgó, mirando a Jungkook quien alzó ambas cejas—. Ehm, está bien, pero ¿puedo hacer una pregunta?
— No vamos a tener sexo.
— No, no, no — Taehyung dijo mirando a todas partes antes volver a verlo—. Quería preguntarte ¿por qué cambiaste de pronto de idea?
Jungkook carraspeó, mirando hacia a otra parte de hablar.
— Alguien... Me dijo que eras buena persona, ¿ya?
— Oh...
— No preguntes quien es.
— No iba a hacerlo; si no me lo dices, será por algo.
Aquello pareció ofender a Jungkook, que se cruzó de brazos y abultó las mejillas.
— ¿Siempre eres así?
— ¿Así como?
— Así, tan educado y discreto, ¿respetuoso?
— Siempre lo intento, ¿por qué? — responde con suavidad.
— Curiosidad, supongo.
Se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro, con los estudiantes pasando de largo; ignorándolos, leyendo folletos, sus celulares o platicando entre ellos. Jungkook se aclaró la garganta antes de hablar de nuevo.
— ¿Y? ¿Qué hacemos ahora?
Taehyung tardó en responder.
— Uhm, ahora tengo clases... Pero... ¿Podríamos almorzar? Si te incomoda, Jimin puede estar ahí, con nosotros.
— Me pondrá más incómodo — desvía y mira a Taehyung de arriba abajo antes de hablar de nuevo —. Te veo en la cafetería, entonces.
— Vale...
Jungkook se fue, dándole una última mirada antes de desaparecer y Taehyung pudo soltar una gran bocanada de aire antes de preguntarse qué había sido todo eso. Dudó mientras tomaba la correa de su maletín y la apretaba fuertemente, confundido y hasta un poco alterado. Luego de ello, decidió ir a sus clases, perdido en sus pensamientos.
Tan perdido que ni siquiera se dio cuenta de que Jimin venía corriendo velozmente hasta a él, dándole una sonrisa coqueta a una chica que se río suavemente y se hizo a un lado para dejarlo pasar.
— Stop!
Taehyung se detuvo de golpe, mirándole con las cejas alzadas.
— Deberías estar en clases.
— Debería, pero el chisme me llama — le explica abriendo grandes los ojos y haciendo una mueca de aflicción exagerada—. ¿Qué te dijo? Tienes cara, supongo que no fue nada malo. Taehyung yo no voy a poder dormir tranquilo si no me dices que pasó.
— Aceptó ser mi amigo.
— Y ¿ya?
— ¿Qué más quieres?
— Pues es que... No sé, yo esperaba que te tomara y te estampara en la pared para luego besarte con agresividad diciendo: imbécil, me gustas.
El silencio les rodeó antes de que Taehyung sonriera.
— Jimin, hazme un favor.
— ¿Qué?
— Jungkook aceptó ser mi amigo, y sabes lo que eso implica; no me quiero ilusionar, así que, abstente de hacer comentarios de este tipo, ni siquiera trates de vernos como pareja o me plantees un escenario como ese, ¿sí?
— Está bien, lo siento...
— Sí.
— ¿Almorzamos juntos?
— No, no puedo; Jungkook almorzará conmigo.
— Bien, pero eso sí; yo no haré comentarios como esos — le advierte, alzando un dedo —. Pero tu júrame que no vas a cambiarme por él.
— Jimin, yo necesito un amigo hetero, ¿es que acaso no sabes que, aquí, tú eres el personaje de inclusión?
— ¿Yo soy el gay de la historia hetero, pero al revés?
— Correcto y solo existes porque eres hetero.
— Vale, bueno, te dejo.
— Adiós.
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