Curiosamente, hoy Taehyung no quería que Jungkook se apareciera en su día.

Oh, no, hoy estaba demasiado nervioso. Y es que había pensado en qué iba a decirle, pero sabía que diría las cosas de forma desordenada en cuanto iniciara. Es más, estaba casi 100% seguro que ni siquiera podría decirle nada.

Hoy trató de transitar por los lugares menos comunes de la universidad, manteniéndose sobre todo en su facultad. Había logrado aquello hasta que su última clase de las 12 del mediodía finalizó y pudo respirar en paz.

¡Iba a irse a casa!

Como un cobarde, pero lo haría.

Así que, mientras guardaba sus cosas y se despedía de algunos compañeros que pasaban golpeando con cariño su hombro y dándoles sonrisas amigables, Taehyung pensó en que iría a su vivero a abrir para, con suerte, vender plantas o productos para cuidarlas.

Se colocó su maletín en el hombro y caminó hacia la puerta del aula detrás de un grupo de chicos que hablaban de partidos de fútbol. Una vez afuera, caminó hacia una de las salidas de la universidad que más cerca lo dejaba para irse a casa cuando, mientras pasaba por un campus, del edificio de en frente Jungkook salió notándolo primero.

— Hey.

Taehyung lo ignoró, porque él nunca respondía a menos que fuera su nombre, así que creyó que le hablaban a otra persona, cuando de pronto alguien caminó rápidamente detrás de él y lo detuvo tocándole el hombro. Se giró con el rostro confundido hasta que se encontró con el rostro bendecido de Jeon Jungkook que le otorgó una linda sonrisa apenada.

— Te estaba hablando.

— Oh... Perdón, no suelo parar cuando escucho mi nombre.

Jungkook se ríe, asintiendo.

— Pasa que no me lo diste ayer.

Oh, ¿su momento para presentarse se estaba dando de forma natural y él estaba como una estatua?

— Soy Taehyung, Kim Taehyung —se presentó y Jungkook le dio otra sonrisa antes de preguntar otra cosa.

— ¿Está mejor tu frente?

— Oh, sí — murmuró apartándose un poco el flequillo que le caía de su cabello largo — Aún tengo frente.

— Me alegra mucho — Jungkook responde de forma aliviada.

— Sí...

Los dos se quedan con el silencio abrazándoles y medias sonrisas cerradas hasta que Jungkook carraspea y lleva sus manos hacia sus bolsillos del suéter que lleva.

— Bueno, me tengo que ir y creo... Que tú también vas de salida.

— Sí...

— Bien, hasta luego —Jungkook dice, dándole otra sonrisa y pasando a su lado.

Taehyung le da una sonrisa estrangulada antes de quedarse como estatua pensando que, si no lo detiene, entonces habrá perdido cualquier oportunidad, y seguirían siendo desconocidos. Y pasaría la vida preguntándose como era Jungkook y qué hubiese pasado si se hubiesen conocido. Pensó también en Jimin y se sacudió el cabello antes de seguir a Jungkook quien caminaba tranquilamente hacia la salida, completamente solo.

— ¡Jungkook! — llamó para detenerlo, obteniendo un par de miradas curiosas ante el grito, pero ignorándolo luego.

Jungkook se detuvo, girándose hacia a él con una expresión confundida y Taehyung se detuvo frente a él, mirándole con los labios muy apretados.

— ¿Uhm?

— Yo... Verás...

— ¿Sí?

— Bueno, es que... Un día te vi y no sé, me preguntaba si podíamos ser amigos porque te vi a los ojos y me gustas, vi que no eras lo que la gente dice y podríamos conocernos. Claro que ya te conocía porque... Bueno, porque...

— ¿Qué? — Jungkook le detuvo, mirándole sin entender — No entendí nada.

— Ok, dame cinco segundos, ¿sí?

— Bien... — aceptó no muy convencido y cruzándose de brazos para esperarlo.

— Mira... ¡Espera! ¡Si te veo me pongo nervioso! — dijo cubriéndose la cara y dirigiendo su mirada hacia sus propios zapatos —. Jungkook, yo me preguntaba si podíamos ser amigos, porque siempre me has parecido interesante.

Esperó una reacción porque aquello le parecía suficiente; profundizar más le costaría. Había soltado todo, pero de golpe, la primera vez y dudaba mucho lograrlo dos veces. Deseó que esa segunda vez fuera suficiente para Jungkook, pero se tensó al escucharlo reír.

— Te felicito por tener labia diferente.

Taehyung alzó la cabeza, mirándole sin entender y con los ojos bien abiertos porque el rostro de Jungkook había cambiado de uno calmo a uno afilado y peligroso, con ojos duros, lastimados junto a una sonrisa falsa y sarcástica.

— ¿Por qué no eres más directo? Ya dime que quieres cogerme sin ser nada.

Una alarma se encendió en Taehyung y sus neuronas comenzaron a entrar en pánico corriendo de un lado a otro. Sintió que la que controlaba la baba iba a morir y comenzaría a dejar ensalivado todo frente a Jungkook del miedo que sintió.

— ¡No! ¡No te veo de esa forma!

— Taehyung, me sé a los patanes como tú; cara bonita, alto, atractivo, bien vestido, pero estúpido.

Le dijo atractivo, al menos.

— Jungkook, me estás malinterpretando.

— Ah, ¿sí?

La neurona que controlaba la baba pareció reaccionar y le gritó a todas las demás que se calmaran, utilizaran el plan B o Jeon Jungkook iba a odiarlas de por vida. Así que, Taehyung decidió soltar todo.

— Jungkook, tú me pareces alguien preciosísimo. Es más, debo admitir que me gustas, y sé que con solo decirte eso no vas a caer enamorado de mí, porque realmente estoy consciente que es una atracción lo que siento — Jungkook alzó más sus cejas y torció sus labios — Pero, pero, pero... Créeme que soy sincero cuando solo quiero tu amistad; no tengo nada en contra de tu cuerpo, nunca lo he visto, pero seguro que es muy bonito. Yo solo quiero conocerte, sin segundas intenciones porque tampoco quiero venirte con el cuento de que quiero ser tu amigo mientras que en secreto solo busco que seas mi novio.

— Y debo creerte.

Taehyung sintió que lo noquearon, porque la expresión de Jungkook no cambió; no le estaba creyendo nada. Tampoco podía culparlo, pero también se prometió no insistir, así que alzó su bandera blanca y sus neuronas decidieron dividirse de nuevo para seguir sus funciones.

— Vale, está bien. Igual, gracias por escucharme y darme unos minutos.

Se despidió con un gesto de cabeza con Jungkook quien se quedó con la palabra en boca y salió caminando a paso rápido lejos de ahí, en busca de la salida.

Abrió el local con su llave y entró encontrando el aire fresco por las plantas, así que caminó hasta el mostrador hasta dar con la pequeña puerta y entrar en la parte del almacén para dejar su maleta y suspirar fuertemente mientras se ataba un delantal desde el cuello y la cintura.

Volteó el cartel del local y se dispuso a esperar, matando el tiempo a través de chequeo a sus plantas en exposición y que los precios estuviesen correctos. El primer cliente llegó en cuestión de veinte minutos, un señor bajo y ya mayor que se llevó un rosal para su mujer. Pasaron diez minutos más para que la campanilla volviera a sonar.

— ¡Hola! — saludó alegremente una voz femenina seguida de un ladrido.

— Hannah, hola — Taehyung devolvió el saludo con otra sonrisa antes de mirar al perro que estaba guardado en la maleta que ella llevaba — Tan.

Hannah, la chica, ríe armoniosamente antes de abrir el cierre y tomar al pequeño perro para colocarlo en el suelo. Taehyung aprovechó para salir del mostrador y sujetar a su Pomerania en brazos.

— ¿Te dio problemas? — le preguntó a su prima y ella negó, pasando un dedo por las hojas de algunas plantas.

— No; estuvimos en el parque hace un rato, dando paseos cortos. Se me pasó el tiempo y recordé que tenía que venir a dejártelo — ella se giró para mirarlo con una dulce sonrisa — Te quiero agradecer por dejar que se quede conmigo mientras estás en la universidad; es una gran distracción.

Taehyung le sonrió de nuevo y bajó al pequeño can para que paseara por la tienda, entrando él al mostrador de nuevo cuando Hannah se acercó para dejarle la maleta transportadora.

— ¿Qué te pasa?

— Nada — respondió antes de mirarla — ¿Cómo está mi tía?

— Bien. Hoy vinieron tus padres a vernos, por cierto.

— ¿Preguntaron sobre mí? —cuestionó, inclinándose hacia adelante.

— Dijeron que iban a ir a tu casa un día de estos — ella responde, encogiéndose de hombros —. Tu madre se veía un poco furiosa cuando te mencionó.

Taehyung suspiró audiblemente antes de hacer otra pregunta, mirando como Hannah le extendía la mano con una cola negra.

— ¿Les diste mi dirección?

— Claro que no; hui con Tan cuando tuvimos la oportunidad — Kim aceptó la cola, amarrándose un poco el cabello —. Pero creo que deberías dejar de evitarlos, sobre todo a tu madre.

— Mamá va a insistir con que deje el local.

Hannah le miró a los ojos antes de asentir y suspiró.

— Tienes que entenderla; nuestro tío murió luego de que te fueras... y ella solo quería verte ahí, junto a ella.

— Ya sé, pero es que... Ella me quiere todo el tiempo en casa, junto a ella; tengo que hacer mi vida.

La chica asintió en comprensión. Compartieron un par de palabras y le creyó cuando Taehyung insistió en que estaba bien, hasta que se fue del local, despidiéndose de Yeontan.

Vendió más plantas en un lapso de una hora cuando el repartidor de comida de la zona llegó con su cena y se fue con una gran sonrisa deseándole que disfrutara y que tuviera una buena noche. Taehyung sabía que Jimin no llegaría porque tendría una cita con una chica, pero le había prometido una llamada por lo que no fue sorpresa que, mientras se sentaba en el taburete para comer, su celular se encendiera con el contacto de su mejor amigo en la pantalla.

— Mi amor.

— Mi amor — Jimin devolvió.

— ¿Todo bien con tu cita?

— Sí, es agradable; vamos a vernos otro día — explica y Taehyung lo pone en altavoz para comer a gusto escuchando perfectamente como su mejor amigo estaba hablando por la calle llena de gente—. Hermano, ¿qué pasó?

— ¿De qué?

— ¿De qué? — repitió incrédulo —. De Jungkook, estúpido.

Un suspiro pesado salió de Taehyung que volvió a recordar el rechazo de Jeon Jungkook y tragó la comida antes de responder.

— Mal, todo mal.

— Pero vida... Detalles, dame detalles.

— Nada; me le acerqué para lo del golpe, lo tranquilicé porque no pasó a más y creí que iba a quedar todo hasta que...

— Habla, desgraciado.

— Hasta que tomé valor y decidí correr detrás de él y ofrecerle mi amistad.

— ¿No la quiso? — cuestiona deteniéndose en el semáforo y esperando su turno para cruzar.

— No; al parecer todos los chicos a los que ha rechazado se han acercado ofreciéndole otro tipo de amistas y creyó que yo era como ellos...

Jimin hizo una pausa, cruzando la calle y buscando las palabras.

— ¿Le explicaste tus verdaderas intenciones?

— Claro — Taehyung comentó y se enderezó para hablar mejor —. Le dije que sí me gustaba, pero que no estaba buscando nada más que su amistad. La verdad, entiendo que no me haya querido creer... Estará harto.

Park asintió y se montó en un autobús que lo llevaría directo a su casa antes de empezar su discurso de mejor amigo.

— Es triste, sí, pero te felicito — dijo, tomando asiento junto a la ventana — Te has acercado; lo has intentado, y eso estuvo muy bien. Fuiste valiente, aceptaste un rechazo y ahora ya no te quedarás con la duda. Me siento orgulloso de ti.

— Gracias; se siente... mal. Pero sí, ya no me quedaré con esa duda.

— Hora de poner los ojos en alguien más, halcón — propuso.

— Jimin... No seas tonto. No hay nadie, al menos, en la universidad.

— Y solo te llegan viejecitos a tu tienda.

Taehyung ríe, antes de contarle acerca de sus clientes y que ese día no ha sido tan malo porque ha vendido más de lo usual. El tema es cambiado rápidamente para hablar de cosas más amenas, pero Jimin finaliza la llamada diciéndole que le ayudará a conseguir a alguien.

Finaliza su cena y escucha a Yeontan comiendo de su plato ruidosamente antes de checar el reloj y darse cuenta de que en una hora debe cerrar. Se toma su tiempo para estirarse y guardar sus cosas. Toma la maleta transportadora y la deja en el suelo abierta.

Su día termina con él en la cama, mirando el techo de su habitación. Sabe que Yeontan está durmiendo afuera en la sala sobre alguno de los sillones y su mente luego divaga en todo lo ocurrido ese día. Agradece en silencio que Jungkook no sea ni siquiera de su facultad y que no debe verlo todos los días, que escasamente se lo encontraba a lo largo de la semana.

Pero Taehyung no recordó que cuando menos querías ver a una persona, más aparecía ésta en tu vida.