Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

037

Advertencia: en la descripción del libro escribí que esta historia contiene smut y que no es obligatorio leerlo, y a lo mejor las personas que lean este cap sientan que les he mentido, pero creanme que este cap es importante porque es un detalle que debe desarrollarse en esta historia sí o sí. 

No es un capítulo fuerte, pero si realmente sienten que no quieren leerlo, lo comprenderé perfectamente y trataré de hacer leve mención en los otros capítulos para que sientan que no se han perdido de nada. De ahí en más, cuando exista un cap más fuerte les avisaré con antelación y que lo lean o no no afectará a que se pierdan el desarrollo de la trama. Besos.

No fueron a bailar.

De hecho, ni siquiera se acercaron a la pista de baile que estaba atestada de personas disfrutando de la noche, desestresándose un poco y olvidándose de la realidad para mañana levantarse y continuar con ella. Jungkook lo sujetó de la muñeca y caminaron hacia el fondo del lugar, lejos donde ninguno de sus amigos pudiera verlos y donde pudiera tener un momento a solas con Taehyung.

Sus amigos no les prestaron atención; algunos demasiados borrachos, otros demasiados distraídos por la conversación graciosa que estaban llevando a cabo. Fue una ventaja para ellos, sobre todo para Jungkook.

Al fondo del lugar, casi siendo invisible al ojo porque la pista de baile con las personas lo cubrían, se encontraba una clase de sala con diversos sillones de cuero con las luces tenues y un ambiente más íntimo. Taehyung terminó sonrojándose al ver algunas... emm... ¿Parejas? No podía decir que todas fueran parejas o que todas las personas ahí se conocieran, pero era más que claro para él que ninguno de ellos tendría la relación que estaba desarrollando con Jungkook.

Ignorando lo que a Taehyung avergonzaba, Jungkook lo empujó para sentarse en uno de los sofás de tres plazas que estaba vacío. Lo siguió justo a su lado y se giró hacia a él, mirándole con una mirada levemente perdida.

Jungkook tenía buena resistencia al alcohol, así que lo que se había bebido no lo tenía borracho, simplemente contento. Estaba totalmente despierto, aunque levemente mareado. Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo: algo que quería hacer, pero que su yo completamente sobrio le impediría cometer. En cambio, con un poco de alcohol liberando su personalidad y dejando a la deriva su lado introvertido, Jungkook se sintió completamente seguro y decidido a atacar a Taehyung.

Sobre todo, con la estupidez que la había soltado en las escaleras de la bolera.

¿Por qué le habría preguntado algo así? ¿Namjoon? ¿Gustarle? Era ilógico, pero se olvidó momentáneamente de ello porque tenía otro objetivo en mente:

Comerse a Taehyung.

¿El lote que se habían dado en el sillón por acciones estúpidas de Jungkook? Lo había convertido en esto: alguien sediento de Taehyung. Compartía besos con él, claro que sí. Y le encantaba. Jungkook amaba los labios de Kim. Adoraba los besos suaves y lentos ahogados en ternura que Taehyung le solía dar, pero probar sus labios de esa forma tan sensual era muy tentador.

— ¿No íbamos a bailar?

— Estaba pensando que... Si no te gusta beber, a lo mejor podría emborracharte con mis besos —Jungkook le soltó.

Y se lo soltó como si fuera lo más natural, como si no le importara que Taehyung se incendiara, de deseo y vergüenza. ¿Estaba bien desear a tu amigo? ¿Era moralmente correcto? Posiblemente no. Sin embargo, ellos no eran amigos-amigos. Así que trató de tranquilizarse, tragando fuertemente y quedándose congelado cuando Jungkook se acercó a él, inclinándose a su regazo mirándole como un depredador.

Taehyung lo entendió: él era una presa. Una que estaba muy dispuesta a dejarse desgarrar por los dientes de Jungkook. Dios, Taehyung le estaba entregando su yugular, ni siquiera estaba tratando de huir del dolor por mucho que su instinto de supervivencia le dijera que debía alejarse, parar todo aquello y no intentar averiguar cuánto dolor su corazón podía superar.

Cuando Jungkook le sonrió, con las luces tenues volviendo su expresión más oscura y peligrosa, Taehyung se la devolvió de una forma más tímida, más avergonzada. ¿Cómo culparlo? Todo eso era tan nuevo; el contacto físico, las palabras y, sobre todo, el contacto sexual.

Fue una caricia para su autoestima cuando deslumbró en la mirada de Jungkook el deseo. Un deseo que sentía hacia a él. Jungkook le deseaba.

Jungkook lo besó.

Lo deseaba y lo estaba besando.

Se compadeció de él; el beso inició de forma lenta, solo probando, solo tentando. No eran los únicos besándose ahí, pero eran los únicos que no estaban intentando succionarse el alma ajena. Era más como si quisieran acariciarla, abrazarla. Mimarla.

Taehyung cerró los ojos, degustando ese sabor único de Jungkook ahora mezclado con cerveza, tequila, limón y sal. Una combinación demasiado fuerte para él. Jungkook lo estabilizó posando sus brazos en los hombros del mayor para sujetar su nuca con una mano y profundizar el beso. Se sintió morir, de forma placentera.

El azabache ladeó el rostro, mordiendo levemente los labios rosados de Taehyung y sonrió de forma maliciosa cuando sintió a Taehyung buscar su labio inferior; ese más carnoso, más rojo y más dulce de los dos. Jungkook lo dejó ser, lo dejó investigar y le dejó tomar el control. Lo que desembocó en un ritmo más lento, más tímido, pero al mismo tiempo más profundo: Taehyung se dedicó a degustar ese labio, amasándolo entre sus propios, mostrando su lengua de forma tímida y un poco torpe para lamerlo y luego volviendo a succionarlo.

Jungkook gimió.

Y Taehyung consideró que su labio superior también merecía atención. Se separó un poco, detallando esos caramelos y suspiró totalmente lleno de amor en cuanto se inclinó de nuevo para trabajar en el superior de la misma forma. Jungkook lo sintió repetir el proceso, con la misma lentitud, aumentando solo un poco el ritmo en cuanto lograba que Jungkook jadeara.

Esa era una respuesta afirmativa para Taehyung, un permiso a una pregunta silenciosa.

— ¿Está bien así? —la voz de Jungkook lo detuvo y Taehyung abrió los ojos para mirarlo— ¿Te gusta lamer, Tae?

— ¿L-lamer el qué?

Jungkook murió de ternura; Taehyung lo volvía loco, podía ponerlo caliente y luego estaba sintiéndose chiquito por lo lindo que actuaba. Pasó una pierna por encima de las ajenas, el primer paso de un proceso el cual el objetivo era terminar sentado en su regazo.

— Mis labios.

— Me gusta... —la voz le tembló, pero su mano paró sobre la rodilla de Jeon, acariciándola sobre la ropa de forma mimosa.

— ¿Quieres probar mi lengua?

A lo mejor quería probar más cosas, pero Jungkook no tenía que saber aún eso. Ni siquiera él quería pensarlo, era demasiado, sentía que podía incomodar al menor y no quería eso. Quería que Jungkook se sintiera seguro junto a él, que pudiera ser él mismo sin temor a nada.

— Si me permites... —responde— Pero no soy muy bueno en ello.

— No pasa nada, solo explora —le aconseja, pero entonces la inseguridad se apodera de Taehyung.

Jungkook tenía mucha experiencia. Ganada de la peor forma y con horribles intenciones detrás de ello, pero la tenía. Y él, por el contrario, no tenía ninguna. A menos que los besos en la frente y en la mejilla por parte de su familia contaran. Pero hasta donde él sabía, no lo hacían, así que Taehyung no sabía nada de como besar... Sexy.

El menor pareció descubrir la inseguridad en él, y parecía que la conexión entre ellos había aumentado porque se inclinó de nuevo, sujetando ahora su labio inferior con un dedo y pidiéndole que abriera la boca suavemente. Taehyung lo hizo, completamente sumiso y ni siquiera se dio cuenta cuando Jungkook terminó por sentarse totalmente en su regazo.

Jungkook le murmuró que iba a estar dentro de su boca. La palabra, el tono y la posición solo mandó imágenes obscenas a la cabeza de Kim, pero no le impidió cerrar los ojos cuando sus labios volvieron a unirse, esta vez, la lengua de Jungkook entrando a su cavidad bucal.

Un objetivo: su lengua.

Taehyung se estremeció de placer cuando el músculo húmedo del azabache acarició su lengua por encima y luego volvió a esconderse en su boca. Jungkook examinó su expresión alejándose un poco, tratando de descubrir si le había molestado. La respiración agitada y su expresión, tan diferente y nueva a las que conocía, le dieron una respuesta negativa así que continuó con su ataque.

Esta vez, sus manos se unieron al asalto; masajeando los hombros de Kim, subiendo por su cuello hasta llegar a su nuca y tirar de los mechones de su cabello. Taehyung se sujetó de su cintura, gimiendo contra los labios de Jungkook y él le respondió con otro lengüetazo. Cada lamida le generaba una corriente eléctrica a Taehyung y sintió su parte íntima palpitar.

Si seguía ahí, se iba a incendiar.

Más aún cuando Jungkook dejó caer todo su peso sobre sus muslos, zona con zona rozándose suavemente, separados por capas de ropa.

Jungkook soltó sus labios por un momento para moverse hacia su cuello, totalmente tentado y encendido. Quería ver esa expresión en Taehyung aumentar: sus ojos cerrados, las manos apretando su cintura de forma posesiva e insegura, su respiración agitarse, sus labios entreabiertos y gimiendo en un tono bajo y profundo, sensual y único.

Taehyung era demasiado y ni siquiera se estaba dando cuenta.

Así que succionó su cuello, no buscando dejar marca, solo lamiendo y lamiendo, sintiendo su olor a piel y un poco salada la zona por el sudor que jugar al boliche le había provocado. Jungkook pudo fácilmente imaginarse a sí mismo lamiendo ese sudor desde sus clavículas, desde sus pectorales y sus pezones. Sus dedos, cosquilleando ansiosos, se dirigieron hacia su pecho, palmeando y acariciando, solo para explorar y descubrir las maravillas de Kim.

Soltó su cuello, besando su mandíbula y luego se movió hacia su oreja, jadeando contra ella antes de hablar.

— ¿Puedo moverme contra ti? Estoy muy, muy, muy tentado por sentirte —le susurra—. Sé que estás caliente, ¿hay algo pasando por tu mente, Tae? ¿Quisieras hacerme algo?

Taehyung tembló contra él, pero asintió.

— ¿Qué es?

— Besarte... Lamer...

— ¿Dónde?

— Ahí... Abajo.

Jungkook se alejó de él para buscar su mirada y alzó ambas cejas, sintiéndose sentir ebullir desde el fondo de su corazón hasta cada parte de su cuerpo. Taehyung le devolvió la mirada avergonzado, pero enfrentándolo y Jungkook asintió.

— Deberíamos despedirnos de los chicos e ir a tu casa, ¿no crees?

Taehyung estaba ardiendo, por todo su cuerpo y sentía que no tenía aire. Sin embargo, aún había duda en su mirada porque esta no era la primera vez que Jungkook lo atacaba de esa forma, y ahora no sabía si estaría bien avanzar a algo más con el chico un tanto ebrio. No parecía haber perdido todos sus sentidos, pero el alcohol era alcohol y sus efectos siempre estarían presentes.

Jungkook no le dio tiempo a responder ni a tomar una decisión rápidamente. Lo llevó de nuevo hacia la mesa donde ahora solo se encontraban Namjoon y Seokjin charlando con bebidas en las manos. Al parecer Soojin y Jimin habían ido a la pista de baile para sacudir los huesos un momento. El menor les dijo que se encontraban cansados y que regresarían a casa ya, recibieron un hasta pronto y se fueron de ahí dejando el dinero para pagar lo consumido.

Taehyung escuchó la risita divertida de Jungkook y eso lo puso aún más nervioso. El azabache detuvo un taxi en cuanto salieron del local y dio la dirección de Kim. En el auto, Jungkook se acercó al mayor, apoyando su cabeza sobre el hombro izquierdo del contrario e inhaló de forma profunda el aroma del castaño.

El viaje fue rápido y el mayor pagó por él. Cuando entraron a la casa, Yeontan corrió a recibirlos y ambos le dieron diez minutos de atención hasta que Jungkook sujetó a Taehyung de las solapas del abrigo, juntándolo a sus labios y llevándolo hacia el sillón en la sala. Kim gimió de sorpresa contra su boca y Jungkook se sentó a horcajadas cuando lo sentó en el mueble.

Taehyung sintió curiosidad.

Quería palpar los muslos fuertes, las pantorrillas trabajadas, la cintura estrecha y los brazos fuertes. Quería también enredar sus manos con las de Jungkook mientras se agitaba encima de él, mientras lo escuchaba derretirse. Quería ver su expresión mientras lo disfrutaba y estuvo a punto de cumplir su sueño cuando volvió a recordarlo:

Jungkook no estaba sobrio. No podía hacerlo.

— Estás... —Taehyung dijo entre beso y beso— ebrio...

— No... tanto...

— Pero lo... estás.

Jungkook se detuvo, y detuvo también el movimiento de cadera que no notó que estaba haciendo en primer lugar. Taehyung tenía la misma expresión que él: perdida, caliente y hermoso.

Oh, Jungkook se derritió ahí mismo: Taehyung lo deseaba. Y su deseo era diferente a los demás: no lo veía con absoluta lujuria. La mirada de Taehyung le susurraba que lo quería, que lo quería de mil formas.

— No nos hagas esto —murmuró.

— No quiero que sea así —Taehyung dijo.

El menor suspira, quejándose un poco antes de robarle otro beso.

— Al menos... ¿podemos dormir juntos? —pidió desconsolado.

Taehyung asintió y luego lo abrazó desde la cintura, pecho contra pecho y Jungkook cerró los ojos, sintiéndose mimado.

— Toma agua antes de ir a dormir, así no despertarás con mucha resaca.

— Está bien —aceptó con facilidad.

Acató lo pedido y luego subieron a la habitación del castaño, entrando en la inmensa oscuridad y Jungkook se desvistió sin tapujos frente a él. Taehyung se sonrojó y apartó la mirada, decidió prestarle ropa y cuando ambos estuvieron vestidos, se tumbaron en la cama doble de Kim.

Jungkook tomó sus brazos y lo hizo rodearlo, escondiéndose en su pecho y besando detenidamente su cuello antes de mordisquear su manzana de Adán y luego suspirar su aroma.

— Te voy a odiar eternamente por dejarme caliente.

— Si te consuela, yo también sigo caliente —Taehyung murmura, acariciando la cabellera azabache y Jungkook se ríe de forma baja.

— Tae...

— ¿Sí?

— Te quiero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro