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008

No llamó a su madre, porque se sentía agotado mentalmente.

No sabía muy bien qué le estaba pasando, pero estaba tan extraño que incluso imaginó miradas sobre él cuando entró a la universidad al día siguiente. Estaba tan ensimismado en regañarse por crearse esas ilusiones cuando alguien se le acercó.

No lo reconoció; Taehyung no conocía a mucha gente de la universidad. Era muy malo con los nombres y las caras, así que ni siquiera se esforzaba a menos que esa persona formara un lazo más fuerte con él. La única excepción era Jungkook. Sin embargo, ese chico parecía conocerlo.

— ¡Tú, eres un dios!

Taehyung comprendía que había gente que tenía la suficiente confianza para hablarle a cualquiera como si fuesen mejores amigos. Para él podía llegar a ser incómodo y, en lugar de hacerlo sonreír, solo le provocaba correr, correr muy lejos.

— ¿Qué? — fue lo único que atinó a preguntar, con su rostro teñido de pura confusión.

El chico le sonrió aún más, pasando un brazo sobre sus hombros, como si fueran viejos amigos y Taehyung tuvo ganas de gritar finamente, pero lo hizo de forma interna.

— ¿Qué hiciste, uh? Dinos que hiciste — de pronto la conjugación tuvo sentido porque otros dos chicos se le acercaron y Taehyung se volvió demasiado consciente de su postura porque se concentró en mantenerse muy erguido.

— ¿Está tan bueno como dice?

¿El qué? ¿De qué estaban hablando? ¿Qué demonios querían? ¿Por qué ese extraño e inesperado interés en él? Sus miradas eran oscuras y sus sonrisas demasiado turbias, Taehyung estaba presintiendo que no eran buenas personas.

— ¿Le diste chocolates? Mingyu dijo que era alguien muy sentimental; ¿le creíste? Alguien que ha follado tanto no puede ser sentimental.

Lo comprendió.

Y de estar incómodo, pasó de estar furioso. Pensar en su madre el día anterior aumentó su ira y lo primero que hizo fue empujar hacia atrás al chico que lo sostenía con su brazo, logrando que trastabillara al no esperar la acción y su amigo lo sostuvo rápidamente, evitando que callera.

— ¡Jae! — gritó, preocupándose por él.

El tal Jae se recompuso, mirando a Taehyung con el ceño fruncido y acercándose rápidamente, Kim le dio cara, no retrocediendo. Sus puños se apretaron fuertemente porque él realmente tenía deseos de golpearlo, sin embargo, Taehyung tuvo que recordar a sus plantas y como ellas lo habían llevado a un punto donde el enojo no lo controlaba ni a él ni a su boca.

— ¡¿Qué te pasa, imbécil?!

La exclamación alertó a varios estudiantes y, aunque algunos siguieron su camino, otros se quedaron viendo la escena, queriendo saber lo que sucedía. A Taehyung le importaba muy poco; no quería pelear, no iba a pelear, pero no podía irse callado.

— ¿Qué te pasa a ti? ¿A todos ustedes? — devolvió la pregunta mirando a los tres que solo transmitían molestia con sus poses—. ¿Les parece bien andar hablando de la vida alguien más?

— Jungkook no tiene vida; él es un espectáculo andante. Eso él mismo lo ha querido.

— Ah, ¿entonces ahora es culpa de Jungkook no controlar las acciones de sus parejas?

— Para empezar, ni siquiera eran sus parejas. Solo es un muñequito inflable con carita bonita y agujeros —le respondió el otro amigo de Jae.

Fueron un par de segundos en los que su campo verde lleno de flores y plantas se extinguió de su mente, y Taehyung solo lanzó un enorme puñetazo en toda la cara del sujeto. Jae y el otro no reaccionaron tan rápido, mirando boquiabierto la golpiza.

— ¡Pero que!

Taehyung parpadeó cuando terminó su acción y se quedó estático con su puño en alto. Se sintió mal en cuestión de parpadeos porque él no era así, y él jamás quería ser así. No iba a disculparse, pero tampoco iba a repetirlo. Bueno, él no, pero los otros dos sí.

Lo sujetaron de un brazo y Jae lo giró con furia, golpeándole la mejilla con los nudillos. Taehyung volteó el rostro ante el impacto, mas no intentó devolver el golpe, si no que intentó esquivarlos. De poco le sirvió porque era uno contra tres.

— ¡Basta, basta! ¡Basta! — alguien gritó al fondo y otro cuerpo se unió a la pelea, metiéndose entre Taehyung y los chicos.

Cuando pudo tomar aire, Taehyung descubrió que era Jimin que, aunque era un poco más bajo, lo mantuvo detrás de él.

— ¡¿Qué les pasa?!

— ¡Park no te metas o te pateo! — le gritó Jae y Jimin frunció el ceño, mirándole molesto.

— ¡No voy a moverme! ¡Te metes con él y te metes con los dos!

La sonrisa que recibió fue diabólica y Jimin alzó los brazos cuando los primeros ataques se acercaron. Pudo esquivar los primeros, pero estaban en desventaja y solo defenderse no iba a salvarlos; debían atacar.

— ¡Taehyung, muévete! — chilló Jimin mientras buscaba golpear al sujeto.

— ¡No lo golpees! — Taehyung le pidió, tomándolo de un brazo y dando tres pasos hacia atrás, tres que sus enemigos dieron hacia a ellos.

— ¡Nos van a matar, imbécil!

— ¡No vamos a solucionar nada! — Taehyung logró decir escupiendo sangre y dando aún más pasos hacia atrás.

— ¡¿Qué sugieres?! — Jimin alzó de nuevo sus antebrazos para defenderse el estómago cuando una patada intentó llegar hasta a él —. ¡Taehyung, reacciona!

— Jimin...

— ¡Taehyung, defiéndete! — le exigió.

— ¡Está bien! ¡Está bien!

Taehyung tuvo que preparar sus nudillos para golpear a sus contrincantes hasta que otra voz se alzó entre todos junto a otras. Los cinco muchachos se quedaron estáticos y miraron hacia otro grupo de chicos que venían.

— Chicos, ¿qué está pasando? — el capitán de baloncesto, Kim Yugyeom, alzó ambas cejas con su grupo de amigos (y compañeros de equipo) y unas cuantas chicas (novias de algunos miembros) detrás de él.

— No es tu asunto, Kim — le gruñó Jae y Yugyeom miró hacia a Jimin, frunciendo el ceño.

— ¿Jimin qué pasa? Tú nunca te metes en problemas.

— Es un imbécil —el amigo de Jae dijo—. Los dos, de hecho; estábamos hablando tranquilamente con Taehyung y de pronto se molestó.

Jimin alzó ambas cejas, mirando a Taehyung por el rabillo, preguntándole si aquello era verdad. Sabía que su mejor amigo no era de dar golpes, él era más pacífico que una tarde en un campo en primavera, así que le sorprendió que estuviera defendiéndose de otros tres chicos.

— ¿De pronto? — Taehyung masculló, mirándolo molesto—. Se pusieron a hablar de Jungkook como si... si fuera un objeto.

Taehyung escuchó la risa de Yugyeom y tanto él como Jimin lo miraron, confundidos.

— ¿Esto es todo por defender a Jeon Jungkook? — Yugyeom dijo con una gran sonrisa y los de su equipo también rieron.

— Oh, vamos; esta pelea no tiene sentido — Jackson comentó—. Dense las manos y hagan tregua.

— Espera, espera ¿a qué te refieres de que si todo es por Jungkook? — Jimin cuestionó.

El capitán se encogió de hombros, cruzándose de brazos.

— A Jungkook ni siquiera le importa y ustedes defendiéndolo, supongo que es suficiente, ¿no? Quiero decir, el que calla, otorga. Y si Jungkook no se queja de su fama, ¿por qué ustedes arriesgan tanto?

Jimin y Taehyung se quedaron callados, pero al menor comenzó a dolerle la cabeza con todo lo que estaba escuchando. Tomó el brazo de Jimin, apretándolo suavemente antes de hablar a Jae y a los demás.

— Di el primer golpe, pero luego los dejé golpearme, así que supongo que nuestra interacción acabó, ahora y por siempre — luego miró a Yugyeom y a su equipo—. Me preocupa pensar que ustedes, con ese tipo de pensamientos, estén representando a una universidad en un deporte y, peor aún, que vayan a salir al mundo fingiendo que son buenas personas.

— Tae, deja de desgastarte por ese chico; estás a tiempo de salvarte, aléjate de él — Yugyeom lo señaló—. Mírate, mírate como te han dejado por defenderlo, ¿y dónde está él?

— ¿Y por qué tendría él que venir?

Yugyeom se encogió de hombros otra vez, totalmente desinteresado.

— Le estás haciendo un favor que no va a devolverte.

— Es imposible hablar con ustedes — Taehyung resolvió, no dispuesto a gastar el aire en educar a esos chicos. Ni siquiera era su padre, ni siquiera era el asunto de ellos.

Si bien su llegada había evitado que las cosas pasaran a más, Taehyung hubiese preferido molerse a golpes que escuchar más estupideces. Haló del brazo a Jimin, pidiéndole silenciosamente, queriendo ir a enfermería a curarse los golpes de las cuales, por la adrenalina, aún no sentía el dolor.

— Estaba buscándote.

Apartó la mirada por donde la enfermera se había ido luego de haberlos atendido y la dirigió hacia su mejor amigo que no tenía más que un par de moretones en los antebrazos.

La enfermería solía estar casi siempre sola; no muchos estudiantes se lastimaban y, de hacerlo, en su mayoría eran estudiantes que practicaban algún deporte. Generalmente, la enfermería era más usada como consultorio y hacerse exámenes, pero no para curar heridas de una pelea.

Ni el recepcionista o la enfermera les cuestionó la causa de los golpes, pero les dieron un servicio muy amable y ella le ofreció a Taehyung diversos números a los cuales podía acudir sea la razón por la que había terminado así. Taehyung se había apenado cuando logró ver uno que era de un grupo de ayuda, un grupo de personas con ira.

— ¿Por qué?

Jimin se aclaró la garganta, levantándose de su silla y tomando lugar junto a Taehyung, para no alzar tanto la voz.

— Entré y unos chicos me preguntaron si tú podías darles autógrafos. Me extrañé mucho, así que pregunté y me enteré de que, como ayer saliste con Jungkook de la cafetería, se expandieron los rumores de que, ya sabes, eres la 'nueva' presa de Jungkook.

— ¿Presa?

— Es lo que dijeron; vine a buscarte rápidamente para advertirte, pero creo que lo hicieron antes...

Los dos guardaron silencio, pero sin dejar de mirarse, Jimin presionando suavemente y con la mirada hasta que su mejor amigo cedió.

— No... No quise golpearlo — confiesa.

— Lo sé.

— Yo... Yo solo estaba entrando cuando se acercaron a hablarme con mucha confianza — miró sus piernas—. Empezaron a cuestionarme qué había hecho para que Jungkook fuera... Lo que sea que ellos crean que es y... Y se refirieron a él de una forma muy despectiva...

— Estallaste.

— Solo pasó y luego, me retracté... Dejé que me golpearan.

Jimin miró hacia la puerta de nuevo, soltando un suspiro mientras se rascaba la cabeza.

— Un día pueden matarte, Tae... No digo que esté bien que hayas dado el primer golpe, entiendo tu frustración, pero... ¿Luego dejarte de defender? ¿Qué hubiese pasado si no hubiese llegado? ¿Crees que ellos se hubiesen calmado? Claro que no, ellos te iban a dejar o muerto o inconsciente.

— Lo sé, lo siento.

— Me estoy comenzando a arrepentir de empujarte a hablarle.

— ¿Qué? — Taehyung lo miró con el ceño fruncido y Jimin suspiró, encogiéndose de hombros— ¿Por qué actúas así? Jungkook no me obligó a golpearlo.

— Fue la causa.

— Sí, pero el de la acción fui yo, no él. Yo tenía la opción de decidir y decidí golpearlo.

Jimin quiso cambiar de tema, así que miró sus mochilas en la banca y apretó los labios antes de hablar.

— ¿Vas a ir a clases así? Estás molido.

Le dirigió de nuevo la mirada, evaluando su mejilla roja y raspada, el labio partido, los nudillos de la mano izquierda vendados y sabía que tenía moretones en el torso y en los brazos porque la enfermera le había pedido quitarse la camiseta para revisarlo, justo frente a él.

— Creo que iré a casa, me tomaré el día... Necesito relajarme.

Park asintió, apoyando la decisión y se puso de pie para ofrecerle acompañarlo hasta su casa y que podría saltarse una clase con tal de asegurarse que llegara sano y salvo. Sin embargo, no pudo abrir la boca porque Jeon Jungkook se apareció por la puerta de la habitación, con la mochila colgándole del hombro.

Llevaba una camiseta negra debajo de una de cuadros con mangas largas y un pantalón de mezclilla. No miró a Jimin, su mirada solo fue directamente hacia a Taehyung quien sintió sus mejillas colorearse porque no esperaba verlo ese día; no habían acordado nada.

— ¿Quiénes te hicieron eso? — fue lo primero que preguntó— ¿Y por qué?

— Sobro, ¿eh?

Jungkook miró un momento a Jimin que tenía una sonrisa un tanto tensa, mas Park no esperaba que Jungkook asintiera hacia su broma.

— Lo haces, ¿puedo hablar con Taehyung?

Jimin perdió la sonrisa y se sintió avergonzado, mirando a Taehyung sin poder decir nada y el menor asintió en comprensión, con esa señal mostrándole que podía irse.

— Llámame si quieres que te acompañe.

— Claro...

Cuando quedaron solos, Taehyung no levantó la mirada ni siquiera al escuchar a Jeon suspirar como lo hizo. Lo sintió sentarse frente a él, levantando una pierna y colocándola sobre la otra.

— No creo que ser amigos te beneficie en algo.

Taehyung suspiró, mirándolo a los ojos.

— ¿Es lo que quieres?

— Mírate; te han lastimado por algo que ni siquiera vale la pena pelear.

— ¿Es lo que quieres? — repitió.

— Es lo mejor.

— ¿Es lo que quieres?

Jungkook no contestó al momento, mirando sus piernas un momento antes de negar con la cabeza.

— Ni siquiera ha pasado una semana — comentó—. Pero si vas a estar metiéndote en problemas, no creo que sea bueno para ti.

— No va a volver a pasar.

Jungkook sonrió de forma ácida, riendo sin gracia, una risa suave y forzada.

— ¿Ya escuchaste todo lo que está diciendo de ti? Y eso que solo fuimos a comer. Estamos... En la mira de todos.

— Jungkook, no me molestan los rumores; puedo seguir con ellos. Puedo controlarme, sabré controlarme. Fue un pequeño desliz.

— No me parece pequeño a mí — dijo señalando su rostro y se inclinó hacia a adelante—. Dejemos de hacer esto.

— Jungkook.

— ¿Qué?

— Me gustas.

— Ya lo habías dicho.

— Quiero conocerte, no para ser novios o algo por el estilo. Solo quiero conocerte.

Jungkook se recostó sobre su asiento, cruzándose de brazos y mirándolo con seriedad.

— ¿Acaso quieres saber si los rumores son ciertos?

— Quiero conocer al verdadero Jungkook, porque ni siquiera conozco al Jungkook de los rumores, porque es lo que es: un simple rumor.

Jungkook asintió, levantándose con su mochila y tomó el maletín de Taehyung que estaba al lado de la suya.

— Bien, sigamos siendo amigos. Deja que te acompañe a tus clases.

— Voy a mi casa; quiero acostarme — extendió su mano para que le diera el maletín, mas Jungkook no se lo dio.

Ambos se miraron a los ojos, Taehyung desde abajo y Jungkook desde arriba.

— Te acompañaré a la casa, entonces.

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