007
Hoseok esperó pacientemente a Jungkook en el centro comercial en el que habían quedado. Se había despedido de Yoongi hace un rato, suspirando como todo un enamorado y moviéndose hacia un centro de mesas donde había otros clientes del lugar charlando animadamente entre ellos o mirando sus celulares.
La tarde estaba tranquila, e incluso bonita, Hoseok pudo notarlo. El sol estaba brillando, pero el calor era poco y el cielo estaba de un celeste brillante sobre sus cabezas. Hoseok pudo notar a jóvenes caminando de un lado a otro, incluso notó estudiantes con sus uniformes aún puestos y helados en mano riendo escandalosamente y Hoseok se acomodó en su silla.
— Hey.
Apartó la mirada ante el saludo y se encontró con Jungkook tomando asiento frente a él, mirándolo curioso.
— ¿Qué veías?
— Nada, solo miraba.
Jungkook escuchó la música pegajosa sonando de fondo por los altavoces y le sonrió a Hoseok.
— ¿Viste a Yoongi?
— Sí, me vino a dejar hasta acá.
— Lindo.
Las mejillas de Hoseok se sonrojaron suavemente, sonriendo en grande de forma involuntaria.
— Lo sé — aceptó de forma modesta, pero luego hizo un gesto con la cabeza— ¿Caminamos?
— ¿Por qué no?
Se pusieron de pie, caminando lentamente por el centro comercial, hablando primero de su día y luego de otras cosas triviales. Sin embargo, Hoseok estaba demasiado curioso y Jungkook lo sabía, así que lo invitó a un café para hablar tranquilamente en alguna mesa y con café.
— Cuenta — pidió sentándose con las piernas abiertas y las manos en el estómago, mirando de forma perezosa a Jungkook— Te fue bien, ¿verdad?
— No cantes victoria aún.
El rostro de Hoseok se descompuso en un parpadeo y se enderezó en su asiento, inclinándose a él.
— ¿Taehyung es otro imbécil? No, no puedo creerlo...
— No, no lo fue. De hecho, fue bastante amable y considerado...
— ¿Pero?
— Nunca coqueteó.
— Debería alegrarte, ¿no es así? — Hoseok se volvió a acomodar, mirándolo pensativo—. Eso significa que no mintió, ¿o sí?
Jungkook frunció el ceño, ¿por qué Hoseok insistía tanto? ¿Por qué estaba tan a favor de Taehyung? No iba a quedarse en la duda, además, era su mejor amigo; podría contarle.
— ¿Por qué estás tan convencido de que Taehyung no es malo?
Hoseok se encogió de hombros, suspirando suavemente antes de hablar.
— Quizá sea porque nunca está metido en problemas ni entrometiéndose en cosas que no le incumben; Taehyung es un chico tranquilo y no sé, siento que para ti está bien tener amistades así: personas que no juzguen, que piensan antes de hablar y que solo se entrometen cuando la situación lo amerita.
— Oh, ¿te aburres de mí? — Jungkook bromeó, riendo melódicamente—. O sea que... No hay rumores acerca de Taehyung.
— ¿Por qué quieres escuchar rumores? No tiene sentido; tú sabes lo peligrosos y falsos que pueden ser.
Jungkook asintió convencido y luego, miró a Hoseok.
— Hoy vi a Mingyu por primera vez, luego de que me botara.
— Jungkook...
— Estaba con su novio; lo llevaba tomado de la mano y se sonreían como dos buenos enamorados.
Hoseok frunció los labios, el café de ambos llegó junto a sus postres y los probaron con un sorbo de café antes de retomar la conversación, ya no tan animada como antes.
— Pero ¿estás bien?
— Fue... Incómodo y doloroso — Jungkook respondió, mirando su pastelito—. Otra vez volví a preguntarme "¿por qué con él sí y conmigo no?" Eso y que hoy bajé mucho la guardia y unos compañeros me hicieron una broma estúpida antes de verme con Taehyung. Así que me volví demasiado vulnerable en ese lapso.
— ¿Estaban en la cafetería Mingyu y su novio?
— Sí, con sus amigos. Sentí miradas pesadas y solo quería irme de ahí, no me sentía bien.
— Jungkook, no debiste quedarte...
— No lo hice; Taehyung insistió en que debíamos comer fuera, que era mejor y más tranquilo para charlar.
— Lo notó, ¿verdad?
— Dijo que notó más las burlas de los amigos de Mingyu, así que prefería que nos fuéramos.
Ambos guardaron silencio, comiendo y bebiendo hasta que Jungkook prefirió cambiar de tema. Una vez fuera del café, optaron por irse con comida en mano para no cocinar y llegar a descansar al apartamento. Mientras esperaban el metro, Hoseok recibió un par de mensajes de Yoongi y se perdió en una conversación con él, por lo que Jungkook se vio orillado a pensar.
Taehyung había dejado de ser tema cuando salieron del café, pero regresó de nuevo a él ahora que su mejor amigo se entretenía con otra cosa. Jungkook hacía demasiadas preguntas, y todo por esa maldita inseguridad que se había creado a raíz de otros Mingyus del pasado y se cuestionó, sin querer, si era una buena amistad.
Hoseok era su mejor y único amigo, y Yoongi no contaba; era el... ¿Futuro novio? De su mejor amigo, pero solo un conocido para él, alguien con quien salía de forma ocasional cuando Hoseok lo invitaba a pasar la tarde con ellos o ir de compras juntos.
Pero jamás había profundizado demasiado con el chico. Hoseok era el único con el que había logrado congeniar y eso solo porque Jung se vio obligado a convivir con él al vivir en la misma casa que Jeon. Si no hubiese sido por ello, seguramente Jungkook no tendría ni a Hoseok.
Taehyung le sonaba un poco a amenaza; tenía miedo de encariñarse de él ya sea como amigo o de forma romántica y que el chico le fallara. O bien, que se aburriera de él y se fuera como si nada, sin ni siquiera despedirse o explicarle porqué ya no quería nada.
Aunque, también se preguntaba si eso estaría bien; saber por qué la gente se iba. ¿Sería bueno para su autoestima? A Jungkook no le molestaría que le apuntaran sus errores, pero sí que le dolería en el alma que alguien a quien adora lo detestase por alguna acción que él cometía con todo el cariño del mundo, con todo su corazón involucrado y solo con buenas intenciones.
Jungkook era demasiado sensible y adoraba que le hablaran bonito, pese a que la imagen ante los demás fuera otra. Hoseok le había dicho que sus ojos lo delataban, pero que no todos sabían observar miradas.
¿Podría él descubrir la de Taehyung? ¿Podría confiar en él?
— Jimin, estoy trabajando, ¿podrías esperarte un poco?
— ¡Soy malo esperando un chisme! — Jimin se quejó al otro lado de la línea y Taehyung rodó los ojos antes de escuchar la campanilla del local — Solo dime lo que pasó...
— Tengo cliente, adiós.
— ¡No, pero-!
Taehyung colgó rápidamente cuando una señora alta con vestido azul y un sombrero se acercó al local, mirándole intranquila.
— Buenas tardes...
— ¿Flores para pedir perdón? — murmuró ella, con los ojos cristalizados.
— Ohm, orquídeas, rosas, gerberas, margaritas... ¿Cuál prefiere?
— Es para mi hija...
— Oh — Taehyung murmuró, asintiendo y luego su mente trabajó en otra cosa, por lo que tuvo que preguntar—. Está usted buscando un arreglo, ¿no? Un ramo, ¿verdad?
— Sí, ¿por qué?
Se sintió levemente decepcionado, pero fiel a su trabajo, negó con suavidad y mantuvo su semblante amable.
— Lo siento mucho, pero no vendo ramos ni arreglos...
— ¿Por qué no?
— Creo que es más especial dar una planta viva y admirarla sin límite que disfrutar de algo que morirá irremediablemente en poco tiempo...
La señora no apartó la mirada y tampoco dijo nada, sumiéndolos en un tenso silencio.
— ¿Cuáles son más fáciles de cuidar?
— ¿Disculpe?
— De las flores que mencionaste, ¿cuáles son más fáciles de cuidar?
— Las margaritas, en definitiva; necesitan mucho sol, suelo o tierra poco exigente y solo se les riega cada 2 o 3 días, pero con poca agua.
— Dame esas; ¿las tienes en macetas bonitas?
— Tengo macetas decoradas; puede escoger el diseño que más le guste. Inclusive si quiere, puedo personalizársela.
— Pero no saldría para hoy, ¿o sí?
— Por supuesto que sí; soy rápido trabajando —aseguró y la mujer tomó su celular, buscando algo en él y luego mostrándole a Taehyung una foto de una chica muy bonita.
— ¿Puedes dibujarla o es pedir mucho?
— Puedo hacerlo; voy por los materiales.
Unas elecciones más y luego Taehyung estaba sentado en un taburete con el celular posado en frente y la maceta en mano junto a la pintura. La mujer lo vio trabajar totalmente concentrado y observó como retrataba a su hija con finos movimientos. Taehyung manejaba la maceta vacía con una mano y con la otra pintaba. Al cabo de un rato, cogió un aerosol de barniz, pidiéndole a Yeontan que se fuera a otra parte y no inhalara el contenido.
Unos minutos más tarde, tomó unas margaritas plantadas en una bolsa negra, rompió la bolsa e introdujo con cuidado la planta hasta dejarla dentro de la maceta. Rellenó lo demás con un poco más de tierra y luego tomó unas cuantas piedras decorativas, mostrándole el resultado.
— ¿Le parece?
— Es precioso — halagó ella con suma honestidad y tomó la maceta, entregándole el dinero y de paso propina antes de retirarse.
Taehyung soltó un suspiro y decidió lavarse las manos rápidamente. Cuando terminó el teléfono del local sonó y él respondió.
— Vivero Snow Flower, ¿qué desea?
— ¡Cuéntamelo, cuéntamelo! —chilló una voz—. ¡Y no vuelvas a apagar el celular!
— No está apagado; está silenciado. ¡Y deja de llamar al teléfono del local, Jimin! —le exigió.
— ¡Pero es que te complicas mucho; solo tienes que contarme y dejo de molestar!
El resoplido que Taehyung dio fue bastante audible, se apoyó en el mostrador, mirando la puerta cerrada de vidrio, con Yeontan echado al lado de ella, dormido.
— Al principio fue incómodo, pero luego pudimos relajarnos un poco —contestó, encogiéndose levemente de hombros—. Tuvimos un mal momento cuando Mingyu apareció en la cafetería con su grupo de amigos y... Su novio.
— Ah, sí; he investigado sobre el chico — la confesión de Jimin lo dejó
— ¿Por qué andas investigando eso?
— Mera curiosidad — por el tono de voz tan indiferente, Taehyung descubrió que no mentía, sin embargo, sabía que no se quedaría callado.
— Quieres que pregunte qué averiguaste, ¿no es así? — cuestionó y Jimin chilló feliz del otro lado.
— Es así. Dios mío, te amo.
— No sé en qué me vaya a servir saber algo de su novio, pero si quieres soltarlo, adelante.
— El novio de Mingyu se llama Wen Junhui y es chino; nació en China, pero sus padres se vinieron a vivir aquí con él porque ganó varias becas, actualmente tiene una en la universidad, por lo que es un chico bastante aplicado e inteligente — Jimin comentó, y parecía estar sumamente contento sacando esa información, Taehyung podía escuchar su felicidad—. Además, es bastante popular por ser extranjero, cosa que no me sorprende realmente.
— Supongo que a Mingyu también debió llamarle la atención por ello.
— Sí, muy posiblemente. En fin, ¿qué pasó cuando los vieron?
— Estaba yo haciendo cola, cuando de pronto observé a Jungkook y lo noté muy tenso, con su mirada fija en alguien.
— Debe ser muy duro para él.
— Ya lo sé, por eso decidí que lo mejor era irnos lejos de ahí.
— ¿A dónde fueron?
— Fuimos a la plaza cercana de ahí y comimos bien, charlamos un poco, pero no demasiado; Jungkook parecía distraído, demasiado hundido en sus pensamientos.
— ¿Estás seguro de que quieres ser amigo de Jungkook? — Jimin cuestionó al cabo de varios minutos.
Que Taehyung guardara silencio le produjo un poco de temor, carraspeando para ver si con eso lograba sacarle palabra. Se sostuvo de un poste de luz, mirando a la gente pasar por aquí y por allá.
— Jimin, no sé qué es lo que quiero — la respuesta llegó—. No estoy seguro de nada, así que voy a dejar que el mundo se mueva como guste y esperar los resultados.
La noche cayó pronto y Taehyung tomó a Yeontan en su maleta colgándosela donde no tenía su maletín y cerró el local no sin antes despedirse de las plantas. Caminó hacia la parada de metro y cuando logró subirse al suyo se sentó con mucho sueño sobre un asiento, colocando a Yeontan en sus piernas.
Su boca soltó un bostezo, pero decidido a no perderse en los brazos de Morfeo decidió perderse mirando a la gente que iba dentro del transporte; estudiantes, adultos regresando de sus trabajos cabeceando o comiendo un poco. Mujeres y hombres trajeados con celulares pegados en sus orejas, hablando quien sabe con quién y de qué.
Taehyung se perdió en sus trajes pensando que él llevaba años sin usar uno, desde que se alejó de su casa para ser más precisos. Pensando en trajes lo llevó a pensar en sus padres. Tenía tiempo de no hablar con su madre, ni siquiera de verla. Sabía que su padre no estaría tan preocupado por el manejo de su vida, pero ella sí que lo estaría.
Sin embargo, no se sentía listo para hablarle. Taehyung no les temía a muchas cosas y sabía dar la cara ante los problemas, pero a la única persona que nunca había podido dársela era a su madre.
Su relación estaba deteriorada porque él no paraba de soltarla y ella de sujetarlo con fuerza. Su madre era extraña cuando se trataba de él, y se hacía oídos sordos cuando le reclamaba o cuando su marido le pedía sensatez. Taehyung solía sentirse demasiado asfixiado cuando se encontraba cerca de ella, porque solo le ofrecía una libertad demasiado condicionada. No es que él no la amara, ni que ella no lo hiciera, simplemente, Taehyung quería caminar solo y con los pies descalzos, dispuesto a lastimarse, a aprender con experiencias y no solo consejos.
Quería equivocarse, quería resolver sus problemas y no esconderse en las alas de su madre mientras las suyas se volvían obsoletas. Tal vez estaba tomando malas decisiones cuando se trataba de ella, pero no podía evitarlo... Estaba cansado de esa batalla silenciosa que ambos tenían, en la que ninguno pensaba ceder.
Solo los llevaría a la ruina, de eso él estaba seguro.
Entramos con nueva portada y banners escogidos por ustedes, hechos por Hey_M0 mi divino sol, muchas gracias pq mis habilidades pa editar son del asco, yo sirvo más cagando.
Qué bonito es cagar, la verdad, como me encanta la sensación. en fin, los amo abejitas.
Por cierto, antes de irme, si no me siguen en Wattpad o en Insta seguro que no se han enterado (no es obligatorio seguirme jsjsjs) así que pa los q no lo sepan, a partir de esta actu las siguientes ya no serán cada cinco días, si no cada siete porque ya mero inicio clases y eso me quitará tiempo.
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