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Paso 88º.


"Paso 88º: Responsabilízate de tus acciones".

~Near.

Hisao.

Los niños solían exigir demasiado. Cosas que no merecían, de las que apenas habían escuchado, o el amor de sus padres. Cosas simples o muy complejas, lo que ocasionaba que no se sintieran satisfechos en cierta parte pero en otra cualquiera cosa los contentaba.

Como un niño que anhela llenar los zapatos de un adulto, pero cuando crece ese zapato ni siquiera le queda. Le lastima, le aprieta, lo hace quejarse hasta que se mira en el espejo y recuerda que no es un niño. El llanto se acaba un momento pero la incorfomidad sigue allí, como niños que nunca han crecido.

—No empieces. —Bufé al ver a Tide sacando el teléfono.

Acabábamos de tomar asiento en el consultorio y él ya se preparaba para ignorar la terapia. Le arrebaté el celular y le dije que se comportara.

—Están aquí ambos por la terapia de pareja, ¿verdad? —Cuestionó Viagel con una mirada sospechosa, anotando información desconocida en su portátil.

—No somos pareja. —Negamos al mismo tiempo, enojándonos con el otro.

—¿Son familia? —Negamos nuevamente antes su pregunta—. ¿Entonces por qué los dos juntos? Si no tienen relación alguna preferiría hablar en privado con cada uno.

—Si los dejo a solas habrán terribles resultados, el menos grave es que tome sus cosas y se fugue. —Aclaré, recibiendo una patada por parte de Tide.

Viagel soltó un suspiro en agonía sin objetar. Acercó su silla con rueditas hasta nosotros y trató de averiguar qué no es traía allí. Estaba listo para hacer la primera pregunta.

—¿Qué ocasionó que se conocieran y terminaran en terapia de pareja? —Interrogó.

—Yo me voy. —Traté de pararme pero ahora Tide parecía dispuesto a hablar.

Extendió su brazo para volver a sentarme con tiro de mi sudadera. Lo miré incrédulo y esperé a que el demonio hablara. Se tomó un tiempo en silencio, respiró profundo y apenas musitó:

—Matamos a alguien.

Viagel recurrió al silencio. No mostró alteraciones y sus expresiones faciales lucían más entendibles ante el tema. No era fácil leerlo como persona, pero pude llegar a la conclusión de que Near en su primera consulta también se había referido a sí mismo como asesino.

Yo no lo hice, sabía que era decisión de cada uno si vivir o morir, pero me consideré lo peor al ser quien lo orilló a una discusión. Era difícil de explicar, doloroso. Detestable.

Viagel habló del suicidio. Nos preguntó si habíamos tenido el deseo de esfumarnos aunque fuera un momento o para siempre. Dijo que no respondiéramos si no lo deseábamos y que podíamos entablar cualquier tipo de conversación interesante. Nos dio unas pelotas antiestrés con caras felices.

—He querido morirme muchas veces pero me da miedo y no planeo nada... —Admtí entre risas aún sabiendo que la vergüenza saldría a relucir.

Consideraba que en el 75% de los ciudadanos comunes la idea de morir se había cruzado aunque sea una vez. La melancolía podía trascender límites sorprendentes. La sensación de quedarte dormido y recordar quien eres. Caminar a un puente a las 6 de la mañana para ver el amanecer y brincar. Yo hacía eso seguido cuando salía a "correr", aunque cuando veía el amanecer pensaba:

El día es tan agradable que no tiene sentido morir hoy.

—He decidido dejar de arrepentirme. —Concluí, reclinándome en el asiento.

—Eres de los que crece solo al parecer. Ser dependiente de uno mismo es lo que se necesita, de nadie más. —Se puso de pie, miró a Tide quien pensaba en silencio y se encaminó a su estante de libros mientras preguntaba si habíamos leído algunos de esos títulos.

—1984 es una joya. —Destaqué no muy enfocado en la conversación.

Tide seguía como un niño berrinchudo haciéndole rasguños a la pelota. Estaba sentado con las piernas abiertas y perdía toda postura elegante que poseía como una estrella. Era caprichoso. Furioso porque lo obligué a cuidar su salud mental.

Al llegar Viagel me dijo que sería un buen psiquiatra y psicólogo clínico por la forma en que manejaba las situaciones así. Me sentía bien ayudando a otros, era lo único bueno que hice desde que reconstruí mi vida. Quería ayudar a Tide porque en lo profundo de mí aún sentía culpa por todos.

—Me intenté suicidar la semana pasada. Drogas —masculló de pronto la "gran marea"—. Igual la antepasada, y la que sigue de esa. No quiero morir, solo... Tampoco es como si estuviera interesado en la vida. Pensé que sería divertido aunque sea una vez, pero...

—Conforme más lo intentas se vuelve más peligroso y no puedes parar, igual que las drogas. —El psicólogo le ayudó a terminar su oración y expresarse de la manera correcta.

—Si no pude tomar más pastillas la semana pasada fue porque una se me atoró en la garganta y las vomité por miedo a morir asfixiado. Eso no me gusta. —Le dieron escalofríos e hizo caras repulsivas.

Me lo imaginaba de ambas maneras: Tratando de morir y asfixiándose. Ya lo había visto muchas veces tener sexo como si quisiera morir. Era curiosa su forma de escapar de la realidad, triste y humorística. Una sátira entretenida que lo dejaba agotado.

—Estás pensando mucho, ¿no, Aley? —Viagel me trajo a la realidad con un chasquido—. Pensar es bueno, pero lo haces en exceso. Ojalá pensaras solo en ti antes que juzgar a otros.

—Lo he considerado... Pero es divertido. —Traté de no sentirme incómodo con sus palabras.

La terapia me resultó agradable al haber otra persona participando. Odiaba estar solo con el psicólogo porque sentía la presión de mis palabras hasta que escuché a Tide abrirse por completo y eso me brindó más confianza para ser sincero. Teníamos diferentes problemas que se originaron de uno solo.

—Hey, soy Tide. —Trató de mantener la conversación por teléfono a espaldas mías.

Viagel y yo preferíamos no mirarlo mientras trataba de dar ese paso con su madre. Yo estaba muy nervioso, por su parte él lucía tranquilo y un poco decaído. Apenas podíamos escuchar lo que la madre decía.

—Sí, le dije al director que llegaría tarde. Sí, lo siento —suspiró un momento, tratando de buscar entre su saco un cigarrillo pero Viagel le lanzó la pelota sobre su cabeza para que no lo tomara—. ¿Qué por qué llamo? Solo quería saber cómo estabas.

El ambiente era realmente tenso. Escuché que rascaba su cabeza de forma rápida y Viagel apenas me hizo señas de confusión. Me incliné un poco más en el asiento para estar cerca y escuchar lo que ella decía.

—¿Te importa? —Bufó ella.

—Soy tu hijo. ¿Por qué no me importarías?

—Porque soy tu madre y realmente no me importas. —Musitó ella.

Pensaría: "Que terrible madre", pero la mía es igual. Nunca contactó conmigo y poco me importa. Ella no quería tenerme, y no es su culpa. Mucho menos es culpa de la madre de Tide haberlo alejado, claro que es cruel tratarlo de forma tan cortante pero no la podemos presionar a nada. Nadie les ha dicho cómo ser padres, mucho menos querían.

"Entonces no seas uno", la presión y un accidente puede ocurrir. Es como pedirle a un cojo que tenga una pierna si no sabe vivir sin ella.

—Lo sé, lo sé. No puedo decir que te quiero como una madre pero tienes tus puntos buenos y te aprecio. —Tide masculló con dificultad, tratando de mantener una conversación sincera—. Muchas de las cosas que he hecho mal han sido por tu culpa, pero mía también al no desarrollar auto-control.

—No sé a qué quieres llegar con todo esto, Tide. No tengo tiempo y no quiero tenerlo. —Ella continuó dándole vueltas con desesperación.

Era muy buena actriz, pero justo ahora en serio parecía tener la necesidad de huir del tema. Todo lo relacionado con su hijo sólo se resumía en rencor y llantos.

—Yo tampoco quiero seguir teniendo tiempo para ti. Ni que seas mi madre —Tide suspiró, tomando asiento a mi lado tras dejar de darnos la espalda—. Somos compañeros de trabajo amigables, no amigos pero sabemos trabajar juntos. ¿Podemos serlo?

—Lo siento.

—La quiero mucho, Srta. Nallan.

—Lo siento, Tide. —Ella cortó la llamada.

Tomó una gran bocanada de aire y elevó la mano con furia para azotar su teléfono contra el suelo. Elevé mi mano para sostener su brazo y así impedir que lo hiciera. Si yo tenía arranques de ira verbales él los tenía con actos violentos.

—Estoy bien. —Dejó ir todos sus problemas al bajar la mano y recargarse en el asiento.

—Lo estarás. —Asintió Viagel desde su sitio.

Él continuó rodando aquella serie sin mostrarse afectado por su madre. Ahora podía hablar con ella en el set y parecían llevarse bien, aunque no como madre e hijo. Tide apoyó a Near con sus peticiones de la seguridad de la universidad yo le ayudé con información que tenía sobre otra persona que buscaba en las afueras. Era una chica de flequillo y cabello oscuro súper tóxica que tenía nombre de estrella. Tuve confianza en decirle su nombre completo al saber que no podía atacarla de forma directa.

Con más estabilidad me centré en la universidad y volví a mi dormitorio a las horas correctas. Ambos estábamos ocupados pero nos veíamos en el consultorio para las terapias. Teníamos confianza en que ninguno faltaría. Nos considerábamos amigos en cierta manera.

—Toma, zorra. —Tide me entregó una caja de leche de fresa antes de entrar.

—¿Subiste de peso? Puedo ver una llanta allí abajo. —Le hice burla, siguiéndolo por detrás.

Las vacaciones de invierno llegaron y todo parecía estar bien. Aunque se sintieron un tanto cortas e inexistentes pues aún debíamos muchos trabajos y la universidad siempre estaba llena. Los movimientos seguían activos y yo vivía en el campus así que apenas lo sentí. Ni siquiera Tide tuvo vacaciones, solo fueron unos días de descanso. Viagel tampoco cerró su consultorio, siguió atendiendo porque dijo que en esas fechas la mayoría necesitaba ayuda.

Desde que la terapia comenzó mis llamadas hacia él eran normales y cuando llegaba a su apartamento no había nadie más. Parecía haber tomado su tiempo de tener relaciones con personas peligrosas.

—Tengo una idea. —Jadeó, elevando el rostro tras sentir el golpe de su espalda contra la pared.

—¿De qué se trata? —Cuestioné, impulsándome contra él para no tirarlo por su peso.

—Es sobre lo que... —se detuvo un momento para tomar aire, atorando sus manos dentro de mi cabello—. Viagel nos dijo esta tarde que podíamos intentar.

—¿Podemos ponernos de acuerdo cuando terminemos? No creo que debamos mencionarlo ahora. —Me reí, insinuando lo extraño que era tocar esos temas mientras tenías sexo con alguien.

—Me aburrí. Eres muy blando. —Hizo un gesto de molestia y golpeó mis brazos para que lo bajara—. Recuéstate, déjame hacértelo.

En realidad diría que nuestra amistad era muy extraña.

Después de eso nos comunicamos con Rind Vibes porque sabíamos que era el único lengua suelta que sabía llevarnos al lugar correcto. Lastimosamente, cuando llamé quien contestó fue Either Cold informándonos que Vibes había dejado su celular en el club.

—¿Estás vivo? —Clamé, emocionado un poco por escuchar al cuatro ojos hablar.

—¿Por qué lo estoy? —Soltó al otro lado de la línea.

—Sigue igual de estúpido. —Tide se rió al escucharlo.

—Queríamos pedir algo, aunque quizás no lo sepas. Cualquier cosa, no le digas a Near que llamamos. —Le pedí, aguardando en su silencio.

—Near y yo nos besamos. —Soltó de nuevo entrecortado.

Tide escupió el suero que estaba tomando y me miró con impacto. Quité el alta voz de inmediato y con desesperación pedí los detalles. Era una verdadera sorpresa haber escuchado "nos besamos" y no "lo besé".

—¡¿Te aceptó?!

—No.

—¡¿Te rechazó?! —Tide y yo gritamos al unísono, extremadamente confundidos.

—No lo sé.

—¡Dime que tienes una oportunidad! —Exigí con sincero apoyo por el poco expresivo Cold.

Tide y yo nos pegamos más al teléfono al ver que su respuesta tardaba en llegar. La mañana apenas había comenzado y las noticias no faltaban, aunque fueran un poco tarde.

—No lo creo. —Su conclusión nos hizo suspirar de decepción.

Esperaba que al menos Near estuviera bien, aunque muy dentro de mí sabía que eso le acababa de causar grandes problemas. Y no solo a él, también a Either. Era doloroso no saber corresponder, pero sí Narciso no se sentía bien con eso entonces no había nada más que hacer.

—Sal con Luna. —Le aconsejé, sabiendo que ambos se conocían.

—No quiero.

—Está muy bonito como para que no quieras, y por ti ese idiota sería un santo. —Hablé empujando el rostro de Tide para que dejara de escuchar nuestra conversación, me perturbaba.

—Adiós. Ya llegó la carne. —Me colgó.

Más tarde volvimos a llamar en búsqueda de Rind hasta encontrarlo. Se negó demasiadas veces, en serio fueron muchas. Dijo que no era tan estúpido como para soltar información importante, que lo había hecho antes y Either lo torturó de maneras horribles así que no cometería el mismo error.

—Es que la abuela quería saber dónde estaba para enviar...

—Oh, déjame te envío la ubicación. —Dijo como tonto.

Pudimos ir esa misma tarde al cementerio. Realmente no íbamos a ser perdonados, estaba muerto y pues poco le importábamos, ni nos conocía en serio, pero queríamos hacer nuestra parte.

Tide llevó flores y yo un cubo rubik.

—¿Por qué un cubo? —Me interrogó Tide, deteniéndose frente a la lápida.

—No sé, ambos están igual de cuadrados. —Me encogí de hombros y lo dejé reposando a un lado.

—Somos unos hipócritas, ¿no? —Tide comenzó a frustrarse de sólo leer el nombre.

—Para nada. —Hablé sarcástico, poniéndome de cuclillas.

Ambos nos tumbamos en la tierra a observar el nombre de Andrew Harada. Me pareció curioso como cuando un pilar caer toda la construcción se viene abajo, aunque parecieran no tener relación alguna. En esa tarde con poco sol nos sentimos realmente bien chocando nuestras rodillas mientras cantábamos tonterías.

And you got that yummy...

—Esa no. Me perturba. —Callé a Tide con seriedad tras saber el revuelo que había causado aquella canción.

—Es pegajosa. —Se excusó.

Saqué mis audífonos y me recosté un rato sin decir nada. Tide pasó ese tiempo pensando en cualquier cosa que se cruzara por su cabeza. Supuse que trataba de buscar una manera de disculparse o hablaba con aquel niño sol.

—Yo... Escribí en un pizarrón imitando su letra cuando iba a la escuela... —Tide comenzó a desahogarse y me quité un audífono para escucharlo—. Algo como "todo es tu culpa". Lo hice para ver cómo reaccionaba Jay. No me he disculpado por eso.

—No creo que debas recordárselo. —Le recomendé—, estoy seguro de que lo sabe.

—Para mí Near siempre ha sido un hermano. Me sentí un tanto herido al notar que ni siquiera para él era importante. Era doloroso. No tener ese "alguien" que te espera, que cancela planes por ti, que ve un futuro contigo. Una familia, una amistad, lo que sea —habló sin detenerse con elocuencia, dejando caer sus brazos sobre sus rodillas con el viento detrás—. Siempre he amado a mis fans por eso. Aunque finjo con ellos, soy feliz de esa forma. Les tengo mucho aprecio por admirar a alguien falso como yo.

—Me sucedía igual —me reincorporé y apagué la música—. Nunca nadie se ha interesado realmente en mí. No suelo ser el número uno de alguien o en algo. Pero quiero ser el primero para mí.

—Creer en aquel que cree en nosotros: yo mismo. —Tide sonrió con un suspiro irónico.

Me levanté y sacudí mi pantalón. Le ofrecí una mano y se levantó también. Vimos una vez más la lápida. Emoción, tristeza, lo que fuera que contenía lo dejé ir con una risa y un golpe sobre el hombro del demonio.

—¿Vamos a alguna fiesta? Y pescar algunas parejas. —Puse la mano en mis caderas y di unas cuantas vueltas con ella en círculos para estirarme.

—Nah, estoy cansado de las fiestas —negó estirando su espalda—. Solo vamos a comer y hagamos algo por allí.

—Ve solo. Sinceramente quiero tomar y tengo una cita en media hora —emprendí mis pasos y le hice señas diciéndole que iba a tomar un taxi y él se fuera en su carro—. Aparte tienes una entrevista, ¿cierto? No quieres llegar tarde.

No lo escuché seguirme así que me detuve. Reparé a los lados y volteé completamente para ver que hacía. Tide solo portaba una mirada amarga y jugaba con las llaves de su vehículo en las manos, accionando como el niño berrinchudo que era.

—No tengo entrevista, carajito. —Me alcanzó con pasos largos hasta pasar de mí y seguir por el camino de tierra.

—¡Lo tenías anotado en tu agenda! Yo lo vi. —Afirmé sin duda alguna, detenido también sobre mis pies.

—Mierda, Hisao —se paró con risas y dio media vuelta sobre sus talones hasta verme de frente—. Cancelé mi entrevista porque me pareció más importante pasar el día contigo.

Fue un miedo repentino.

—Tide, entre nosotros no hay nada. Solo estás pensándolo de más. Céntrate en ti, Viagel lo dijo. —Negué con las manos y seguí insistiendo con señas en que siguiera su camino.

—Lo sé, pero mira carajito. Sonríe porque alguien te ha puesto sobre algo más por primera vez —Tide trató de animarme con molestia y continuó hacia adelante sin detenerse—. Eres el ganador de los dos. Luego me dices cómo se siente eso.

El miedo comenzó ahogarme.

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Domingo de CSUAE90D.
Si preguntan por el miedo de Hisha, quiero aclarar que ha sentido miedo al ver que alguien más se ha interesado en él.

Y bueno, Tide... Pobre hombre, HAHA.

No me permite etiquetarla pero Marshmellow envió unas imágenes que encontró en Pinterest y sólo pude pensar "Either y Near", "Hisao y Tide":

Me estaba muriendo de la risa porque son igualitos, HAHA.

Un precioso fanart de Near vestido de angeeeeel.

Tengan un bello domingo y espero poder actualizar este sábado sin falta. <3
Ya estamos a dos capítulos, aaaah.

~MMIvens.

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