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Paso 68º.

"Paso 68º: No seas tan inmaduro".

~H.

Rind.

AH, JAJAJJAJAJAJAJAJJAJAJA. NO ESPERA, JAJAJJAJAA...

No entendí. –No entiendes nada–.

—¿De qué hablas, amor? —Entrecerré los ojos, sabiendo que me estaba perdiendo de algo muy importante.

Sonrió levemente, echándose en el espacio del sillón como una niña pequeña. Sacudió sus pies y me miró nuevamente, sacando la lengua. Reí sabiendo que era una broma, sacando la caja de cereal de la alacena.

Rodeé la división para cruzar a la sala y tomar asiento junto a ella. Levantó la cabeza, dejando que me sentara y luego volviera a acostarse sobre mí.

—Te estoy diciendo que Either cara de póker está enamorado de mi hermanito.

—¿Tienes otra hermana? —Cuestioné, levantando el control remoto de la mesa de centro para encender el televisor.

—¡No te hagas el tonto, bobito! Hablo en serio, Either parece querer sonreír cada vez que ve a Near y este no se da cuenta. Lo persigue con la mirada, le regala carne, ¡dice estupideces cuando está cerca de él! —continuó divagando emocionada, logrando que le prestara más atención—. Si Either quiere a mi hermano en serio, no sabes cuan feliz seré. Porque Near dice que soltero es perfecto, pero que alguien lo ame es diferente.

—¿Eh? —parpadeé, dando un brinco del susto—. ¡¿Eh?! ¡¿Esto cuándo pasó?! Alto, ¿no son ambos chicos?

Amber levantó la cabeza como bala y la devolvió abajo de nuevo, golpeando mi mandíbula y mis pancitos junto a la poca cotufa que me quedaba. Abuelita, mi novia es un poco ruda. ¡Ayúdame!

—¿Realmente importa si ambos tienen pepino? Cualquier hoyo es válido, amorcito —hizo una mueca, inflando los cachetes para evitar molestar más conmigo.

—Perdón, sabes que yo no... —desvié la mirada, apenado.

Toda mi vida crecí rodeado de una familia a la que yo consideraba normal. Pero cuando los Hiray llegaron a mí pude darme cuenta de que mi familia era todo menos eso. Incluso Curin lo entendía, pero yo no. Él siempre estaba delante de mí, alguien maduro, alguien rudo y digno de confianza. Pero yo había sido bendecido con amistad y una linda novia, mientras que mi hermano lo único que tenía era su soltería, cigarrillos, y una tienda de conveniencia.

Tenía la oportunidad de cambiar y ser aceptado.

—¿Y qué quieres hacer al respecto? —Mostré mi sonrisa. Ella no se espantó, era la única je sonreía cuando yo mostraba mi gran dentadura.

—Quiero que mi hermano sea feliz con alguien, pero si al final él puede ser feliz solo eso es lo que quiero. —Admitió, cerrando los ojos y relajando los párpados.

Nunca había visto alguien tan linda.

Amber nunca demostraba amor hacia su hermano. Se golpeaban, se gritaban y a veces se mordían. Pero cuando él no estaba presente ella lloraba, gritaba y lo amaba con todo su corazón. Era un traste de emociones, bailando y cantando a todas horas, deslumbrando en su trabajo y defendiendo a quienes querían. Near a su lado era una sombra.

Una triste sombra que fingía sonreírle a todos pero si la luz no estaba cerca se extendía hasta ser indistinguible. Tal vez por eso le gustaba Either, el hechizo que una sombra podía causarle y llenarle de emoción.

Padre amado, estoy seguro de que amas a todos aunque ellos quieran de manera diferente, así que te pido que bendigas a ambos para que encuentren el camino que buscan.

—¿Qué película veremos? —Amber Interrumpió mis pensamientos arrastrándome a la realidad. Quitó el control remoto de mis manos para adentrarse en la búsqueda de programas tontos con alienígenas.

—La que quieras ver, que no me haga llorar.

Amber comenzó a buscar programas, deteniéndose a leer la sinopsis de una nueva serie. Me incliné más al frente, tratando de ver el rostro del chico de la portada. La baba estaba por derramarse de mi boca cuando vi de quien se trataba.

—¡¿Eh?! ¡¿Qué hace ahí Tide?! —Grité a todo pulmón, sorprendido de su imagen. Era un chico en la playa caminando junto a otro, un mar azul pálido y colores descoloridos.

—Oh, amo esta serie. Los capítulos salen cada semana. Tide es muy buen actor, y quien diría que el escritor se iría por una serie. —Dijo Amber reincorporándose en el sillón para darle espacio—, se llama Líquidos Transparentes. Es sobre un chico que pierde toda la familia que le queda y decide suicidarse, pero falla en el intento. Es internado en un hospital para menores de edad, donde conoce a varios niños enfermos y a su compañero de cuarto que sufre una enfermedad terminal. No hay capítulo donde no llore y ría al mismo tiempo.

—¿Ya está por terminar?

—Seh, emitirán el último capítulo la próxima semana. Pero no sé si verlo, todo apunta a que el chico que conoció morirá y solo será su recuerdo lo que quede en la playa. —Elevó sus manos, negando con la cabeza ante el final trágico.

—Creo que a Matt le gustaría que lo vieras. —Opiné, acariciando su cabello.

Amber dejó el control en la mesa de centro, dándome la espalda. El nerviosismo de tenerla tan cerca comenzaba a atacarme. Volteó rápidamente, bajando la barbilla y sonriendo con malicia.

Acercó su rostro al mío, suspirando felizmente y parpadeando lento, dejando ver sus pestañas y el brillo del maquillaje. Apoyó sus brazos contra mis hombros, empujándolos hasta chocar contra el mango del sillón y estar de frente.

Abuelita...

Había recogido sus piernas sobre el asiento, chocando muslos. Amber era peligrosa también, le tenía miedo aunque no lo dijera en voz alta. Se acercaba a mí, coqueteándome con los ojos y curveando los labios sin apartar la mirada, mostrando su escote blanco. Jugaba de manera extraña, haciéndome sentir incómodo.

Creo que me moriré, abuelita.

Jugó con mi cabello unos momentos, haciendo que mis mejillas y la cabeza me diera vueltas. Era irreal que alguien me quisiera como ella lo hacía. Y yo la quería más por ello, porque las apariencias nunca fueron algo que a ella le importara. Una mujer, un hombre o un pescado era un ser vivo ante sus ojos, y siempre se mostraba sensible aún con sus bromas.

Acercó sus labios a los míos, tratando de llevar su beso más lejos pero yo me limité a solo rozar los suyos.

Abuelita, soy un idiota que no sabe ni cómo dar un beso.

La idea de Dios mirándome desde arriba con binoculares me hizo sudar. Tal vez estaba diciendo algo como: ¡Rind, protege tu flor o te castigaré!

—No, no estoy haciendo nada malo... —negué con la cabeza, haciendo que Amber me mirara raro.

Rió un poco, ignorando el comentario. Me sentí más impuro cuando bajó lentamente por mi torso, haciendo supuestas cosquillas hasta detenerse en mi cremallera. Si Near me viera en ese momento yo estaría 15 metros bajo tierra.

Abrí la boca, asustado. Intenté gritar también pero era una exageración y mordí mi lengua –¿Y no era una exageración morderte la lengua y casi hacerte sangrar?–. Ella siguió jugando y moviendo el cierre de un lado a otro, confundiendo más mi cabeza. No podía ver nada gracias al momento que explotó mi cabeza.

—¡No, espera! Quiero ver la película... —puse mis manos en forma de equis sobre mis partes nobles, apartando su cara. El bochorno se extendía por todas partes.

—¡Vamos, te prometo que no te sentirás mal! —Hizo un berrinche, sacando de su bolso una envoltura extraña de chicle y una menta que metió a su boca—, va a ser rapidísimo. Dices que tu superior está en práctica de baloncesto, ¿ves? Tranquilo, nadie te está viendo.

Yo te estoy viendo.

Amber se sentó sobre mis piernas, poniendo sus manos sobre mi pecho para devolverme al lugar donde estaba. Arrugué la frente, haciendo una mueca. Volvió a intentar desabrochar mi pantalón con rapidez, consiguiendo que yo me tirara del sillón para que ella me soltara.

Cayó encima de mí, golpeando su cabeza contra la mesa. Me aterró el sonido, pero parecía igual de poco cuerda que siempre.

¿Mi novia es un demonio, abuelita?

Busqué el control con rapidez y puse la serie que habíamos dejado, señalándosela con emoción par que se distrajera. Me tomó de la camiseta, tratando de volver a besarme pero le mordí el labio en su lugar.

—¡Te digo que va a ser rápido! —Era como un muñeco poseído volviendo para bajarme los pantalones.

—¡No, no, no, no! —Me levanté doblemente asustado, poniendo una mano en su frente para que no se acercara—. Mi virgencita dice que todavía no, cielo —me crucé de brazos, apartando la mirada con indignación.

Esto hace Near cuando no quiere hacer algo, ¡espero la detenga!

Resopló, reparando en mí nuevamente. Dio un paso fuerte, luego otro y luego uno más hasta esté cada vez más cerca de mí. Abrió los brazos nuevamente diciendo que todo estaba bien y lo entendía, pero en vez de darle un abrazo se dejó de caer de rodillas aún usando medias y minifalda para llegar a mi parte baja.

—¡Quiero hacerlo ahora, Rind Vibes Vandálo! —Ordenó, enojada tratando de bajar los pantalones que yo me esforzaba por subir constantemente.

—¡No quiero hacerlo ahora, Hiray Amber! —hice más presión, jaloneando ambos la misma tela—. ¡Seré virgen hasta el matrimonio! NO QUIERO SER PARTE DE UN VIDEO PARA ADULTOS Y QUE SE BURLEN DE MI COSITA. NO, GRACIAS, PERO NO.

Hisao pateó la puerta principal, murándonos a ambos sin reaccionar. Posó sus ojos en Amber, el chicle raro en el suelo, en mi pantalón y el bulto que se asomaba, para después terminar clavando sus ojos filosos en mí. Juntó las cejas e hizo una mueca mostrando sus dientes con furia. Agradecí que fuera sordo, porque en ese momento tuve tanto miedo que pegué un grito de bebé.

—AHHHHHHHH.

—¡Súbete ese pantalón ahora mismo! Este es un dormitorio compartido y si encuentro restos de semen en algún lado te juro que te asesinaré dormido, ¡ahora largo ambos! Búsquense un motel, pues yo lo hago afuera por consideración —ordenó señalando el desastre, levantando con una mano la mochila de Amber y dándosela en las manos—. FUERA, niña.

—¡Yo no me voy a ir de aquí hasta que...! ¡¿Qué haces?! —Me reclamó Amber mientras yo la arrastraba hasta la entrada, dejándola afuera y azotándole la puerta en la espalda para que se fuera de inmediato.

Giré, suspirando para disculparme con Hisao por lo que acababa de ver. Dijo que no pasaba nada con que quisiera liberar energía, pero...

—Me da un completo asco imaginarte a ti cogiendo en la sala. De todas formas, sí no querías hacerlo está bien que la hayas echado —chasqueó la lengua, rascando su nuca—. Haré una llamada en la habitación, tú resuelve las cosas con... —abrió los ojos grandemente, tosiendo para fingir que no estaba sorprendido—. La hermana de... Narciso...

Se encerró en la habitación, dejándome solo escuchando los golpes de Amber en la puerta. Me paré de frente a la entrada, golpeando mi cabeza contra la madera.

No puedo... aún no quiero...

Recargué mi espalda, deslizándome hasta caer en el suelo con las muñecas en las rodillas. Yo no quiero hacerlo, me sentía incómodo. Pero Amber parecía querer todo lo que yo no podía darle. Traté de controlar mi respiración, buscando relajarme.

—Hey... Rind... —murmuró del otro lado, consiguiendo que volviera a elevar la cabeza—. Perdóname.

No respondí. Fijé mis frente al perchero y la pintura que Hisao Aley había colgado.

Los colores eran rojizos y oscuros, mostrando una columna de luz anaranjada, cubriendo los rostros de los personajes y la espalda de un hombre arrodillado. Tres personas miraban al hombre en silencio, dudando con las miradas sobre la acción del hombre barbudo cabizbaja que palmaba los omóplatos de quien estaba arrodillado. La profundidad de los trazos evitó que escuchara la disculpa, me concentré en lo que eso representaba, cuestionando también porqué Hisao lo tenía.

El retorno del hijo pródigo.

—Nunca había salido con alguien como tú —admitió, sonando avergonzada—. Los Hiray somos un poco estúpidos y siempre nos precipitamos si se trata de tener contacto físico, así que mis otros ex-novios gustaban de eso. Son cosas que aún nos son difíciles aunque tratemos de controlarnos o amar menos. Mi hermano no sabe como detenerse a veces incluso, pero yo menos. Perdóname por no haber parado antes y hacerte sentir incómodo.

Suspiré, volviendo a chocar mi cabeza contra la puerta.

—Amber, ¿estás segura de querer esperar? —murmuré, llevando la mano a mi pecho para que mi corazón dejara de soñar tan fuerte.

—¿Por qué me preguntas eso, tonto? —rió, haciendo que pudiera imaginarla sacando la lengua y arrugando la nariz—. Te esperaré todo el tiempo necesario hasta que tu corazón me diga que es el momento adecuado.

~•~•~

Abuelita, ¿por qué la universidad es peor de lo que esperaba?

Tapé mis ojos con las manos, retirando las lágrimas que había soltado antes. Cuando me hacían sentir tonto parecía llorar el doble, pero ya no sólo era sentirse, era porque en realidad sí era un cabeza hueca y nada salía como lo deseaba.

Bebí mi jugo empaquetado, tratando de releer los papeles en el comedor de la universidad. Los llantos de una chica en la mesa trasera no dejaban que me concentrara. Volteé para observar lo que sucedía. El rímel corrido y a otra chica dándole unas palmadas en el hombro mientras le decía que debían hablar con el rector.

Supongo que no soy el único.

Aley caminó hasta a mí con una leche de fresa y unas papas fritas, sentándose en la misma que yo. Ignoró mi presencia, encantando por su comida. Sus rodillas chocaban constantemente contra la madera por su altura, pero no quería extender sus piernas como yo lo estaba haciendo.

—Buenas tardes —murmuré, moviendo lentamente los labios para que pudiera entenderme.

Volvió a ignorarme. Estiré las manos para entrar en su campo de visión.

—Buenaaaaas —susurré, buscando una respuesta.

Arrugó la frente, haciendo que le temblara una ceja. Abrió lentamente la boca con desagrado natural.

—¿Eh? —soltó, mostrando su hastío—. ¿Por qué me hablas? ¿No te dije que no lo hicieras?

Pero te sentaste aquí...

—¿Y por qué lloras? —Preguntó, metiendo una papa a su boca con un gran mordisco—. Déjame adivinar.

Analizó mi rostro con precisión y mi nerviosismo evidente. Observó a detalle los documentos en la mesa, los papeles arrugados y mis lapiceros de colores dentro del estuche. Volvió a verme, riendo con crueldad.

—Te regañaron en derecho penal por escribir las consecuencias jurídicas en mayúsculas y con negritas. El profesor te ordenó que lo corrigieras en ese instante, de lo contrario no la tomaría como válida, y tú en vez de usar computadora lo intentaste con tus lapiceros de colores olor uva pero no sabías que no aceptan otros colores que no sean negro y azul —traté de darle mi explicación, pero sucumbí con solo excusas ante el hecho evidente.

—¡Pero es que no entiendo porque las personas son tan rudas! —Golpeé la mesa con mi puño, arrepintiéndome por el dolor.

—Estudias una carrera donde las cosas funcionan de manera dura, soso sin gracia —me ofendió, dando un suspiro antes de sacar el popote de su boca—. Mira, te daré un consejo y tómalo porque no suelo hacerlo. Pareces un ignorante, no pueden recibir algo tan importante si se trata de derecho penal si no entienden lo que has escrito. Son asuntos legales, personas que quieren respuesta, y te están educando ahora antes de que llegues a hacer un desastre como los malos abogados qué hay en todas partes con las urgencias de los demás. Las negritas son algo fuerte, agresivo, acompañadas de mayúsculas solo porque no quieres poner acentos, y no olvidemos que todo lo has hecho en un solo párrafo. ¿Cómo quieres que entiendan eso?

—Pero ni siquiera lo leyó...

—Porque sino puedes cuidar el aspecto visual, el contenido ya no tiene importancia. Una cosa va de la otra, así que deja de llorar como idiota y enfócate en tus demás asignaturas. —Sentenció mi regaño con palabras duras finales, pero pude darme cuenta de que Hisao Aley era una buena persona después de todo.

¿Por qué Either evitaba que él supiera quien era Near?

—¿Quieren ir a cenar de nuevo esta noche? Seria divertido ir ahora todos, ¿no? —Sonreí apenado, tratando no abrir tanto la boca para no asustarlo.

Elevó la ceja, haciendo una mueca nuevamente.

—Ja, sí, sería bueno. Solo voy por la comida, no me gusta estar con ustedes. —Se cruzó de brazos, ocultando su articulada sonrisa.

Ay, abuelita, esta persona es igual de mentirosa con ella misma que los demás.

•••••••••••••••••••

Mi pobre Rind enfrentándose a la vida, y a un poco de salseo.

Ya sé, soy cruel pero lo quiero bastante. <3

MEME:

En serio que cada vez más hay gente apoyando eso... por otro lado, ¡tenemos a Tide actuando en una famosa serie! <3

~MMIvens.

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