Paso 16º.
Paso 16º: "Nunca hables de más".
~Hiray Near.
Tenemos un perfecto ejemplo sobre el porqué no hablar de más: Vibes Vandálo Rind, un rubio no teñido que parece que se quemó las neuronas al nacer. Diría que le pegaban con un bate lleno de clavos pero en realidad eso no pasó, solo era un estúpido.
El pequeño, chiquito, diminuto Either y el rubio idiota se encontraban sentados mientras degustaban su almuerzo entre huevo y carne con un poco de ensalada. Uno se preguntaba porqué la comida era tan deliciosa, mientras el otro recordaba una nota de internet sobre un niño que se ahogó comiendo y pudo ver el infierno por dos minutos.
Pero, aunque la comida fuera el tema principal, ambos en silencio lucían decaídos. Either, quizás enfermo, y Rind bajoneado por falta de azúcar. El ambiente silencioso estaba forzándoles a hablar entre ellos.
—Tengo sueño. —Rind juntó las cejas, y dobló la cabeza en dirección a Either solo para centrarse en su cuello y la pequeña letra escrita en él.
"Veo un 3 y un 1", pensó Rind, acercándose al cuello del silencioso Either que veía a una mamá pájaro gorda al exterior de la ventana.
"Qué imbécil soy, es una E y una I, JAJA".
—Ei, ¿por qué tienes tu nombre escrito sobre esa cicatriz? —Preguntó Rind con emoción, dejando ver su dentadura blanca con risillas por recordar su dislexia.
De repente, Either golpeó la palma de su mano contra su cuello, obligando a Rind a alejarse aterrado porque le iban a rebanar la cabeza. El enano nunca fue muy expresivo, y aunque no sonrió, parecía más animado en comparación. Era un buen chico, que intentaba asesinar a un mosco, pero bueno.
—Me lo escribió Near en clase —explicó él, rozando con sus dedos el lugar dónde sentía la marca—. Dijo que las heridas se cierran con los nombres, ya que es tuyo hasta el final y no se puede olvidar.
—Vaya, qué denso es el pervertido ese. —A Rind le dieron escalofríos, pero aún confundido siguió participando de su huevo sin añadir algo más. Iba a comenzar a tararear en cualquier momento.
—Quítate tú —expresó una chica, golpeando la cabeza de Rind para que este se apartara y pudiera hablarle a Either, quien se fue a otra dimensión mientras pensaba de dónde rayos había salido la chica gótica con collar de perro—. ¡¿No es perfecto Near?!
Las personas raras y traumadas de verdad que asechan esta historia...
—¡¿Verdad?! ¡Es dulce, gracioso, sexy! —Una secundaria sin rostro saltó sobre los hombros de Either, hablando entre gritos sin importarle los tímpanos del enano.
—¡Y caballeroso! —Alguien más interpuso su cuerpo entre los amigos, casi tirándolos fuera del banco.
—¡¿De dónde están saliendo, abuelita?! —Los ojos de vándalo se llenaron de lágrimas, que apenas y pudo tragarse porque lo tumbaron al suelo.
—¡Y misterioso! —Añadió con emoción la primera. Rodó los ojos al cielo invisible. Ya era perturbador.
—¡Si Near fuera una chica, yo sería lesbiana! —Destacó con su dedo índice en el aire la que estaba sobre la espalda de Either. Sacudió la cabeza al recordar un pequeño detalle—, no, o sea, ya soy lesbiana pero no del todo.
—¿Cómo se puede ser medio lesbiana? —Either preguntó curioso, abriendo su sopa en lata que le empañó los cristales de sus lentes.
—¡Ay, mi gente, pero Either también es dulce y caballeroso! Tierno y legal, no lo olviden —las manos de la chica perro se azotaron contra las mejillas del cuatro ojos, quien esperó por su sopa para no ahogarse—. Te explico, cariño. Es como tú: hetero pero no tanto. Broma, pero no es broma si tú quieres.
—A. —Either falló.
La chica que había tirado al vándalo de su mesa; y que también lo dejó llorando sobre el suelo con sus huevos revueltos tirados a un costado; sí, esa loca, extendió su mano para levantarlo sin siquiera pedir disculpas o verlo a los ojos. Parecía una muñeca sacada de un simulador de citas japonés.
—¡Rind es un idiota súper tierno, me encanta! —Dijo ella, emocionada tras soltar su mano—. Lo shippeo con la hermana de Near. Y los gemelos... Dios, se me para lo que no tengo cuando los leo.
—Qué hice mal en mi vida pasada. No quería escuchar eso. —Murmuró Rind, recogiendo sus huevos.
Las tres se sentaron junto a Either para lamentarse. Rind no entendía nada de lo que pasaba, todavía se encontraba en ese agujero negro donde a nadie le importaba su existencia pues no lo consideraban protagonista. Recogió su huevo en paz para luego tirarlo a la basura, en el proceso, se dio cuenta de que el comedor se hallaba silencioso, como si nadie se percatara de la existencia de los que lloraban detrás de él.
—¡¿Por qué no existen?! —Preguntaron las tres al unísono, dejando escapar un fuerte suspiro que hizo temblar de escalofríos a los chicos.
—¿Eh? —Rind giró en sus talones.
—Porque son demasiado geniales para este mundo... —Respondió un chico con cara de extra, llevando en la mano una lata de refresco como si se fuera a emborrachar con eso.
—No, espera, ¿qué dijeron? —Rind quería respuestas antes de seguir perturbándose.
—Ni idea. —Either limpió sus lentes. Era extraño, casi siempre se hallaba cuestionando su existencia pero cuando alguien le decía que no era real lo mejor que podía hacer era tomarse una sopa enlatada y limpiar sus lentes.
Debería hacer presencia y poner el orden, qué horror.
Posé mi mano sobre mi cabeza y pisé fuera de mi nube, bajando de ella para entrar en escena como si fuera un Deus ex machina de teatro. Either me ignoró debido a su hambre, aunque Rind cerró los ojos para no recibir un infarto. Tenía que llevarme a estas personas y pagar los costos por romper la cuarta pared.
—Son su fandom: inestables, les gusta leer cosas bizarras y siempre tienen hambre. —Me encogí de hombros. Les expliqué que mi deber era narrar la reescritura de esta historia pero que perdí la nota que explicaba lo que pasaba en estos capítulos pues ni yo entendía una papa.
Si alguien lo sabe, dígamelo por favor. Estoy desesperado.
—¿Y Near no vino hoy o qué carajo? —Preguntó el chico que bebía su refresco, encimando su pierna sobre el comedor.
—No, se enfermó. —Rind se vio decaído, observando la sopa de Either a medio terminar. Era de pollito.
—Vándalo, ¿extrañas a Near? ¿Aunque quemó todos tus lápices, los mordió y luego los tiró? —Inquirió la extraña. No fue en ese orden, pero sí, Hiray hizo eso y más con sus lápices—. ¿Mucho mucho?
—¡Claro! Es un nuevo amigo, creo. Me agrada mucho —respondió, volteando en su dirección. Dejó de sonreír al ver la mirada pervertida de aquella chica, lanzándole besitos burlones—. ¡¿Qué te pasa?! ¡Deja de profanar la escuela, ni siquiera dije algo raro!
—Tengo unas fotos si quieren verlo —mencionó Either, extrayendo su celular como si fuera alguna clase de robot. Rasqué mi oreja mientras me acercaba a la mesa para observar. Todos se hicieron pequeños a su alrededor—. Near se tomó unas fotos cuando me quitó mi cámara...
—¡Déjame ver! —Se empujaron los desquiciados.
En efecto, había selfies de Near en todo su teléfono cuando pasaba por el carrete. De repente aparecían fotos de inodoros o de hormigas comiéndose una hamburguesa pero todos nos hicimos los ciegos ante esas imágenes. Rind se tapó las orejas cuando pasó un video de una silla.
—Estas las tomé yo, porque él estaba dormido y babeaba —dijo Either, frío como el invierno, doblando su cuello para que pudiéramos apreciar mejor la imagen. Near dormía felizmente sobre su pupitre—. ¿No quieres que te las pase, Rind?
Este enano es tierno. Hasta yo me divierto con ver las fotos de un idiota cubierto de saliva.
—¡Gracias, pero no! —Él también sacó su celular con carcasa de las chicas súper poderosas. Se escuchó emocionado al mostrar su galería—. Yo tengo mi propia colección de sus fotos.
Rind era un acosador.
—Eso sonó muy pervertido... —Agregó Ei, irritado por la incomodidad en aquellos actos.
—Muy perturbador... —Las chicas se traumaron.
—Rayos, hablé de más. —Soltó Rind, analizando el porqué tiene tantas fotos de Hiray Near.
—Realmente eres extraño Vibes. —Agregó el lector con aspecto de fuckboy borracho. Limpió la saliva en su lata y señaló a ambos protagonistas, dedicándoles una sonrisa junto a su petición—. ¿Pueden mandar saludos a los países que nos leen? Ya para retirarnos. Yo solo vine a escuchar saludos a mi país.
—Saludos a pana, empanada. —Habló Either, mirándole directamente a los ojos a pesar de que la luz detrás lo cegaba. Su acento era extraño.
—SE LLAMA PANAMÀ. —Escupió el otro, desesperado. Las gotas de saliva me llegaron hasta a mí y a pana empanada.
—Y al chile. —Agregó Either indiferente.
Bueno, a toda Latinoamérica y de donde sean, Matt Santo.
~•~•~•~
Si alguien sabe qué pasó aquí me dice, por favor, porque yo no entiendo una papa.
DIOH MÍO, GAHAHAHAHA. HABLO EN SERIO, CUANDO LO RELEÍ DIJE: ¡¿Rompiste de nuevo la cuarta pared, animal?!
Luego leí la nota de autor y decía que fue un capítulo dedicado a quienes seguían esta historia por las 3k lecturas y fui muy feliz. Alch, gracias por todo.
Se le lavan.
~MMIvens.
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